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Fracaso mundial en temas ambientales: Artículo de opinión sobre el Día de la Tierra

Las crisis de la biodiversidad, el clima y la deforestación: estamos viviendo una época donde los temas ambientales pasaron de ser regionales para convertirse en problemas mundiales. En una o dos generaciones anteriores a la nuestra, las personas podían hablar de la belleza de California del Norte: de proteger de la extinción a especies únicas – me refiero al rinoceronte blanco – o de proteger una zona ecológica, como lo es la región del Amazonas. Eran épocas diferentes.



Hoy en día, hablamos de conservar la biodiversidad de la tierra, de salvar “los pulmones del planeta” o de mitigar el cambio climático global. Ya no existen personas que quieran explotar solamente una región; sino que estamos explotando todo el globo, llevándolo al desastre. Conocemos los temas que amenazan nuestro bienestar y el del planeta ¿Cómo estamos avanzando para darles solución?



Frente a la cámara, un niño vezo, miembro de una tribu semi-nómada, en Tulear Arovana (Ankorohoke) Madagascar. Fotografía de: Rhett Butler.

A pesar de no ser científico, tengo relativamente una única perspectiva; he dedicado los últimos tres años de mi vida al periodismo ambiental, escribiendo artículos sobre una amplia variedad de especies únicas; desde los derechos humanos de los indígenas, hasta las políticas de cambio climático. Si he escrito muchos artículos, he leído muchísimos más. Algunas veces, en un día de trabajo como reportero ambiental, siento como si observara una lenta extinción y un panorama interminable de lo que puede ser el fin del mundo, tal como lo conocemos. No quiero decir que la tierra esté a punto de colapsar y morir. Sin embargo, en solamente cien años, la que heredamos puede ser muy diferente, ; las especies se están desapareciendo y los ecosistemas están siendo arrasados; los humanos están impactando todo: desde el fondo del mar, hasta los glaciares montañosos más inaccesibles; desde la población de leones, al este de África, hasta las cadenas de malezas en la isla Galápagos; y desde la composición química de los océanos, hasta la capacidad del bosque boreal para almacenar carbono.


Ya establecidos los retos, valdría la pena preguntarnos: ¿cómo actúan nuestros líderes políticos, dirigentes empresariales, magnates de los medios y el público, para abordar tantos temas ambientales? ¿Estamos implementando soluciones o simplemente estamos dispuestos a seguir con las acciones que en primera instancia causaron problemas?



La respuesta es sencilla: nosotros, la especie humana, estamos fallando con respecto a grandes problemas ambientales, como son los que resalto a continuación: la biodiversidad, los océanos, la deforestación, el alimento, el agua, la población, el consumo y el cambio climático. Nuestra incapacidad para resolverlos, está arruinando el planeta y no será el mismo para nuestros hijos. Yo me aventuro a decir que será un mundo lúgubre y más caótico.



Aún así, si usted lee este trabajo hasta el final, encontrará que hay una luz al final del túnel. Es opcional a cada uno de nosotros el determinar nuestro destino colectivo y el de las generaciones futuras.



La Biodiversidad



La última paloma mensajera conocida, llamada Martha, murió en un zoológico de Cincinati, en Septiembre 1° de 1914. Para un ave que solamente décadas atrás su número era de miles de millones, la especie probó qué tan rápido las acciones humanas, en este caso, la caza no sostenible de carne barata, pueden acabar con una especie superabundante y prolífica; esto sin tener en cuenta las especies más comunes.



Sin identificar a la fecha. Insecto saltamontes de las selvas de Surinam. Fotografía de Rhett Butler A.

Nunca antes una especie, la humana, ha amenazado la existencia muchas otras en aspectos tales como: la pérdida de habitat, la deforestación, la caza furtiva, la contaminación, la sobreexplotación agrícola, las especies invasivas y el cambio climático. La mayoría de los biólogos de nuestro tiempo concuerdan en que hemos forzado a la tierra a un evento de extinción masiva: la sexta que ha ocurrido. Hablando en términos geológicos, los eventos de extinción masiva acaban con un buen porcentaje de las especies, por lo general, en el 50%, en un corto tiempo. Tales pérdidas vuelven a escribir la historia ecológica del planeta y se requiere de millones de años para que la diversidad de especies comience a recuperarse.



Para muchas personas la pérdida de biodiversidad no es un problema importante, o a la vista. Todavía consideran que la vida en la tierra, por ejemplo, la biodiversidad, se renueva por sí misma y que la multitud de cosas buenas que recibimos de ella, tales como: la polinización, la producción de alimentos, el agua pura, el control de plagas, los fertilizantes del suelo, el control de inundaciones, la erosión y el almacenamiento de carbono, deben considerarse, tal como lo denominan los investigadores, “servicios del ecosistema “.



Más allá de verse como simples servicios prácticos, la diversidad de la vida en la tierra ha inspirado nuestras artes, nuestra poesía, nuestra filosofía y religión, nuestras culturas individuales y nuestra cultura mundial. Es imposible imaginar el hinduismo sin sus deidades como base de inspiración; el primer libro de la Biblia, el Génesis, sin sus “pájaros alados “y las “grandes criaturas del océano”; a Shakespeare sin referirse a las diversas especies a lo largo del país inglés; o a Bambi, sin su elenco de criaturas del bosque, con sus ojos inocentes.



