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Los nativos amazónicos usan Google Earth y GPS para proteger sus bosques

Los nativos amazónicos usan Google Earth y GPS para proteger sus bosques

EL EQUIPO DE CONSERVACION DEL AMAZONAS INCLUYE A
LOS INDIGENAS EN GOOGLE EARTH PARA SALVAR LA AMAZONÍA
Los nativos amazónicos usan Google Earth y GPS para proteger sus bosques
Rhett A. Butler, mongabay.com
3/12/2007


En lo profundo de las más remotas junglas sudamericanas, los indígenas amazónicos (amerindios) están usando cartografía a base de Google Earth (visor de imágenes de satélite de la Tierra), sistemas de posicionamiento global (GPS) y otras tecnologías para proteger su tierra del rápido deterioro. Algunas etnias de Surinam, Brasil y Colombia están combinando sus conocimientos tradicionales sobre el bosque lluvioso con la tecnología occidental con el objeto de conservar los bosques y de mantener su historia y tradiciones culturales, entre las que se incluye una profunda sabiduría sobre el ecosistema y sus plantas medicinales. Para ello están recibiendo ayuda del Equipo de Conservación del Amazonas (ACT, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que trabaja con pueblos indígenas para la conservación de la biodiversidad, la salud y la cultura en los bosques lluviosos de Sudamérica.



El ACT fue fundado por Mark Plotkin, un talentoso escritor y reconocido etnobotánico, que ha pasado gran parte de los últimos 20 años entre algunos de los grupos indígenas más aislados del mundo. La organización esta bastante activa en el Amazonas, uno de los pocos lugares donde los pueblos indígenas todavía conservan sus costumbres tradicionales. Sin embargo, tal como sucede con el bosque mismo, las cosas están cambiando rápidamente. El extenso conocimiento sobre el ecosistema y los secretos de las plantas medicinales salvadoras de vidas están siendo olvidados a medida que los bosques son derribados por los leñadores, mineros y agricultores y las nuevas generaciones son atraídas a las ciudades por el brillo de la cultura occidental. La combinación de estas dos pérdidas empobrece irremediablemente la diversidad biológica y cultural del planeta.



Un miembro de la Unión de Curanderos Yagé de la Amazonía Colombiana (UMIYAC) usando un GPS para cartografiar una sección de bosque. Foto cortesía de ACT.

El Equipo de Conservación del Amazonas ha desarrollado un enfoque innovador para abordar estos problemas, el cual permite que los indios monitoreen y protejan sus bosques y que transmitan su riqueza cultural a las nuevas generaciones. EL ACT, en colaboración con los gobiernos locales, entrena a los indígenas en el uso del GPS y el internet para cartografiar y catalogar su selvático hogar, lo cual ayuda a mejorar el manejo y la protección de los bosques lluviosos ancestrales y a prevenir las incursiones ilegales a esas tierras. Al mismo tiempo, estos esfuerzos fortalecen los lazos culturales entre los jóvenes con sus padres y abuelos.



El uso de Google en la conservación del bosque



Aunque las reservaciones indias están protegidas nominalmente en algunas partes de Brasil —de hecho un 26% de la Amazonía brasileña se encuentra bajo este régimen de reserva— la realidad es que las tierras indígenas del norte de Sudamérica están siendo invadidas, especialmente por mineros clandestinos que buscan explotar los depósitos de oro de la región. Desde inicios de los 90s, esta zona que incluye partes de la Guyana Francesa, Guyana, Venezuela, Surinam, Brasil y Colombia ha presenciado una fiebre de oro que ha atraído a decenas de miles de improvisados mineros, a través de las poco o nada patrulladas fronteras. Las minas han sido desastrosas para el ambiente local porque han ocasionado deforestación, contaminación por mercurio y sedimentación de los ríos anteriormente puros. El flujo de mineros también tiene consecuencias sociales, que van desde enfrentamientos violentos entre los mineros y las poblaciones indígenas hasta la introducción y diseminación de enfermedades como la malaria y el SIDA. La situación es tan problemática que la Asociación para la Biología y Conservación Tropical (ATBC), que es la mayor organización científica del mundo enfocada al estudio y la protección de los ecosistemas tropicales, recientemente emitió un resolutivo que llama a los gobiernos a tomar cartas en el asunto para detener la actividad minera ilegal y destructiva.



