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Especies olvidadas: el abandonado perezoso pigmeo de tres dedos

Todos conocemos a los tigres, al oso panda, a la ballena azul, pero ¿qué sabemos de los otros cinco a treinta millones de especies que se calcula habitan el planeta Tierra? Muchas de estas maravillosas, impresionantes y poco comunes especies reciben escasa atención por parte de los medios, las agrupaciones conservacionistas y el público. El objetivo de esta serie de artículos es brindarle a estas ‘especies olvidadas’ ‘forgotten species‘ un poco de la atención que merecen.


Para mucha gente, las islas tropicales son pequeños paraísos: santuarios alejados del resto del mundo. Algunas especies crecen en las islas por esa misma razón. Sin muchos depredadores y en un ambiente poco cambiante, una vez que una especie se adapta con comodidad a su hábitat, sólo le resta crecer y fortalecerse. Claro, hasta que algo cambia: como la aparición de los seres humanos. Los cambios ocurridos en los pequeños ecosistemas insulares ocasionan, a menudo, impactos grandes y rápidos, demasiado rápidos y grandes como para permitir que las especies abandonadas logren sobrevivir.



Numerosas especies insulares han desaparecido en los últimos siglos a causa de este mismísimo hecho: quedan atascadas en un ecosistema pequeño cuyo cambio no ocurre de forma leve. Algunas veces a causa del impacto humano directo, otras veces a causa de lo que los humanos traen consigo: ratas, perros, gatos, enfermedades, y demás. Por ejemplo, es probable que el moa nalo, un animal de la megafauna parecido a un pato gigante, se haya extinguido a causa de la caza humana en Hawai; el dodo probablemente sucumbió al ataque de los animales depredadores que los humanos llevaban consigo a la isla de Mauricio; y se cree que el lobo de las Islas Malvinas fue exterminado por los vendedores de pieles y los pastores. Estas especies abandonadas han desaparecido para siempre, pero no así una criatura en Grave Peligro de Extinción: el perezoso pigmeo de tres dedos de Isla Escudo, que no ha desaparecido al menos por ahora.



El perezoso pigmeo de tres dedos (Bradypus pygmaeus) en Grave Peligro de Extinción, colgado de los mangles de Isla Escudo. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.

Como su nombre (‘pigmeo’)lo indica, el perezoso de la isla Escudo es el perezoso más pequeño del mundo, es un 40 por ciento más pequeño que sus parientes del continente. De acuerdo con el experto en perezosos, Bryson Voirin, se trata también de los más despreocupados.



Voirin comentaba a mongabay.com, “los perezosos que habitan fuera de la isla te enfrentarían o huirían si tratas de capturarlos, en cambio los perezosos pigmeos no han tenido contacto con el mundo exterior desde hace 10 000 años. Cuando me ven no tienen ni idea de qué pensar. Se les debe ocurrir nomás que soy algún perezoso grande y muy raro que se acerca a saludar”.



Viorin es uno de los pocos investigadores que han dedicado un tiempo considerable al estudio de los perezosos insulares, que hasta 2001 no habían sido descritos por la comunidad científica.



“Mientras trabajábamos con un laboratorio de genética en Brasil, descubrimos hace poco un marcador genético específico de la especie del perezoso de Isla Escudo. Esta mutación genética se encuentra sólo en los perezosos de Escudo”, cuenta Voirin, mientras explica el fruto de varios de sus estudios. “Un investigador colega de Finlandia ha clasificado las algas que se encuentran en el pelaje de los perezosos de Escudo y descubrió que están relacionadas con las algas de otros perezosos. ¡Increíble, pero estas algas toleran el agua salada! Dentro de mi investigación sobre el sueño de los perezosos, acabo de terminar un estudio que compara el sueño de los perezosos de tierra firme, que experimentan un alto índice de cacería por parte de felinos nocturnos (como los ocelotes), con el sueño de los perezosos de la isla Escudo, que no tienen depredadores. Nos encontramos con que los perezosos de Escudo eran más propensos a estar activos durante la noche, lo que indicaría que tienen menos temor a convertirse en la presa de felinos nocturnos”.



Bryson Voirin agarrando perezosos pigmeos de tres dedos para estudiarlos. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.

