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¿Capitalistas en busca de ganancias para salvar las selvas tropicales?

¿Que hace usted para ayudar a salvar las selvas tropicales?

Invirtiendo para salvar las selvas tropicales:

Una entrevista con Hylton Murray-Philipson de Canopy Capital

Rhett A. Butler

es.mongabay.com
7 de julio de 2008




¿Capitalistas en busca de ganancias para salvar las selvas tropicales?


La semana pasada Canopy Capital, una firma privada con sede en Londres, anunció un negocio histórico para preservar la selva tropical de Iwokrama, una reserva de 371,000 hectáreas en el país sudamericano de Guyana. A cambio de financiar una parte “significativa” del programa de investigación y conservación de Iwokrama ($1.2 millones), Canopy Capital se aseguró el derecho a desarrollar servicios ambientales con valor agregado provisto por la reserva. Esencialmente la firma financiera apuesta a que los servicios generados por una selva tropical viva – incluyendo la generación de precipitaciones, la regulación del clima, el mantenimiento de la biodiversidad y almacenamiento de carbono – finalmente serán considerados valiosos en los mercados internacionales.



Hylton Murray-Philipson, el director de Canopy Capital, dice que el acuerdo — que devuelve el 80 por ciento de los beneficios a los pobladores de Guyana — podría establecer las bases de una era en la que la conservación forestal esté guiada por la prosecución de beneficios económicos más que por principios altruistas.



Hylton Murray-Philipson, founding director of Canopy Capital

“Los esfuerzos conservacionistas de las dos últimas décadas básicamente han fallado en lo que se refiere al desarrollo del Amazonas. Toda mi vida adulta la he pasado leyendo sobre la destrucción de la selva tropical del Amazonas, sin embargo continúa sucediendo. ¿Cuál es el problema? Francamente, la falta de dinero. La filantropía es demasiado escasa, los gobiernos son demasiado lentos, así que todo dependerá de los mercados”, declaró a mongabay.com durante una entrevista telefónica. “El único modo de modificar esta situación es si el móvil es el beneficio económico. Es lo que se necesita para tomar las riendas del poder en los mercados. Pero no es suficiente obtener un beneficio — debemos también desarrollar un mejor modo de vida para los pobladores de la región. Necesitamos empezar a valorar las partes intrínsecas de la selva como entidades intactas más que intentar convertirlas en algo diferente”



Murray-Philipson cree que el mercado pronto verá el desarrollo de una clase totalmente nueva de productos financieros atados al valor de los servicios ecoambientales provistos por las selvas. Él sugiere que un indicador importante basado en las propiedades de las selvas como entidades globales, podría algún día ayudar a los gerentes financieros a determinar el valor económico de una selva dada en cualquier parte del mundo, así como a proporcionar incentivos para su conservación.



“El indicador incluiría bloques de selva alrededor del mundo y estaría basado en un conjunto de criterios establecidos aplicables a todos los bosques, ” explicó. “Por ejemplo, digamos que usted tiene diez elementos diferentes y cada elemento puede tener un puntaje de 10 para un puntaje máximo de 100. Si el bosque está preservando una cultura indígena, ése podría ser un elemento. Otros podrían incluir el grado de amenaza, la presencia de endemias o especies en peligro, el potencial para eco-turismo o la cosecha sustentable de productos forestales, si el bosque es un corredor para migración de especies o la generación de lluvia, la calidad de su gobierno, y cuánto se benefician los pobladores locales con los acuerdos conservacionistas. El índice debería incorporar todas las características posibles para crear un patrón mediante el cual todas las selvas del mundo puedan ser medidas, para dar un grado de uniformidad a los inversores y que también mantenga la diversidad de los activos, que es por supuesto la más importante característica de la selva.”



The Iwokrama Reserve, Guyana – view from Turtle Mountain

“Una ventaja del sistema de clasificación es que podría promover el desarrollo de nuevas reservas y áreas de conservación. Por ejemplo, si tienes veinte y tantos años, amor por la naturaleza y una mente aguda, podría valer la pena para ti ir a alguna parte en problemas del mundo, para tratar de ” mejorar ” un área forestal, formar relaciones con los beneficiarios locales para lograr atraerlos, detener la tala ilegal, y conducir un estudio sobre biodiversidad. Estas acciones pueden básicamente aumentar tu puntaje en el sistema de valuación, haciendo por lo tanto a ese bosque más valioso. Es un modo de tomar el control del beneficio económico para hacer que las cosas funcionen. El índice facilita las cosas a los gerentes financieros para comprar en este mercado.”



