En el mar Mediterráneo se pueden encontrar 250 mil millones microplásticos según reveló la expedición científica llevada a cabo el 2010 por el programa europeo “Mediterráneo en peligro de extinción” (MED según sus siglas en inglés). El principal objetivo de este programa, que finalizará en 2013, es cuantificar la distribución de la contaminación plástica y comprender mejor su dinámica en el mar Mediterráneo. El término microplásticos se suele definir como partículas de plástico de un tamaño menor de 5 milímetros, por lo que la mayoría de las veces son invisibles al ojo humano.
Los muestreos se realizaron a una profundidad de 20 centímetros en 40 lugares ubicados en las cuencas del noroeste del mar Mediterráneo, principalmente cerca de Francia y el norte de Italia. El noventa por ciento de las muestras contuvieron microplásticos y en algunas incluso se podía observar hasta seis veces más micro-fragmentos de plástico que en plancton, lo que significa que la biomasa marina está dominada en gran medida por los plásticos. En general, se encontraron 115.000 partículas de micro-desechos flotantes por metro cuadrado en el mar Mediterráneo, llegando a un máximo de 892.000 p/m2. La concentración de los desechos de plástico que se encuentra en el Mediterráneo es similar a la que se mide en el hemisferio norte del Atlántico o en el “Gran Parche de Basura del Pacífico” cuya densidad de residuos de plástico es enorme. Sin embargo, se debe ser cuidadoso al extrapolar estos resultados preliminares a todo el mar Mediterráneo, ya que los lugares en los que se realizó el muestreo eran geográficamente limitados.
Los plásticos son uno de los principales factores de contaminación marina y dentro de los próximos diez años se fabricará una cantidad cercana al total producido durante el siglo XX. Se desconoce en gran parte el impacto de los microplásticos en los organismos y el medio ambiente, si bien se ha documentado que más de 180 especies absorben los desechos plásticos, entre ellas la de los planctófagos. Un ejemplo de esto es un estudio de laboratorio donde se demostró que una especie de krill llamada krill del Pacífico (Euphasia pacifica) había ingerido 20μm (micrómetros) de fragmentos de polietileno. No se ha realizado ninguna investigación que estudie la presencia de microplásticos en los sedimentos de las profundidades oceánicas, por lo que es poco lo que se sabe sobre la magnitud de la contaminación por plásticos en los mares y océanos, aunque ciertos descubrimientos científicos como el realizado por el programa MED son realmente preocupantes.
La falta de conocimiento sobre los efectos y el destino de los desechos de microplásticos en el mar no debería ser un impedimento al momento de hacer lo posible para detener el vertido de plásticos en el mar Mediterráneo, el cual ya enfrenta un aluvión de problemas medioambientales. Claramente, una prioridad para esta década debe ser la reducción de los insumos de microplásticos.
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