Los bosques lluviosos primarios son una prioridad máxima de conservación
Los bosques lluviosos de edad madura deberían ser una prioridad máxima de conservación cuando se trata de proteger la vida silvestre, reporta una nueva evaluación integral publicada en la revista Nature.
La investigación, que fue liderada por Luke Gibson de la Universidad Nacional de Singapur y Tieng Ming Lee de la Universidad de California en San Diego e involucró científicos de una serie de instituciones internacionales, examinó 138 estudios científicos a lo largo de 28 países tropicales. Encontró que los niveles de biodiversidad eran substancialmente menores en bosques perturbados.
“No existe un substituto para los bosques primarios,” dijo Gibson en una declaración. “Todas las formas principales de perturbación reducen invariablemente la biodiversidad en bosques tropicales.”
La investigación encontró que ciertos grupos son más afectados que otros por la degradación del bosque. Los mamíferos parecen adaptarse más rápidamente que las aves e insectos. El estudio no evaluó el impacto de la degradación en los peces de agua dulce, reptiles, o anfibios — grupos conocidos por ser particularmente sensibles al cambio ecológico.
Los descubrimientos son importantes porque los bosques primarios continúan disminuyendo a un ritmo acelerado. De acuerdo a la FAO, la cobertura de bosque de edad madura declinó en por lo menos 42 millones de hectáreas (162,000 millas cuadradas) — un área de casi el tamaño de California — durante los 2000s. La mayor parte de la pérdida fue el resultado de la explotación selectiva de madera, que aunque siendo menos dañina a la biodiversidad que la conversión directa a agricultura, incrementa la vulnerabilidad de los bosques al fuego y la deforestación futura. Los caminos madereros que ingresan a áreas remotas del bosque típicamente proveen acceso a los que desarrollan un lugar, pequeños agricultores, y cazadores.
Se excluyen de estos cuadros los países que no tienen datos sobre bosque primario, incluyendo las Islas Salomón, Laos, Argentina, Paraguay, Myanmar, Malasia, Nepal, Guyana, Estados Unidos, Canadá e India.
Los autores sin embargo concuerdan en que los bosques explotados selectivamente tienen algún valor de conservación y merecen ser protegidos. Un estudio publicado previamente este mes en Conservation Letters argumentó lo mismo.
Pero para conservar la máxima cantidad de biodiversidad, los autores dicen que los bosques de edad madura deberían ser una prioridad. Argumentan que las áreas protegidas — a pesar de sus limitaciones — ofrecen la mejor esperanza para los bosques primarios.
“Los bosques primarios son irreemplazables para sostener la biodiversidad tropical,” escriben los autores. “En consecuencia, urgimos fuertemente su protección mejorando su gestión en las áreas protegidas existentes, la expansión de la red actual de reservas y limitando la demanda internacional por productos forestales obtenidos a expensas de los bosques primarios.”
Impacto de varios regímenes de perturbación en la biodiversidad de bosques tropicales. Cuadro basado en Gibson et. al 2011. Foto por Rhett Butler. Haga click para agrandar. |
Pero para ser efectivos, los parques deben ser mantenidos. Seguirá siendo un desafío el encontrar la decisión política y el financiamiento para conseguirlo, según los autores.
“Un número creciente de reservas están siendo degradadas, reducidas, y hasta enteramente liberadas para su explotación, de manera que la defensa de las últimas grandes extensiones de bosques primarios dentro de las reservas existentes será una parte crucial de la misión de conservación este siglo”, dijo el co-autor Carlos Peres de la Universidad de East Anglia.
“La mejora de los mecanismos para la entrega y mantenimiento del apoyo social, financiero y técnico necesario para alcanzar esas metas continúa presentando uno de los desafíos más grandes para la conservación de la biodiversidad tropical en el siglo veintiuno,” concluyen los autores.
‘Primary forests are irreplaceable for sustaining tropical biodiversity’ por Luke Gibson, Tien Ming Lee, Lian Pin Koh, Barry W. Brook, Toby A. Gardner, Jos Barlow, Carlos A. Peres, Corey J. A. Bradshaw, William F. Laurance, Thomas E. Lovejoy & Navjot S. Sodhi fue publicado en-línea el 14 de Septiembre del 2011 en Nature y está disponible en www.nature.com/nature (doi: 10.1038/nature10425).