Colecta de datos de GPS en una expedición cartográfica al Amazonas. Imagen cortesía de ACT.

La minería ilegal ha sido extremadamente difícil de detectar debido a la escala de las actividades y a lo remoto del área. Dada la inmensidad del Amazonas es casi imposible localizar una pista de aterrizaje clandestina entre el claro de un bosque o entre una serie de bateas mineras ribereñas. Pero la tecnología esta modificando la escena. El programa Google Earth y el GPS están demostrando ser piezas claves en la lucha contra la deforestación y están ayudando a los indígenas a proteger sus tierras.



Los indios tienen acceso al internet en varias oficinas de ACT localizadas en el norte de Sudamérica y utilizan Google Earth para vigilar a distancia sus tierras, buscando los rastros de los mineros.



“Google Earth se usa principalmente para vigilancia,” dice Vasco van Roosmalen, director del programa brasileño de ACT, en entrevista con mongabay.com. “Los indígenas se conectan a Google Earth y estudian sus imágenes, centímetro a centímetro, en busca de la aparición de nuevas minas de oro u otras invasiones. Con las imágenes actualizadas y de alta resolución de la región, pueden ver la decoloración de los ríos que podría ser producto de la sedimentación y la contaminación de una mina cercana. Con estas imágenes son capaces de encontrar hasta la mina de oro más pequeña.”



Vasco van Roosmalen, director del programa brasileño de ACT, junto a un anciano Xingu en el sur del Amazonas. Imagen cortesía de ACT.




Mapeo de Tumucumaque con GPS en Brasil. Imagen cortesía de ACT.

Una vez que los indios detectan áreas sospechosas en Google Earth, anotan las coordenadas y se dirigen a realizar patrullajes a pie para investigar más de cerca o marcan el punto para su posterior sobrevuelo, donde cinco o seis indígenas acompañan a empleados de gobierno en la búsqueda de invasiones ilegales. Van Roosmalen afirma que sin la ayuda las imágenes de satélite, los sobrevuelos serían poco efectivos debido a la extensión del bosque.



“Las imágenes de alta resolución facilitan mucho la labor de encontrar estas áreas,” dice Van Roosmalen. “Cuando Google Earth actualizó estas imágenes a inicios de este año con versiones de alta resolución, fuimos capaces de encontrar casi todos los disturbios dentro del bosque. Nuestros muchachos han estado encontrando minas de oro que ni siquiera suponíamos que existían.”



Van Roosmalen comentó que ACT ha hablado con Google Earth acerca del proyecto.



“A principios de año les mostramos la forma en la que usamos las imágenes,” recordó Van Roosmalen. “Le ofrecimos al equipo de Google Earth una lista de coordenadas donde nos sería útil contar con imágenes más detalladas. También discutimos la posibilidad de encontrar alguna manera para incluir los datos sin derecho de propiedad de los indígenas en Google Earth, como una capa o cobertura con nombres indígenas.”



Más allá de su capacidad para monitorear el bosque, Google Earth y en general internet, también esta ayudando a estrechar los lazos entre los niños indígenas, ansiosos de tecnología, con sus padres, interesados en proteger su territorio.



“Contamos con tres indígenas trabajando en Macapá, la capital del estado,” explica Van Roosmalen. “Los niños pasan tiempo en la computadora y aprenden bastante rápido. Ayudan a sus padres a usar el Google Earth para encontrar minas de oro cerca de los límites de las reservas indígenas. Los chicos no solo se divierten sino que también ayudan a preservar el bosque.”



“Es una combinación perfecta entre la tecnología occidental y las costumbres indígenas,” dijo Plotkin, presidente de ACT. “Tenemos a estos muchachos únicamente pintados de rojo, caminando por la jungla con sus unidades GPS, mapeando su tierra. Es algo agradable, lo mejor de ambos mundos.”



Aquí hay jaguares invisibles de dos cabezas



“Los mapas occidentales están hechos en tres dimensiones: longitud, latitud y altitud,” explica Plotkin. “Los indios piensan en seis: longitud, latitud, altitud, contexto histórico, sitios sagrados y sitios mitológicos o espirituales, donde criaturas invisibles delimitan cuencas y áreas de alta biodiversidad donde no se permite la explotación de los recursos.”



Un mapa modelo creado por los indios en Brasil. Imagen cortesía de ACT.

Sus mapas están meticulosamente detallados e incluyen prácticamente todas las cosas asociadas con un lugar determinado.



