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La preocupación sobre la deforestación puede conllevar a nuevos acercamientos entre los ganaderos del Amazonas

Como el mayor productor de Ganado vacuno, Brasil se prepara para el cambio


Mientras usted busca zapatos deportivos en el centro comercial, la selva amazónica probablemente está lejos de su pensamiento. Tal vez no debería ser así.



La globalización de las cadenas de suministro de materias primas ha creado nexos entre el consumidor y ecosistemas distantes como el Amazonas. Los zapatos comprados en el centro de Manhattan pueden haber sido fabricados en Vietnam, utilizando cuero suministrado por un proveedor brasileño que a su vez ha subcontratado con un ganadero del Amazonas. Sin embargo, mientras la demanda de estos productos conduce actualmente a la degradación del medio ambiente, también puede ser la clave para disminuír la destrucción de uno de los más grandes bosques tropicales de la tierra.




Imagen de contraste entre el bosque y los pastizales en Mato Grosso. Fotografía de Rhett Butler



Lamentablemente la ganadería es la mayor causa de deforestación en el Brasil amazónico. El destino de aproximadamente el 80% de las tierras forestales taladas es servir como forraje para ganado. Desde el 2006, más de 38.600 millas cuadradas han sido taladas para pastos, ocupando las fincas ganaderas un área de 214.000, es decir, un espacio abierto tan grande como Francia. La región del Brasil amazónico conformada por bosques tropicales y por praderas de madera biológicamente rica, conocida como cerrado, está actualmente habitada por más de 80 millones de cabezas de ganado, superior a los 26.6 millones de 1990 y equivalente a más del 85% del total de rebaños de los Estados Unidos. Actualmente Brasil es el mayor productor y exportador mundial de carne de res.



Los productos brasileños del ganado incluyen gran variedad de bienes de consumo. La carne fresca se convierte en hamburguesas en restaurantes de comidas rápidas y supermercados de Rusia, Venezuela y otros países. La carne procesada se destina a productos enlatados para Europa y América, mientras que el cuero va a China, Italia, Vietnam y Hong Kong. A pesar que la industria de la carne ha crecido a la par de sus nexos con los conglomerados mundiales, en igual medida lo hace su vulnerabilidad.




Rebaño de ganado deambulando por el centro de Mato Grosso. Fotografía de Rhett Butler.


El papel de la industria del Ganado en la deforestación no es un secreto. Por años, grupos ambientalistas han publicado informes advirtiendo que la cría de ganado es el conductor preponderante de la destrucción forestal, pero sus campañas no han tenido un impacto perceptible sobre la deforestación .En forma obstinada, la tala permanece alta mientras que la producción de carne de res tiende a expandirse, permitiendo a la industria lo que puede llegar a ser una política devastadora, aparentemente imparable. No obstante, el abastecimiento hacia los conglomerados de mercados internacionales hace parte de una tendencia expansionista de los pasados veinte años, en que las corporaciones industriales han reemplazado los ganaderos pobres como principales causantes de la deforestación, los productores mismos han dejado a los consumidores expuestos a reacciones violentas. Para los grupos ambientales es difícil señalar a los ganaderos que talan árboles para la subsistencia de su familia, es más fácil ir tras las empresas multinacionales empeñadas en maximizar ganancias, minimizando el costo de las materias primas .Con esta fortaleza, la multibillonaria y dolarizada industria brasileña ha creado un talón de Aquiles, ésta fue solamente una estrategia inteligente para no afrontar su nueva realidad.



En el mes de Junio Greenpeace confirmó esta vulnerabilidad. El grupo publicó Slaughtering the Amazon [PDF], un informe que unió algunas de las más importantes marcas contra la destrucción de la selva amazónica. El descenso fue inmediato e importante.



El número de ganado criado en el Amazonas Legal está creciendo rápidamente a más del doble, entre 1990 y el 2003, los rebaños de bovinos se duplicaron, de 26,6 millones a 64 millones, de cabezas de ganado, el 60% de la manada están en Mato Grosso y Pará. Ilustración e imagen por cortesía de Greenpeace Amazon Cattle Footprint. Haga click para aumentar la imagen.

