La industria brasileña de soya ha estado de acuerdo para extender la moratoria de la producción de soya en las nuevas áreas desforestadas del Amazonas, la selva lluviosa, reportó Greenpeace. La moratoria se implantó desde el 2006.
Carlos Minc. El Ministro Brasileño del Medio Ambiente, anunció la extensión durante una conferencia de prensa en Brasilia.
“La soya no es más una fuerza significante en la destrucción del bosque lluvioso del Amazonas. Desde luego, nosotros no podemos decir lo mismo del ganado. El moratorio de la soya es un modelo para todos los sectores relevantes”, dice el Ministro de Brasil del Medio Ambiente, Carlos Minc.
Los ganaderos son los más grandes deforestadores de la selva brasileña, contando alrededor de 80% de los nuevos terrenos que se han limpiado, pero la industria está en estos momentos bajo presión siguiendo a los productores de soya. Ahora Marfrig, el cuarto negociante de carne del mundo, ha dicho que no van a comprar más el ganado producido en los terrenos que se acaban de deforestar, mientras otros compradores están mostrando interés en mostrar una certificación que asegurará que la carne de ganado ha sido administrado con irresponsabilidad en los ranchos. Los estándares de certificación también han sido hachos por la industria de soya.
“Nosotros queremos estar seguros que nuestras acciones ayuden a proteger el bosque lluvioso del Amazonas. La moratoria ha dado un paso positivo en ayudarnos a controlar y monitorear la soya usada en nuestra cadena de suministro, y nosotros continuaremos participando en los esfuerzos para detener la deforestación en el amazonas”, Denis Hennequin, el presidente de McDonald’s de Europa.
El sistema de certificación tal vez incluya alguna forma de servicios de ecosistema de pagos para animar a los dueños de tierras a conservar el bosque en terrenos privados.
“La compensación por los servicios del medio ambiente van a ser de gran incentivo para que el productor rural pare la deforestación. La industria espera que para el final del año, en Copenhague, los gobiernos de diferentes países se comprometan a poner juntos un fondo para la protección del bosque que incluye una compensación, dijo Carlo Lovatelli, presidente de la Asociación de las Industrias de Aceites Vegetales de Brasil”.
La moratoria de la soya demuestra un triunfo
Un estudio basado en un satélite salió temprano este año, enseñó que solamente 12 de 630 áreas de ejemplo (solamente 1300 de 157896 hectáreas) deforestadas desde julio de 2006, la fecha del moratorio tomó efecto – nosotros plantamos con soya. Mientras el ejemplo era pequeño – cubriendo 157896 hectáreas en una región donde individuos campesinos de soya se pueden extender miles de hectáreas, eso da el signo de esperanza que los productores de soya están obedeciendo el moratorio, que es una respuesta a los ambientalistas que dicen que la soya estaba llevando al bosque de la lluvia del Amazonas hacia la destrucción. Los productores temían que esto haría que perdieran el acceso a los mercados internacionales.
La producción de soya en el Amazonas aumentó en los noventa, siguiendo el desarrollo de una variedad de frijol de soya que era bueno para la tierra y el clima de la región. La mayor expansión ocurrió en El Cerrado, una tierra con un ecosistema de pastizal y el cambio del bosque en la parte sur al margen en el Brasil del Amazonas, especialmente en los estados de Mato Grosso y Pará – la directa conversión de bosques lluviosos para la soya han estado relativamente limitados, el impacto de la soya en los bosques lluviosos se han visto por los ambientalistas ha sido indirecto. La expansión de la soya ha hecho que los precios de la tierra suban, creando un ímpetu por mejorar la infraestructura para promover la deforestación del bosque y sacando a los ganaderos a las áreas fronterizas impulsando la deforestación.
La industria de soya brasileña se queja que no les dan un buen trato, y culpa a la pérdida del bosque del Amazonas. Esto nota que los productores en la Amazona legal enfrentan rigurosas leyes ambientalistas en el mundo, con los dueños de tierra que se requiere en mantener el 80% del bosque protegido. En comparación, los campesinos americanos no requieren reservas forestales legales.