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Podria el carbono salvar la selva Amazonica?

Podria el carbono salvar la selva Amazonica?

Podria el carbono salvar la selva Amazonica?
Por Rhett A. Butler
es.mongabay.com
16/12/2007

Mientras la deforestación y los cambios climáticos amenazan la aceleración de la perdida de la selva Amazónica, una audaz iniciativa podría financiar la conservación.

El mercado global del carbono podría jugar un papel fundamental salvando la selva Amazónica del desarrollo económico y de los efectos de los cambios climáticos, de lo contrario los cuales podrían desencadenar unos cambios ecológicos dramáticos, según reporta un nuevo articulo publicado en “Science”. Los autores argumentan que un plan bien articulado, financiado por los mercados del carbón, podrían prevenir las peores consecuencias para la selva Amazónica mientras generarían beneficios económicos para los habitantes de la región.

El articulo, “Cambio de Clima, Deforestación y el Destino de la Amazonia”, esta escrito por Yadvinder Malhi de la Universidad de Oxford, J. Timmons Roberts de la Universidad de Oxford y del Colegio de William y Mary, Richard A. Betts de la oficina Met del Centro Hadley en el Reino Unido, Timothy J. Killeen de la Conservación Internacional, Wenhong Li del Instituto de Tecnología de Georgia y Carlos A. Nobre del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) en Brasil. A continuación les presentamos un resumen de algunos de los puntos claves del artículo.

La Amazonia

La Amazonia alberga al bosque tropical más grande de la tierra: en el 2001 cubría cerca de 5,4 millones de km2 a través de nueve países Sudamericanos (del cual Brasil abarca el 62%). Su extensión es tan grande que el ecosistema genera sus propias precipitaciones — el 25 al 50 por ciento de las precipitaciones es reciclado por la evaporación-transpiración del árbol—y afecta el clima hasta el lejano medio Oeste de Norte América. La selva Amazónica también almacena una tremenda cantidad de carbón, alberga tal vez la cuarta parte de las especies terrestres del mundo y contribuye al 15 por ciento de la fotosíntesis terrestre global.

La Deforestación


Deforestation in Brazil


En el 2001 aproximadamente 837,000 kilómetros cuadrados de la selva Amazónica fueron talados. Desde entonces, mientras las tasas de deforestación en Brasil fluctuaron sobre una base anual que varia según los precios de los productos básicos, según las fluctuaciones de las divisas y según las iniciativas de aplicación de la ley, el país ha perdido otros 120,000 kilómetros cuadrados de selva. La mayoría de la tala esta concentrada en los llamados “arcos de deforestación” en los márgenes Sur y Este de la cuenca, y es llevada a cabo ante todo por la expansión del ganado y de la producción de soya. La poda en áreas como el Noroeste de la Amazonia es mínima. Sin embargo, las cifras de deforestación subestiman significantemente la perturbación en la región, donde vastas áreas se ven afectadas por la explotación forestal selectiva y por los fuegos de baja intensidad que hacen que la selva sea más vulnerable a futuras quemas. La fragmentación esta también cobrando tributo, reduciendo la calidad del habita para la principal fauna salvaje de ambiente forestal, causando cambios en la cadena forestal, e incrementando el riesgo de incendios.

El cambio climático




A metric of the probability of enhanced drought in Amazonia: the proportion of 23 climate models that show a decline in rainfall between 1980 to 1999 and 2080 to 2099 under mid-range (A1B) global greenhouse gas emissions scenarios. (A) Any decline (rainfall decline > 0%); (B) significant decline (rainfall decline > 20%); severe decline (rainfall decline > 50%). Dry season rainfall is particularly important. Left column: December-January-February (dry season in north); right column: June-July-August (dry season in central and southern Amazonia). Image and caption courtesy of SciencExpress


Durante las ultimas décadas la tasa de recalentamiento de la Amazonia ha sido alrededor de 0.25°C sin embargo las previsiones a futuro presentan grandes incertidumbres debido a cuestiones sobre como la selva Amazónica en si responderá a concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono mas elevadas y si el ecosistema será un fregadero o fuente de emisiones de gases invernaderos. En un escenario de emisiones de rango medio, se proyecta un incremento en las temperaturas de 3.3°C durante este siglo (en un rango de 1.8 a 5.1°C), aunque unos incrementos sustancialmente más grandes de hasta 8°C podrían ocurrir en el caso que el marchitamiento de bosques a grande escala provoque cambios biofísicos regionales.

