El año pasado 73 manatíes fueron asesinados por botes en Florida, a pesar de dos décadas – de relativa protección. De hecho, la muerte de los manatíes, debido al choque de los botes, solamente se ha incrementado desde que se implementó la protección. Un estudio reciente en la Universidad, Florida Atlantic, finalmente ha revelado porqué los botes son tan peligrosos para los manatíes: el manatí no puede escapar porque no oye.
Los Biólogos habían asumido que los manatíes podían oír los botes, pero que eran muy lentos para evitarlos y demasiado sordos para aprender esquivarlos, después de haber sido golpeados. El Dr. Edmund Gerstein, Director de investigación de mamíferos marinos en FAU’s Charles E. Schmidt Collegue of Science, no estaba convencido con este argumento, generalmente aceptado.
“Los manatíes tienen la habilidad cognitiva para aprender y recordar al igual que los delfines y las orcas”, dijo Gerstein. “Además, cuando se asustan ó tienen miedo, los manatíes saltan en un arrebato de energía y pueden alcanzar velocidades para nadar superiores a 6.4 metros, por segundo, en un instante”
Photo by R.K. Bonde, U.S. Geological Survey, Sirenia Project |
Considerando que el manatí posee una gran habilidad para aprender y la velocidad necesario para evitar los choques, Gerstein y sus colegas comenzaron a investigar otras posibilidades por las cuales los manatíes son vulnerables a los botes.
A comienzos de 1991, Gerstein y su equipo realizaron un estudio, bajo el agua, para averiguar cuáles sonidos podía oír el manatí y en qué situaciones. Gerstein descubrió que los manatíes no podían oír los sonidos de baja frecuencia producidos por los botes. A diferencia de otros mamíferos, tales como los delfines ó las orcas, los manatíes no utilizan pulsaciones. Ellos dependen completamente del oído para evitar el peligro. Además una de las principales políticas para colocar los manatíes en protección – se requiere de botes para incursionar en el hábitat de los manatíes- puede actualmente haber contribuido al incremento en la mortalidad de su especie.
“Es irónico que la velocidad lenta en las zonas tranquilas, produzca una silenciosa y más baja frecuencia de sonidos que los manatíes no puedan oír ó localizar en las aguas turbias de Florida”, explicó Gerstein. “Zonas de baja velocidad tienen sentido en aguas claras, donde el navegante y el manatí puedan verse mutuamente y además evitar activamente los encuentros. Sin embargo, en aguas turbias donde no existe visibilidad, las bajas velocidades actualmente agravan los riesgos de choque, al hacer que éstos botes sean imperceptibles para los manatíes e incrementen el tiempo que le toma al navegante conocer la travesía hacia el hábitat de los manatíes, incrementando con esto el riesgo y la oportunidad para que ocurran los choques”.
Los Nuevos descubrimientos incentivaron a Gerstein y a su equipo a encontrar una solución. Ellos crearon dispositivos acústicos, hechos específicamente para alertar a los manatíes. “La alarma emite una señal de alta frecuencia, la cual no es fuerte, no atemoriza ó perjudica a los manatíes y no altera el ambiente marino”, dijo Gerstein.
Probando el dispositivo de la NASA, en un refugio de vida Silvestre, Gerstein encontró que cuando los dispositivos fueron accionados, el 100% de los manatíes esquivó los botes. En pruebas, sin dispositivos, solamente el 3% de los manatíes evitó acercamiento con el bote.
Gerstein cree que el mismo tipo de dispositivo puede proteger a otros mamíferos marinos. Por ejemplo, se conoce que las ballenas son heridas ó fallecen, al ser golpeadas en mares poco profundos, por los grandes barcos.