Días después de haber publicado el informe, los mayores compradores nacionales de carne, cadenas de supermercados como Wal Mart, Carrefour y Pão de Açúcar, anunciaron que suspenderían contratos con proveedores que estuvieran involucrados en la deforestación del Amazonas. Bertin, el mayor exportador mundial de carne de res, vió como su solicitud de préstamo por US$ 90 millones del World Bank’s International Finance Corporation fue suspendido. Los investigadores allanaron las oficinas de JBS, el mayor procesador de carne del mundo, al igual que otras firmas, arrestando los ejecutivos por corrupción, fraude y complicidad. Una fiscalía federal brasileña, presentó una demanda contra la industria ganadera por daño ambiental, advirtiendo a tales firmas que de ser encontradas comercializando con carne contaminada, serían objeto de multa de 500 reales ($260) por kilo. Marfrig el cuarto operador más grande carne del mundo dijo que establecería una moratoria en la compra de ganado levantado en nuevas áreas deforestadas dentro del Brasil amazónico (Bertin hizo eco de la moratoria el mes pasado). BNANDES el banco de desarrollo que otorga la mayoría de financiación al sector agrícola en Brasil, anunció que modificaría sus políticas de crédito, haciendo préstamos condicionados al mejoramiento ambiental.



A pesar de que el informe de Greenpeace puso la industria de la carne al revés, este se quedó corto en soluciones. Prohibir la producción de carne en el Amazonas es poco probable dada su creciente demanda mundial, ocasionada en gran medida al ascendiente apetito por el producto en la clase media de las economías emergentes de Brasil, China, India y Rusia .Se espera que el Amazonas permanezca como principal proveedor.



John Cain Carter en Mato Grosso. Fotografía por cortesía de Woods Hole Research Center researchers.



Entrevista con John Carter

John Cain Carter, un ranchero tejano quien hace 11 años se trasladó al centro del Amazonas y fundó allí, la que puede ser la más innovadora organización de trabajo, Alianca da Terra, cree que la única forma de salvar la región es a través del mercado. Carter afirma que otorgando a los productores incentivos para reducir sus impactos en la deforestación, el mercado puede ser exitoso donde los esfuerzos conservacionistas han fracasado .Lo más sorprendente del sistema de Alianca es que puede ser aplicable a cualquier tipo de materia prima, en cualquier parte del mundo. Esto significa que el cultivo de palma de aceite en Borneo podría ser certificado tan fácilmente como la caña de azúcar en Brasil ó las ovejas en Nueva Zelanda. Al administrar la cadena de suministro, retornando los productos agrícolas a los campos donde fueron producidos, el sistema ofrece quizás la mejor solución de mercado básico para combatir la deforestación. Al combinar estos enfoques con una conservación de tierra a gran escala y una investigación científica, Alianca ofrece la que puede ser la mejor esperanza para salvar al Amazonas.

¿Existe entonces una solución? Inmediatamente después del desastre del escándalo de la carne de res, grupos bien informados recurrieron a una figura poco probable: Un ganadero tejano de nombre John Cain Carter, quien trabaja en colaboración con el Instituto de Pesquisa Ambiental de la Amazonía ( IPAM), una ONG brasileña, the Woods Hole Research Institute, un centro científico y otros grupos como la Organización Carter y Alianca da Terra, han concebido un enfoque único para promover la administración de la tierra en el Amazonas, que podría ser eventualmente aplicado a la producción de materias primas en áreas ecológicamente susceptibles alrededor del mundo.



Carter no es un ganadero tradicional brasileño o un ranchero tejano. Después de haber prestado el servicio militar en la Primera Guerra del Golfo, se casó con una brasileña y terminó en la frontera amazónica, en Mato Grosso, un Estado en el centro del continente suramericano. Para la época, el Este de Mato Grosso era una frontera en todo el sentido de la palabra, una región donde la invasión armada de tierras fue extensiva , el conflicto entre las tribus indígenas y forasteros hacía estragos, los conflictos fueron resueltos con sangre y la aplicación de la ley era solamente un concepto abstracto. En otras palabras, una tierra sin gobierno. Las circunstancias perpetuaron la bonanza de la tala de bosques: Carter se trasladó al Amazonas, tiempo durante el cual se presentó quizás el mayor acceso a la destrucción forestal ejercida por la mano del hombre. Algunos 205.000 kilómetros cuadrados fueron destruídos entre 1995 y 2004, un área mayor que la de Nebraska. Cerca de 80.000 kilómetros cuadrados se perdieron en Mato Grosso.



