Bosque lluvioso de Borneo malasio. Foto: Rhett A. Butler.
Bosques de todo el mundo corren un gran peligro de desaparecer debido a las condiciones de sequía, advierte un nuevo estudio publicado esta semana en la revista Nature.
El estudio, dirigido por un equipo internacional de científicos, evaluó los efectos psicológicos específicos de la sequía en 226 especies de árboles de 81 lugares de diferentes biomas alrededor del mundo. Se ha encontrado que el 70% de las especies muestreadas son especialmente vulnerables a la reducción del agua disponible. Con el incremento de las condiciones de la sequía alrededor del mundo debido al cambio climático y a la deforestación, la investigación advierte que grandes extensiones de bosques mundiales, y los beneficios que aportan, pueden estar aproximándose a un punto decisivo.
El agua es crucial para los árboles transportando nutrientes, dando estabilidad y como medio del proceso metabólico que genera la energía necesaria para que un árbol sobreviva. Automáticamente, el agua se mueve en las plantas a través de su xilema, un tejido comparable a una tubería. La transpiración o liberación del agua de las hojas de las plantas mantiene el sistema en movimiento. Pero cuando la disponibilidad de agua no es suficiente, el proceso se empieza a romper y tiene una gran repercusión en la salud del árbol. Aunque esto se ha venido observando desde hace tiempo, hasta hace poco no se ha entendido muy bien el mecanismo exacto que desencadena el estrés de la sequía en los bosques. El nuevo estudio argumenta que “el fallo hidráulico” puede ser un factor clave. Efectivamente, la escasez de agua da paso a que un árbol comience a bombear burbujas de aire, llamado embolia gaseosa, en el xilema impidiendo el flujo de agua. El fallo hidráulico es similar a intentar beber a través de una pajita rota, las burbujas de aire reducen considerablemente la cantidad de agua que llega al principio de la pajita.
Hayedo de Nueva Zelanda. Foto: Rhett A. Butler
Los investigadores han descubierto que una gran variedad de árboles son sensibles al “fallo hidráulico”.
“Mostramos que el 70% de 226 especies de bosque de 81 lugares alrededor del mundo vive con limitación… los márgenes hidráulicos de seguridad se enfrentan a los niveles perjudiciales de estrés por la sequía y, por lo tanto, probablemente, se enfrenta a disminuciones a largo plazo en productividad y supervivencia si incrementa la temperatura y aridez en muchas regiones alrededor del mundo, según los pronósticos” dice el autor. “Los márgenes de seguridad son independientes de la media anual de precipitaciones, mostrando que hay una convergencia global en la vulnerabilidad de los bosques a la sequía, siendo todos los biomas forestales igual de vulnerables al fallo hidráulico con independencia de su entorno pluvial actual”
Los resultados dan una visión interna de por qué la muerte producida por la sequía está sucediendo en una serie de tipos de bosque, incluyendo bosques lluviosos tropicales que, normalmente, no son considerados en riesgo de sequía. En los últimos 15 años, bosques de Borneo y la Amazonía han sufrido una sequía generalizada inducida por el deterioro. El estrés por la sequía va a menudo acompañado de un incremento de incendios, bien por causas naturales como los rayos, o bien por actividades humanas como quemar el pasto del ganado de las plantaciones.
Bosque de Borneo malasio. Foto: Rhett A. Butler
Los resultados dan una inquietante advertencia del estado de los bosques y su futuro, según Bettina Engelbrecht, bióloga de la Universidad de Bayreuth de Alemania.
Los árboles Angiospermas de todos los biomas forestales han convergido en una estrategia arriesgada, funcionando con unos márgenes extremadamente limitados” escribió Engelbrecht en un comentario que acompañaba el estudio de Nature. “Esto implica que estos árboles están ya, en las condiciones actuales, al borde de los niveles perjudiciales de disponibilidad de agua y que incluso un incremento menor de la intensidad de la sequía llevará a los niveles de embolia de xilema que dañará el crecimiento y producirá la muerte del árbol.”
“La sugerencia de que todos los bosques están a punto de sucumbir a la sequía y que pueden estar respondiendo al cambio climático, es apoyada por los estudios del incremento de la desaparición de bosques por la sequía y la mortalidad de árboles en muchos ecosistemas.”
La investigación también tiene implicaciones en los esfuerzos por combatir el cambio climático acusando a los bosques de captar más carbono de la atmósfera. Los bosques que mueren liberan carbono más que absorberlo.
“Estos estudios son una campana de aviso de que podemos esperar ver que la extinción forestal se vaya extendiendo con más frecuencia y más gravedad, y que no hay bosque inmune” continúa Engelbrecht. “Las ramificaciones de este panorama son diversas y en muchos aspectos graves: la mortalidad de los bosques vendrá acompañada de cambios en la composición de las especies, cambios en las funciones del ecosistema y pérdida de servicios y biodiversidad”
Referencia: Brendan Choat et al. Global convergence in the vulnerability of forests to drought. Nature (2012) doi:10.1038/nature11688