- Otras especies como el puma, el tapir, el tropero y el perro de monte también han sido captadas durante el monitoreo con cámaras trampa.
- La presencia de estas especies son una señal del buen estado de conservación de los bosques amazónicos en esta área protegida, indica experto.
Es un animal muy difícil de encontrar pero apareció en los bosques amazónicos de Santa Rosa del Abuná al norte de Bolivia. La presencia del jaguar melánico – una variación genética de esta especie que le da una coloración negra – ha despertado curiosidad y entusiasmo entre comunarios e investigadores que monitorean con cámaras trampa el Área Modelo de Manejo Integral del Bosque de Santa Rosa del Abuná, creado hace un año en el departamento de Pando, en la Amazonía de Bolivia, territorio en el que se busca compatibilizar el desarrollo sustentable de la población local con la conservación de la biodiversidad.
Las imágenes muestran a un felino de dorso oscuro que camina sin prisa en el bosque. En su piel se observan las manchas características del jaguar junto con un manto negro que cubre todo su cuerpo.
“Es una variación rara de la especie. En las áreas donde habita el jaguar (Panthera onca), el melánico o negro aparece en un porcentaje muy bajo o simplemente no existe. “Que podamos verlo en esta área significa que el gen del melanismo aún está presente en la población de jaguares de la zona, lo que refleja el buen estado de su población”, explica el Dr. Nuno Negroes, Coordinador del Programa de Monitoreo e Investigación de la Asociación Boliviana para la Investigación y Conservación de Ecosistemas Andinos Amazónicos (ACEAA-Conservación Amazónica).
De acuerdo con la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), el jaguar está considerado como una especie Casi Amenazada a nivel mundial. En Bolivia, esta considerada como una especie vulnerable que, además, es víctima del tráfico de colmillos, un negocio ilegal y lucrativo que está afectando su supervivencia. “El tráfico de dientes y de otras partes es una amenaza muy grande para estos animales”, agrega Negroes. No obstante, señala que la presencia de esta especie en un área donde se realiza el manejo integral del bosque asegura su protección.
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Un bosque saludable
Pero no solo jaguares se han observado en el área modelo de Santa Rosa del Abuná. Las cámaras trampa han registrado también ejemplares de puma (Puma concolor), perro de monte (Atelocynus microtis), tapires (Tapirus terrestris), chancho tropero (Tayassu pecari) y oso bandera (Myrmecophaga tridactyla), entre otras especies, varias de ellas con algún grado de amenaza.
También se han detectado poblaciones importantes de especies que normalmente son cazadas como fuente de proteínas por las personas que viven en las comunidades del área como el jochi pintado (Cuniculus paca), el jochi colorado (Dasyprocta sp.) y el huaso (Mazama americana), cuenta Negroes.
Otro de los videos muestra por lo menos seis perritos de monte (Speothos venaticus), una especie muy amenazada que solo habita en Sudamérica, en la Amazonía de Ecuador, Perú, Colombia, Bolivia y Brasil. Estos perritos han sido captados por primera vez en esta área que mantiene el 90% de sus bosques intactos, explica el científico.
“La presencia de estos animales, principalmente de los que están amenazados, es una buena señal sobre la conservación del bosque. Significa que su nivel de uso y manejo no está afectando a estas especies”, comenta Negroes, quien, además, está seguro que la caza de subsistencia que practican las comunidades no está causando un impacto negativo en la fauna silvestre. “En esta área viven muchas personas y, sin embargo, la cantidad de especies que se observa es interesante y esperanzadora para la preservación de la biodiversidad en la Amazonía boliviana”.
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A un año de la creación del área protegida
Gabriela Flores, coordinadora interinstitucional y de planificación del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Rosa del Abuná, cuenta que aquellos videos en los que se observa primero a una persona caminado y segundos después se ve a un jaguar han causado gran impacto en los integrantes de las comunidades que viven dentro del área de manejo integral. “Para ellos, tener un área protegida es afianzar su identidad, porque ahora son conscientes de que el bosque es una oportunidad”, comenta la funcionaria responsable de coordinar el trabajo entre las 19 comunidades campesinas amazónicas del área modelo y ACEAA-Conservación Amazónica.
El área modelo se creó en abril del año 2017, con una extensión de 171 000 hectáreas. El propósito ha sido brindar una alternativa de conservación que esté basada en las actividades productivas de las comunidades que viven dentro de la Amazonía. En este caso, se sustenta en el aprovechamiento de castaña y de asaí, y en la pesca y cacería de autoconsumo.
El monitoreo de la fauna ha sido quizá lo más esperado por los comunarios durante este primer año de actividades como área modelo, pues querían conocer el estado de la fauna. Las comunidades, dice Flores, se preocupan por no destruir sus bosques, su visión es mantenerlos y la misión del municipio era demostrar que no estaban equivocados, por eso se impulsó la creación del área.
En tanto, la organización ACEAA-Conservación Amazónica señala que para este año se concluirá el plan de manejo del área, instrumento de planificación que orientará las futuras actividades de gestión integral del bosque y la conservación de su fauna.