Mientras Carter fácilmente reconoce que no es ambientalista, la matanza a su alrededor, lo impulsó a actuar. El cree que su propuesta, que está basada en su experiencia sobre la tierra, una de las más duras y violentas fronteras del planeta, es la única senda hacia la industria y el medio ambiente.




Selva tropical y pastos de Ganado en Mato Grosso. Fotografía de Rhett Butler.



¿Por qué la conservación ha fallado en la frontera?



En el papel, las leyes ambientalistas en el Brasil amazónico se encuentran entre las más estrictas. A los propietarios de tierras se les exige conservar el 80% de sus tierras forestadas, pero la falta de aplicación de la ley ha debilitado esta norma, mientras la economía y la política han conspirado para frustrar los esfuerzos por frenar la deforestación en la frontera amazónica. Para los grupos ambientalistas acostumbrados a trabajar bajo las normas legales, el éxito en la frontera es un enigma.



“Dos de mis trabajadores fueron abaleados la semana pasada” dijo Carter en julio. “Este no es un lugar de trabajo para las ONG. Es un lugar para la caballería”.



Sin embargo, ni la caballería puede colocarse del mismo lado de la ley, dijo Carter, quien afirma que algunos funcionarios locales son cómplices en la apropiación de tierras y la tala ilícita de bosques.


Tala de bosques en Matto Grosso. Fotografía de Rhett A.Butler.

Tenemos políticos locales en la radio pidiendo a la gente que invada la tierra” dijo Carter mientras piloteaba su Cessna sobre una parte de su reserva legal (el mandato gubernamental sobre servidumbres forestales), que fue cortada y quemada en Octubre de 2007, cuando los colonos intentaban reclamar los bosques invadidos y sembrarlos con pastizales.”Cuando fui invadido no hubo nada que pudiera haber hecho para convencer las autoridades de expulsarlos. Cuando la policía finalmente llegó, se rehusaron a ingresar en el bosque. Ahora me multan por incumplimiento”

El problema o la ironía, es que el gobierno todavía exige que mantengamos nuestra reserva forestal, no ofrece ningún apoyo cuando se cambian los derechos sobre la propiedad. Uno de los principales conductores a la deforestación es mantener los derechos sobre la propiedad”.



La ganancia potencial de convertir los bosques es demasiado grande para pasarla por alto. En una región donde los precios de la tierra se incrementan rápidamente, la ganadería se utiliza como vehículo para especular con la tierra. Las tierras boscosas tienen un valor bajo, pero las tierras taladas para pastizales pueden ser utilizadas para criar ganado o ser vendidas para fincas a gran escala. Esto es más seguro.



”Los colonos no invaden pastizales”, dijo Carter. Sin embargo, no son solamente los ganaderos quienes afrontan invasiones, virtualmente cualquier bosque está en riesgo. Por ejemplo, Marãiwatsede, la reserva indígena Xavante, que colinda con la finca de John Carter ha sido invadida varias veces. En ese momento, la tribu controlaba solamente el 5 por ciento de sus 167.000 hectáreas y un ejército de colonos tumbaba apresuradamente los árboles para preparar la quema”.



Deforestación y cabezas de ganado en el Brasil Amazónico. Cortesía de Greenpeace.

Los colonos por lo general son utilizados como intermediarios para crear intereses y ganar el control de la tierra. Con un proceso anticuado de titulación de tierras, aplicación irregular de la ley y corrupción rampante en los estamentos locales y estatales, es difícil identificar quienes son propietarios legales o ilegales.



El concepto del “Lejano Oeste” prevalece y la violencia es normal en Mato Grosso y Para, Estados en el centro de Brasil que rápidamente amplían la frontera agrícola. Muchas veces, en años anteriores, tras el asesinato de la monja americana Dorothy Stang y una reciente sublevación en Tailandia, el gobierno federal debió enviar ejército para aplacar la peligrosa escalada de situaciones.



A pesar de todo, Carter tiene la esperanza que la situación pueda mejorar, al convertir los estrictos códigos ambientales del Brasil en ventajas comerciales para los ganaderos, al garantizar a los compradores que la carne es certificada y producida en forma legal y sostenible, en algunas oportunidades con exceso de requisitos legales .El sistema de certificación de Aliança da Terra ayuda a tomar el lugar del fracasado régimen gubernamental, al crear incentivos a los productores para mantener sus reservas forestales ,reforestar las vías fluviales, implementar controles de incendios y la conservación de tierras. El incentivo para los productores es el ingreso al mercado. La certificación de Alianca podría ayudar a los agricultores y ganaderos a obtener mejores precios al proveer directamente los mayores supermercados y cadenas de restaurantes, que puedan confirmar que están utilizando carne producida en forma legal y responsable. Por consiguiente, el programa asegura que más bosques forestales permanezcan en pie, al preservar más servicios al sistema y a la biodiversidad, más de lo que se podría esperar.



