Noticias ambientales

En Honduras, los anfibios y el paraíso para tapires están siendo devastados por la tala ilegal

El Parque Nacional Cusuco en Honduras, localizado en el área montañosa cerca de la frontera con Guatemala, es reconocido por los investigadores como un refugio crítico para los anfibios amenazados en un país que ha sufrido una extensa deforestación. Pero mientras que el Parque ha escapado la devastación que han sufrido otras áreas protegidas en Honduras, la situación parece estar cambiando: desde 2010 ha habido un fuerte aumento de la deforestación. Cazadores furtivos, pequeños granjeros, y criadores de ganado están entrando al Parque, utilizando una red de caminos y campamentos científicos, establecidos por la Operación Wallacea, una ONG británica de conservación científica.



Al relevar Cusuco, el investigador Niall McCann, de la Operación Wallacea documenta “una caída catastrófica en la población de tapires” así como también una docena de instancias donde se vieron talas de árboles, campamentos de cazadores, plantaciones, y tala illegal. Consternado, McCann buscó la ayuda de las autoridades. Sus suplicas parecieron haber caído en oídos sordos, pero luego de contactar a los medios de comunicación, el Ministro Director del Instituto para la Conservación y la Forestería (ICF), y el Ministro de Medio Ambiente tomaron acciones, y enviaron patrullas al Parque y movilizaron apoyo para expandir la protección.



“Sorprendentemente, entre agosto y fines de noviembre los militares no encontraron más deforestación, y se pusieron en marcha los planes para establecer un campamento semipermanente, dentro del Parque, y una base permanente (como las que hay en varias localidades) en uno de los pueblos que es fuente de esta actividad ilegal,” explicó McCann.



Pero las ganancias fueron efímeras. En diciembre y enero no hubo patrullas y reportes locales indican que hubo un aumento de la deforestación.



En una entrevista con Mongabay.com, en febrero, McCann discute la situación de Cusuco y los desafíos de promover el desarrollo sostenible alrededor del Parque.


UNA ENTREVISTA CON NIALL MCCANN





mongabay.com: ¿qué te trajo a Honduras? ¿Y dónde trabajas?



Niall Mccan

Niall McCann: mi primer viaje a Honduras fue en el 2009 cuando empecé mi trabajo de doctorado en la conservación genética del tapir de Baird, el mamífero más grande del Neo- trópico. He estado 11 meses en el campo en cuatro regiones en Honduras, organizando expediciones en partes sub-evaluadas del país, pero mi sitio de estudio principal ha sido en el Parque Nacional Cusuco, en el noroeste del país.



Cusuco es un parque pequeño (224 km2) en las Montañas Remendón, pero es tremendamente importante en términos de biodiversidad. Cusuco es importante para un rango de taxa, pero especialmente para los anfibios. En este sitio, 16 de las 31 especies de anfibios están críticamente amenazadas (10) o amenazadas (6). Nueve de estas especies son endémicas de Honduras y seis de éstas son endémicas de Cusuco; recientemente Cusuco fue admitido por la Alianza para Cero Extinció, como el hotspot más grande del país en términos de anfibios endémicos amenazados.



Tradicionalmente Cusuco era una fortaleza para el tapir de Baird, hoy amenazado, con una población estimada alrededor de 50 individuos, el cual representa aproximadamente 10% del total de la población en Honduras. En el Parque también se encuentran Jaguares, y es un lugar de anidamiento de quetzal y muchas otras joyas de América Central.





mongabay.com: ¿Cuál es la situación actual en el Parque Nacional Cusuco?



Niall McCann: el Parque Nacional Cusuco fue creado oficialmente en 1987, y estuvo bien protegido hasta fines de 1990, cuando los fondos que empleaban y pagaban a los residentes locales para servir de guardaparques fueron redistribuidos luego de un cambio de gobierno municipal. La caza y la deforestación no eran problema dado la inaccesibilidad del Parque (dicen que 70% del país esta en un ángulo de 40 grados, y ¡Cusuco no es excepción!), pero en el 2006 las cosas empezaron a cambiar.



El acceso al parque fue mejorado luego de la creación de una red de transectas y campamentos creados para facilitar los estudios de biodiversidad de la Organización No Gubernamental británica llamada Wallacea. Parece que los cazadores y los leñadores utilizaron esta red de caminos para ganar acceso a las partes remotas del Parque, donde las especies como el tapir de Baird y el pavo de las montañas han sido gravemente perseguidas.



Entre el 2010 y el 2011 he registrado una catastrófica caída de la población de tapires, el cual corresponde a un dramático incremento en el número de áreas donde se ha realizado tala ilegal. Lo compruebo cuando me salgo de la red de caminos. En el 2012, la situación se tornó tan severa que mis colegas y yo estuvimos realmente preocupados que la mayoría del oeste del Parque pudiera desaparecer a menos que se tomara alguna acción. Todos los años los guías empleados por la Operación Wallacea me imploraban que actuara, sabiendo que si el bosque desaparecía también desaparecería su forma de vida.



Al relevar todas las partes del Parque en el 2012, descubrí tres casas nuevas, construidas en áreas de tala rasa recientes, las cuales eran habitadas por uno o dos individuos como máximo, probablemente como refugio temporario para los viajes de caza o tala. En total, registré 37 sitios con disturbios recientes: sean senderos para la caza, tala rasa, plantaciones o casas. Encontré una gran cantidad de áreas que estaban marcadas para deforestar, incluyendo un área de aproximadamente 800 hectáreas, las cuales de acuerdo a fuentes locales fueron reclamadas y marcadas por un solo individuo.