Existe tambien la creencia, presente en casi todas las tradiciones moralistas, filosóficas o religiosas, que la vida por sí misma es buena y la diversidad de la vida es aún mejor.


Como si fuera una calamidad mundial, y a pesar de existir una larga y estrecha relación de los seres humanos con otras especies, estamos exterminando las riquezas biológicas del planeta, muchas de las cuales tardaron millones de años en evolucionar. “De acuerdo con el estudio de fósiles, se estima que la tasa de extinción es 100 a 1.000 veces superior a las tasas promedio.”



Rinoceronte de Sumatra, en cautiverio en Borneo. Esta especie está al borde de la extinción. Se estima que de estos ejemplares, solamente sobreviven 200.Fotografía de: Jeremy Hance.

En la Lista Roja de la IUCN (International Union for Conservation of Nature), y de acuerdo con el concepto de los funcionarios que trabajan sobre la extinción del planeta, entre el año 1.500 al 2009, se registraron 875 especies como desaparecidas. Sin embargo, es probable que ésta sea una muestra muy pequeña del número real, ya que los biólogos creen que la gran mayoría de especies desaparecen completamente desconocidas para la ciencia. Por ejemplo: se han descrito cerca de 2 millones de especies; no obstante, muchos ecologistas estiman que entre 10 y 50 millones habitan nuestro planeta. Más aún, descubrimientos recientes por parte del Censo de Vida Marina, pueden inclusive cambiar estos cálculos; trabajos de campo ha permitido a los investigadores estimar que los animales microscópicos (microbios) son únicamente un número de los cientos de millones de especies que habitan el fondo del mar.



Sin embargo, no solamente las especies en extinción deberían desconcertarnos; también lo debe ser la pérdida de abundancia. Mientras es probable que el cálao de cuello rufo se extinga en cualquier momento, el número existente de éstos ha disminuído drásticamente debido a la deforestación a gran escala, a la erosión forestal y a la caza, al sudeste de Asia. Como dispersor importante de semillas, la pérdida de abundancia de este ejemplar puede provocar una reacción tan grande como la de la extinción; un menor número de estas aves, significa una disminución en la diseminación de semillas, que a su vez, amenaza los granos diseminados y a los demás seres, que igualmente dependen de estas plantas específicas. Tal “cadena alimenticia” puede volverse un círculo vicioso; por ejemplo, la disminución en la población del salmón, al norte de los Estados Unidos, significa que todo el ecosistema de agua dulce recibe menos nutrientes cada año (los investigadores estiman una disminución de nutrientes del 90%) no obstante, este hecho hace imposible que los salmones regeneren la población óptima, y así sucesivamente. No se trata solamente de la extinción de esta reacción en cadena, a través del ecosistema; sino también de la disminución de la abundancia.



A pesar de la realidad de este problema a nivel mundial, la biodiversidad ha permanecido por largo tiempo bajo el radar. Cientos de promesas de los gobiernos del mundo para detener la pérdida mundial de biodiversidad, resultaron este año en un duro fracaso: esta es otra muestra de la buena disposición de los gobiernos para hablar más de la cuenta; pero sin la voluntad necesaria para tomar las acciones que requieren tales promesas. Grandes empresas todavía destruyen los bosques, drenan los pantanos y nivelan las montañas impunemente. Además, los principales medios de comunicación han ignorado por mucho tiempo el tema. Más allá de unos artículos “flojos “sobre la vida silvestre, éstos han fallado en concientizar al público acerca de la pérdida y la importancia de la biodiversidad.



Inclusive, las organizaciones ambientalistas se han enfocado en grandes especies carismáticas, negándose a hacer uso de su privilegiada posición para concientizar al público sobre la importancia, no solamente de los animales “atractivos”, sino de cada una de las especies; desde los insectos y los hongos, hasta la ballena azul. La biodiversidad y la bioabundancia siguen disminuyendo; a no ser que se tomen rápidamente acciones a gran escala, para detener estas pérdidas, ya que es imposible saber cuándo se detendrán.



Océanos



Para la mayoría de los humanos la idea de que podríamos cambiar en forma irreversible los vastos e impenetrables océanos, podría parecer ridícula. Sin embargo, la posibilidad de agotar su riqueza biológica, no solamente es concebible; está sucediendo. Esto no es todo: también estamos alterando la composición química de los océanos con gases de efecto invernadero, escorrentías agrícolas y contaminación.



La supervivencia en el largo plazo de la Gran Barrera de Coral está amenazada por las emisiones de carbón, las cuales han creado acidificación del océano. Fotografía de: Rhett A. Butler.

