Noticias ambientales

“Deseo trabajar con los orangutanes hasta el último día de mi vida”


Pak Sia dando la leche matutina a uno de los orangutanes bajo su cuidado. Fotografía de Janie Dubman cargo.




A los diecinueve años, el joven Sia desobedeció los deseos de su padre y comenzó a trabajar en lo que él quería, desde que estaba en la escuela primaria.



Cuando Sia tenía 10 años, la primatóloga Birute Mary Galdikas, ya contrataba dayaks (nativos de Borneo) para llevar a cabo su Proyecto de Investigación y Conservación de Orangutanes, en su casa, de Pasir Panjang. La doctora Galdikas fue la tercer discípula del primatólogo Louis Leakey, siguiendo los pasos de Jane Goodall y Dian Fossey, para estudiar grandes monos salvajes. La ubicación original del proyecto de investigación fue (y aún lo es), en Camp Leakey, en el corazón del Parque Nacional Tanjung Putting, al sur de Kalimatan Central (Borneo indonesio).Sia comenzó a trabajar en 1989, cuando ORCP ya había establecido tres centros de rehabilitación en el parque nacional, donde los orangutanes – huérfanos por culpa de madereros y mineros ilegales- estaban siendo criados y entrenados para regresar a la selva. Este fue uno de los lugares donde Sia comenzó su profesión como asistente de rehabilitación. Ese año, había seis orangutanes jóvenes en el Puesto Tanjung Harapan.



Hoy, a sus cuarenta años, Sia ,como Coordinador de Alimentos del Centro de atención y Servicio de Cuarentena para Orangutanes, en Pasir Panjang, es responsable de aproximadamente 300 ejemplares . La función de conseguir frutas y vegetales para alimentar los simios, balancear el presupuesto de alimentación y la supervisión de la alimentación, tres veces al día, no es nada fácil. Cuando se le preguntó acerca de cambiar su trabajo, frunció el seño por un momento, tratando de buscar una respuesta clara para darme, después de que su primera respuesta:”Oh, amo todo acerca de mi trabajo”, no me convenciera. Finalmente, manifestó: “Para mí es muy triste cuando no podemos dar el alimento a los orangutanes oportunamente. Ellos se enfurecen como nosotros y no es su culpa estar enjaulados; es culpa de la gente, así es que somos nosotros quienes los debemos alimentar y ayudar “.



En sus veinte años trabajando para OFI, Sia ha ayudado a los orangutanes como cuidador en Tanjung Harapan, en Camp Leakey; como ayudante de investigación forestal, en Jakarta; como guardián de primates en un zoológico; y en el Centro de Atención ,en todas las formas anteriores y muchas más. De hecho, él que es padre de tres niños (casi cuatro), demostró su dedicación, en una oportunidad, cuando le dijo a su primera esposa, que si no le gustaba su trabajo con los orangutanes (que a ella le molestaban), ella sería le persona andando.



Los indonesios son personas muy higiénicos. En un día caluroso, es usual el bañarse cuatro veces al día. Le pedí a Sia que me narrara su primer día de trabajo y él animadamente me describió cómo en la mañana se había bañado, y luego comenzó a verse impregnado de orina y heces de sus cargos pegajosos. Sonriendo satisfecho, le hice caer en cuenta que debería haber pensado por unos segundos, en el anochecer. Me contestó que no tomaría ni un día libre en los próximos meses, porque no podría soportar oír a los bebés llorar cuando trataba de marcharse.



Sentado sobre una caja de frutas frente al dayak, con el rostro no tan fruncido, terminé por preguntarle qué esperaba de su vida futura. Él contestó simplemente: “Nada. Quiero trabajar con los orangutanes hasta el último día mi vida”.




Autor con Pak Sia (El tratamiento adecuado por un viejo Indonesio). La foto por cortesía de of Janie Dubman.



Fundación Internacional Orangután



Articulo anterior sobre Galdikas y Camp Leaky



Salvando Orangutanes en Borneo

Salir de la versión móvil