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Fotografía conservacionista: captura de imágenes para salvar la mayor selva tropical tempalda del mundo. Entrevista a Amy Gulick

La mayoría de los grandes ecosistemas de EE.UU. no son ya más que resquicios de lo que fueron. Los ancestrales bosques vírgenes, que una vez recubrieron prácticamente la totalidad de la región este y norte-centro de los EE.UU., han desaparecido y, en la actualidad, no representan más que unas pocas zonas fragmentadas y en regresión. Las frondosas praderas que antes se extendían más allá de donde la vista alcanza han sido reemplazadas en su gran mayoría por zonas de cultivo o arrabales en continuo aumento. La construcción de carreteras, el impacto de la explotación de los recursos naturales o la presencia de especies invasoras están acabando con hábitats naturales en los bosques de occidente. Los sistemas costeros y marinos, antes tan abundantes, se han visto gravemente afectados debido a la sobrepesca, la contaminación y el desarrollo. A pesar de todo esto, los EE.UU. aún cuentan con regiones podríamos decir “vírgenes”, como la selva tropical templada de Tongass, en el del sudeste de Alaska.



“Permanece virgen. Todas las especies que existían en 1.700, cuando se produjeron los asentimientos europeos, aún continúan viviendo allí. No se ha perdido nada”, declaraba a mongabay.com la fotógrafa Anna Gulick.



Ammy Gulick, aclamada fotógrafa de parajes naturales, recorre las islas brumosas del sudeste de Alaska, cruzándose con osos y ríos repletos de salmones, para documentar las intrincadas conexiones con el Bosque Nacional de Tongass. Foto cedida por cortesía de Amy Gulick.

Guilck, autora del libro de fotografía Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest, reconoce que el salmón desempeña un papel de gran importancia para la supervivencia de la selva tropical, de ahí el título de “salmones en los árboles”, que hace referencia a un descubrimiento científico que demuestra una relación directa entre los salmones y los bosques de las selvas tropicales templadas de Norteamérica.


Los osos y los pájaros capturan los salmones y los transportan desde la costa hasta los antiguos bosques; los salmones quedan así diseminados por los bosques y los nutrientes marinos son absorbidos por la tierra y los árboles. Durante la grabación de un fenómeno ecológico, los científicos han conseguido establecer recientemente una relación entre una variante de nitrógeno presente en estos bosques tan poco comunes y el océano, de donde resulta que el salmón es el vínculo de unión entre los ecosistemas terrestre y marino.



Con 6,8 millones de hectáreas, la selva tropical de Tongass es el Bosque Nacional más grande de EE.UU. y, lo que es aún más importante, es la selva tropical templada virgen más grande del mundo.



Los bosques tropicales templados en el litoral son muy poco usuales, tanto es así que solo cubren una milésima parte de la superficie terrestre del planeta. Estos bosques son poco comunes porque precisan unas condiciones muy concretas para poder existir” explica Gulick. “El Bosque de Tongass alberga casi un tercio de la totalidad de los bosques tropicales templados existentes en la costa y es la reserva natural de bosques primarios más grande de EE.UU.”.



Bajo la administración del gobierno de los EE.UU y a pesar de que esta práctica ya ha cesado en gran medida, algunas partes del ecosistema se han visto afectadas por la tala indiscriminada que tan en auge estuvo durante los años sesenta. Según Guilck “todavía existen cuencas hidrográficas que son zonas productiva biológicamente y que mantienen la integridad ecológica del ecosistema unida”.



Sin embargo, la situación puede cambiar. Guilck reconoce que, si continuamos talando la selva tropical templada de Tongass y si no se toman más medidas de protección, que acabemos con este ciclo de vida tan glorioso será solo cuestión de tiempo.



La tala desarrollada tanto por el gobierno como por empresas privadas constituye aún la primera amenaza para el bosque de Tongass. Hace poco, oíamos hablar, no sin gran polémica, de la noticia de la posible atribución de 34.40 hectáreas de bosques primarios a la compañía Sealaska, una cooperativa de nativos de Alaska (la noticia fue cubierta recientemente covered por mongabay.com) pero la comunidad local se ha opuesto en rotundo, ya que la tala integral de las tierras codiciadas por la empresa conllevaría la devastación total de sus hogares y medios de subsistencia, que dependen del turismo ecológico y de los bosques donde pescan y cazan.



