Las lagartijas han evolucionado una variedad de métodos para escapar de los depredadores: algunas se desprenden de su cola si se las atrapa, muchas tienen colores y diseños que se mimetizan con su entorno, unas cuantas tienen la habilidad de cambiar sus colores conforme cambia su trasfondo y muchas dependen de su habilidad para salir corriendo abrupta y velozmente pero ¿cómo se escapa una lagartija del cambio climático? Según un nuevo estudio en Science (Ciencia), no se escapa.
El estudio encuentra que las lagartijas se están extinguiendo localmente a nivel mundial debido exclusivamente a que la temperatura está subiendo. Los investigadores concluyeron que el cambio climático podría llevar al 20 por ciento de las lagartijas del mundo a extinguirse en los próximos 70 años. Algunos lugares, como Madagascar—que tiene 210 especies de lagartijas y la mitad de los camaleones del mundo—, parecen ser particularmente susceptibles a una extinción masiva de lagartijas.
La historia comienza en México en la década de los 70, cuando el coautor del estudio, Jack Sites, catedrático de Biología de la Universidad Brigham Young, empezó a censar poblaciones de lagartijas Sceloporus (esto es, espinosas).
“Proporcioné una serie de datos que sirvieron de línea base e indicaron los lugares precisos en que es común hallar lagartijas,” explicó Sites, “pero fueron los ecólogos mexicanos los que volvían cada cierto tiempo. No pasó mucho antes de que les fuera difícil encontrar lagartijas y llegó el momento en que ya no vieron una sola. Estas son áreas protegidas así que el hábitat sigue ahí. Entonces comienzas a pensar que algo más está pasando.”
Madagascar es un lugar álgido de la extinción prevista para las lagartijas, y los miembros de la familia Chamaeleonidae, como esta Furcifer lateralis, están actualmente en vías de extinción. Foto de: Ignacio De la Riva. |
Intrigado por la data, el catedrático de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de California, Santa Cruz, Barry Sinervo, fue a México y censó 48 especies de lagartijas espinosas en 200 sitios en México. Sinervo halló algo alarmante, 12 por ciento de las poblaciones locales había desaparecido del todo.
Pero ¿se trataba de temperaturas más altas o de algo regional que no había notado el equipo? Los investigadores recurrieron entonces a otros proyectos de investigación en Sudamérica, África, Australia y Europa. La historia era similar en los cinco continentes: las poblaciones de lagartijas estaban disminuyendo inclusive en áreas protegidas.
“Para obtener este tipo de patrón, en cinco continentes, en 34 grupos diferentes de lagartijas…eso no se da al azar, esa es una respuesta correlacionada a algo grande,” dice Sites. Los investigadores tuvieron especial cuidado en asegurarse que no fueran otros factores, especialmente la degradación del hábitat, los que estuvieran causando la declinación.
“Hicimos bastante trabajo en el terreno para validar el modelo y mostrar que las extinciones eran resultado del cambio climático,” dijo Sinervo. “Ninguna de las extinciones se debía a la pérdida del hábitat. Estos son sitios que no se perturba en modo alguno y la mayoría están en parques nacionales u otras áreas protegidas.”
Los investigadores creen que simplemente se trata de temperaturas que se están elevando tan rápidamente que las lagartijas no alcanzan a adaptarse. Por una parte, cuando hace calor las lagartijas deben pasar el día refrescándose a la sombra, por lo que no pueden, debido a su sangre fría, buscar comida.
“Hay períodos del día en que las lagartijas no pueden estar afuera y básicamente se tienen que retirar a lugares más fríos,” explica Sinervo. “Si las lagartijas no están dando vueltas por ahí entonces tampoco están buscando alimento.”
Aún queda por descubrir y nombrar muchas especies alrededor del mundo, como es el caso de esta especie innominada de Liolaemus de Bolivia. Podría ser que muchas de estas especies desaparezcan antes de ser formalmente descritas. Foto de: Ignacio De la Riva. |
Además, si la temperatura es particularmente alta durante el ciclo reproductivo, las madres lagartijas no pueden obtener los requerimientos energéticos que les permiten mantener sus huevos o embriones.
“No es el calor lo que las mata, sencillamente no se reproducen,” dijo Sites. “No se necesita mucho más para que la población comience a reducirse.”
De hecho, parece ser que el cambio climático afecta negativa y mayormente a las lagartijas vivíparas, a diferencia de las ovíparas.
“Las vivíparas corren casi el doble del riesgo que las ovíparas, principalmente porque han evolucionado temperaturas corporales menores que exacerban el riesgo de extinción,” dijo Sinervo. “Literalmente hablando, estamos viendo a estas especies desaparecer ante nuestros ojos.”
Los investigadores también encontraron evidencia de migraciones de lagartijas causadas por un clima cambiante, un fenómeno demostrado en una gran variedad de especies, desde las aves hasta los mamíferos y los árboles.
“De hecho, estamos viendo a las [lagartijas] de tierras bajas irse a mayores alturas y conducir lentamente a la extinción a las especies de tierras altas y si estas últimas no pueden evolucionar con suficiente rapidez, seguirán extinguiéndose,” explica Sinervo.
Los investigadores dicen que su predicción de una tasa de 20 por ciento de extinción podría declinar si los humanos desaceleraran efectivamente el cambio climático antropogénico. Sin embargo, aún si lo hacen, los investigadores creen que las poblaciones de lagartijas seguirán declinando significativamente en las próximas décadas: de hecho estiman que 6 por ciento de las especies de lagartijas se desvanecerán hasta 2050, sea que las emisiones sean reducidas o no lo sean porque el dióxido de carbono se queda en la atmosfera por décadas.
Las lagartijas cumplen funciones ecológicas importantes en los ámbitos del mundo pues son presa esencial de varias especies, incluyendo a las aves y las serpientes. Es probable que una declinación en las poblaciones de lagartijas tenga un severo impacto en los animales que comen lagartijas. Es más, las lagartijas se alimentan en gran medida de insectos.
“Quizás veamos colapsar a otras especies del extremo superior de la cadena alimenticia y observemos menor presión sobre las poblaciones de insectos,” dice Sinervo.
La noticia de que los pequeños reptiles son extraordinariamente más susceptibles a temperaturas más altas—y que ya están desapareciendo—es descorazonadora, por no decir más, para los investigadores que han pasado su vida estudiando a las lagartijas.
“Es una terrible desazón,” dice Sites de las funestas conclusiones del estudio. “La primera vez que vi la data pensé ‘¿es que realmente puede ocurrir algo así?'”
“Si los gobiernos del mundo pueden generar un cambio concertado para limitar nuestras emisiones de dióxido de carbono, entonces podríamos revertir la tendencia y evitar que los niveles de extinción sean los del escenario de 2050,” concluye Sinervo. “Pero tiene que ser un esfuerzo global… No quiero decirle a mi hijo que alguna vez tuvimos oportunidad de salvar a las lagartijas pero no lo hicimos; mientras pueda, quiero hacer todo lo posible por salvarlas.”
Mapas del mundo con los lugares en donde en 2009 se observó extinciones locales, y proyecciones para 2050 y 2080 basadas en la distribución geográfica de las familias de lagartijas del mundo. Mapa de: Barry Sinervo.