El impacto de los cambios climáticos en las precipitaciones es también incomprendido, aunque los autores dicen que modelos del IPCC—el cual dice que “ninguna tendencia consistente en las precipitaciones anuales sobre la Amazonia en el siglo 21″—son probablemente muy conservadores por subestimar la cantidad de precipitaciones y por fallar en incorporar

“Cuando los efectos del incremento de las temperaturas sobre la evaporación-transpiración están incluidos, casi todos los modelos indican el incremento de un déficit estacional del agua en la Amazonia Oriental,” escriben los autores. Esta sequía se vuelve mas severa con un calentamiento global de superior magnitud y es agravado por las respuestas del ecosistema tal como el marchitamiento de los bosques y una reducida sudoración de los bosques remanentes.

Los autores notan que algunos modelos sugieren que el sistema climático-forestal de la Amazonia podría tener dos estados estables y la perdida de 30 a 40 por ciento de la cobertura forestal podría provocar un cambio para gran parte de la Amazonia y convertirlo en un estado mas seco.

“La perdida de bosques también resulta en (i) una reducción de nubes y en un acrecentado asoleo,(ii) en un incremento en la reflexión de la superficie de la tierra contrarrestando el efecto de las nubes, (iii) en cambios en la carga de aerosol en la atmósfera, desde una atmósfera súper limpia tipo “océano verde” hasta una atmósfera continental humeante y polvorienta que puede modificar los parámetros de precipitaciones y (iv) producir cambios en la irregularidad de la superficie y por ende en las velocidades de los vientos así como en la convergencia a gran escala de la humedad atmosférica que generan las precipitaciones”, escriben Malhi y sus colegas.

Los efectos sinergeticos del cambio de clima y de la deforestación

Los autores dicen que mientras los experimentos en sequía artificial y detección a distancia muestran que los bosques Amazónicos intactos son mas resistentes al las sequías de lo que se supone, los efectos combinados de la deforestación con el cambio climático podrían incrementar su vulnerabilidad al fuego y su desaparición a gran escala.

“La combinación sinergetica del calentamiento global, de la deforestación y del incremento en los incendios forestales representa una amenaza real para el funcionamiento de los ecosistemas de la Amazonia y podría conducir a una gran reducción de la cobertura forestal en la Amazonia durante este siglo,” dijo el co-autor Dr. Carlos Nobre a mongabay.com




The potential overlap between deforestation and climate change. Potential loss in forest cover (brown) by 2050 under (A) business as usual and (B) increased governance scenarios [derived from (2)], superposed on mean projection of precipitation change in June-July-August (dry season in all but the northern edge of Amazonia) by the late 21st century. Precipitation scenarios are from mid-range (A1B) global greenhouse gas emissions scenarios, from the 21 climate models employed in IPCC Fourth Assessment Report [extracted and modified from (15)]. The projection of precipitation change is correlated with the probability of drought (Fig. 1). Image and caption courtesy of SciencExpress


“La velocidad y la magnitud de las presiones humanas actuales sobre los bosques están afectando la resistencia de la selva. Los bosques cerca a las orillas son vulnerables a una alta sequedad, a la mortalidad del árbol, y a los impactos del fuego,” afirman los autores. “La selva puede volverse inflamable por temporadas durante los años mas secos, pero sin unas fuentes antropogénicas de auto encendido el fuego es un acontecimiento raro. Por ello el fuego ha sido una fuerza selectiva y evolucionaria bastante débil, y como resultado muchas especies de árboles carecen de adaptación que les permita sobrevivir a fuegos aun de baja intensidad.

“La explotacion forestal y la fragmentacion de los bosques incrementa tambien la inflamabilidad de los bosques proporcionando un sustancial material de combustión, abriendo la cubierta , secando la capa de humus, e incrementando tremendamente la cantidad de orillas forestales secas propensas al fuego,” agregaron, mientras hacian notar que el 28 por ciento de la Amazonia Brasileña enfrenta un riesgo de fuego “naciente”

Otra amenaza proviene de los ambiciosos planes en desarrollar la Amazonia para la agricultura, la energía, la madera y los minerales. Manifestada como el programa multimillonario “Avanza Brazil” en Brasil y con otros nombres en otros lugares, los autores dicen que los planes actuales para la expansión de la infraestructura podría reducir la selva Amazónica de 5,4 millones de kilómetros cuadrados en el 2001 a 3,2 millones de kilómetros cuadrados en el 2050. Sin mencionar otra deforestación è impactos de cambios climáticos, este desarrollo en si liberaría unos 32 petagramos (32 mil millones de toneladas métricas) de carbono, equivalente a mas de 4 años de emisiones globales de carbono por quema de combustibles fósiles.

