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Más de la mitad de las academias de ciencias del mundo apoyan llamado a salvar las selvas tropicales

Más de la mitad de las academias de ciencias del mundo han firmado una declaración que apoya la creación de un plan para salvaguardar las selvas tropicales como un medio para combatir el cambio climático, anunció el Programa Dosel Global (Global Canopy), una iniciativa que ha trabajado estrechamente con el Príncipe Carlos en la promoción de la conservación de las selvas.



La declaración sostiene que la protección de las selvas tropicales es una estrategia de importancia crítica en la reducción de las emisiones de gases de invernadero en los próximos 15 ó 20 años. Llama a lograr un consenso entre los líderes del planeta, de tal forma que se cree un paquete de financiamiento que apoyaría la generación de la infraestructura necesaria para desarrollar un mecanismo efectivo de reducción de emisiones producidas por la deforestación y la degradación (REDD).


“No puede solucionarse el cambio climático sin enfrentar el problema de la deforestación”, puntualiza la declaración. “La deforestación debe enfrentarse ahora y no después, si es que queremos alcanzar la meta de reducir en un 80% las emisiones de CO2 para el 2050”.



“Las selvas y bosques juegan un papel crucial en el sistema climático, al capturar y almacenar carbono y regular los patrones de precipitación; el manejo sustentable de las selvas puede contribuir enormemente a la mitigación del cambio climático… Un bosque intacto y saludable proporciona alimento, energía, agua, refugio y protección contra inundaciones, reduce la vulnerabilidad de las poblaciones rurales ante el cambio climático y permite su adaptación ante los impactos climáticos”.



La declaración también urge a que ciertas medidas de protección sean incluidas dentro del marco forestal bajo un acuerdo climático.



“Cualquier acuerdo alcanzado como parte de las negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) debe respetar los derechos de los habitantes y de las personas que dependen de las selvas y los bosques, al momento de diseñar e implementar esquemas que promuevan el desarrollo sustentable sin deforestación”



A continuación el texto de la declaración.



DECLARACIÓN DEL PANEL INTERACADÉMICO SOBRE TEMAS INTERNACIONALES (IAP, por sus siglas en inglés) SOBRE LAS SELVAS TROPICALES Y EL CAMBIO CLIMÁTICO



Puntos clave:



1. La deforestación y el ciclo global de carbono


Planta de jengibre en el Parque Nacional Gunung Leuser, Sumatra

Las selvas tropicales y los suelos debajo de ellas representan uno de los almacenes de carbono terrestre más grandes del mundo, pero están siendo degradados a una tasa promedio de 8-15 millones de hectáreas al año. A raíz de esto, cada año se liberan cerca de 1.5 gigatoneladas (Gt) de carbono, equivalentes al 17% de las fuentes de bióxido de carbono (CO2) antropogénico.



Las selvas tropicales no perturbadas cumplen una función natural en la captura y almacenamiento de carbono, ya que secuestran el equivalente al 15% (1.3 Gt) de la emisión anual antropogénica de carbono. La preservación de este servicio gratuito debería tener una prioridad tan alta en las estrategias de mitigación climática como la tiene el desarrollo de costosas tecnologías bioenergéticas y de captura y almacenamiento de carbono.



Sin embargo, la capacidad de este sumidero natural ya se está viendo comprometida por el cambio climático. Algunos modelos climáticos sugieren que, a menos que se abatan las emisiones de gases de invernadero (GI), el sumidero de la selva tropical puede disminuir e incluso revertirse a medida que algunas zonas selváticas se transforman en sabanas y los incendios forestales aumentan a nivel mundial debido a las condiciones ambientales cada vez más cálidas y periódicamente más secas. Bajos estas condiciones, grandes cantidades de carbono almacenado se liberarían a la atmosfera en un ciclo de retroalimentación positiva potencialmente peligroso que aceleraría el cambio climático. La resiliencia de los bosques tropicales ante el cambio climático se vería favorecida por las acciones tendientes a reducir la degradación de las selvas y al mantenimiento de grandes extensiones de selvas primarias.



2. Las oportunidades de mitigación



Los líderes del grupo de los ocho (G8) acordaron a inicios del 2009 limitar el calentamiento global a 2°C y reducir las emisiones de gases de invernadero en un 80%. Para alcanzar esta meta hacia el año 2050 se requiere una reducción inmediata y drástica de las emisiones del orden de las 17 gigatoneladas de CO2 y no se logrará si recién se deja de emitir como hasta ahora en el año 2020, como algunos proponen. De aquí al 2030, el sector forestal internacional tiene el potencial de abatir hasta 7.8 Gt de CO2 al año, principalmente en los países desarrollados y primordialmente por una reducción en la deforestación. Por lo tanto, limitar la deforestación y el uso de combustibles fósiles podría tener un papel muy importante en confinar las concentraciones globales de GI por debajo de las 450 ppp (partes por millón) de CO2, alcanzando el objetivo de los 2°C.


