Leona con un ñu muerto en Tanzania. Foto: Rhett A. Butler.
El número de leones africanos, una de las especies más emblemáticas del planeta, está descendiendo rápidamente. Según un nuevo estudio de Biodiversity Conservation, la población de leones africanos (Panthera leo leo) se ha reducido de aproximadamente 100 000 ejemplares, hace solo cincuenta años, a tan solo 32 000 en la actualidad. El estudio, que utiliza imágenes de satélite en alta resolución para estudiar los ecosistemas de las sabanas africanas, reveló que el hábitat de los leones había caído en un 75 por ciento.
“Existen evidencias de fuertes descensos e incluso de extirpación de leones en varios países. Los descensos han sido increíbles y se necesitan medidas de conservación con urgencia, especialmente en África Occidental y Central,” aseguran los investigadores. “Mientras los leones están protegidos en algunas zonas silvestres, en muchas otras no lo están, y en otras son cazados.”
El estudió reveló que 24 000 leones (casi 75 por ciento del total) se ubican en diez fortalezas, las cuales se encuentran tanto en el este como en el sur de África. Solo Tanzania alberga al 40 por ciento de los leones a nivel mundial.
Además, casi 6 000 ejemplares (18 por ciento del total) se encuentran en manadas donde la “viabilidad a largo plazo” está en riesgo. El estudio también reveló extinciones de las manadas de leones locales en zonas protegidas.
“Esta investigación es un paso importante que ayudará a priorizar estrategias de financiamiento para salvar a grandes felinos,” aseguró el coautor Luke Dollar junto con National Geographic’s Big Cats Initiative (BCI), que ayudó a financiar el estudio. “La investigación nos ayudará a identificar mejor las zonas en las que podemos marcar la diferencia.”
La zona que requiere del accionar más inmediato es África Occidental, que según este estudio, solo alberga cerca de 525 leones.
Según los autores, “a (África Occidental) no le quedan muchas manadas y actualmente los leones se van de muchos parques nacionales de la región.”
Es preocupante, Los leones del África Occidental son una población distinta, y algunos consideran que merecen su propia subespecie: Panthera leo senegalensis. Estudios genéticos recientes han insinuado incluso que los leones del África Occidental tienen un parentesco más cercano con los leones asiáticos que sus parientes continentales.
“Dar a estos leones alguna oportunidad de luchar demandará incrementar sustancialmente los esfuerzos. Los próximos 10 años son decisivos para (África Occidental), no solo para los leones sino también para la biodiversidad, ya que los leones son indicadores de salud del ecosistema,” asegura el coautor Andrew Jacobson junto con la Universidad Duke.
Uno de los principales peligros para el león africano es perder su hábitat. Los ecosistemas de su sabana están experimentando una transformación generalizada, debido a la expansión de la agricultura y a la urbanización, exacerbados por un crecimiento masivo de la población humana en gran parte de África. Además, los leones enfrentan un incremento en el conflicto hombre-vida salvaje, donde se plantean amenazas al ganado; a menudo son heridos con lanza, envenenados o son víctimas de la caza furtiva. La caza legal también puede estar cobrando un precio importante, enfocada especialmente en leones machos. Por último, preocupa que los leones sean asesinados a favor de la medicina tradicional china para reemplazar a los huesos de tigre.
La estimación del estudio, que oscila entre 32 a 35 000 leones, decae en medio de otras estimaciones de la década, que oscilan entre 20 000 a 40 000 leones aproximadamente. Actualmente la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) clasifica al león como Vulnerable.
León en un zoológico. Foto: Rhett A. Butler.
MENCIÓN: Jason Riggio, Andrew Jacobson, Luke Dollar, Hans Bauer, Matthew Becker, Amy Dickman, Paul Funston, Rosemary Groom, Philipp Henschel, Hans de Iongh, Laly Lichtenfeld, Stuart Pimm. The size of savannah Africa: a lion’s (Panthera leo) view. Biodiversity Conservation. 2012. DOI: 10.1007/s10531-012-0381-4.