Portada de Salmon in the Trees: Life in Tongass Rain Forest, de Amy Gulick, un libro que cuenta la historia de uno de los ecosistemas más poco comunes del planeta. Las increíbles fotografías de Gulick, junto con los artículos de científicos y escritores destacados, sirven para enmarcar la esperanzadora historia del Bosque Nacional de Tongass, un lugar donde los árboles producen salmones, y los salmones, arboles.

“Nadie puede discutir que la corporación tenga derecho a tener tierras adicionales. Lo que se debate es QUÉ terrenos les van a ser otorgados” explica Gulick, “En el transcurso de la legislatura actual, la corporación ha seleccionado unas tierras completamente diferentes a las elegidas anteriormente, razón por la cual ahora es necesaria la aprobación del Congreso. Lo importante es asegurar el porvenir de las tierras. Independientemente de a quien “pertenezcan”, continuamos considerando la región de Tongass con la mentalidad empresarial de antaño que ve en ella una fuente de recursos explotables dentro de los límites sustentables. Si esto continúa así, no tardaremos en crear una brecha en el ecosistema, como ya hemos hecho en tantos otros lugares del planeta”.



Según nos cuenta Gulick, estos problemas tan complicados se deben a prácticas muy arraigadas durante los últimos siglos como los antiguos modelos de extracción de recursos y consumo.



“Ante todo, creo que la única y mayor amenaza que existe es la anticuada mentalidad empresarial del hombre: esas personas que no tienen reparos y que, cuando ven un lugar rico en recursos, se preguntan qué es lo que pueden aprovechar. Lo ideal sería que consideráramos la región de Tongass como un ecosistema muy próspero que nos brinda agua limpia, aire y comida, y que nos preguntáramos qué es lo no deberíamos tocar”.



Gulick, que ha tomado fotos por todo el mundo, se sintió atraída por la región de Tongass debido a la interacción que se desarrolla en este ecosistema aun virgen, la fortaleza y diversidad de su gente y las inminentes amenazas que afronta.



Ganadora del Daniel Housberg Wilderness Image Award, premio de fotografía otorgado por la Fundación para la Conservación de Alaska (ACF), y del Lowell Thomas Award, de la Fundación de la Sociedad de Escritores Americanos de Viajes por su trabajo sobre el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico, Gulick marca la diferencia entre un fotógrafo “de la naturaleza” y un fotógrafo “conservacionista”. Antes, los fotógrafos se limitaban a plasmar la naturaleza en sus fotografías vista puramente como un tema, ahora “le dan un enfoque diferente a la fotografía: la emplean para educar, informar e inspirar a la población a conservar la naturaleza” declara. “En ese sentido, se nos puede considerar más bien periodistas que simplemente fotógrafos interesados en la naturaleza. Nuestro trabajo consiste en fotografiar todo lo bello, pero también lo feroz de la naturaleza, captar imágenes llenas de belleza, pero también plasmar en ellas la grotesca realidad y las amenazas naturales”.



En la región de Tongass, la belleza aun prevalece sobre lo feroz.



Dentro de la Selva National de Tongass hay casi un tercio de la selva tropical templada virgen del mundo y las reservas de selva intacta mas grandes quedan en los Estados Unidos. Foto cedida por cortesía de Amy Gulick extraída de su nuevo libro: Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.

“Tenemos la oportunidad de preservar el ecosistema, que no sólo constituye el medio de vida de comunidades de animales, sino también de personas. Además, la región de Tongass tiene una gran importancia a nivel mundial dada su capacidad para almacenar carbono y regular el clima global. Tenemos una oportunidad real para hacer las cosas bien en algún sitio” declara.



Guilck considera sus fotografías algo más que mero “arte” o “momentos capturados en el tiempo”; ve en ellas un medio al servicio de un fin.



“Como fotógrafa conservacionista, mi labor no sólo consiste en educar a la población a través de mi trabajo, sino también inspirarla para que participe de forma activa en la conservación de la naturaleza”.



Durante la entrevista concedida a mongabay.com en julio de 2010, Amy Gulick habla sobre las especies, poblaciones y ecosistemas de la selva tropical de Tongass, que está en peligro, y destacó el papel que los fotógrafos pueden desempeñar a la hora de ayudar a conservar los últimos parajes silvestres del mundo.






ENTREVISTA A AMY GULICK


Mongabay: Háblenos un poco sobre su trayectoria profesional



Amy Gulick: Comencé a publicar mis trabajos fotográficos e historias en 1.993 en publicaciones como Audubon, Sierra, National Wildlife, Outdoor Photographer y Nature’s Best Photography.