Deforestación en Borneo

A largo plazo, la protección y restauración de los bosques del mundo (reforestación), así como el manejo sustentable de los bosques secundarios, puede significar una gran contribución en la remoción de CO2 de la atmosfera. De manera general, las comunidades vegetales diversas sustraen más carbono de la atmosfera que las comunidades compuestas sólo por una o pocas especies. La restauración (natural o asistida por el hombre) de los ecosistemas degradados, mediante actividades de reforestación y forestación con especies nativas también puede incrementar el secuestro de carbono.



3. La deforestación y las extinciones masivas



El carbono se asimila en el dosel de la selva y se almacena en los arboles, las raíces y en el suelo en un proceso que depende de una compleja biodiversidad. Cuarenta por ciento de la biodiversidad terrestre del planeta ocurre únicamente en lo alto de las copas de los arboles de la selva. Sin embargo, la deforestación y la sobreexplotación de las regiones tropicales son las principales causas del sexto evento de extinción global masiva. La pérdida de este reservorio de diversidad genética comprometerá la capacidad de toda la vida en la tierra para adaptarse al cambio climático inducido por la humanidad.



La protección de las selvas es una opción en la que todos ganamos, ya que la reducción de la deforestación no solo disminuirá la velocidad y magnitud del cambio climático, sino que también mitigara la pérdida de biodiversidad. Esta protección debe incluir candados contra la conversión de los bosques naturales en plantaciones forestales, debido a que la biodiversidad se ve profundamente afectada por tales acciones, con los consiguientes efectos en el flujo de bienes y servicios provistos por las selvas.



4. Los servicios ecosistémicos provistos por las selvas tropicales son inmensos.



La acidificación del océano es una consecuencia directa del incremento en las concentraciones de CO2 atmosférico. Se estima que los costos asociados con la deforestación alcanzan entre 2 y 5 billones de dólares al año por la pérdida de servicios ecosistémicos. Los bosques tropicales enfrían la atmósfera no solo porque absorben y almacenan carbono sino también porque evaporan grandes cantidades de agua, las cuales forman nubes que reflejan la radiación solar. El agua que se recicla de esta manera se esparce a través de enormes distancias produciendo lluvias que conllevan alimentos y seguridad energética mediante la agricultura y las presas hidroeléctricas. La deforestación podría alterar la distribución de las precipitaciones a escala local y, más ampliamente, afectar la agricultura a miles de kilómetros de distancia. El pago por servicios ecosistémicos de las selvas tropicales representa una gran oportunidad económica para los países en desarrollo. Los pueblos de la selva, indígenas o no, así como las actividades forestales comunitarias serían las mayores beneficiarias de los esfuerzos para reducir la deforestación y para restaurar los bosques tropicales mediante esquemas de compensación, dada su dependencia de los servicios ecosistémicos de las selvas y su papel en la administración de las mismas.



5. La persistencia de las selvas tropicales incrementa la resiliencia de las comunidades ante el cambio climático



Las biodiversas selvas tropicales proveen de importantes servicios ecosistémicos tales como alimento, agua, refugio, prevención de inundaciones, control de enfermedades y riqueza cultural para las poblaciones rurales. Las selvas tropicales sostienen a 1400 millones de los habitantes pobres del mundo. Los eventos extremos recientes como las sequías y las inundaciones indican que estas personas son muy vulnerables al cambio climático y que el mantenimiento de las selvas tropicales aumenta la resiliencia de las comunidades ante dicho cambio.



6. La tecnología y las técnicas para monitorear la deforestación de forma efectiva ya se encuentran disponibles



Las acciones de monitoreo, reporte y verificación de la deforestación y la degradación de las selvas representan un reto, aunque son realizables usando los conocimientos científicos existentes y la sabiduría tradicional. Los métodos de monitoreo de las selvas y de medición del carbono ya se encuentran disponibles para su empleo a gran escala, de tal forma que se puede detectar y cuantificar con precisión la degradación forestal y las emisiones de carbono. Las nuevas misiones satelitales mejorarán aún más la forma de detección de la degradación forestal, pero también será necesario perfeccionar la infraestructura científica, que incluya a los sistemas de observación de la tierra y el desarrollo de metodologías estandarizadas, así como el desarrollo de habilidades entre las comunidades selváticas, requeridas para asegurar una medición confiable, transparente y sistemática de la deforestación.