Literalmente, la humanidad se esta comiendo los océanos. La población pesquera proyectada ha colapsado impactando el ecosistema, a todo nivel. De acuerdo con el experto marino, Jeremy Jackson, en 60 años, grandes peces depredadores, incluyendo el atún, el salmón, el bacalao, el pez espada y la raya, han disminuído en el 90%. Los tiburones no lo están pasando mejor. Capturados mediante pesca por accidente, son muy perseguidos para la” sopa de aleta de tiburón”; esta población se ha disminuído aún más rápido que la de los peces populares. En el norte del Atlántico, ésta disminuyó el 75 %, en solamente 15 años. Sin embargo, no son solamente los peces; debido a la explotación, no sostenible, las ostras han sufrido una pérdida del 91% a nivel mundial. Un estudio del año 2006, publicado en la revista Science pronosticó que en el 2.050 – si la comercialización continúa igual- el océano podría ser despojado de todas las especies probables. A pesar de estas advertencias, se han hecho muy pocos cambios. En forma injusta, la pérdida de estas especies también afecta a los pobres del mundo, quienes dependen de los peces y de otros alimentos marinos como base importante de proteínas y de recursos económicos.



No son solamente los peces que atrapamos. Con cada especie marina capturada, otras son exterminadas por la pesca accidental. Cualquier especie muerta, en la red o en caña de pescar, tales como: aves marinas, tortugas marinas, tiburones, focas y aún las ballenas, afrontan muertes terribles por parte de las industrias. De hecho, muchas especies están amenazadas por la captura por accidente, al igual que por la que se hace en forma programada.



Sin tener en cuenta lo vacíos que están nuestros océanos, la demanda mundial por la comida de mar aumenta cada día. De igual forma, está claro que los organismos internacionales y los gobiernos están poco dispuestos a implementar normas en los sitios que requieren sostenibilidad. El cartel de sobrexplotación de la pesca y el atún de aleta azul, es el principal ejemplo de cómo algunos gobiernos e industrias intransigentes, a pesar de afrontar la extinción, eligen tener ganancias a corto plazo.



No solamente estamos impactando los océanos con la sobreexplotación; sino con nuestro desperdicio. En el Océano Pacífico existe una isla: ésta no fue formada por un proceso geológico; sino por unas pocas décadas de acumulación de plástico. Con un tamaño de más del doble del tamaño de Texas, esta isla flotante de desechos está conformada casi en su totalidad por desperdicios de plástico antropogénico. La iniciativa de lanzar plástico al mar ha diezmado los océanos en una forma difícil de comprender. En una oportunidad un buceador me dijo que una autopsia de una tortuga marina reveló que el animal había muerto por estreñimiento: sus intestinos se atascaron con una docena de bolsas plásticas y cientos de colillas de cigarrillo.



Medusas en el acuario de la Bahía de Monterrey. Los biólogos marinos temen que los océanos del futuro albergarán medusas, a expensas de otras especies. Fotografía de Rhett Butler.

No solamente una serie de especies marinas, como las Tortugas y los pájaros mueren por el consumo de plástico; sino que una reciente investigación muestra que el plástico, supuestamente indestructible, rápidamente deteriora el océano, cuando al caer dispersa toxinas en una gran extensión.



Además de amenazar las especies, la contaminación ha alterado la composición química de los océanos, dando lugar a más de 400 “zonas muertas “identificadas , que ocasionan una extensa decoloración de muchos de los corales de los arrecifes del mundo. Los nutrientes contaminados de los fertilizantes, desechos industriales, estiércol de ganado y desechos residuales, permiten que las algas florezcan masivamente, anualmente, en algunas partes del océano. Éstas son dañadas por una bacteria; un proceso que priva a la región de oxígeno, dando como resultado a la tan llamada “zona muerta”, donde muy pocos sobreviven, incluso, las medusas y los microbios. De acuerdo con un estudio publicado en Science desde 1960, la presencia de zonas muertas se duplica cada diez años.



Al mismo tiempo, debido a nuestras emisiones de gases de efecto invernadero, los océanos se han visto forzados a emitir más gas carbónico. Esto ocasiona la disminución del pH (potencial de hidrógeno) de los mismos, por ejemplo, éstos comienzan a ser más ácidos y amenazan la mayor parte de la diversidad del mundo marino: los corales de los arrecifes. Al debilitar la composición de la estructura de los corales – en algunas oportunidades y recurriendo a la ética- los científicos estiman que esa acidez, ocasionada por las emisiones de carbono, puede ascender 100 veces más rápido que nunca, durante los últimos 20 millones de años; estropeando probablemente el ecosistema de corales a nivel mundial. Las especies que producen conchas y revestimientos también están amenazadas por la acidificación, debido a la reducción del carbonato de calcio en el agua, el cual se necesita para conformar sus conchas. Sin embargo, este es un tema directamente relacionado con las emisiones de carbono, que en parte, el público ignora y los principales medios de comunicación rara vez profundizan.



Inclusive, los océanos reciben menos respeto que la fauna del planeta. A pesar de nuestro amor por los delfines, las ballenas y la comida de mar, fallamos al garantizar un futuro, tanto a las especies grandes, como a las pequeñas del océano, al igual que al consumo mundial de los alimentos de mar. No obstante, los gobiernos están más del lado de los intereses económicos, a corto plazo, que de un manejo sostenible, permitiendo que la industria pesquera se quiebre; en vez de simplemente reglamentar la sobreexplotación. Adicionalmente, existen problemas tales como la contaminación del plástico, las zonas muertas y la acidificación, que han sido ignorados por largo tiempo y que dejan a las futuras generaciones ante una monstruosa falta de limpieza, si es que alguna vez desean ver nuevamente océanos hermosos y productivos.


