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Activistas advierten de la expansión industrial del aceite de palma en las selvas del Congo

Recent forest clearance for oil palm by Olam, Kango, Gabon. Photo by: Alexander De Marcq.
Desmonte reciente para el aceite de palma por Olam, Kango, Gabon. Foto de Alexander De Marcq


Las plantaciones industriales de aceite de palma se están esparciendo desde Malasia e Indonesia hasta el Congo, incrementando temores de deforestación y el conflicto social.



Un Nuevo reporte de la Rainforest Foundation UK (RFUK), dramáticamente titulado The Seeds of Destruction (Las Semillas de la Destrucción), anuncia que los nuevos plantíos de aceite de palma en la selva del Congo pronto se quintuplicarán a medio millón de hectáreas, un área casi del tamaño de Delaware. Conservacionistas advierten que ignorando las lecciones del sureste de Asia, esta tendencia podría ser desastrosa para los bosques, vida Silvestre y gente de la región.



“Gobiernos de los países de la Cuenca del Congo han entregado vastas extensiones de la selva tropical para el desarrollo de aceite de palma con aparentemente poca o ninguna atención a los posibles impactos en el medio o a la gente que depende de éste.” Explicó Simon Counsell, Director Ejecutivo de la RFUK.



Las palmeras usadas para producir aceite de palma se originaron en África, así que la producción en la Cuenca del Congo no es algo nuevo. Pero la producción industrial que involucra plantaciones masivas es una evolución reciente para la región. El abordaje, modelado luego de operaciones al sureste de Asia, aumenta la preocupación entre los ambientalistas que argumentan que el aceite de palma ha sido un desastre para los bosques de Malasia e Indonesia. De hecho, la investigación científica ha descubierto que entre los años 1990 y 2000, el 86% por ciento de la deforestación en Malasia fue causada por esta industria.




Concesión de Herakles Farms en Camerún. Click image to enlarge.

El productor más grande de aceite de palma en la Cuenca del Congo actualmente es ATAMA Plantations SARL, de Malasia, la cual está trabajando en establecer una plantación de 180 mil hectáreas en la República del Congo. Pero la empresa entera está envuelta en una complete falta de transparencia, indica el reporte.



“No hay mapas públicos disponibles, pero la evidencia sugiere que las selvas designadas al desmonte en su mayoría parecen ser áreas vírgenes que sirven de hábitat a cuantiosas especies en peligro, incluyendo chimpancés y gorilas. La zona colinda con un Parque Nacional y Sitio Ramsar que está en planeación, y de hecho parte de éste puede quedar dentro de dicha zona”, de acuerdo al reporte de la RFUK, el cual señala que la explotación forestal ya ha iniciado en la concesión.



El reporte de la RFUK además cuestiona si el desarrollo de plantaciones es simplemente una excusa para talar lo que se conoce como “bosques primarios con una significativa población de madera”.



Otra concesión controversial, esta vez en Camerún, ha recibido considerable rechazo de parte de organizaciones internacionales no gubernamentales asimismo como de grupos locales. Herakles Farms, cuya base reside en EU, está trabajando en desarrollar un plantío de aceite de palma de 60 mil hectáreas en un bosque que colinda con 4 áreas protegidas, pero la reputación de la compañía ha sido manchada tanto por protestas locales como por la condena de grupos internacionales, Greenpeace incluido. El año pasado, 11 de los biólogos de selvas tropicales más reconocidos enviaron una carta abierta a Herakles condenado el proyecto.



Pero Herakles y otras compañías dicen que están trayendo desarrollo económico a una parte del mundo marcadamente pobre.



El reporte de la RFUK puntualiza que en muchos casos los gobiernos parecen incluso renuentes a tomar ventaja de los beneficios económicos de las plantaciones de aceite de palma, facilitando enormemente los tratos con las corporaciones extranjeras.



“Los contratos firmados entre gobiernos y los productores de aceite de palma están siendo mantenidos en secreto, reduciendo la transparencia y responsabilidad democrática. Aquellos contratos que han salido a la luz muestran que los gobiernos ya han renunciado a algunos de los beneficios económicos potenciales, concediendo a los productores indulgencias extremadamente generosas a los impuestos por entre 10 y 16 años y otorgando tierras ‘gratis’ o a precios muy reducidos”, se puede leer en el reporte.



Además, las plantaciones de aceite de palma están generando conflictos con los propietarios tradicionales de las tierras, justo como lo han hecho en Malasia e Indonesia. Los habitantes locales tienen poca participación en los proyectos y en algunos casos los arrendamientos son extraordinariamente largos, por ejemplo el de Herakles Farms es de 99 años.



“Los nuevos avances del aceite de palma a gran escala son una gran amenaza para las comunidades, sus formas de sustento y la biodiversidad en la Cuenca del Congo”, dijo Samuel Nguiffo, director del Center for Environment and Development (CED) en Camerún. “Es en absoluto la respuesta adecuada para los retos en seguridad alimenticia y creación de empleos que encaran los países. Apoyar la agricultura familiar en pequeña escala es una mejor solución”.



Luego de años de fieras críticas en el sureste de Asia respecto a asuntos sociales y ambientales, la industria y organizaciones no gubernamentales crearon la Mesa Redonda del Aceite de Palma Sustentable (RSPO por sus siglas en inglés) en el 2004 para abordar problemas relacionados a la producción del aceite.



El reporte de RFUK señala que los países de la Cuenca del Congo deben aprender las lecciones de la poco regulada expansión del aceite de palma en Asia Sureste.



“Existe una necesidad de concretar acuerdos regionales que aseguren que los mejores ejercicios son obligatorios para cualquier nuevo desarrollo del aceite de palma, incluyendo la evasión de bosques de alto valor de conservación y asegurando que los derechos de los habitantes locales sean respetados”, agrega Counsell, cuyo reporte advierte que la RSPO no será suficiente por sí sola para producir el aceite sustentable en África.



En adición a esto, el reporte recomienda mayor transparencia en todos los ámbitos; localizando las tierras degradadas en lugar de las selváticas; asegurando que los lugareños otorguen su consentimiento previo de manera libre e informada; y logrando mayor enfoque en pequeñas plantaciones locales que en las masivas extranjeras.







Plantaciones del sitio de Atama Platations SARL, en República del Congo. Click to enlarge.


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