En el transcurso de dos entrevistas telefónicas con mongabay.com, Murray-Philipson habló sobre el acuerdo de Iwokrama (una compañía financiera privada compra los derechos sobre los servicios medioambientales de la selva de Guyana) y su perspectiva sobre los pagos por servicios del ecosistema.



Una entrevista con Hylton Murray-Philipson



Mongabay: ¿Cuál es la respuesta que se está obteniendo con respecto al negocio en Iwokrama?



Hylton Murray-Philipson: Es absolutamente enorme. El interés es extraordinario.



Mongabay: ¿Cuál fue su motivación para el negocio de Guyana?



Hylton Murray-Philipson: Mi motivación para hacer cualquier negocio en cualquier parte viene de mi percepción de dónde estamos en el mundo. Siento que estamos en un lugar crítico. Pienso que es la última oportunidad que tenemos como especie para tomar acciones antes de que estemos, en poco tiempo, en un camino comprometido por un significativo cambio climático.



Deforestation in the Brazilian Amazon

Mirando a los bosques tropicales específicamente, los esfuerzos conservacionistas de las dos últimas décadas básicamente han fallado en lo que se refiere al desarrollo del Amazonas. Toda mi vida adulta la he pasado leyendo sobre la destrucción de la selva tropical del Amazonas, sin embargo continúa sucediendo. ¿Cuál es el problema? Francamente, la falta de dinero. La filantropía es demasiado escasa, los gobiernos son demasiado lentos, así que todo dependerá de los mercados. Nuestra firma está llevando el capital a la naturaleza. El único modo de modificar esta situación es si el móvil es el beneficio económico. Es lo que se necesita para tomar las riendas del poder en los mercados. Pero no es suficiente obtener un beneficio — debemos también desarrollar un mejor modo de vida para los pobladores de la región. Necesitamos empezar a valorar las partes intrínsecas de la selva como entidades intactas más que intentar convertirlas en algo diferente.



Mongabay: ¿Por qué Guyana?



Hylton Murray-Philipson: Inicialmente traté de hacer algo en Brasil. Yo viví allí durante 5 años preparando el establecimiento de un banco de inversiones, hace 20 años. Conozco el ambiente, hablo el idioma y obviamente sé que aún si ganáramos las batallas en las Guyanas, Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela, pero perdemos en Brasil, esencialmente estaríamos perdiendo la guerra. Por eso empecé en Brasil, pero la perspectiva brasileña en esto es muy complicada. Sí, Brasil ha recorrido un largo camino – hace apenas dos años vetaron esencialmente todos los debates internacionales sobre bosques tropicales y las conversaciones sobre bosques no existían – pero incluso ahora el país no está proponiendo soluciones basadas en los mercados. Intentaron hacer pagos de gobierno a gobierno — lo que no recibió un amplio apoyo – antes de poner sobre la mesa su propia idea sobre lo que son las soluciones basadas en los mercados, pero, para ser honesto, esta idea no responde a ningún mercado que yo conozca. Finalmente, la falta de definiciones legales a nivel federal lo hace todo muy difícil.



Así que cuando supe acerca de Iwokrama en Guyana pensé, ésta es la respuesta a todas mis oraciones — es realmente la joya de la corona. En Guyana tenemos al jefe de estado, el presidente Bharrat Jagdeo, diciendo a abiertamente, ” Hey muchachos, por favor vengan y ayúdenme porque estoy en un momento muy interesante en el desarrollo de mi país.” Guyana era un caso perdido desde el punto de vista financiero, gastaba 94 por ciento de los ingresos federales en el pago de deuda externa, pero ahora la deuda se ha cancelado y el país se está preguntando qué dirección tomar. Guyana no solo no está a la vanguardia de la destrucción – ni siquiera está en la misma dirección que Pará o Mato Grosso. Mi pregunta es: si no podemos cosechar la fruta que cuelga más baja en el árbol, entonces, ¿qué podríamos hacer en cualquier otra parte?