Mientras los autores esperan mas talas por ocurrir en el Sur y en el Este, dicen que la remota región del Noroeste de la Amazonia—que posee la parte mas grande de la biodiversidad de la región—es “vulnerable a la exploración del hydrocarbono y a la plantaciones de aceite de palma que son apropiadas para climas húmedos y suelos ácidos, los cuales ya remplazaron a muchas de las selvas tropicales de Asia.

“La sequía de la Amazonia, causada ya sea por conductores locales o globales, puede expandir grandemente las áreas adecuadas para la soya, el ganado y la caña de azúcar, acelerando la desaparición de los bosques”, escriben los autores.

Preparándose para los cambios climáticos en la Amazonia

Mientras que la perspectiva en algunos escenarios es grave, los autores dicen que la planificación para el desarrollo y el cambio climático podrían mitigar algo de los peores potenciales resultados en la Amazonia. Los autores sugieren cinco recomendaciones claves : limitar la extensión de la deforestación bien por debajo de posibles umbrales climáticos (30-40 por ciento deforestado) mediante el uso de una matriz de grandes áreas protegidas y de paisajes humanamente manejados; controlar el fuego a través de la educación y de la aplicación de la Ley; mantener unos extensos rangos de especies para la migración; proteger los lechos de los ríos; conservar el núcleo del noroeste de la Amazonia por su gran biodiversidad. Al implementar estas medidas, los autores estiman que la deforestación podría reducirse desde una perdida de 47 por ciento del área original de bosques para el 2050 a un 28 por ciento de perdida, evitando 17 petagramos de emisiones de carbono.

Financiando un plan de recuperación del clima para la Amazonia


Potential earnings from avoided deforestation, based on annual rate of forest loss in selected countries from 2000 to 2005 and average carbon storage values from FAO. Carbon is assumed to be priced at $5 per metric ton of carbon dioxide equivalent. Note: these figures only include emissions from deforestation, not land degradation. By some estimates, Indonesia’s annual emissions may be higher than those of Brazil due to degradation of carbon-rich peatlands. Calculations are by mongabay and are not in any way related to the Science paper.


Los autores dicen que financiar un plan de recuperación para la Amazonia será un reto debido “al empuje de fuerzas de mercado global, a los recursos financieros insuficientes, al suministro de libre acceso a la información, a una capacidad técnica y de gobernabilidad limitada y a la aplicación sin efecto de las leyes”, pero esperan que nuevos proyectos para mitigar los cambios climáticos podrían actuar como una “fuerza compensadora a las presiones económicas por la deforestación.”

Específicamente, los autores dicen que la REDD (Reduciendo las Emisiones por la Deforestación en los países en vía de Desarrollo), el concepto en el cual los países de la selva tropical son compensados por países industrializados para los servicios del ecosistema proporcionado por los bosques, podrían ser la clave para proporcionar fondos con el fin de preservar las partes criticas de la Amazonia. REDD será un tema de discusión en la reunión del clima de la Naciones Unidas durante la próximas semanas en Bali.

“REDD tiene el potencial para cambiar el equilibrio de fuerzas implícitas de mercado económico que favorizan actualmente la deforestación (45), por medio de un aporte de miles de millones de dólares para los servicios del ecosistema suministrado por las regiones de la selva, pero va a requerir una planificación, ejecución y seguimiento a largo plazo excepcionales”, escriben los autores.

“Evitar las emisiones reduciendo la deforestación del los bosques tropicales de la Amazonia puede ser la clave, las contribuciones por parte de los países Amazónicos a los esfuerzos globales por mitigar el cambio de clima en las décadas venideras”, agrego el co-autor Carlos Nobre en un intercambio de emails con mongabay.com. “Para que esto sea factible, se necesita urgentemente que la UNFCCC implemente un nuevo mecanismo para compensar a los países tropicales quienes en realidad reducen las tasas de deforestación”.

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