Es posible que la urbanización esté teniendo impactos inesperados en el bosque tropical húmedo de la Amazonía al dejar áreas forestales expuestas a la explotación emprendida por gente que no es del lugar, según informan investigadores en Conservation Letters (Cartas sobre Conservación).
Conduciendo encuestas de campo a lo largo de 10.000 kilómetros de viaje por el curso de remotos ríos amazónicos, Luke Parry de la Universidad de Lancaster observó continua colecta de vida silvestre y de recursos forestales pese a que la cantidad de moradores rurales ha disminuido súbitamente. Esto indica que las poblaciones urbanas afectan en mucho a la distante selva con su caza, pesca, tala de árboles y colecta de productos forestales no madereros.
“Se esperaba que la conservación saldría ganando si la gente se marchaba de la selva – que la naturaleza retomaría la tierra y los ríos abandonados, mas no fue esto lo que vimos. Aunque la gente que usaba los recursos para subsistir ya no colecta ni aprovecha plantas y animales, ahora hay otras actividades más comerciales ahí,” declaró Parry.
Morador ribereño de la Amazonía entrevistado por Parry. Foto por Parry. |
“Evidenciamos que la actividad comercial continúa en los ríos a muchos cientos de kilómetros de la última vivienda rural. Mucho de la colecta que observamos era para abastecer la demanda de alimento silvestre, como tortugas, peces y animales de bosque, que genera la floreciente población urbana de la Amazonía.”
Parry dijo que la tierra abandonada tendía a ser colonizada por especuladores que desmontan bosque para dar espacio a pastizales para el ganado, con miras a sacar provecho de tierras que se están valorizando. Según la ley brasilera, el desmonte es una de las formas más fáciles de asentar derechos de propiedad sobre tierra que está sin reclamar.
“Cuando la gente deja los villorrios, deja tras sí un vacío,” dijo. “Cuando nadie ocupa la tierra, el bosque queda vulnerable a la amenaza de deforestación a gran escala y de especulación desregulada de tierras abandonadas que están en cabeceras de río. Esto es una posibilidad real en algunas áreas porque la red de caminos se ha extendido.”
La red de caminos se extiende con rapidez por la Amazonía brasilera bajo el plan de desarrollo de infraestructura del país. Carreteras como la BR-319, recientemente pavimentada, han hecho mucho más viable la producción agrícola a pequeña y a gran escala en la región, inflando el precio de la tierra y avivando la especulación, usualmente por gente que no reside ahí y que empuja la frontera de recursos.
Desmonte de bosque a pequeña escala en la selva amazónica. .
Pequeña comunidad en la ribera del río Amazonas. |
“Las comunidades amazónicas suelen tener estrategias para lidiar con el manejo de recursos comunes mientras que, por lo general, la gente que no es del lugar carece de los derechos de propiedad que le permitiría explotar recursos de modo sostenible,” escribieron Parry y colegas, incluyendo a Carlos A. Peres, Brett Day, y Silvana Amaral.” Sin presencia institucional ni derechos claros de propiedad en cabeceras de río en la Amazonía, remotas y abandonadas, la transición del bosque sigue incompleta, y el ‘minar,’ en lugar de manejar, recursos forestales, sigue sin disminuir.”
Los autores dicen que los hallazgos ponen en tela de juicio el argumento de muchos investigadores de que el abandono rural ayudará en gran medida a la conservación al reducir la deforestación y permitir que el bosque se recupere. Más bien, Parry y sus colegas sostienen que se debe incentivar la estabilización de poblaciones rurales y promover el uso sostenible. Los servicios de pagos por el ecosistema — como el plan que ahora ofrece el gobierno del estado de Amazonas — puede ser una forma de apoyar a dichas comunidades.
“Alentamos los esfuerzos por sostener poblaciones rurales de poca densidad en áreas que aún no fueron abandonadas, apoyándonos en demarcaciones federales o estatales de reservas habitadas de uso sostenible,” anotan los autores.
“Cuando se les da la tenencia de su tierra, la gente del campo puede ayudar a conservar manteniendo la cobertura del bosque para asegurar servicios medioambientales como la retención del carbono y del ciclo del agua y para evitar la toma ilegal de tierras y la violencia. La gente del campo puede ser agente clave en sostener la biodiversidad con prácticas agroecológicas que maximizan la matriz de valor de los parajes antropogénicos.”
