Malas noticias para las ranas: el declive de anfibios es peor de lo que se temía
Malas noticias para las ranas: el declive de anfibios es peor de lo que se temía
Esta vez el culpable podría ser el calentamiento global y no las enfermedades
Rhett A. Butler
Traducción por Genoveva Trejo Macías
mongabay.com
12/2/2008
Evidencia nueva sugiere que la situación de los anfibios podría empeorar con el cambio climático global. Algunas investigaciones recientes advierten que las áreas protegidas para la conservación de la biodiversidad no serán suficientes para evitar la extinción de las ranas.
Steven M. Whitfield, de la Universidad Internacional de Florida, y su equipo de investigación encontraron que las poblaciones de anfibios y reptiles se redujeron en un 75% desde 1970 dentro del área protegida de La Selva, en Costa Rica.
Los anfibios están severamente amenazados por el cambio climático, la contaminación y la emergencia de una enfermedad micótica mortal que está relacionada con el calentamiento global.
De acuerdo a la Evaluación Global de los Anfibios, un tercio de las 5,918 especies de anfibios conocidos, están en peligro de extinción. Además, es probable que más de 120 especies se hayan extinguido desde 1980.
Debido a que los anfibios tienen una piel altamente permeable y pasan su vida en el agua y en la tierra, estos animales son sensibles ante los cambios ambientales y actúan como indicadores de la salud relativa del ecosistema.
Hasta la fecha, la mayoría de las disminuciones observadas en anfibios han ocurrido en regiones templadas o en regiones montañosas de los trópicos, lo que se le atribuye a las infecciones parásitas de un hongo quitridio. Simultáneamente se ha reportado una disminución en las poblaciones de reptiles.
Los investigadores sugieren que el cambio climático es el causante del colapso en las poblaciones y argumentan que la combinación de escasez de lluvia y el aumento en la temperatura tienen un impacto negativo sobre la cantidad de hojarasca, un microhábitat crítico para este tipo de herpetofauna.
Sin datos de abundancia y densidad poblacional obtenidos a largo plazo, es imposible determinar con qué frecuencia disminuyen las poblaciones de anfibios. Estos datos son indispensables para entender por completo la crisis de declinación de los anfibios.
La carencia de información podría estar debilitando las evaluaciones de conservación, ya que las percepciones de los niveles históricos de la riqueza de especies en el ecosistema cambian.
Además, la falta de datos históricos acerca de las densidades poblacionales podría dar pie a evaluaciones inapropiadas en el estatus de conservación. Sin datos históricos robustos que indiquen la precipitada disminución de anfibios y reptiles, las densidades actuales de las poblaciones de herpetofauna podrían sugerir que las especies no se encuentran en peligro.
La declinación en las poblaciones de anfibios no ocurre únicamente en climas fríos, pero debido a que la disminución en estos sitios es más rápida, estos son los únicos hábitats en donde se ha detectado el fenómeno.
Debido a que se conoce poco acerca de la naturaleza y extensión de la declinación de anfibios, es difícil recomendar estrategias de conservación para evitar su extinción. Sin embargo, proteger el hábitat es el medio más efectivo para conservar la biodiversidad.
El Arca de los Anfibios pretende salvar a los anfibios amenazados, al hacer de los zoológicos, acuarios y jardines botánicos santuarios para especies en peligro, lo que protegería a estos animales hasta que los científicos encuentren la manera de frenar a los hongos quitridios y otras amenazas. El concepto de Arca de los Anfibios podría salvar a algunas especies de las más amenazadas, pero está lejos de ser la solución ideal. Los programas intensivos de reproducción en cautiverio son un método caro de proteger a las especies, y se necesita urgentemente generar más investigación.
El gran reto actual es obtener el apoyo necesario del gobierno y la sociedad para responder con rapidez a la pérdida de esta clase de vertebrados.