“Los indígenas marcan los lugares de donde obtienen materiales para sus casas como bambú y ciertas lianas, sitios donde encuentran miel y madera para su canoas, así como cualquier cosa que puedan comer como cocos, nueces de Brasil y açaí, un rico fruto de una palma. Por ejemplo, estamos trabajando con los Wayana, una tribu guerrera. Ellos han marcado dos regiones especificas dentro del bosque donde pueden encontrar madera lo suficientemente dura para hacer las puntas de sus flechas. También marcaron otro punto en otra porción de la reserva donde consiguen la madera hueca con la que fabrican los fustes de las mismas,” agregó van Roosmalen.



Los indios también ubican la distribución de las plantas medicinales -y realmente usan miles de ellas- pero por razones de seguridad, algunas de la de mayor no se publicitan. En el pasado se presentaron problemas de biopiratería cuando algunos extranjeros incursionaban en algunas tierras para colectar éstas plantas y posteriormente exportarlas. Los indígenas no recibían ningún beneficio.



Además de las plantas los indios ubican todos los lugares donde ven animales, incluyendo tanto animales de caza como mitológicos que tienen un profundo significado espiritual.



“En uno de los mapas los Kamayura dibujaron un animal de dos cabezas, así que le pregunte al chamán que era eso”, recuerda Plotkin. El me contestó “‘es un jaguar invisible de dos cabezas’. Le pregunte si alguna vez había visto uno. Y respondió: ‘No, ellos son invisibles y peligrosos así que nunca vamos ahí”. Después supe que esa área marcada con el jaguar invisible era una zona donde estaba estrictamente prohibida la cacería, preservada para asegurar un refugio para la reproducción de la fauna silvestre del bosque. Esta era su forma de decir que era una área protegida donde no se permitía la cacería”.



Plotkin junto a Amasina, un chamán de la tribu Trio de Surinam. Foto cortesía del Equipo de Conservación del Amazonas.


Entrevista con Mark Plotkin, presidente del Equipo de Conservación del Amazonas: los indígenas son una pieza clave en los esfuerzos de conservación de los bosques lluviosos




EL Dr. Mark Plotkin, presidente de la organización sin fines de lucro Equipo de Conservación del Amazonas, está colaborando con los pueblos indígenas para conservar la biodiversidad, la salud y la cultura de los bosques lluviosos sudamericanos. Plotkin es un destacado etnobotánico y escritor (Cuentos de un Aprendiz de Curandero, La Búsqueda Medicinal) que ha sido nombrado por la revista Time como uno de los “Héroes Ambientales del Planeta”. Ha pasado parte de los últimos 25 años viviendo y trabajando con los curanderos de América Latina. A través de su experiencia, Plotkin ha confirmado que la conservación y el bienestar de la población indígena están intrínsecamente ligados -en los bosques habitados por indígenas, no se puede tener una cosa sin la otra. Plotkin piensa que las iniciativas de conservación existentes podrían ser más efectivas si tuvieran más integración de las poblaciones indígenas con el resto de los esfuerzos de conservación.

Existen buenas razonas por las que los indios afirman que ciertos sitios son sagrados. Las cuencas hidrológicas, que aseguran una provisión de agua fresca potable, se mantienen al margen de disturbios porque son áreas de gran biodiversidad y lugares de plantas sagradas. Los indígenas no quieren la sobrexplotación de estos lugares.



Además de indicar la localización de los recursos, de las aldeas y de los rasgos geográficos como ríos y arroyos, el proceso cartográfico ha ayudado a restablecer los lazos generacionales de sociedades cuya cultura está en riesgo de desaparecer.



“El mapa Tumucumaque tiene más de 2000 nombres indios que nunca antes habían sido registrados”, afirma Roosmalen. “Esto es sumamente importante porque detrás de cada nombre hay una historia que puede servir para arraigarse a la tierra”.



“Por ejemplo, cuando realizamos uno de los primeros proyectos de mapeo, los indígenas iban a las aldeas y a los bosques para obtener los nombres de los lugares. Cuando regresaban nos decían que esto les había llevado más tiempo de lo esperado porque los ancianos se pasaban media hora contándoles la historia detrás del nombre, antes de revelarlo. Y bueno, algunos de estos muchachos reflexionaron sobre ello y nos pidieron grabadoras para poder registrar estas historias, transcribirlas a su lenguaje y hacer un mapa con las historias detrás de los nombres en el mapa. Ahora por primera vez, ellos cuentan con material educativo sobre su cultura”.