Cuando se compromete a la gente en estos temas y dicen ” OK, está bien, estoy de acuerdo con tu perspectiva, ¿pero ahora en qué voy a invertir?” rápidamente se dan cuenta de que no hay nada en qué invertir. Mudarse y acaparar pedazos de tierra en estos países es la reacción inmediata que la gente tiende a tener pero esa no es la respuesta – no existe bastante dinero y es políticamente, socialmente y moralmente inaceptable.



Iwokrama

Iwokrama presenta una oportunidad especial. En 1996, a través de un acta del Parlamento, el pueblo de Guyana cedió 371,000 hectáreas al Commonwealth, para ser administradas para su beneficio y el beneficio del resto del mundo. O sea que hemos tenido ya 12 años de gobernabilidad, que es clave para asegurar que el dinero va a ser manejado correctamente. Típicamente una vez que se identifica un lugar para inversión, uno comienza a hacerse preguntas como éstas: “¿Qué va a suceder con el dinero que invierto? ¿Terminará en Suiza? ¿Realmente va a hacer la diferencia que yo quiero que haga? En otras palabras, ¿voy realmente a obtener aquello por lo que estoy pagando?” Quizá soy un cínico en mi perspectiva del precedente sentado por el Programa Piloto para la Conservación de las Selvas Brasileras fundado por el G7 (Grupo de los 7) en Brasil – francamente la mayor parte de ese dinero nunca salió de Brasilia. Es muy fácil hacer declaraciones aspiracionales, decir que uno va a hacer esto, aquello y lo otro, pero hacer una diferencia real en los hechos es muy difícil.



En Iwokrama tenemos un jefe de estado que sustenta las acciones, tenemos 12 años de gobierno internacional, tenemos la asociación con el Commonwealth, tenemos el patrocinio del Príncipe de Gales, el idioma inglés, cumplimiento de las leyes, y un país básicamente a mitad de camino entre Brasil y los EE.UU. que tiene selvas muy densas, muy ricas, y muy bellas. Si no se puede hacer algo de trabajo en Guyana, no estoy seguro de que vayamos a lograr algo en alguna parte alguna vez. Así que ésta es, en muchas palabras, la explicación de por qué tiene que ser Guyana.



Mongabay: ¿Hacia dónde cree usted que va el mercado? ¿Supone que irá más allá del carbono para evaluar otros servicios medioambientales como el agua?



Hylton Murray-Philipson: Hay diferentes modos de analizar los servicios ecosistémicos. Se podría, por ejemplo, repartir los derechos sobre el agua y venderlos a Cargill, a los cultivadores de soja en Mato Grosso, a los habitantes de Lima (Perú) y a quienquiera que se está beneficiando con el agua generada por la selva amazónica. Las compañías de agua en Sao Paulo o Georgia serían ejemplos clásicos. Déjeme explicar. Han habido estudios muy importantes que vinculan la selva del Amazonas con las precipitaciones en Norteamérica, si es así podría ser que la selva de Guyana está jugando un papel económico clave en los EE.UU. Del mismo modo, el año pasado Argentina tuvo escasez de energía y sequía porque la lluvia caída en el Amazonas no fue la habitual. Entretanto Brasil tuvo $58 mil millones en exportaciones agrícolas el año pasado y aproximadamente un 70 % de la generación de electricidad del país viene del sistema hidroeléctrico. Si no llueve, ésto afecta directamente la producción energética y la producción agrícola, los componentes esenciales de la economía. Otra forma de ver este tema es comparar las selvas tropicales con un servicio gigantesco – si uno no paga sus cuentas de los servicios, le van a cortar la electricidad y el agua.



Sin embargo el valor real de los servicios ecosistémicos está en que es un conjunto de elementos. Es la complejidad y diversidad pura de la vida lo que le da a la selva su valor. Así que, sí, pienso que nosotros nos estamos moviendo más allá del carbono. Por supuesto, el carbono no es incidental. En Guyana se acumulan más de 100 toneladas de carbono – posiblemente el doble — por hectárea.



