Una abeja con un microchip RFID para seguir sus movimientos. Foto © Science/AAAS.
El uso de pesticidas puede ser la causa principal de la disminución del número de abejas, según dos nuevos estudios de la revista Science. Los estudios, uno centrado en abejas y otro en abejorros, hallaron que incluso una pequeña dosis de pesticida afecta al comportamiento y, finalmente, la supervivencia de estos animales, ya que atacan su sistema nervioso. Además, estos resultados pueden servir para cambiar la regulación para productos químicos de uso agrícola, o insecticidas neocotinoides, en uso desde los años 90.
Los primeros registros alarmantes de la disminución del número de abejas comenzaron en América del Norte en 2006, donde algunos apicultores perdieron hasta el 90% de sus colonias. Desde entonces, se han dado situaciones similares en Europa y Taiwán. Se conoce como el problema de colapso de colonias y, en ocasiones, supone la pérdida de la mitad de la población adulta de una colonia de abejas. Estos colapsos vienen registrándose desde el siglo XIX, pero la crisis actual es mucho peor que las anteriores.
A lo largo del tiempo, se han propuesto diversas teorías: enfermedades, ácaros parásitos, pérdida de hábitat y, por supuesto, pesticidas. Incluso, algunos investigadores sugieren que se trata de una combinación de todos estos factores. Pero tras años estudiando los pesticidas, ahora se han obtenido datos que demuestran que, aunque no son letales al instante, el uso de estos productos perjudica a las colonias de abejas.
Primer estudio de caso: la falta de abejas reinas
La mayoría de investigadores que estudian el problema del colapso de colonias se han centrado en las abejas, pero el mismo problema se da en los abejorros.
«Algunas especies de abejorros han disminuido de manera drástica. Por ejemplo, en América del Norte, tipos que solían ser comunes casi han desaparecido del continente. En Reino Unido se han extinguido tres especies» explica Dave Goulson de la Universidad de Stirling, Reino Unido, coautor de un estudio que investigaba el impacto a largo plazo de los insecticidas neocotinoides en abejorros.
Un abejorro común, Bombus terrestris. Foto © Science/AAAS. |
El equipo de Reino Unido expuso abejorros comunes (Bombus terrestres) a pequeñas dosis, similares a las que hay en el campo, de un pesticida neocotinoide de uso común llamado imidacloprid. A continuación, los recluyeron en un ambiente controlado en el que podían vivir en condiciones naturales. Seis semanas después, pesaron las colonias y las compararon a las colonias controladas no expuestas. Las que lo habían sido eran entre un 8 y un 12 por ciento más pequeñas de las que no, lo que implica que los abejorros expuestos no estaban recolectando tanta comida.
Pero fue aún más alarmante la falta de reinas. Las colonias expuestas a pesticidas produjeron un 85% menos de reinas: en total, alrededor de 1 ó 2 reinas por colmena. Las reinas son las abejas más importantes, porque fundan nuevas colonias tras el invierno, cuando todas las demás abejas mueren. No se sabe aún porque las colonias expuestas producen menos reinas, quizá es la consecuencia de recolectar menos comida.
«Probablemente el impacto del imidacloprid en la reproducción del abejorro será sustancial y significativo, porque este producto químico se halla en 140 cultivos en más de 120 países» comentan los investigadores.
Segundo estudio de caso: la desorientación de las abejas forrajeras
Si bien el estudio anterior plantea el impacto de los pesticidas neocotinoides en la capacidad de recolección de las abejas, el presente estudio, también de la revista Science, puede haber dado con la causa.
Científicos franceses insertaron minúsculos microchips en abejas europeas (Apis mellifera) para seguir sus movimientos. A continuación, administraron a algunas abejas pequeñas dosis de otro pesticida neocotinoide, llamado thiamethoxam. La probabilidad de que las abejas no regresaran del forraje era 2 ó 3 veces mayor en las abejas expuestas. Lo que significa que los pesticidas empeoran la orientación de las abejas, que se pierden y perecen.
La desaparición de estas abejas por el contacto estos pesticidas supone un gran problema para las colonias. Además, se ha descubierto que cuanto más desconocido y complejo es el terreno, mayor dificultad tienen para encontrar el camino de vuelta.
Tras el uso de simulaciones por ordenador, se estima que el impacto de los pesticidas en las abejas podría ser lo suficiente grave como para diezmar la población hasta llegar a un extremo sin solución.
No es letal, pero sigue siendo mortal
Pese a lo preocupante de la situación, estos resultados no son demasiado sorprendentes. Hace mucho tiempo que los investigadores se preocupan por el papel que los pesticidas neonicotinoides tienen en el problema del colapso de las colonias, ya que afectan su sistema nervioso.
Pero ambos estudios muestran la relación entre el uso de pesticidas en el campo, en contraposición al laboratorio, y la disminución a gran escala del número de abejas. Como tantos otros productos químicos, el hecho de que los pesticidas neonicotinoides no maten a las abejas al instante, no significa que no tenga un efecto desastroso.
«Nuestro estudio plantea cuestiones importantes sobre los procedimientos de autorización del uso de pesticidas. Hasta ahora sólo se necesita que los fabricantes aseguren que las dosis halladas en el campo no matan a las abejas, pero se ignoran las consecuencias que esas dosis no letales tienen en el comportamiento de las abejas» explica el autor principal de INRA, Mikaël Henry en Avignon, Francia.
El uso de estos pesticidas es dominante en el medio ambiente y puede durar meses o años.
«Los pesticidas sistémicos, en especial, se esparcen a través de los tejidos de las plantas a medida que crecen y acaban contaminando el polen y néctar. Por tanto, las abejas forrajeras están directamente expuestas, pero también el resto de la colonia, ya que al volver, almacenan y comparten material contaminado».
De hecho, otro estudio publicado este mismo año en PLoS ONE encontró que abejas que habían muerto por el problema del colapso de colonias en Indiana contenían diferentes pesticidas en su sistema. Los mismos que se hallaban en el polen en las colmenas y en terrenos cercanos.
La importancia de las abejas
Las abejas son imprescindibles, ya que desarrollan un papel vital en una gran variedad de ecosistemas como polinizadores. Además proporcionan grandes beneficios económicos a los humanos, tanto por la producción de miel como por la polinización de numerosas frutas, verduras, frutos secos y flores.
«Los abejorros polinizan muchos de nuestros cultivos y flores. El uso de estos pesticidas supone una amenaza para la salud y debe evaluarse».
Se estima que las abejas aportan entre 8 y 12 mil millones de dólares tan sólo a Estados Unidos.
REFERENCIAS:
M. Henry; O. Rollin; J. Aptel; S. Tchamitchian; M. Beguin; F. Requier; O. Rollin; A. Decourtye. A Common Pesticide Decreases Foraging Success and Survival in Honey Bees. Science. 2012.
Krupke CH, Hunt GJ, Eitzer BD, Andino G, Given K (2012) Multiple Routes of Pesticide Exposure for Honey Bees Living Near Agricultural Fields. PLoS ONE 7(1): e29268. doi:10.1371/journal.pone.0029268
P.R. Whitehorn; S. O’Connor; D. Goulson; F.L. Wackers. Neonicotinoid Pesticide Reduces Bumble Bee Colony Growth and Queen Production. Science. 2012.