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Los mercados de carbono, no conservacionistas, podrían salvar los bosques tropicales de Camerún

Los mercados de carbono, no conservacionistas, podrían salvar los bosques tropicales de Camerún

Los mercados de carbono, no conservacionistas, podrían salvar los bosques tropicales de Camerún

Rhett A. Butler

Traducido por Patricia Rossi

es.mongabay.com
10 de julio de 2008



El gobierno de Camerún está analizando arrendar 830.000 hectáreas de bosque tropical a los conservacionistas por una suma anual de $1.6 millones. ¿El problema? No hay grupos conservacionistas interesados. El precio que pide es, aparentemente, demasiado alto, según The Economist.



El bosque de Ngoyla-Mintom, como se conoce a la concesión, limita con la República de Congo y sirve como corredor entre tres parques nacionales en Camerún, Gabón y la República de Congo. Ngoyla-Mintom es el hogar de criaturas salvajes, incluyendo elefantes y gorilas.



Sin ofertas que alcancen el precio pedido, el Ministro camerunés de Silvicultura Joseph Matta dice que no tiene más opción que subastar la tierra a los madereros.



Como dice The Economist, “Ngoyla-Mintom se está convirtiendo en una prueba interesante de lo que el mercado de la conservación tendrá que resolver.”



Una posibilidad es que los mercados de carbono vean el valor del carbono almacenado en la vegetación de Ngoyla-Mintom y concluyan que vale la pena protegerlo por el flujo de compensaciones que podría generar bajo el proyecto de Reducción de la Deforestación y la Degradación (REDD), un mecanismo incipiente para luchar contra el cambio climático protegiendo los bosques tropicales. A pesar de que REDD está solamente en sus inicios, hay muestras de progreso. La semana pasada, la provincia de Aceh en Indonesia firmó el primer proyecto REDD y el Banco Mundial ha comprometido US$ 300 millones para su recientemente creado Fondo Cooperativo para el Carbono, una propuesta que ofrecerá créditos compensados de carbono a los países tropicales para preservar las selvas



Un cálculo conservador sobre Ngoyla-Mintom señala que sus 830.000 hectáreas de selva almacenan más de 200 millones de toneladas de bióxido de carbono (si se asume una acumulación de 250 toneladas de bióxido de carbono por hectárea – los valores reales pueden exceder las 700). Si Ngoyla-Mintom calificara para REDD, la propuesta de protección forestal parecería ser un ofrecimiento de retorno competitivo en relación a la tala.



Los cálculos de REDD



Entre el año 2000 y el 2005 Camerún perdió un promedio del 1 % anual de su selva. Para calcular el rédito potencial generado por REDD, si aplicáramos esa cantidad a las 830.000 has de la cubierta del bosque de Ngoyla-Mintom, ascenderían a una pérdida anual de 8.300 has.



Asumiendo un total de 160 toneladas de bióxido de carbono emitidas por hectárea talada, a $3 la tonelada de CO2, REDD generaría créditos por un valor de $64 millones (valor neto actual por 30 años a una tasa de descuento del 5 %), superando ampliamente los $26 de la tasa de concesión (NPV por 30 a una tasa de descuento del 5 %). La diferencia de $38 millones parece más que compensar los costos laborales y de desarrollo local para la cosecha de madera.



Estos cálculos fallan por el lado de la precaución. Las emisiones de carbono de la zona de la tala de árboles de Ngoyla-Mintom serían probablemente considerablemente más altas que las supuestas, especialmente si la tierra fuera posteriormente utilizada para la agricultura. Más aún, los créditos de REDD son actualmente de más de $3 y los créditos europeos de ETS negocian actualmente más de $90 por tonelada. Sin embargo, el modelo actual sugiere que aún a un precio máximo de $1.21, los créditos REDD igualarían el rédito de las concesiones para tala.



Los mercados del carbono, no conservacionistas, podrían transformarse en los salvadores del bosque de Ngoyla-Mintom.






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