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El comercio de materias primas y la urbanización, más que la pobreza rural, son los motores que impulsan la deforestación

La conservación de bosques por medio de mecanismos REDD pueden no ser efectivos si no se toman en cuenta el consumo de materias primas y el comercio, argumenta un nuevo artículo que analiza las implicaciones de cambiar los promotores de la deforestación bajo nuevas medidas políticas para proteger las selvas.




La deforestación está cada vez mas correlacionada con el crecimiento de la población urbana y el mercado, más que con la pobreza rural, sugiriéndose que las medidas propuestas para reducir la deforestación serían inefectivas si fallan en tener en cuenta la demanda de productos producidos en tierras selváticas, argumenta un nuevo artículo publicado en Nature GeoScience.



Utilizando el reciente análisis espacial explícito para la pérdida de bosques tropicales, Ruth S. DeFries, Thomas Rudel, María Uriarte y Matthew Hansen encontraron que entre el 2000 y el 2005, el crecimiento de la población rural no estuvo asociado a la pérdida de bosques, “indicando la importancia de la demanda basada en las zonas urbanas y la internacional de productos agrícolas como impulsores de la deforestación.” Los resultados son una salida a partir de la investigación en anteriores períodos que mostraban al crecimiento de la población rural como el principal promotor de la deforestación.






La deforestación por pequeños minifundistas, como los que se ven en Surinam (arriba), está siendo reemplazada por la deforestación a gran escala para la producción de materias primas para la exportación, como ganado (medio) o aceite de palma (abajo).

“Paisajes con poblaciones estables o en despoblamiento son mas factibles a exacerbar en vez de reducir las presiones para la tala de bosques, principalmente porque la urbanización eleva los niveles de consumo y eleva la demanda de productos agrícolas. Los consumidores urbanos generalmente consumen mas productos procesados y productos animales que los consumidores rurales, por lo tanto induciendo a la producción comercial de cultivos y ganados”, escriben los autores. “Este patrón contradice los argumentos de que las presiones sobre los bosques declinarían si las poblaciones locales se urbanizan”.



La agricultura industrial se ha convertido en un negocio en auge en los trópicos durante las dos décadas pasadas. Impulsados por la demanda internacional de productos, vastas áreas de selvas han sido taladas, quemadas y convertidas en extensas granjas de soya y caña de azúcar, ganaderías y plantaciones de palma aceitera, caucho y maderas. Por lo que mientras muchos países están experimentando un despoblamiento rural, el cual reduce el grupo de agricultores de subsistencia que tradicionalmente talan las selvas para hacer agricultura a pequeña escala, las tasas de deforestación han permanecido constantes a lo largo del tiempo.



De acuerdo con esto, los autores argumentan que medidas como el propuesto mecanismo REDD (Reducción de emisiones por deforestación y degradación de bosques) deberá ir mas allá de los esquemas de desarrollo sostenible para los agricultores de subsistencia y el establecimiento de áreas protegidas en paisajes rurales para ser efectivos en reducir la pérdida de bosques.



“Por lo tanto sugerimos que las políticas para reducir la deforestación entre las poblaciones locales rurales no solucionarían la principal causa de deforestación en el futuro. En vez, los esfuerzos deben enfocarse en reducir la deforestación a escala industrial y la producción agrícola enfocada a la exportación, concomitados con los esfuerzos para aumentar la productividad en tierras no boscosas para satisfacer las demandas de productos agrícolas”.




Figure title: Tasa promedio de pérdida anual de bosques, 2000-2005, como porcentaje del bioma.

Pero los resultados tienen implicaciones más allá del REDD. El estudio deja sin base las reclamaciones de los grupos industriales –incluidos a los aserradores y los cultivadores de palma aceitera- de que los esfuerzos para frenar la deforestación aumentarán la pobreza rural. De hecho, otra investigación sugiere que los grandes terratenientes y las empresas son los mayores beneficiados por la conversión de selvas a gran escala. Por ejemplo, un estudio publicado el año pasado en Science encontró que la deforestación en el Amazonas no es capaz de sostener el crecimiento económico de las poblaciones locales en el largo plazo. Las comunidades amazónicas no se hacen más ricas, o mejor educadas, o más saludables después de las talas-la mayoría de los beneficios de la conversión le sirven a los desarrollistas.



El nuevo estudio también da credibilidad al argumento que el cambio en los motores de la deforestación podrían ofrecer nuevas oportunidades para proteger los bosques ya que es más fácil, y más ético, para los grupos ambientalistas que hacen lobby el apuntar a las corporaciones y grandes multinacionales en vez que a los millones de agricultores pobres que simplemente están tratando de llevar comida a las mesas de sus familias.



Ruth S. DeFries, Thomas Rudel, María Uriarte y Matthew Hansen. Deforestation driven by urban population growth and agricultural trade in the twenty-first century. Nature Geoscience. Published online: 7 February 2010 | DOI: 10.1038/NGEO756

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