Mongabay: ¿Qué es lo que le llevó a interesarse por la fotografía de la naturaleza?



Amy Gulick: Hay dos cosas que me apasionan en esta vida: narrar historias y la naturaleza. Unas imágenes con potencia pueden captar la atención de la gente y animarla a leer una historia. De la misma forma, una historia bien narrada puede evocar imágenes con gran fuerza. Creo que la combinación de palabras e imágenes es la forma más efectiva de informar a la gente sobre el medio natural.



Mongabay: En su opinión, ¿cómo promueven las fotografías la conservación?



La región de Tongass acoge algunas de las poblaciones con más densidad de osos pardos y negros. Para muchos osos, el salmón forma una parte muy importante de su dieta. Rico en proteínas y grasas, el salmón ayuda a que los osos alcancen el peso necesario para sobrevivir durante la hibernación. Cuando se acerca el fin de la temporada de salmones, los osos solo consumen la parte del pescado más rica en nutrientes y dejan el resto. Foto de Amy Gulick, extraída de su nuevo libro Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.

Amy Gulick: : Para poder conservar la naturaleza y todos los regalos que nos brinda – agua limpia, aire, comida, etc.-, es necesario que la población sienta un estímulo interno y ganas de actuar, de cuidar la naturaleza y marcar así la diferencia. Los fotógrafos pueden evocar emociones que empujen a la gente a preocuparse y actuar. Las emociones pueden ir desde la alegría, a la rabia o la tristeza, pero, si no sentimos nada cuando contemplamos las fotografías, no sentimos esa necesidad de actuar para preservar la naturaleza. Como fotógrafa conservacionista, mi labor no sólo consiste en educar a la población a través de mi trabajo, sino también estimularla para que participe de forma activa en la conservación de la naturaleza”.



Mongabay: ¿Piensa que los fotógrafos de paisajes naturales tiene la responsabilidad de educar al público en la conservación medioambiental?



Amy Gulick: Hay muchos fotógrafos de paisajes naturales que simplemente desean disfrutar de la naturaleza y olvidar el estrés que impone el mundo moderno y la cruda realidad de amenaza al mundo natural. Utilizan la fotografía como una vía para impregnarse de la belleza y el placer que les ofrece la naturaleza. No creo que esta gente sea responsable de la educación de la población en temas de conservación medioambiental. Los fotógrafos CONSERVACIONISTAS, sin embargo, persiguen otro objetivo, el de educar, informar y transmitir a la población un sentimiento por la conservación medioambiental. En ese sentido, se nos puede considerar más bien periodistas que simplemente fotógrafos interesados en la naturaleza. Nuestro trabajo consiste en fotografiar todo lo bello, pero también lo feroz de la naturaleza, captar imágenes llenas de belleza, pero también plasmar en ellas la grotesca realidad y amenazas de la naturaleza”.



Mongabay: ¿Qué consejo le daría a un joven aspirante a fotógrafo de paisajes naturales?



Amy Gulick: Que fotografíe aquellos temas que le apasionen y que lo haga desde una perspectiva única que le permita contar una historia de forma diferente. Que no fotografíe los mismos temas que el resto de fotógrafos y que aprenda a escribir correctamente, de forma clara y concisa. Las imágenes que no tienen una historia detrás pueden interpretarse de muchas maneras diferentes, todo depende de las personas que las observen. Sobre todo, debe tener en cuenta que sólo una especie animal- el homo sapiens- es la destinataria de su trabajo, por lo que debería plantearse ¿qué es lo que quiero que aprendan esas personas que ven mis fotografías?






LA SELVA TROPICAL DE TONGASS



Mongabay: : ¿Qué significa el título de su nuevo libro Salmon in the Trees: Life in the Tongass Rainforest?



BLa región de Tongass acoge algunas de las poblaciones con más densidad de osos pardos y negros. Para muchos osos, el salmón forma una parte muy importante de su dieta. Rico en proteínas y grasas, el salmón ayuda a que los osos alcancen el peso necesario para sobrevivir durante la hibernación. Cuando se acerca el fin de la temporada de salmones, los osos solo consumen la parte del pescado más rica en nutrientes y dejan el resto. Foto de Amy Gulick, extraída de su nuevo libro Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.

Amy Gulick: EL título de “salmones en los árboles” hace referencia a un descubrimiento científico que demuestra una relación directa entre los salmones y los bosques de las selvas tropicales templadas de Norteamérica. Los científicos han descubierto una variante particular de nitrógeno en los árboles cercanos a los riachuelos donde hay salmones en los bosques tropicales templados del litoral de Alaska y la Columbia Británica. Esta variante se denomina nitrógeno 15 y procede principalmente del océano.