“Mira, si quieres cartografiar tu tierra te adentras en el bosque con un GPS y marcas tus puntos y tus rutas, pero el mono al final del arroyo no te va a decir el nombre ni la historia del lugar. Toda la tecnología del mundo no es capaz de explicarte el significado espiritual de un punto. No, esto lo hará el anciano que está sentado en la parte posterior de una choza, aquél que has ignorado desde que eras un niño. Él es el que sabe. De repente, estos ancianos están siendo valorados como enormes fuentes de sabiduría por las nuevas generaciones, las organizaciones conservacionistas como ACT y las agencias de gobierno. Ahora ven el valor de éstos viejos que antes a nadie le importaban”.



En Brasil, Van Roosmalen afirma que éstos mismos mapas están ayudando a los jóvenes a comprender las luchas que protagonizaron sus padres durante los 70s y 80s para adquirir los derechos sobre la tierra.



Taller sobre el uso de GPS realizado por la Unión de Curanderos Yagé de la Amazonía Colombiana (UMIYAC) realizado en Colombia. Imagen cortesía de ACT.



Vasco van Roosmalen con los indios Xingu en la Reserva Indígena Xingu al sur de la Amazonía brasileña. Imagen cortesía de ACT.

“Los ancianos están muriendo. Las nuevas generaciones no han aprendido las historias de sus antepasados o de sus vínculos con la tierra. No existían materiales didácticos. La razón primordial por la que los ancianos solicitaron estos mapas fue por la enorme responsabilidad que tienen para mantener sus tierras. Sus antepasados pelearon muy duro por estos territorios y si las nuevas generaciones no tienen manera de aprender su historia, tampoco les interesará su tierra”.



“Apenas el mes pasado un investigador me comentó, ‘Pensaba que ésta tierra siempre había sido nuestras. No sabía que habíamos peleado tan duro por ella. Ahora necesito hacer un mejor trabajo para administrarla y protegerla.'”



Los mapas cambiaron toda la situación, volvieron importante la cultura para las nuevas generaciones y son una manera sencilla para que la vieja guardia transmita sus conocimientos. Y lo que es más importante, los que decidieron hacer los mapas fueron los indígenas. Van Roosmalen comenta que ACT solo aporta la metodología, pero no les dice a los indios que lo que tienen que cartografiar.



“Ellos saben que están haciendo los mapas para su propio beneficio. Ellos deciden que poner en esos mapas”, dice. “Los mapas los fortalecen y los hacen más auto suficientes”.



Los mapas también tienen implicaciones legales que son importantes para los indígenas. Los mapas se pueden usar para establecer derechos de propiedad de la tierra. Por ejemplo, dice van Roosmalen, en Surinam donde no existen derechos de propiedad indígenas, los mapas sirven como una herramienta bastante básica que los ayuda a obtener derechos sobre la tierra. Grandes cantidades de tierra en Brasil han sido otorgadas a los indígenas pero no tienen titulo de propiedad, lo cual significa que si hay cambios en la constitución, podrían perder sus tierras.



“Una pregunta frecuente entre los políticos e inversionistas es ‘¿por qué tan pocos indígenas necesitan tanto terreno?'” recuerda van Roosmalen. “Cuando les muestras estos mapas detallados con la ubicación de lo que los están usando para sus varios propósitos, es un argumento más poderoso que un simple mapa en blanco con rectángulos verdes dibujados en el”.



Ojos y oídos para el gobierno



Los mapas y la participación de los indígenas también le esta pagando dividendos al gobierno brasileño, preocupado por las actividades ilegales y la seguridad fronteriza. Van Roosmalen afirma que el gobierno ha tenido un gran interés en el entrenamiento de los indígenas sobre el uso del GPS para que puedan monitorear sus áreas boscosas.



Descarga de datos de GPS para cartografiarlos en Surinam. Imagen cortesía de ACT.