Mongabay: Aparte de las entidades que usted menciona, ¿quién más pagará por estos servicios ambientales? ¿Ve la industria aseguradora como un cliente potencial? ¿Dónde encajan los gobiernos de los países industrializados en la ecuación?



Hylton Murray-Philipson: Las compañías aseguradoras pueden ser una parte clave en este mercado desde el momento en que ya están lidiando con riesgos climáticos en lugares como Florida.



The Keiteur Falls in the Iwokrama Reserve, Guyana

Un contribuyente potencial en mi mente es el Programa Nacional de Seguros contra Inundaciones (NFIP) de FEMA. Si usted es un residente de Florida y no puede conseguir un seguro comercial para su casa, tiene el derecho de tener una póliza cubierta por el Tío Sam – el gobierno federal. La cobertura comercial del NFIP es de alrededor de un trillón de dólares, 40% de esa cantidad sólo en Florida. Ahora si usted es el Secretario del Tesoro Paulson y la NFIP le está reportando $400 mil millones de cobertura en las áreas propensas a inundación en Florida, yo diría que es fiduciariamente irresponsable para el contribuyente americano no desarrollar el único reaseguro que Hank Paulson posiblemente podría proporcionar: contribuir a la preservación de la selva del Amazonas. O sea que éste sería un modo en que las compañías de seguros podrían pagar por servicios basados en ecosistemas.



El seguro también es un método a través del cual los gobiernos del G-8 podrían unirse y decidir que ellos por su cuenta van a conducir al mundo en lo que respecta a la salvación de las selvas tropicales. Podrían ordenar que todos los seguros de sus mercados incluyeran cierta cantidad de dinero para la conservación de las selvas tropicales de todo el mundo. Hay una equidad fundamental en ello. Si usted tiene un Lear jet, un yate, o una casa enorme, tiene más para asegurar y tiene que pagar más. Pero su impacto en el entorno es también mayor y creo que es justo. Si tiene poco no va a tener que pagar tanto. ¿Qué objeto tiene convertirse en billonario si el techo de su casa se le cae en la cabeza porque no lo mantuvo?



Mongabay: ¿Está usted también mirando hacia otras partes del mundo o va a enfocarse en Guyana para hacer que funcione allí primero?



Hylton Murray-Philipson: Creo que primero vamos a tratar de que funcione en Guyana.



Pienso que el próximo tema que podríamos encarar es lo que describiría como un proyecto de “ponderación” de bosques de modo que podamos desarrollar un tipo de activo real, para que un gerente financiero que nunca ha visto una selva tropical en su vida decida que éstas son una buena inversión. Un índice es un vehículo perfecto para esto.




Amazon rainforest canopy in Peru.

El indicador incluiría bloques de selva alrededor del mundo y estaría basado en un conjunto de criterios establecidos aplicables a todos los bosques. Por ejemplo, digamos que usted tiene diez elementos diferentes y cada elemento puede tener un puntaje de 10 para un puntaje máximo de 100. Si el bosque está preservando una cultura indígena, ése podría ser un elemento. Otros podrían incluir el grado de amenaza, la presencia de endemias o especies en peligro, el potencial para eco-turismo o la cosecha sustentable de productos forestales, si el bosque es un corredor para migración de especies o la generación de lluvia, la calidad de su gobierno, y cuánto se benefician los pobladores locales con los acuerdos conservacionistas. El índice debería incorporar todas las características posibles para crear un patrón mediante el cual todas las selvas del mundo puedan ser medidas, para dar un grado de uniformidad a los inversores y también mantenga la diversidad de los activos, que es por supuesto la más importante característica de la selva. Iwokrama tendría un puntaje bastante alto. Tiene poblaciones indígenas, buena gobernabilidad, y lo más importante, acuerdos de beneficios locales.



Una ventaja del sistema de clasificación es que podría promover el desarrollo de nuevas reservas y áreas de conservación. Por ejemplo, si tienes veinte y tantos años, amor para naturaleza y una mente aguda, podría valer la pena para ti ir a alguna parte en problemas del mundo, para tratar de ” mejorar ” un área forestal, formar relaciones con los beneficiarios locales para lograr atraerlos, detener la tala ilegal, y conducir un estudio sobre biodiversidad. Estas acciones pueden básicamente aumentar tu puntaje cuenta en el sistema de valuación, haciendo por lo tanto a ese bosque más valioso. Es un modo de tomar el control del beneficio económico para hacer que las cosas funcionen. El índice facilita las cosas a los gerentes financieros para comprar en este mercado.