Ahora bien, ¿cómo ha llegado desde el océano a los bosques en tierra firme? Llega nadando, en los cuerpos de los salmones que acumulan el nitrógeno durante la etapa de maduración en el mar. ¿Cómo llega exactamente el nitrógeno hasta los árboles? Cuando el salmón abandona el océano y regresa a las aguas dulces de los ríos maternos para desovar, muchos animales hambrientos están al acecho. El Bosque Nacional de Tongass, en Alaska, acoge a una de las mayores poblaciones de osos pardos y negros del mundo, en gran parte debido a la cantidad astronómica de salmones salvajes que vuelven para desovar a las más de 4.000 corrientes de agua existentes en esta zona del mundo. Los osos transportan los salmones de los ríos al bosque. Los investigadores afirman que un oso es capaz de pescar y transportar 40 salmones en ocho horas. Cuando finaliza la temporada de salmones, los osos sólo consumen la parte del pescado que es más rica en nutrientes y dejan el resto en el suelo de los bosques. Otros animales hurgan en los restos y contribuyen de este modo a esparcir los nutrientes del pescado por el bosque.



Con el tiempo, los nutrientes se filtran en la tierra y los árboles y el resto de la vegetación los absorben a través de las raíces. Los científicos han logrado relacionar el nitrógeno 15 presente en los árboles cercanos a los ríos donde hay salmones con estos peces.



Mongabay: ¿Qué le impulsó a fotografiar este bosque?



Se han documentado más de 50 especies que se alimentan del salmón como el águila calva, los osos pardos y negros, los lobos, los cuervos, los visones, las nutrias, leones marinos, las orcas y los humanos. Foto de Amy Gulick, extraída de su nuevo libro Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.

Amy Gulick: El ecosistema de la selva del Bosque Nacional de Tongass permanece intacto. Todas las especies que existían antes de que se produjeran los asentimientos europeos en 1.700, aun continúan viviendo allí. No se ha perdido nada. Pero, si continuamos talando la selva y si no se toman más medidas de protección, que acabemos con este ciclo de vida tan glorioso es sólo cuestión de tiempo. Quise despertar el interés por este ecosistema tan espectacular y dar a conocer cómo éste contribuye a preservar la vida tanto de las comunidades animales como humanas.



Mongabay: ¿Podría decirnos algunos de sus temas favoritos de la Selva Tropical de Tongass?



Amy Gulick: No hay nada tan emocionante como observar a los osos capturando los salmones e interactuar los unos con los otros. Cuando los salmones inundan los ríos, todo el lugar cobra vida y llegan grandes grupos de osos, águilas calvas, cuervos o gaviotas Es todo un espectáculo.


El bosque de Tongass está en el litoral, por lo que el mar también es una parte integral de esta zona. Es emocionante ver a las ballenas jorobadas, las focas de puerto o a los leones de mar de Steller.



Aparte de la fauna, los bosques en sí mismos son también asombrosos: son tan primigenios que te da la impresión de estar retrocediendo en el tiempo. Los glaciares constituyen un rasgo muy destacado y con mucha fuerza de la región de Tongass. Además, la población local lleva un estilo de vida que está mucho más vinculado a la tierra que el del resto de los americanos. Para ellos, la pesca y la caza no es un deporte, sino más bien la forma de conseguir un frigorífico lleno para el invierno. En las últimas décadas, la cultura de los indios nativos Tlingit, Haida y Tsimshian ha vuelto a resurgir, y en sus tótems y ropajes se refleja la vitalidad de la región.



Mongabay: Usted ha viajado a muchos lugares de América del Norte y del mundo ¿por qué la región de Tongass es única desde el punto de vista ecológico?



Los osos y otros animales esparcen los restos de los salmones por el bosque permitiendo que los nutrientes de sus cuerpos se filtren en la tierra y que las raíces de los árboles los absorban. Los científicos han descubierto una forma particular de nitrógeno marino en los árboles cercanos a los ríos donde hay salmones y la han relacionado con este pez. Foto de Amy Gulick, extraída de su nuevo libroSalmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.

Amy Gulick: Los bosques tropicales templados en el litoral son muy poco habituales, de hecho, solo cubren una milésima parte de la superficie terrestre del planeta. Estos bosques son poco comunes porque precisan unas condiciones muy concretas para poder existir. El bosque de Tongas alberga casi un tercio de la totalidad de los bosques tropicales templados existentes en la costa y es la reserva natural de bosques primarios más grande de EE.UU.