La deforestación



Las selvas tropicales contienen la mayor parte de vida terrestre del planeta, almacenan grandes cantidades de carbono, ayudan a la formación de nubes; protegen contra la aridez; son el hogar de innumerables grupos indígenas,; proveen a los seres humanos con una serie de medicinas que protegen la vida y que dejan a quienes la visitan impresionados; a pesar de esto, las selvas tropicales continúan siendo devastadas a unas cifras asombrosas.



Un árbol de nueces talado solitario en el área del Brasil. Fotografía de Rhett Butler.

A pesar de que el estimativo de deforestación es complejo y difícil, se cree que por lo menos 32.300 hectáreas (80.000 acres) de selva tropical se destruyen cada día. Si la degradación forestal se incluye en ese estimativo, el área se duplica. Devolviéndonos un poco: desde 1950, a la fecha, aproximadamente 668 millones de hectáreas de selva tropical (seis veces el tamaño de Bolivia) se han perdido debido a las enormes ganaderías, tala de árboles, incendios, represas, tala y quema, minería, pastizales o agricultura. En total, solamente el 41% del bioma de los bosques tropicales del mundo sobrevive actualmente.



Algunas regiones han sido más golpeadas que otras. Por ejemplo, desde que llegaron los europeos, el bosque del Atlántico – que alguna vez se extendió a lo largo de la costa oriental suramericana – ha perdido el 93% de su área .La isla de Borneo, que una vez estuvo cubierta de bosques, ha perdido el 50% de los mismos, la mayoría, desde 1950. Actualmente, Brasil sigue dañando la mayoría de sus bosques cada año; sin embargo, el país amazónico está tomando medidas para disminuír su deforestación; mientras que en Indonesia, ahora en segundo lugar, la misma está ganando terreno.



La mayoría de paises tropicales, con algunas excepciones importantes, han fallado al preservar su herencia natural; afrontan pobreza, corrupción y un gobierno deficiente; con el deseo de imitar a los paises occidentales, han agotado la mayoría de bosques que un día engalanaron el planeta.



Así es que los paises occidentales no pueden reclamar los terrenos, por dos razones principales:
1.- Gran porcentaje de la disminución de bosques tropicales, alrededor del mundo, se debe al consumo de material no sostenible por parte de paises ricos del norte, y últimamente, por parte de las grandes potencias como China e India. Las selvas tropicales han disminuído, debido a : la ganadería en el Brasil, la madera de El Congo, la madera palo de rosa y al ébano de Madagascar, al papel y la palma de aceite en Indonesia, a los muebles para jardín y a los palillos para comer ( no es broma ) en Borneo, la mayoría de los cuales; termina siendo exportados a paises más ricos. Si nos estamos comiendo los océanos, también estamos acabando con las selvas tropicales y despilfarrando dinero en productos y muebles de lujo.



2.- Los paises industriales siguen cortando grandes áreas de sus bosques primarios .Los bosques boreales del mundo están desapareciendo rápidamente, aún en los paises más ricos. Un nuevo estudio publicado en Trends in Ecology and Evolution muestra que el 60% de los más grandes bosques del norte – los boreales – están fragmentados y degradados: Los causantes son los incendios premeditados, la ganadería, la minería y los escarabajos de árbol, ayudados por las altas temperaturas. De acuerdo con el estudio, Rusia – que alberga la mayoría de bosques- es el peor administrador de estas zonas. Se cree que la destrucción en curso ha transformado los reservorios de carbono de los bosques boreales, en una fuente de carbono, amenazando igualmente a cientos de especies con la extinción.



Tala de bosques para plantación de palma de aceite en Sumatra, Indonesia .Fotografía de Rhett A. Butler.

Antes de explotar los bosques tropicales y boreales, los seres humanos destruyeron la mayor parte de los bosques caducifolios. En los Estados Unidos y Europa, menos del 1% de estos bosques sobreviven en un estado apacible, destruídos en su mayoría por la agricultura y el aumento poblacional. Mientras los bosques caducifolios han comenzado a recuperarse en algunas áreas, debido a proyectos de reforestación y al abandono de la agricultura; esto no sucede en todos los lugares; un nuevo estudio realizado por Bioscience muestra que los bosques de Norte América, que se cree están en recuperación actualmente, han disminuído en el 4.1 % ( 3.7 millones de hectáreas ), en menos de 30 años, ocasionado; no por la ganadería o la minería en la cima de la montaña; sino principalmente por el crecimiento urbano descontrolado.


A pesar de las malas noticias, la deforestación puede ser uno de los sectores del medio ambiente donde se han logrado progresos; aunque poco a poco se consideran los continuos costos de destrucción de los bosques tropicales y de los bosques lluviosos y cálidos del mundo. Al establecer un gran sistema de parques – que protege pequeños porcentajes de bosques del mundo – los científicos y ecologistas ,se han dado cuenta hoy en día, que una estricta aproximación a los parques, no protegerá el hábitat del mundo por sí mismo ni ayudará a las personas que viven de los bosques.