Lo que realmente me trajo hasta este punto, es la idea de que el modelo económico que hemos heredado del Siglo XIX no es válido para la situación en que nos encontramos ahora. Yo tengo dos hijos de 7 y 11 años, y me preocupa el mundo que van a heredar. Este proceso en el que hemos estado desde la Revolución Industrial – convertir capital natural en capital manufacturado y luego capital financiero – funcionaba en el 1900 cuando la población mundial era sólo 1.5 mil millones. Pero ahora que la población es de 6.5 mil millones – y pronto será de 9 mil millones – y estamos consumiendo en proporciones inimaginables para nuestros abuelos, está absolutamente claro que si seguimos así todo terminará destruido. Basta con leer el informe oficial de la Evaluación de Ecosistemas de las Naciones Unidas y el IPCC. La pregunta es: ¿por qué hay semejante abismo entre conocimiento y falta de la acción? El mensaje no está llegando. No podemos sentarnos a esperar que los líderes mundiales reaccionen, se unan y se pongan de acuerdo en algo. Tenemos que tomar la situación en nuestras propias manos hasta cierto punto. Obviamente que vamos a necesitar apoyo de los gobiernos en algún momento. Pero si pudiéramos en cierta medida abrir una senda, mostrar el camino, y dar forma al proceso, es lo mejor que podríamos hacer en este momento desde el sector privado. Ésa es la razón de ser de Canopy Capital.



Mongabay: ¿Entonces cree que en cierta medida esto será un mercado con ciertas reglas?



Hylton Murray-Philipson: Hasta cierto punto creo que será forzoso un acuerdo global que reconozca la importancia de las selvas tropicales. No creo que vaya a ser como el acuerdo de Kyoto basado en las emisiones de carbono. Vamos a necesitar pensar más allá de las emisiones.



La filosofía detrás de esta inversión es que el mundo finalmente va a comprender el valor de las selvas para asegurar las lluvias, la biodiversidad del hábitat, y para combatir el cambio climático. Si logramos $20 al año por hectárea en compensación por Iwokrama, se beneficiarán sus habitantes, la tribu de Makushi, así como las personas de Guyana. Nuestra firma también podría obtener un beneficio, pero un 80 % del aumento en el valor beneficiaría a los habitantes de la reserva.



Mongabay: Su lema es ” Llevando el capital a la foresta” – ¿podría explayarse sobre su filosofía de inversión?



Hylton Murray-Philipson: Llamé a la compañía Canopy Capital porque no quería tener nada que ver con el carbono – esto realmente no es acerca del carbono, es acerca de la vida. ¿Cómo se le pone precio a una vida?


Personalmente lamento que tengamos que hacer esto, pero en vista de que somos como langostas – consumiendo todo a nuestro paso — tenemos que empezar a darle valor a los bosques porque de otra manera, como dice el presidente Jagdeo, “terminarán siendo cambiados por algo que me permita a mí o a mis sucesores dar salud, educación, agua, y electricidad a las personas de Guyana,” que es su derecho y aspiración. No podemos de ningún modo sentarnos en California o Londres y decirle a esta gente de los países en vías de desarrollado ” protejan sus bosques ” mientras que disfrutamos una vida agradable. No es equitativo y no va a suceder. Por lo tanto el único modo de que estas selvas continúen existiendo y hagan una contribución a la humanidad sin restricciones, es si reconocemos su valor a través de los mercados. Hay algo de pena en mi corazón pero pienso que es lo correcto hacer y también lo mejor que se puede hacer.



El dinero es un medio para conseguir un fin, no el fin en sí mismo. Siento que hemos perdido el rumbo en un mundo en que el 50 % de las personas vive en ciudades, alejadas de la naturaleza.



Investing to save rainforests: An interview with Hylton Murray-Philipson of Canopy Capital






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