Una barca de Perenco en el Amazonas. Foto cortesía de David Hill
La oficina gubernamental a cargo de los asuntos indígenas de Perú (INDEPA) ha acusado a Perenco, la compañía que en principio explotaría los depósitos de crudo destinados a transformar la economía peruana, de poner en peligro a los pueblos indígenas que viven en “aislamiento voluntario”.
Perenco, una compañía anglo-francesa con sede en Londres y París, busca en la actualidad la aprobación del Ministerio de Energía y Minas de Perú (MEM) para desarrollar sus operaciones en la región de Loreto, al norte del país.
El MEM ya ha bloqueado las acciones de Perenco una vez en lo que va de año, al negarse a aprobar el Informe de Impacto Ambiental (EIA, sus siglas en inglés) sobre la siguiente fase de operaciones de la compañía. Una de las razones dadas para llevar a cabo el bloqueo fue que la compañía no obtuvo la “opinión técnica” de INDEPA sobre su informe ambiental.
Dicha opinión, que aparece en un informe de siete páginas, ya fue anunciada el 20 de febrero, para ser formalmente enviada por el MEM a Benoit de Fouchardiere, director de Perenco en Perú, el 5 de marzo.
Perenco no reconoce “el completo solapamiento del Lote 67A y del Lote 67B con una propuesta para crear una reserva donde los pueblos indígenas vivan en aislamiento voluntario”, afirma INDEPA.
“Es preocupante, dado que la exclusión de esta reserva potencial no permite identificar los posibles impactos sociales y ambientales del proyecto sobre los pueblos no contactados que viven allí”.
El informe de INDEPA es una molestia para Perenco ya que la compañía ha negado repetidas veces que existan pueblos “en aislamiento voluntario” o “no contactados” en la región donde trabaja. Su director de operaciones en América Latina llegó a compararlos con el Monstruo del Lago Ness, y ha declarado que “se habla mucho pero nunca se ofrece ninguna evidencia”.
Al defender su posición acerca de los pueblos “aislados”, Perenco suele citar un informe hecho por una consultora medioambental ecuatoriana, Daimi, pagado por la propia Perenco y que concluyó que no había ninguna evidencia. En su declaración de febrero, INDEPA se distancia de dicho informe de manera explícita.
INDEPA afirma lo siguiente: “Por lo que se refiere a la referencia hecha acerca de la participación de INDEPA en la ‘Investigación Antropológica Interdisciplinaria en torno a Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario y Contacto Inicial’, es necesario subrayar que, aunque un representante de esta institución formó parte del trabajo de campo de Daimi, esto no significa que INDEPA apruebe las conclusiones de dicha investigación”.
El informe de INDEPA también podría resultar embarazoso para otros sectores del gobierno de Perú que desean que las operaciones en el Lote 67 continúen sin complicaciones. Representantes del gobierno han expresado su esperanza de que los depósitos de petróleo, que Perenco ha estimado en 300 millones de barriles, transformen a Perú de su situación actual de importador neto de crudo en exportador.
Cuando el petróleo fue declarado comercialmente viable en diciembre de 2006, el entonces presidente Alán García visitó el lugar y se refirió a ese momento como “un evento histórico para nuestra nación”. En 2009 el gobierno de García declaró que las operaciones en el Lote 67 eran una “necesidad nacional”.
Perenco se ha negado a comentar nada acerca del informe de INDEPA, que recomienda que la compañía reescriba su Plan de Contingencia Antropológico.
“Es difícil imaginar una catástrofe mayor de Relaciones Públicas para Perenco, a no ser, claro, que uno de sus empleados se acerque a pueblos ‘no contactados’ y propague así algún tipo de epidemia”, dice Rebecca Spooner de Survival International.
El informe de INDEPA representa un doble giro de 180 grados, ya que este organismo reconoció la existencia de pueblos aislados en el Lote 67 en 2007, cambió de opinión en 2009, y ahora parece volver a desmarcarse de lo dicho anteriormente.
Un segundo informe de INDEPA también fue enviado a Perenco por el MEM el 5 de marzo. Este consideraba el Informe de Impacto Ambiental de la compañía desde una perspectiva específicamente medioambiental, dada la “interdependencia entre la biodiversidad y los pueblos indígenas aislados que viven el la región donde estaría la reserva”.
A principio de este mes, una ONG estadounidense llamada E-Tech International, publicó un informe sobre las prácticas de la industria petrolera en el Amazonas, muy crítico con las operaciones de Perenco en el Lote 67.
“Perenco sigue un modelo de proyecto típico de la década de 1970, totalmente inapropiado para la Amazonía peruana”, afirma Bill Powers, miembro de E-Tech y autor del informe. “La compañía no propone el uso de tecnología actual para reducir el impacto”.
Las operaciones de Perenco en el Lote 67 han recibido la oposición de organizaciones indígenas en Perú, tales como AIDESEP y ORPIO, durante años. Fue AIDESEP la que propuso la reserva que ahora, según INDEPA, ignora Perenco.
En total, se estima que hay quince grupos indígenas que viven en aislamiento voluntario en Perú, la mayoría en el sureste del país.