Nuevos programas, tales como el de la Reducción de Emisiones a través de la Deforestación y Degradación (REDD), están trabajando en la perspectiva de hallar formas de pago a los paises para preservar; en vez de talar, sus bosques tropicales. La búsqueda para llevar a cabo el mencionado programa es complicado y está en marcha; sin embargo, es una de las ideas más pragmáticas y esperanzadoras para detener la deforestación.



Por supuesto, será difícil considerar la lucha contra la deforestación ocasionada, hasta que crezca el nuevo bosque, mínimo, en igual proporción a lo perdido anualmente (no incluye plantaciones de monocultivos que no sean bosques). Sería preferible que los bosques reaparecieran después de tanta pérdida, y que los bosques antiguos fueran protegidos y manejados en forma sostenible.



Alimento y agua



Si bien, el disponer de alimento y agua limpia , para cada ser humano del planeta ,no se considera un tema medioambiental: ciertamente lo es .Estos dos elementos están íntimamente ligados con el sistema ecológico que estamos impactando: el clima, la biodiversidad, la sobrepoblación, el consumo excesivo, el desperdicio y la contaminación.



Niños de Turkan, al norte de Kenia. Fotografía de Rhett Butler.

El mundo rompió un nuevo record el año pasado: La FAO, estimó que mil millones de personas, como nunca en la historia, van a sufrir de hambre. Mientras la crisis económica golpea duro, en términos de empleo y de PIB (Producto Interno Bruto), la escases de alimentos golpea fuertemente a los paises pobres; el número de personas con hambre, del 2008 al 2009, se disparó a 200 millones.



Kenia, Guatemala y Somalia son solamente algunos de los paises que han experimentado crisis de alimentos durante los años anteriores. En plena crisis alimentaria, se dice que 37 paises la padecieron. Actualmente, Sudán y Nigeria están en medio de una devastadora escases de alimentos.



No es que no haya suficiente alimento en el mundo; de hecho, hay más que suficiente. El problema no es de abundancia, sino de desbalance en la producción, y de desigualdad en los mercados. Por ejemplo, de acuerdo con un estudio reciente, solamente los americanos desperdician tal cantidad de alimento al día, que éste sería suficiente para suplir las necesidades calóricas diarias, de 200 millones de adultos. Aproximadamente, del 30% al 40% de la producción de alimentos del mundo termina en la basura. Al mismo tiempo, en muchos lugares del mundo no se produce suficiente alimento, o los agricultores han optado por cultivar productos más rentables que aquellos necesarios para la alimentación básica; de tal manera que dependen del mercado internacional para suplirlo. No obstante, cuando este mercado falla, no existe una red real alimentaria.



Las crisis de alimentos con frecuencia son exacerbadas, o aún empeoradas por sequías constantes; y si el hambre es un tema casi masivo, la escases de agua puede llegar a ser mucho peor.



Actualmente, 884 millones de personas no tienen acceso al agua potable; al tiempo que 2.5 mil millones de personas no cuentan con servicios sanitarios. Sin embargo, se espera que este número no aumente: Para el 2050 las Naciones Unidas pronostican que 7.000 millones de personas sufrirán de escases de agua. Mientras podamos vivir en un planeta azul, únicamente un pequeñísimo porcentaje del agua del mundo es realmente adecuado para el consumo humano: 0,007%, del total, o menos del 1% del agua dulce del mundo.



El río Yangtzé, en China, ha afrontado abundante polución y extinción de especies cruciales, causadas por la industrialización. Fotografía de Rhett Butler.

Sin embargo, mientras el agua potable sea un recurso limitado, todos los gobiernos deben estar a favor de la protección contra la contaminación. China, tan elogiada por su surgimiento económico, ha pagado un alto precio por la catástrofe ambiental; funcionarios del gobierno han aceptado, ante la nación, haber vertido 30.03 millones de toneladas métricas de contaminantes en sus fuentes de agua dulce durante el 2007, es decir, tres veces superior a la cifra que los investigadores mencionan como absorbible por las aguas dulces. De acuerdo con las estadísticas oficiales, el 60% de aguas fluviales chinas ahora están contaminadas. Sin embargo, no es solamente China la que ha aceptado la contaminación de sus aguas; el estudio más reciente de EPA (Environment Protection Authority), sobre los lagos y ríos de los Estados Unidos, encontró que casi la mitad de éstos están contaminados como para poder pescar o nadar en ellos en forma segura.



Al tiempo que el clima cambia, se modifica el cuándo y en dónde caen las lluvias. En general, las regiones secas están recibiendo cada vez menos lluvias y con mayor razón, en las zonas contaminadas con químicos. En años anteriores, África del este, China, Guatemala, Malí y Australia, en su conjunto, han experimentado el peor promedio de sequías, al tiempo que algunos de los más importantes ríos del mundo han disminuído su flujo de agua debido a los cambios climatológicos, por ejemplo, el Ganges, el Níger, el Colorado y el Yellow River.



La Guerra por el agua parece ser como una alarma de ciencia ficción; no obstante, de acuerdo con muchos observadores internacionales, la falta de agua es uno de los principales causantes del conflicto en Darfur, que ha cobrado por encima de 200.000 vidas, debido a la violencia, las enfermedades y la hambruna.