Tenemos una oportunidad increíble para preservar el ecosistema, que no sólo constituye el medio de vida de comunidades de animales, sino también de personas. Además, la región de Tongass tiene una gran importancia a nivel mundial dada su capacidad para almacenar carbono y regular el clima global. Tenemos una oportunidad real de hacer las cosas bien en algún sitio.



Mongabay: ¿Qué percepción tiene la población local del bosque de Tongass?


Amy Gulick: Es una pregunta difícil porque hay una gran variedad de opiniones, pero todos los lugareños que he podido conocer aprecian su forma de vida – la pesca, la caza, las actividades recreativas en los bosques y el océano- y quedarían destrozados si el bosque desapareciera. Forma parte de ellos.



En mis viajes por las comunidades de Sureste de Alaska, he tenido la impresión de que muchas personas no son conscientes de las amenazas inminentes que afectan al Tongass. En cierto modo, los entiendo, porque el bosque del Tongass abarca 6,8 millones de hectáreas (aproximadamente la superficie de Virginia Occidental) y la población está asilada geográficamente de la costa del continente y de muchas islas que se encuentran en esta vasta región. Así que, a no ser que veas con tus propios ojos las actividades de tala indiscriminada, no tienes por qué sentir la necesidad imperiosa de hacer algo al respecto. Con el tiempo, sin embargo, la degradación sistemática de los ríos y de los bosques, poco a poco, se suma finalmente al empeoramiento de las cuencas hidrográficas y deterioro del ecosistema. Convencer a la población de la realidad de estas amenazas es difícil a no ser que puedan ver y sentir sus efectos inmediatos.






AMENAZAS PARA EL TONGASS



Mongabay: ¿Podría decirnos algunas de las amenazas para la selva tropical de Tongass?


Tongass figura entre los diez bosques nacionales de EE.UU. por su capacidad para almacenar carbono y regular el clima global. Foto de Amy Gulick, extraída de su nuevo libro Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.



Amy Gulick: La extracción industrial a gran escala de recursos naturales más allá del límite sustentable constituye una de las mayores amenazas para el Tongass, seguida por la tala y las actividades mineras en zonas sensibles. No sabemos cómo afectará el cambio climático al ecosistema, pero lo que sí sabemos es que los salmones son muy sensibles a los cambios de temperatura del agua, lo mismo que al caudal de los ríos de desove en ciertas épocas del año. El desarrollo energético y del turismo a escala industrial son también amenazas.



Ante todo, creo que la única y mayor amenaza que existe es la anticuada mentalidad empresarial del hombre: esas personas que no tienen reparos y que, cuando ven un lugar rico en recursos, se preguntan qué es lo que pueden aprovechar. Lo ideal sería que consideráramos la región de Tongass como un ecosistema muy próspero que nos brinda agua limpia, aire y comida, y que nos preguntáramos qué es lo no deberíamos tocar.



Mongabay: ¿Qué medidas conservacionistas le gustaría que se implantaran para preservar el bosque?



Con un área de 6,7 millones de hectáreas (el mismo tamaño que West Virginia en los Estado Unidos), la Selva Nacional de Tongass consiste en 80 por ciento de la Sureste de Alaska. Aproximadamente 70,000 personas viven en la región en varias comunidades pequeñas dispersas por el litoral de la tierra firme y entre las islas. Foto cedida por cortesía de Amy Gulick extraída de su nuevo libro: Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.

Amy Gulick: La conservación de las cuencas hidrográficas más productivas biológicamente- esas cuencas que han sido consideradas como baluartes para los salmones, los osos, los estuarios, el mérgulo marmoleado o los ciervos de cola negra de Sitkam y que permiten el crecimiento de grandes árboles- es vital. La conservación de estas zonas es vital para preservar el ecosistema entero.


Mongabay: Hay una propuesta de ley en el Senado muy controvertida que ha despertado interés últimamente (la SB 881, Propuesta de Ley al Senado 881) que permitiría la tala de 34.3982 hectáreas del bosque, 50% de las cuales sería zonas primarias. ¿Qué piensa al respeto?