La Isla Escudo de Veraguas mide apenas 3,4 km2 y está ubicada a 17 km aproximadamente del territorio panameño continental.



Voirin comenta que “para llegar allí, tienes que hacer un viaje de varias horas hasta el medio del océano. Y cuando el bote toca la costa tienes que saltar del bote y subir por el pantano de mangle y tratar de no quedar atrapado en el fango profundo. El área total de mangles en Escudo es de sólo unos cuantos metros, así que no es tan grande. Pero es sorprendente lo bien camuflados que se encuentran estos perezosos. ¡Pasan desapercibidos casi a la perfección! Puedes estar mirando a uno directamente durante 10 minutos y no darte cuenta”.



Como la mayoría de las especies confinadas a una isla, el perezoso pigmeo de tres dedos se ha convertido en un especialista, un especialista del mangle, para ser exactos.



“El árbol del mangle tiene por lo general apenas unos 10m de altura, así que no suelo utilizar arnés ni cuerdas. Por lo general trepo rápido por las ramas y agarro a los perezosos pigmeos con las manos”, indica Voirin y agrega que, a pesar de que son más tranquilos que sus parientes de tierra firme, “también puedes recibir un buen arañazo”.



A pesar de estar alejados del continente y adaptados a su hábitat a la perfección, los perezosos corren un gran peligro debido a un reciente invasor: el ser humano.



“Los pescadores de la zona vienen del continente y acampan en la isla por unas cuantas semanas completas. Por desgracia, talan los mangles para usarlos como carbón en las fogatas del campamento”, explica Voirin. “En esta isla en particular, los perezosos viven sólo en los mangles, por eso cada gran mangle es esencial para su supervivencia […] Cuando estuve en Escudo este verano, me di cuenta de que habían talado y quemado el 25 por ciento de todos esos grandes mangles. Esta isla normalmente despoblada se convertía en el hogar temporal de cerca de 150 pescadores con sus familias (y perros)”.



Y una vez más la trágica historia del moa nalo, del dodo, del lobo de las Islas Malvinas y de un sin número de otras especies insulares se repite en la pequeña isla de Escudo.



Un perezoso pigmeo de tres dedos metido en el agua. Los perezosos son muy buenos nadadores. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.

“Es desgarrador ver cómo los mismos panameños ponen al perezoso en peligro de extinción sin ninguna consideración”, comenta Voirin. “Hablé con ellos muchas veces y les dije del impacto que van a sufrir los animales. Su típica respuesta es que cuando están pescando y no atrapan suficiente pescado para comer, se comen a los perezosos. Si tenemos en cuenta que los tiburones, las langostas y la mayoría de los peces utilizados en la pesca deportiva en Isla Escudo están casi extintos debido a la pesca no reglamentada, me temo que los perezosos se están convirtiendo más que nada en el alimento principal de los ‘residentes transitorios’ de Isla Escudo”.



Voirin aclara que no se requiere de mucho esfuerzo para salvar a los perezosos, sino tan solo de hacer cumplir las leyes ya establecidas. Por un lado el gobierno declaró Parque Nacional a la Isla Escudo el año pasado y, por otro, “la gente de la zona viene a saquear la tierra como les place sin tener en cuenta las consecuencias. Al menos que el gobierno empiece a implementar algunas regulaciones fundamentales en estos residentes temporales, como prohibir la tala del mangle, diría que al perezoso pigmeo solo le quedan algunos años en este planeta”, concluye.


Si la predicción de Voirin resulta cierta, entonces puede que el mundo sólo conozca a esta “especie olvidada”, al igual que al dodo, una vez que haya desaparecido para siempre.







Visita a Isla Escudo en la costa de Panamá. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.







Los perezosos pigmeos de tres dedos son expertos en mangles. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.







Los perezosos suben a bordo para su estudio. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.







Una segunda perspectiva del perezoso nadando. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.







Un perezoso pigmeo colgado del bote como si fuera un mangle. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.






Para lograr sobrevivir, el perezoso pigmeo de tres dedos necesita de un rápido accionar por parte del gobierno panameño. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.







Fotografía amplificada del perezoso más pequeño del mundo. Fotografía cortesía de Bryson Voirin.


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