Queremos el reconocimiento del mercado para asumir este gravamen de conservación” dijo Carter.” ¿En qué otro lugar del mundo tienen los propietarios de tierra que mantener el 50 por ciento de su bosque forestal?



En ninguna otra parte. Tal como sucede actualmente, no o existe nada para conservar los bosques forestales porque la ley no incauta a tiempo y usted siempre se puede salvar de esta situación si paga el soborno”.



Sin embargo, si durante el pasado año y medio el sistema de certificación de Alianca ha ayudado al rápido fortalecimiento de los productores, la publicación de Greenpeace impulsó repentinamente un mercado para carne certificada. Actualmente los mayores compradores del mundo están interesados en la trazabilidad y credibilidad del registro de tierras en las fincas del Amazonas.



Su interés se ha iniciado con una serie de esquemas de certificación, pero ninguno de ellos en la medida necesaria ó que contenga el compromiso de los productores, tal como lo hace el sistema Alianca.



“Si usted no cuenta con el compromiso de los propietarios de tierra, usted no tiene nada”, dijo Carter.



Un defensor poco probable para la iniciativa es Blairo Maggi, cultivador de soya, nombrado gobernador del estado amazónico de Mato Grosso, a quien Greenpeace otorgó el” Golden Chainsaw award” en 2005 por ser”La persona brasileña que más contribuyó a la destrucción del Amazonas “. Maggy cree ahora que la certificación podría ser el pasaporte al mercado para más productos agrícolas, mientras que los pagos por servicios al ecosistema podrían tener un significado lucrativo para diversificar y preservar la economía amazónica. Se incluye a The Brazilian Development Bank (BNDES), el tristemente financiador de la destrucción forestal, al ordenar las normas de la cadena de custodia para los productores de ganado.


Así que con la reclamación en firme, los proveedores tienen una razón para participar, lograrán un mercado con mejores precios. De hecho, la carne del ganado brasileño es muy apropiada para hamburguesas, así que un cliente como McDonald puede estar seguro que sus productos no provienen de áreas deforestadas. El trabajo llevado a cabo con científicos también ha contribuido a suavizar los acuerdos con productores, de acuerdo con Dan Nepstad, un científico de Woods Hole, la reforestación a lo largo de los ríos y riachuelos puede ser premiada con créditos para carbono. ”Rabobank invirtió aproximadamente $50.0 Millones en un programa piloto para que los ganaderos reforesten sus zonas rivereñas.” dijo él. ” Actualmente éste se está desarrollando dentro del programa Clean Development Mechanism (CDM). Con la reforestación de las zonas rivereñas, el carbono es separado y la salud será el beneficiario final.



Investigadores de Instituto de Pesquisas Ambientais da Amazônia (IPAM) y Woods Hole monitorearan la responsabilidad del medio ambiente del programa.



”Ha habido grandes ganancias en el área geográfica, en términos de zonas protegidas, pero sin autoridad estas podrían estar amenazadas. Así que en éste punto, solamente la mitad de la batalla se ha ganado”, dijo Carter. Si el sector privado nos se compromete, nunca se va a salvar” .Existe la necesidad de crear incentivos para preservar los bosques en las propiedades privadas”.



”Los ganaderos están cansados de ser satanizados “.Si se les presenta una opción viable, pueden forzados a ser parte de la solución “



“Creo que los grupos ambientales ahora saben esto. Cinco años atrás las ONG han ido avanzando en compartir con los ganaderos y granjeros”





En señal de que el interés por la certificación está aumentando, el mes pasado, el Footprint Disclosure Project fue lanzado para ayudar a identificar cómo contribuyen las actividades organizacionales y las cadenas de proveedores a la destrucción .El gobierno del Reino Unido ha patrocinado la iniciativa para pedir a las empresas desglosar cómo sus operaciones y cadenas de proveedores están impactando los bosques mundialmente y qué se ha hecho para manejar esos impactos en forma responsable.”Los mayores compradores de productos ganaderos se están uniendo. Tanto Walmark como Nike declararon que necesitarán cadenas de prevención para la certificación de proveedores y de las mayores cadenas de comida rápida que se encuentran en el negocio.