Amy Gulick: Ésta también es una pregunta difícil, porque tras esta propuesta de ley hay mucha historia. Sealaska Native Corporation, una cooperativa de nativos de Alaska, tiene derecho por ley a la propiedad de aproximadamente 34.400 hectáreas de tierra. Se trata de terrenos públicos que pertenecen al Bosque Nacional de Tongass. Nadie puede discutir que la corporación tenga derecho a tener tierras adicionales. Lo que se debate es QUÉ terrenos les van a ser otorgados. En el transcurso de la legislatura actual, la corporación ha seleccionado unas tierras completamente diferentes a las elegidas anteriormente, razón por la cual ahora es necesaria la aprobación del Congreso. Lo importante es asegurar el porvenir de las tierras. Independientemente de a quien “pertenezcan”, continuamos considerando la región de Tongass con la mentalidad empresarial de antaño que ve una fuente de recursos explotables dentro de los límites sustentables. Si esto continúa sí, no tardaremos en crear una brecha en el ecosistema, como ya hemos hecho en tantos otros lugares el planeta.



Mongabay: Usted que ha recorrido el bosque y ha hablado con tantos lugareños, ¿piensa que es posible que la población local y los visitantes utilicen la riqueza natural del bosque de Tongass sin causar un daño irreparable? ¿Cómo podría lograrse esa armonía?



Las ricas aguas de sureste de Alaka acogen a muchos mamíferos marinos como las ballenas jorobadas, las orcas, los leones de mar o las marsopas. Foto de Amy Gulick, extraída de su nuevo libro: Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.

Amy Gulick: Tengo mucha esperanza depositada en el Tongass, ese es el objetivo que persigo al contar la historia de este lugar tan increíble. Todavía hay tiempo para hacer las cosas bien.



Muchas personas del lugar aprecian el estilo de vida que les brinda el vivir en esta selva tropical tan inusual y creo que tanto la población local como los visitantes pueden y quieren andar con cuidado para poder beneficiarse de la riqueza natural del lugar y para conservarla en un futuro. La población del Sureste de Alaska es resistente, gente con capacidad para adaptarse a quienes les gusta el lugar donde viven y que harían prácticamente cualquier cosa por permanecer en él.



Creo que la población local está dispuesta, pero necesitan un líder fuerte que les guíe en el Servicio de Bosques Naturales de EE.UU., agencia que se encarga de administrar el Tongass, para poder asegurar la supervivencia de este tipo de bosques tan poco corriente. Cambiar la mentalidad industrial de antaño es un proceso lento y laborioso, y nos estamos quedando sin tiempo. Pero la oportunidad que tenemos en la actualidad para lograr medidas de protección duraderas es ahora mejor que nunca. Con un poco de suerte, aprenderemos algo de esta lección que nos enseñan los salmones en los árboles, que todo está conectado. Pues, si esta selva tropical tan maravillosa crece con fuerza es gracias a todas las especies que en él habitan, incluidas las personas, que son una parte más de este ecosistema tan glorioso.






Si desea más información sobre Amy Gulick, puede visitar su página personal: www.amygulick.com.







El salmón constituye una forma de vida en el sudeste de Alaska. La pesca comercial del salmón es uno de los pilares de la economía local y ha recibido la certificación de “sustentable” por el Consejo para la Administración Marina o MSC (Marine Stewardship Council). Se ha comprobado que comer salmón salvaje tiene beneficios para la salud y muchos lugareños capturan, limpian, ahúman, congelan y enlatan el salmón para su consumo personal. Foto de Amy Gulick, extraída de su nuevo libro Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.








Todos los años, millones de salmones salvajes inyectan un flujo de nutrientes en los más de los 4.000 ríos de desove que cruzan el Tongass. A cambio, el bosque desempeña un papel muy importante en el ciclo d evida de los salmones. Los árboles dan sombra a los ríos de desove y mantienen el agua fresca para que se puedan desarrollar los huevos. Los árboles también evitan la erosión que provoca la contaminación del agua limpia y los lechos de grava que necesitan para poner sus huevos. Los árboles que han caído sobre los ríos crean piscinas protegidas para los alevines y proporcionan comida para los insectos que éstos comen. Foto de Amy Gulick, extraída de su nuevo libro: Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.








En algunas zonas del Tongass, los árboles ayudan a que los salmones crezcan y viceversa. Junto a los ríos donde hay salmones, hasta un 70% del nitrógeno presente en el follaje de los alrededores tiene su origen en el océano: los salmones, capturados por los osos, aportan el nitrógeno que más tarde es absorbido por las raíces de las plantas. Foto de Amy Gulick, extraída de su nuevo libro Salmon in the Trees: Life in Alaska’s Tongass Rain Forest.



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