“Las agencias de seguridad brasileñas están muy interesadas en la información producida por los guardaparques indígenas. Estos muchachos conocen éstas áreas mejor que nadie -ellos son nuestros ojos y oídos sobre el terreno. Con el GPS y el Internet, ahora los indios disponen de los medios para transmitir la formación de una forma que le es útil al gobierno. Antes de que éstas tecnologías estuvieran disponibles, un indígena podía haber encontrado una nueva pista de aterrizaje o escuchado un avión volando sobre él, pero no tenía forma de comunicárselo a los empleados de gobierno. Pudo haber sabido el nombre tradicional del sitio pero no contaba con ningún mapa en donde identificar su localización. Ahora él es capaz de obtener un punto con el GPS y buscarlo en Google Earth. Hoy puede escribir un reporte completo con toda la información complementaria. El gobierno incluso ha enlazado una base de datos actualizada por los guarda parques indígenas con las bases de datos de seguridad nacional”.



Los pueblos indígenas pueden salvar a los bosques lluviosos y su biodiversidad



El involucramiento de los indígenas en el monitoreo puede jugar un papel clave en los esfuerzos de conservación del bosque lluvioso. Las investigaciones han encontrado que las reservas indígenas tienen menores tasas de deforestación que las regiones que no están protegidas, y algunas observaciones mencionadas por Plotkin sugieren que también pueden conservar la biodiversidad y la cobertura vegetal de manera más efectiva que las áreas naturales tradicionales.



La historia del cartógrafo en jefe de ACT en Surinam, contada por Mark Plotkin




Uno de mis más grandes héroes, llamado Wuta de la tribu Trio del noreste del Amazonas, empacó y dejó el bosque para irse a la ciudad hace una década. Acabo por encontrar un empleo como vigilante en una fábrica de leche. !Uno puede imaginar cuanto gana un vigilante en un país del tercer mundo!. Empezó a perder peso porque no podía tomar su arco y flecha y cazar. Sus hijos enfermaron de malaria porque vivían en una barrio bajo. Término por regresar al bosque con su familia y ahora es nuestro cartógrafo líder en el noreste de la Amazonía. El personalmente se ha encargado de cartografiar 20 millones de acres de bosque lluvioso y de capacitar a miembros de otras tribus a hacerlo.



Pero el punto de todo esto es que él tomó sus propias decisiones, se mudó a la ciudad y una vez ahí, se dijo “aquí no hay ninguna propuesta atractiva”. Creo que nuestro labor como conservacionistas en muchos casos es ayudar a que la gente tome decisiones informadas. He abordado aviones junto a jefes indios y al sobrevolar áreas deforestadas les he dicho “sí, ustedes obtienen empleo con la llegada de los taladores, pero que van a comer cuando se acaben el bosque?”. Hemos remado en ríos de donde se ha extraído oro y les he dicho, “Sí, muy bien, estos muchachos ganan algo de dinero pero ahora no pueden beber el agua y el dinero tampoco, así que es lo que van a hacer?. Pero es su decisión”.

Plotkin señala como ejemplo la reserva indígena de Tumucumaque en la frontera de Surinam.



“La reserva indígena de Tumucumaque está habitada por 2000 indios y tiene una mina de oro,” dijo. “El parque nacional Tumucumaque, en la frontera de la Guyana Francesa tiene aproximadamente el mismo tamaño, quizá un poco más pequeña. Oficialmente está despoblada y, dependiendo de la fuente, tiene entre 10 y 25 minas de oro. El hecho es que es mucho menos atractivo destruir un territorio que es habitado por gente que cuenta con flechas envenenadas”.



Plotkin afirma que las extensas reservas indígenas de Brasil, que ocupan más de un cuarto de la amazonía brasileña, tienen mayor potencial de conservación que los parques nacionales escasamente vigilados del país, que cubren menos del 7% del territorio.



“Si podemos ayudar a los indios a velar por su tierras así como a vigilar las reservas naturales vecinas, tendremos un enorme efecto de apalancamiento conservacionista”, aseguró Plotkin. “Estamos convencidos que la gente que mejor conoce, usa y protege la biodiversidad son los indígenas que habitan estos bosques”, dijo Plotkin.



Plotkin agrega que las iniciativas de conservación tendrían mejores resultados si las poblaciones indígenas estuvieran más integradas con el resto de los esfuerzos conservacionistas, debido a que “tu no tienes indios de bosque lluvioso si no hay bosque lluvioso. La mejor manera de proteger los bosques ancestrales es ayudando a que los indígenas mantengan su cultura, y la mejor manera de hacerlo es protegiendo su bosque lluvioso”.

Equipo de Conservación del Amazonas







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