Sin embargo, el esfuerzo para crear un registro real de tierra en el Amazonas sigue siendo un reto. Muchos productores están disgustados con el informe de Greenpeace y han amenazado con boicotear a los compradores de carne. Mientras esta puede ser una amenaza superficial, la carne vacuna del Amazonas es una industria exportadora pujante y la mayoría de la carne se envía a países donde la interpretación del medio ambiente, en el mejor de los casos, es una preocupación muy lejana. De igual manera, los compradores brasileños no han mostrado una preferencia fuerte por las credenciales ecológicas de los productos, sugiriendo que aún permanece un mercado fuerte para la carne de vacuno, sin importar cómo se produce.



No obstante, a raíz del informe y despúes de recientes compromisos públicos para reducir las emisiones de la deforestación, bajo el marco del plan nacional del clima, el gobierno brasileño ha expresado un verdadero interés por mejorar la función del medio ambiente. Más allá de esto, si tales esquemas proveen exitosamente un incentivo financiero en forma de precios más altos para la carne y pagos por reforestación, esto motivará a los ganaderos a ser parte del sistema. No obstante, los estándares pueden ser muy elevados, llegando a ser onerosos para los productores sin aliviar suficientemente el acuerdo. Apostar al sistema también puede ser una posibilidad, ofrecida de manera especial, ya que BNDES está favoreciendo la utilización de dispositivos de marca en las orejas del ganado para, su seguimiento y que pueden ser fácilmente retirados.








”En mi ciudad natal, uno de los centros tradicionales de ganadería, tienen un refrán: “la vaca camina y los aretes vuelan”, dijo Sergio Abranches un periodista ambiental. Sin embargo, Alianca ha implementado un mecanismo de seguimiento alterno que ayuda a prevenir el fraude y el lavado.



”Un chip o el seguimiento de DNA es más seguro que una marca auricular” dijo Tomas Lovejoy, experto del Amazonas que trabaja con H. John Heinz II Center for Sience, Economics and de Environment. “John Carter ha pensado largo y tendido acerca de esto y ha hecho un trabajo ejemplar, sin duda él ha mostrado la salida.”



No obstante, hay temas mayores en juego. Brasil se ha comprometido a gastar más de $320. Billones de dólares en nuevos proyectos de infraestructura, una perspectiva que podría beneficiarse de un sistema de seguimiento de materias primas y disminuir los $21 billones, con que se busca proteger el Amazonas. Además, una nueva Ley aprobada el mes pasado por el Presidente Lula, podría sobrepasar el valor de las mejoras administrativas por parte de los ganaderos. La ley concede título de propiedad a cientos de miles de granjeros, ganaderos y colonos que han ocupado ilegalmente más de un cuarto del millón de millas cuadradas de bosques forestales. Actualmente no existe claridad si la ley estimulará el aumento de la deforestación ó traerá apariencia de gobierno en la región, haciendo más fácil el control de ésta, sin embargo, las consecuencias podrían ser considerables.









Finamente, la presión para reducir la nueva tala podría estimular su intensificación, al producir más ganado en menos tierra, lo que podría tener impactos ambientales mixtos. La mejora en el manejo de pastizales podría disparar dramáticamente la productividad de la ganadería amazónica, la cual normalmente es altamente ”extensiva“ con un promedio de solamente una vaca por dos y media hectáreas.



Embrapa, el instituto de investigación del ministerio de agricultura, estima que la productividad podría fácilmente ser duplicada mediante la rehabilitación de los pastizales. No obstante, la intensificación a través de la utilización de lotes industriales de ganado de ceba y alimentación suplementaria de granos podría causar otros dolores de cabeza, incluyendo en aumento en el uso de antibióticos, degradación más rápida de los pastizales y acumulación de residuos.



Para algunos, estos temas pueden sugerir que frenar el consumo de carne vacuna es la solución definitiva a la deforestación en el Amazonas, al igual que la de otros problemas ambientales, pero la mayoría de veces es evidente que la industria jugará una parte crítica, si la situación en el Amazonas cambia..



”Todo el Amazonas se derrumbará si no incrementamos un sistema razonable y eficaz“, dijo Carter. ”El momento para actuar es ahora “.








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