Superpoblación y exceso de consumo



Hoy, después de 100 años, existen 6.000 mil millones de personas adicionales y estamos al borde de un nuevo registro: 7.000 millones. Son 7. 000 millones de seres humanos que necesitan alimento, agua potable, ropas y vivienda: es decir, siete veces más de lo que se necesitó en 1804.



Crecimiento suburbano descontrolado de las Vegas, Nevada. Fotografía de Rhett Butler.

Sin embargo, las necesidades mundiales, o mejor, las necesidades de los seres humanos del planeta, no se distribuyen en forma equitativa; es así como lo señaló Jared Diamond en la página de opinión del New York Times: el consumo de recursos de los paises industrializados es 32 veces mayor al de los paises en desarrollo. Existen muchas formas de ilustrar tales discrepancias: desde mansiones en las zonas residenciales de América (suponga de 4.000 a 10.000 pies cuadrados), a los tugurios de la India y a las chozas de Kenia; 61 automóviles por cada 100 australianos, comparados con 3 automóviles por cada 100 filipinos; seis televisores por cada 10 alemanes, comparados con la mitad de un televisor por cada 10 nigerianos; o un tercio de televisor por cada 100 afganos.



El consumo exagerado por parte de más o menos 1.000 millones de personas en los Estados Unidos, Canadá, Europa, Japón y Australia, unido al incremento de éste en los grandes paises en desarrollo, tales como China e India, ha dado como resultado una situación insostenible, donde el ser humano actualmente consume más de los recursos que la tierra produce cada año. A partir del año 2005 la huella ecológica de la humanidad fue de 1.4; en otras palabras, estamos sobrepasando la sostenibilidad del planeta en un 40%.



Muy pocos políticos, corporaciones o medios de comunicación son lo suficientemente valientes para abordar el tema del consumo excesivo. No obstante, este tipo de consumo quizás supere el de la superpoblación y está presionando los recursos del planeta, lejos del punto de la sostenibilidad. La sostenibilidad puede haber perdido su verdadero significado, comenzando a ser solo una frase de cajón; tanto para el manejo de las grandes empresas publicitarias, como para la retórica gubernamental; la sostenibilidad significa simplemente la capacidad de un sistema cerrado, en este caso, la tierra, para seguir supliendo las necesidades de sus innumerables habitantes.



Urbanismo de Singapur: Los hombres de amarillo limpian el exterior de Esplanade (Teatros en la bahía).Fotografía de Rhett A. Butler .

No obstante, si el consumo excesivo es un tema prohibido; la superpoblación lo es aún más. La mayoría de grupos ecológicos tampoco lo afrontan, aunque no hay duda que cerca de 7.000 millones de personas en el planeta están forzando los límites de cada ecosistema. Aunque ésto no es sorprendente, sí es un tema extremadamente sensible, debido a la legitimidad religiosa, la moral y el consenso gubernamental; existen muchas alternativas inteligentes para reducir el aumento de la población, sin tomar medidas draconianas que casi todas las personas, incluso yo, detestamos. El proporcionar acceso fácil al control natal, la educación femenina, la concientización sobre el tema de la superpoblación y la aceptación social de las familias sin hijos, son solamente una de las pocas maneras para comenzar a disminuír el crecimiento poblacional.



Si permitimos que tanto el consumo excesivo, como la superpoblación, se descontrolen, finalmente transformarán nuestra sociedad y el resultado no será agradable. A no ser que comencemos muy pronto a explorar nuevos planetas para obtener recursos (vea historias de ciencia ficción como Avatar y Moon), el consumo no puede continuar indefinidamente, aunque gobiernos de paises, que van desde Inglaterra hasta la India y de la India a la China, actúan como si lo pudieran hacer. Si comenzamos por minimicer desecho y aumentar eficiencia, podemos como una sociedad explorar como el crecimiento del económico moderno puede (y debe) cambiarse.



A pesar de que la mayoría guarda silencio al respecto, es imposible negar que detrás de cada publicación mundial sobre lo que queda del medio ambiente, existen , al menos en parte, dos actores principales: la superpoblación y el consumo excesivo.



Cambio Climático



A pesar de que algunos políticos y medios de comunicación hacen saber que el cambio climático es una conspiración y que no hay evidencia de que la tierra se está calentando, la realidad es otra. Durante la década pasada, del 2000 al 2009, se registró el más alto nivel calentamiento, es decir, desde 1880. El promedio mundial de temperatura aumentó en 0.8 grados Centígrados (1,5 grados Fahrenheit), desde el Siglo XIX. El calentamiento se ha acelerado más en el Ártico, con temperaturas que se elevan en muchos lugares, entre 1.6 a 2.2 grados Celsius (de 3 a 5 grados Fahrenheit), por lo cual los cambios no son mucho más extremos.



Hundimiento y cauce del glaciar Mendenhall en Alaska. Fotografía de Rhett A. Butler.

