La cuarta empresa comercializadora de carne de res más grande del mundo, la brasileña Marfrig, dejará de comprar ganado criado en zonas recientemente deforestadas dentro de la región amazónica de aquel país, reportó Greenpeace. El anuncio es una respuesta directa a un reporte elaborado por esta organización no gubernamental, titulado Destazando al Amazonas, en el cual se vincula la tala ilegal de la selva amazónica con los ganaderos que producen materias primas para algunas de las compañías fabricantes de bienes de consumo más prominentes del planeta. Marfrig fue uno de varios corporativos ganaderos mencionados en la investigación.
Destazando al Amazonas tuvo repercusiones inmediatas para las compañías pecuarias aludidas. La semana pasada, Wal-Mart, Carrefour y Pão de Açúcar, las tres cadenas de supermercado más grandes de Brasil, anunciaron que suspenderían sus contratos con los proveedores involucrados en la deforestación amazónica. Por su parte, la Corporación Financiera Internacional retiró un préstamo por 90 millones de dólares a la compañía Bertin, la mayor procesadora de carne de res a nivel internacional. Entretanto, un fiscal federal brasileño ha iniciado una demanda por daños ambientales que asciende a mil millones de dólares en contra de la industria ganadera. Las empresas que comercialicen carne proveniente de estas zonas podrían recibir multas de hasta 500 reales (260 dólares) por kilogramo de carne vendido.
El ganador del premio La Motosierra de Oro enmienda el camino
Greenpeace reporta que la iniciativa de Marfrig está siendo apoyada por Blairo Maggi, un productor de soya que alcanzó la gubernatura del estado brasileño de Mato Grosso, y que en 2005 se hizo acreedor al poco honroso premio de la Motosierra de Oro, otorgado por esta asociación ecologista “al brasileño que más contribuye con la destrucción amazónica”.
“Blairo Maggi… está apoyando la ejecución de la acciones de Marfrig, presionando a los productores agropecuarios para que elaboren mapas de sus propiedades”, anunció Greenpeace en un comunicado. “Se darán a conocer públicamente imágenes de satélite que muestren la cobertura vegetal selvática, de tal forma que las compañías comercializadoras puedan identificar a los ranchos involucrados en procesos actuales de deforestación y dejen de comprarles productos cárnicos”.
El director de la campaña amazónica de Greenpeace, Paulo Adario, opinó que es tiempo de que otras compañías ganaderas brasileñas sigan el camino iniciado por Marfrig.
“En ausencia de liderazgo del presidente Lula, Marfrig y el gobernador Maggi han emprendido sus propias medidas para detener la deforestación y para presionar por soluciones climáticas. Ahora, el presidente y el resto de la industria ganadera deben seguir su ejemplo”, recalcó Adario. “Esta iniciativa es un paso importante para detener la destrucción de la cuenca del Amazonas y las emisiones de gases de invernadero asociadas”.
La ganadería es el principal agente detonador de la deforestación en la amazonia brasileña, ya que representa un 80% de toda la superficie desmontada en la región. Desde 1996 se han desmontado casi 96 mil kilómetros cuadrados para establecer áreas de pastoreo, con lo que más medio millón de kilómetros cuadrados están actualmente ocupados por ranchos ganaderos en la porción amazónica correspondiente a Brasil, una superficie más extensa que Francia. La Amazonía Legal, una región que sustenta selvas lluviosas y pastizales naturales biológicamente diversos, conocidos como “Cerrado” sostiene actualmente más de 80 millones de cabezas de ganado, lo cual representa más del 85% del número total de cabezas existentes en Estados Unidos.