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Las “zonas colchón” son fundamentales para la supervivencia del lobo colorado

Maned wolf at Beardsley Zoo. Photo by: Sage Ross.
Lobo colorado en el Zoo de Beardsley. Fotografía de Sage Ross.


Conocido por sus patas inusualmente larguiluchas, su pelaje rojizo o anaranjado, y su dieta omnívora, el aguará guazú o lobo colorado (entre los varios nombres locales que tiene; su denominación científica es Chrysocyon brachyurus) es uno de los depredadores más hermosos y extraños de Sudamérica. Sin embargo su hábitat principal, el Cerrado brasileño, se está desvaneciendo con rapidez debido a la agricultura industrial y al desarrollo urbano. Ahora, un nuevo estudio en la revista de libre acceso de mongabay.com, Tropical Conservation Science, revela el papel fundamental de las zonas intermedias o “de colchón”, así como de las áreas desprotegidas, en la defensa del lobo colorado en la sabana del Cerrado, donde tan solo el dos por ciento del ecosistema está bajo custodia.



Según escribieron los científicos, “la abrumadora mayoría del hábitat de las especies […] se encuentra en zonas privadas que no tienen protección legal o formal. Fuera de las áreas protegidas, el lobo colorado se enfrenta a un sinnúmero de peligros, incluyendo la transformación de hábitats, la expansión agrícola, el crecimiento de las ciudades y la proximidad de carreteras, entre muchos otros”.



Para entender mejor cómo todo esto afecta al lobo colorado, los científicos estudiaron el comportamiento del animal entre 2006 y 2008, en una “zona colchón” protegida, cerca de la ciudad de Belo Horizonte. En una región en la que se practica la minería del hierro, el turismo sin regulación (incluyendo vehículos todo terreno) y la expansión del desarrollo urbano, los investigadores se sorprendieron al descubrir que el “considerablemente elusivo y tímido lobo colorado” aún estaba presente.



“Este resultado es muy importante porque el lobo colorado, como otras especies de mamíferos grandes que habitan el Cerrado, podría no ser capaz de sobrevivir a largo plazo en la naturaleza”.



Durante más de dos años de investigación, los científicos hallaron 95 lobos colorados. Los restos fecales demostraron que aunque los lobos colorados viven en la zona, su dieta era menos diversificada de lo que lo era en las zonas protegidas cercanas.



“Es probable que [esto] refleje las perturbaciones del área de estudio”, escriben los autores. “Por otro lado, [la presencia del lobo] sugiere que el área de estudio, aunque haya sido perturbada y siga sin protección, aún puede proveer recursos alimenticios al lobo colorado”.



Los investigadores piden una mejor gestión de las “zonas colchón” en torno a las áreas protegidas en Brasil, para proteger al lobo colorado y a otras especies en peligro del Cerrado.



“Hay muy pocas ‘zonas colchón’ en Brasil, y la realidad es que la región intermedia que rodea a las áreas protegidas no es diferente de las áreas rurales en general”, escriben los científicos. A esto añaden que los problemas legales, la debilidad política y la mala gestión han dañado las “zonas colchón” en el país.



“Si nada cambia en Brasil en lo que respecta a la creación y gestión de ‘zonas colchón’, su papel en la conservación no solo va a quedar comprometido, sino que también podría tener impactos negativos, tales como la introducción de animales domésticos y sus enfermedades derivadas en las zonas protegidas”, añaden.



El lobo colorado, el único animal del género Chrysocyon y el cánido más grande del continente, está en la actualidad considerado como “especie casi amenazada” por la Lista Roja de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza; IUCN en inglés).





Fuente: Lima Massara, R., de Oliveira Paschoal, A. M., Hirsch, A. and Garcia Chiarello, A. 2012. Diet and habitat use by maned wolf outside protected areas in eastern Brazil. Tropical Conservation Science Vol. 5(3):284-300.



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