Las señales de nuestro calentamiento global están en todas partes, llegando a convertirse en un ícono : el deshielo de los glaciares, los cambios en la migración animal, las primaveras anticipadas, las graves sequías, las inundaciones inusitadas, estaciones más largas de deshielo en el Ártico, la elevación del nivel del mar, la acidificación de los océanos, las extinciones ,la desertización ,las estaciones de cultivo más prolongadas y la escases drástica de agua. Puesto que los sucesos no se pueden suscribir solamente al cambio climático, un modelo de comportamiento del fenómeno, en el largo plazo, puede y debe asociarse con el mismo, si se basa en evidencia científica. Cuando yo era niño, el cambio climático, aunque fue muy debatido, estaba muy lejos de ocurrir, podían ser 100 años; sin embargo, comenzó mucho más rápido y agresivo de lo que los investigadores esperaban y los cambios en el terreno se están haciendo cada vez más visibles, aún para los no científicos.



Algo que los medios masivos de comunicación, ignoran en gran medida o simplemente no entienden, es el hecho de que el cambio climático es un fenómeno complejo y desordenado; no obstante, esto no significa que no esté ocurriendo y que no seamos culpables. El cambio climático, a diferencia de muchos problemas ambientales, no ha actualizado las últimas reglamentaciones ni las escasas publicaciones de los principales medios de comunicación. Sin embargo, incluso el hecho que los cambios climáticos hubieran sido ampliamente difundidos, no han motivado a la sociedad o a sus líderes actuales a implementar o a poner en marcha soluciones. En parte, porque a cambio de un análisis de soberanía, los medios han convertido el cambio climático en un carrusel lleno de escándalos. Un día el mundo va a desaparecer; lo demás es una gran mentira.



Por supuesto que nada de lo anterior es verdadero, sin embargo, el clima cambia; un mundo más cálido está impactando cada ecosistema de la tierra y más aún, nuestra vida cotidiana. Esto no solamente amenaza el estilo de vida de los osos polares, sino la forma de vida de los seres humanos pasando: desde la zona tropical amazónica, a los desiertos de Africa y a las montañas del Tíbet; incluso, hasta los suburbios del Reino Unido.



No hay duda que el fracaso de la última Conferencia de Cambio Climático de las Naciones Unidas – celebrada en Copenhague en el mes de diciembre- para adoptar un acuerdo jurídicamente vinculante y fuerte, ha hecho perder el entusiasmo de muchos y ha puesto en tela de juicio la capacidad del organismo para enfrentar el cambio climático .El tiempo dirá si el mundo puede o no unirse para mitigar las emisiones del efecto invernadero, al tiempo que se ayuda a los pobres ( o por lo menos responsabilizarse), a adaptarse al nuevo mundo cálido. Sin embargo; debería tenerse en cuenta que si el pasado sirve como referencia, los gobiernos del mundo se ven bloqueados por las luchas internas y el egoísmo ciego, cuando de cambio climático se trata. En vez de darle importancia y tomar las acciones necesarias para mitigar el riesgo, los gobiernos sostienen largas conversaciones acerca de lo que se debe hacer, pero se niegan a avanzar al ritmo necesario.



¿Existe alguna esperanza?



¿Entonces, qué debemos hacer?



A pesar de los problemas expuestos, no hago parte de los fatalistas o pesimistas. No veo el final de la vida en la tierra ni una evolución posterior- las cucarachas pueden sobrevivir a cualquier cosa, al igual que las medusas- sin embargo, estamos cambiando nuestro planeta en aspectos fundamentales que nos impactarán la vida, la de nuestros niños y las de todas las generaciones humanas futuras. Ésta, de hecho, es una nota al margen del movimiento ecologista; de la misma forma que ellos aman los animales y al mundo natural, por su propio bien, están tratando actualmente de preservar el planeta para sí mismos y para sus hijos. El ecologismo, es de por sí, un esfuerzo humano.



Niños en Madagascar. Fotografía de: Rhett Butler.

Las personas también saben que no solo la naturaleza nos proporciona los medios con los cuales sobrevivimos, el alimento, el agua, los materiales y un clima estable; también nos dá la inspiración para hacer las mismas cosas que nos hacen humanos. El Arte, la literatura, la filosofía y la religión, todo estaría arruinado sin la naturaleza del planeta para inspirarnos. Recientemente, los investigadores han comenzado a detectar vínculos entre las enfermedades mentales y la falta de acceso, o el tiempo dedicado a la naturaleza del planeta. Yo sospecho que estos prósperos estudios saquen a la luz importantes nexos entre la pérdida de nuestra sociedad natural y el crecimiento de las enfermedades mentales, pérdida de objetivos e infelicidad, incluso, si poseemos más bienes.



Aquí están las buenas noticias (por supuesto que sí las hay): Hemos llegado al punto de degradación del medio ambiente, no por falta de ideas brillantes y de soluciones ambiciosas, sino debido a la falta de voluntad y valentía.



Alrededor del mundo investigadores y personas dedicadas han llegado oportunamente y en repetidas ocasiones, con alternativas para detener el calentamiento ecológico a nivel local, regional y mundial, y comienza a repararse nuestro problema ambiental.