7. Los subsidios gubernamentales y las actividades empresariales que son agentes de la deforestación necesitan replantearse



La demanda de productos en las naciones desarrolladas cada día es más responsable de la pérdida de selvas en los trópicos. Por ejemplo, los países de occidente, al decretar disposiciones legales para mezclar biocombustibles con gasolina, están fomentando la conversión de algunas selvas tropicales en plantaciones de palma aceitera. Como resultado de dichas políticas se ha presentado un incremento significativo en la liberación de de carbono a través de la quema de los suelos selváticos ricos en materia orgánica. En conjunto, las actividades de este tipo provocan que las emisiones de gases de invernadero sean mayores que las que se emitirían usando únicamente gasolina. Para alcanzar las metas climáticas, serán necesarias reformas que promuevan el aprovisionamiento de bienes sin tener que derribar las selvas y que minimicen las emisiones producidas por los cambios de uso de suelo. Deberán reducirse las huellas digitales que los consumidores, las empresas y los inversionistas imprimen sobre las selvas, mediante la estimulación de la demanda de productos sustentables y la certificación de los insumos. Los subsidios gubernamentales que actualmente fomentan la deforestación deberán ser reencauzados para estimular a la restauración de terrenos desmontados, al tiempo que provee de los incentivos necesarios para mantener en pie las selvas. La introducción de innovaciones, tales como las tecnologías de chip y código de barras, que permiten que las mercancías sean rastreadas hasta sus lugares de origen, asegurará que las empresas y los consumidores de los de países desarrollados elijan mercancías producidas de manera sustentable. La instauración coordinada de estándares ambientales en diversos sectores, particularmente en la prohibición de la tala selectiva de alto impacto, mejoraría la sustentabilidad dentro de los mercados competitivos. Un manejo coordinado sobre el uso de suelo permitirá que la creciente demanda de madera, alimentos y biocombustible sea satisfecha sin necesidad de aumentar la deforestación. Esto requiere tanto de regulaciones forestales para asegurar la producción sustentable de madera de bajo impacto a largo plazo, como de acciones diseñadas para aumentar la producción de alimentos en áreas previamente deforestadas. Todas las reformas deberán ser diseñadas para respetar los derechos y las necesidades de los habitantes de las selvas y de las personas que dependen de ellas, e implementadas con su previo conocimiento y consentimiento.




8. Financiamiento forestal y cambio climático



Las estimaciones obtenidas por estudios serios concuerdan en que las emisiones producidas por la deforestación tropical pueden reducirse en un 50% en el 2020, a un costo asequible de entre 15 mil y 35 mil millones de dólares. Las naciones desarrolladas ayudaran a los países en desarrollo a implementar reformas para tratar de pavimentar su transición a un camino de desarrollo con poca dependencia del carbono, a través de una mezcla de fondos públicos y privados, con revisiones y monitoreos cuidadosos que determinen el balance de las fuentes a futuro. También deberá fomentarse el uso de innovadores mecanismos de financiamiento basados en el mercado, tales como los fondos especializados, los bonos selváticos y los seguros, para complementar al financiamiento público.



9. Recomendaciones:



El personal de las academias científicas que participa en el Panel Interacadémico sobre Temas Internacionales (IAP), hacemos un llamado a los líderes del mundo para que:



1. Reconozcan que la reducción de la deforestación es parte vital y urgente del esfuerzo de la comunidad internacional para lograr compromisos que mitiguen el cambio climático para el año 2020, que busque la adaptación climática, el combate a la pobreza y la conservación de los servicios ecosistémicos proporcionados por la biodiversidad. Estas medidas de mitigación deberán ser complementadas con una reducción en la emisión de gases a partir de combustibles fósiles por parte de los países listados en el Anexo I.



2. Aseguren que el mecanismo de Reducción de Emisiones Producidas por la Degradación y la Deforestación de las Selvas y los Bosques (REDD) de la CMNUCC sea una parte medular del marco de trabajo sobre el clima que será abordado en Copenhague durante diciembre de 2009, incluyendo sistemas de monitoreo robustos y transparentes que verifiquen la reducción de las emisiones.



3. Financien la investigación para ayudar a la identificación de las acciones políticas y económicas pertinentes, por ejemplo, el cultivo eficiente de especies de importancia forestal, así como el fomento de una mayor cooperación en la observación de la Tierra, con el objeto de mejorar la precisión del monitoreo y la evaluación de la deforestación.



4. Implementen un mecanismo de financiamiento de emergencia para la deforestación evitada y el manejo forestal sustentable que ayude a los países en vías de desarrollo que cuentan con una gran riqueza forestal en sus esfuerzos de adaptación y mitigación.



5. Implementen reformas agrarias y otras medidas que reduzcan de manera urgente la deforestación, la degradación de los bosques, así como sus agentes causales, como un componente esencial para alcanzar una reducción del 80% en la tasa de emisión de gases de invernadero de los niveles de 1990 para el 2050.



6. Involucren a los habitantes de las selvas y los bosques y a las personas que dependen de éstas regiones en el diseño y la instrumentación de los esquemas de reducción de la deforestación y la degradación, que incluyan la propuesta de formas de vida rural alternativas para todos aquellos involucrados en las actividades relacionadas con la deforestación.

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