Pintar los tejados urbanos de blanco podría reducir efectivamente el efecto “isla de calor” e incluso minimizar la emisión de los gases causantes del efecto invernadero en ciudades, señala un nuevo estudio en “Geophysical Research Letters”.
“Nuestra investigación demuestra que los tejados blancos, -al menos en teoría-, pueden ser un método efectivo para reducir el calor urbano”, dice Keith Oleson, el encargado del estudio y un científico en el Centro Nacional de investigación atmosférica (NCAR). “solo queda ver si es factible que las ciudades pinten sus tejados de blanco, pero la idea ciertamente merece dedicarle mas investigación”.
Los tejados blancos actuarían un poco como un espejo en el paisaje urbano, reflejando parte del calor de vuelta a la atmosfera. Usando un modelo de simulación por ordenador, el estudio encontró que idealmente los tejados podrían mitigar el efecto “isla de calor” en un 33 por ciento, enfriando las ciudades en 0,4 grados Celsius, (0,7 grados Fahrenheit). Debido a que el modelo informático no pudo recrear todas las intrincaciones del ambiente urbano, tales como polvo, desgaste por la acción atmosférica y barreras a la pintura, el efecto sería probablemente menor, pero aún significativo.
El efecto también refrescaría el interior de edificios permitiendo que los residentes de ciudades más calientes utilicen menos energía en aire acondicionado, de este modo reduciendo los gases que causan el efecto invernadero. Los investigadores apuntan a que ciertos tipos de ciudades se beneficiarían más que otros, tales como los que tienen una alta densidad de tejados, ciertos tipos de tejados, y en ciudades con climas más calientes.
Mirando áreas metropolitanas específicas, el estudio encontró que el área de Nueva York podría recibir una reducción del calor de 1.1 grados centígrados (2 grados Fahrenheit) en verano en la ciudad al pintar los tejados de blanco.