Por ejemplo, todo el mundo sabe qué se necesita para combatir el cambio climático; esta no es una información secreta. La revolución de energía limpia, solar, eólica y geotérmica, necesita una rápida investigación y difusión, creando a su vez nuevos empleos ecológicos .Adicionalmente, otros gases de efecto invernadero, tales como el metano necesitan ser rápidamente reglamentados. Los bosques, paisajes naturales y otras importantes fuentes de carbono, desde los humedales, hasta la hierba marina, deben ser protegidos con urgencia. Esfuerzos ingentes de reforestación y reinicio de los bosques naturales, deben hacerse a nivel mundial con el fin de almacenar carbono, con una nueva generación de bosques. Si se implementan con exactitud programas como REDD (Reducing Emissions from Deforestation and Degradation), se podría dar inicio a este proceso. Por supuesto que un buen comienzo para combatir el cambio climático sería recortar los miles de millones de dólares en subsidios que reciben del gobierno las compañía de hidrocarburos, ya con ganancias excesivas, e invertirlos en energía sostenible y de conservación.



Preservar los bosques y comenzar la” edad de la reforestación” será un largo camino por recorrer hacia la solución de la crisis de biodiversidad. Una planeación inteligente, urbana y suburbana, como lo es el trabajar para crear una mezcla de siembra ambiental de bosques de pastizales, para la vida urbana- conocida como matriz- en áreas muy pobladas o zonas agrícolas, ayudaría a las especies más pequeñas y garantizaría las rutas de migración en un mundo más cálido. Finalmente, educar a la población sobre la importancia de la biodiversidad del planeta, de especies grandes y pequeñas, conocidas y desconocidas, podría darle a los gobiernos y a la sociedad el impulso necesario para dar marcha atrás a la extinción masiva.



Selva tropical y río en Colombia. Fotografía de Rhett Butler.

Para los océanos, los programas de captura de pesca, que detendrán la sobrexplotación de peces y sin pescadores dañinos, deberían implementarse a nivel mundial. Adicionalmente, una rápida expansión de las áreas marinas protegidas proporcionará zonas para desarrollar. Eliminación gradual de plásticos, implementación gradual de reformas agrícolas y el mejoramiento del manejo de desperdicios, ayudará inmensamente para recobrar aquellos ecosistemas que cubren el 70% de nuestro planeta.



Se necesita un cambio cultural que se centre, menos en la compra de materiales inútiles, y más en la comunidad y la experiencia. Nuestro consumismo excesivo, donde vemos más el respeto en el producto que compramos y no en el hecho de quienes somos .Debemos preguntarnos: ¿nos hace el consumo ilimitado mejores amigos, socios y familiares? ¿nos hace mejores personas?, me imagino que tal cambio nos permitiría implementar soluciones inteligentes y definitivas para alimentar los seres humanos y proporcionar agua potable a cada individuo. Es terriblemente inmoral que en estos tiempos, cuando alguien en el metro puede abrir su iPhone y observar los últimos episodios de Lost todavía no podamos alimentar la humanidad.



Obviamente, tenemos mucho camino por recorrer. Actualmente, individuos, líderes, medios de comunicación y empresas, todavía anteponen sus ganancias financieras, a corto plazo, sobre la estabilidad de nuestro planeta, es decir, la predicción del clima, la vida abundante, y los ecosistemas ricos que nos permitieron pasar de ser cazadores a viajeros a la luna. Ellos ven los temas ambientales, más como una molestia, que como una oportunidad para proteger la belleza del mundo que hemos heredado. Ven un conflicto entre el medioambiente y la economía, sin entender que el proceso ecológico sustenta cualquier economía artesanal. Ellos no entienden que el mundo, en solamente los últimos 50 años, ha cambiado drásticamente y que sin un medio ambiente sostenible, nosotros, como especie, estamos llevando al mundo al desastre.



Así que la responsabilidad es nuestra. No podemos simplemente quejarnos de nuestros gobiernos, con sus cabezas metidas en la arena, o de las corporaciones que están deseando perfectamente agotar los bosques tropicales para obtener más altos márgenes de ganancia, todo en nombre del “progreso”. No podemos regodearnos en la desesperanza, pero necesitamos movernos, estar ocupados y comenzar a efectuar cambios, ya sean éstos locales, regionales o mundiales. Necesitamos comenzar a hablar acerca de estos temas más franca y abiertamente, apoyar a los medios de comunicación y a los líderes que actualmente exploran la complejidad de los temas ambientales y presionar nuestros gobiernos a través de acciones democráticas.



No obstante, necesitamos algo más que argumentar. Necesitamos comenzar a recorrer el camino; no interesa qué tantas personas puedan criticar la destrucción de los bosques tropicales del mundo, ellos continúan comprando el papel, la madera, los alimentos embutidos y aumentando el consumo de carne; y como consecuencia, apoyan a las grandes empresas a efectuar la tala; y los gobiernos haciéndose los de la vista gorda.



Aunque a veces la causa puede parecer insuperable, este no es el momento de atacar con furia o reclamar aturdidos acerca de la situación del mundo. Aquellos que desperdician su tiempo en la desesperanza, detestan no haber escuchado a Ghandi, Martin Luther King Junior o a Nelson Mandella; o no haber entendido que detrás de cada uno de estos grandes líderes, millones de personas siguen esperanzadas en la causa. Revoluciones de esta clase no son fáciles, no son inmediatas; por su naturaleza están llenas de dificultades y de reveses; no obstante, en algunas oportunidades son necesarias. Esta es una de esas épocas. Aunque todavía fallemos con las especies terrestres, los ecosistemas y las personas; en el futuro, no tenemos motivos para seguirles fallando.









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