Ninfa de insecto, en el Parque Nacional de Manu, Perú. Fotografía de Rhett A. Butler
Una nueva investigación afirma que al forzar a las especies a emigrar lejos, con el fin de mantener el equilibrio de los cambios climáticos, la deforestación podría aumentar el riesgo de pérdida de biodiversidad en el Amazonas.
Kennet Feely, autor del documento publicado en Global Change Biology, y profesor de biología en Florida International University, manifestó a Mongabay.com: ¨ En razón a que los modelos de migración se elaboran en forma más real, al incluir múltiples factores climáticos, bióticos, abióticos y humanos, las distancias pronosticadas entre el actual y el futuro análogo climático, invariablemente, aumentan¨.
Como respuesta al cambio climático, la migración de especies a nivel mundial, ha sido observada en muchos grupos taxonómicos, tal es el caso de las últimas 48 especies de mariposas en extinción, donde recientemente se encontró que habían perdido su rumbo en un promedio de 59.9 km. No obstante, tales migraciones no ocurrirán solamente en el hemisferio norte. Expertos predicen que para el año 2.100, en la mayoría de tierras bajas, de las selvas amazónicas, las distancias equivalentes a temperaturas futuras excederán, por mucho, los 1.000 kms. . Esto
requerirá tasas anuales de migración de por lo menos 10 kms. para cualquier especie de población que necesite condiciones térmicas específicas. Sigue siendo incierto si muchas especies amazónicas podrán mantener el ritmo con los futuros cambios climáticos.
No obstante, el conservar el ritmo es especialmente cambiante en las tierras bajas de selvas tropicales, debido a las altas tasas de deforestación. Casi el 15 por ciento de los bosques tropicales amazónicos se han perdido por este motivo; bajo los usuales escenarios comerciales, se predice que para el año 2.050 este porcentaje se incrementará cerca del 50%.
Árbol gigante de Ceiba, en la Amazonía colombiana. Fotografía de Rhett A, Butler. |
Feel explica: ¨Al incorporar la deforestación como una barrera para la migración, las distancias crecen a tal punto que llegan a ser muy superiores a la capacidad migratoria de la mayoría de los organismos¨
La deforestación puede igualmente influenciar, en forma directa, las condiciones climáticas. Ésta puede cambiar el microclima a lo largo de las orillas de los bosques y puede aumentar las distancias entre el hábitat adecuado para las especies, haciendo que las migraciones sean, incluso, más largas.
Kenneth Feely y Evan Rehm, coautores del documento, calcularon las distancias entre las áreas de las selvas del Amazonas y los futuros equivalentes climáticos más cercanos al año 2.050. Aun bajo los escenarios climáticos más optimistas, la distancia entre las áreas de los bosques tropicales amazónicos y su equivalente de futuro climático más cercano para el 2,050, fue de 300 kms. No obstante, si se incluye la precipitación, las distancias migratorias se incrementan a 475 kms.
¨Si las áreas deforestadas actúan también como una barrera para los movimientos de las especies, cerca del 30% o 55% del Amazonas realmente no tendrá análogos climáticos¨, escribió el científico en el nuevo documento de Change Biology. Un análogo climático describe sitios que tienen condiciones climáticas similares para las especies dadas. Los investigadores afirman que los climas que están desapareciendo se concentrarán principalmente en el sureste amazónico.
La mayor parte del Amazonas seguirá teniendo análogos climáticos técnicamente alcanzables. Sin embargo, esto está tan lejano que realmente será inexistente. Las principales tasas de migración observadas en la mayoría de sistemas y grupos taxonómicos estudiados, a la fecha, es menor a 2 kms. anuales. Aun así, las tasas de observación más rápidas y modernas de migración de las especies, son menores a 15 kilómetros al año.
¨Existe gran evidencia de que la migración de las especies, a largas distancias, se ha dado como respuesta a los pasados cambios climáticos; sin embargo, se cree que en estos casos, las velocidades de la migración se han presentado con una magnitud menor a la requerida para efectuar el rastreo de las actuales variaciones ¨ advirtió Feely.
De hecho, si únicamente se tiene en cuenta la advertencia, menos del 20% de la Amazonía tendrá análogos climáticos futuros alcanzables, por el promedio de las especies, y casi el 10% de éstos serán inalcanzables, aun por la más veloz de las especies. Al tener en cuenta, tanto la precipitación como la deforestación, se predice que más de la mitad de la Amazonía no los alcanzará.
Existe una luz de esperanza. Si la deforestación no continúa siendo un negocio, y es reducida, debido a la intervención gubernamental, y además, se incrementan las medidas de conservación, la porción de selvas tropicales amazónicas, sin futuro análogo alcanzable, mejorará en un 30%.
Feely dijo a Mongabay: ¨ A medida que el alcance y la intensidad del impacto humano se incrementen en toda la cuenca Amazónica; el número y tamaño de ocurrencia de migración aumentarán, al igual que con el cambio de clima aumentarán las distancias migratorias requeridas por las especies para conservar el ritmo. ¨Si enfocamos los esfuerzos de conservación en áreas, que se predice, tendrán climas disponibles en el futuro para los bosques tropicales, como por ejemplo, las heladas laderas de los Andes, entonces, al menos podemos asegurar que las especies tengan un área para emigrar ¨.
Los corredores de fauna han sido eficaces para aumentar el movimiento de los individuos a través de paisajes fragmentados. Sin embargo, la efectividad de éstos comienza a ser controvertible cuando se tiene en cuenta la escala de migraciones requerida para conservar el ritmo. Además, no es claro si los animales emigrarían a nuevas áreas que, potencialmente, tienen diferentes estructuras de hábitat.
Feely se pregunta: ¨ ¿Se trasladarían los animales a bosques que tienen diferentes grupos de: especies, fruta, área de anidación, cobertura, predadores y competidores?, ¿O, restringirán el movimiento a aquellas áreas similares a las cuales están adaptados? Si este es el caso, entonces pueden ser creadas una serie de paradojas en las cuales, la migración de semillas depende del movimiento de especies de árboles que los animales dispersen¨, explica Feely.
Como segunda estrategia de conservación, complementaria a los corredores de migración, está la reforestación de las áreas previamente taladas. Los bosques tropicales crean su propio cambio climático y pueden disminuirlo, tanto en escalas locales, como regionales. Mediante la creación de grandes proyectos de reforestación puede ser posible proporcionar el hábitat disponible a las especies migrantes, así como el refugio para las especies que casi siempre permanecen en el área.
¨Si las áreas reforestadas están ubicadas en sitios estratégicos, dentro de una zona no boscosa, entonces estas parcelas pueden llegar a ser focos nucleicos para futuras expansiones de bosques silvestres; o se pueden utilizar como puntos de enlace para las especies migratorias, dijo Feely, agregando: ¨Todavía existe esperanza para el Amazonas¨
Feeley, K. J. and E. M. Rehm. 2012. Amazon’s vulnerability to climate change heightened by deforestation and man-made dispersal barriers. Global Change Biology 18:3606-3614.