Se encontraron muchas plataformas de caza en todo el Parque, así como también evidencia directa de caza como cráneos y plumas. Los datos de las poblaciones de tapir de Baird y pava de las montañas muestran un alarmante descenso en números, mientras que las especies no cazadas han mantenido trayectorias de crecimiento no negativo. Y por primera vez, encontré evidencia de extracción de madera y el uso de moto sierras grandes, lo que demuestra un aumento de la sofisticación de la actividad ilegal.




mongabay.com: ¿Quiénes están contribuyendo a estos cambios?



Niall McCann: las principales causas del problema en el Parque Nacional Cusuco y en todo el resto de los Parques Nacionales en Honduras son un aumento implacable de la población local, así como también una migración urbana-rural relativamente alta, junto con prácticas de uso de la tierra no sostenibles. Podríamos mirar a las políticas de la iglesia en términos de control de la natalidad y la falta de inversión en la sociedad civil por parte del gobierno, o el alto precio del café como las causas principales de la deforestación; pero en la práctica lo que estamos realmente viendo es el oportunismo por un lado, y la tragedia por otro, la cual es perpetrada por un número pequeño de personas.



Camp site within Cusuco. Courtesy of Niall McCann.

Debido a las malas prácticas agrícolas la tierra se vuelve inviable muy rápidamente, y los granjeros son forzados a moverse a otros lados. El Parque Nacional Cusuco tiene 224 km2 de tierras que muchos locatarios creen que es de ellos para explotarla. Lo que hemos visto en los últimos dos años es la competencia entre las personas para reclamar parcelas de bosques antes que alguien lo haga. Además de eso, ciertos individuos adinerados provenientes de las ciudades que bordean al Parque están pagando para que se talen grandes áreas para pasturas o plantaciones; y algunos individuos y familias están trasladándose al Parque de forma oportunista, donde pueden cazar y labrar la tierra sin la afectación de tener vecinos compitiendo por la misma tierra.



La deforestación ocurre para crear espacio para el pastoreo, o para el cultivo: usualmente café pero también se plantan otros cultivos, y yo he descubierto una pequeña plantación de mariguana. Todas estas actividades son ilegales, por supuesto, pero en un país tan anárquico como Honduras (el cual tiene la taza de homicidios más alta del mundo) esto es difícilmente un elemento disuasorio. Muchas de las personas que se asientan en el Parque son sumamente violentas, y han tiroteado a mis amigos locales cuando caminaban en el Parque.



mongabay.com: ¿Qué sienten las comunidades locales en relación a las amenazas al bosque?



Deforestación y el cráneo de un tapir muerto por cazadores furtivos en el Parque Nacional Cusuco. Fotos cortesía de Niall McCann.

Niall McCann: las opiniones de las comunidades están, por supuesto, divididas. Muchos cientos de personas ganan su manutención gracias al ecoturismo en el Parque (principalmente al trabajar para Operación Wallacea), y estas personas y sus familias desean desesperadamente que las amenazas se extingan, para que el bosque siga estando en cinco o diez años. Estas personas quieren desarrollar mejores prácticas agrícolas para maximizar la productividad de la tierra que trabajan, y reducir la presión en el mismísimo Parque, ellos entienden que el Parque es su fuente de agua, y que es un commodity de alto valor en términos fiscales, no solo en lo estético o en términos culturales. Desafortunadamente hay individuos entre esas comunidades que no les importa la sustentabilidad, o la preservación, o la preservación de una fuente de agua limpia, solamente quieren hacer dinero rápido.



Aquellos miembros de la comunidad que entienden la importancia de la preservación del Parque también están muy asustados con las personas que operan ilegalmente en él. Las personas saben muy bien que lo que están haciendo es ilegal y que pueden ser llevados a la justicia, y están muy dispuestos a intimidar a los locatarios para disuadirlos y evitar que reporten la actividad ilegal. La amenaza de violencia es muy real, y mi guía por tres años ha recibido amenazas de muerte por guiar a los militares en el Parque. La mayoría de los locales solamente quieren sentirse seguros, y saben que no pueden sentirse seguros con el nivel de actividad ilegal que ocurre en Cusuco.



mongabay.com: ¿Cómo ha respondido el gobierno a estas amenazas?



Niall McCann: durante los pasados cuatro años más o menos, los empleados de la Operación Wallacea han informado y presionado al Instituto de Conservación y Forestería (ICF) y otras agencias gubernamentales para que inviertan en alguna infraestructura en el Parque, pero más importante para que implementen alguna protección oficial, ya que el incremento de la actividad ilegal es evidente. Ha habido uno o dos gestos simbólicos, al mandar representantes para que vean el daño por sí mismos, pero no se ha tomado ninguna acción real, a pesar de los considerables esfuerzos de Operación Wallacea.



Este verano, al retornar a Cusuco por cuarto año consecutivo, me ha impresionado el nivel de deforestación que ha ocurrido desde que estuve por última vez. Mis guías me han implorado que trate de ejercer algo de influencia, ya que se dan cuenta que sus formas de vida están en peligro, ya que Operación Wallacea no puede retornar a Cusuco si el nivel de actividad ilegal continúa creciendo a tan alarmante velocidad. He discutido algunas posibles estrategias con los habitantes locales y mis colegas en la Operación Wallacea, y hemos decidido que debo intentar presionar al gobierno mientras Operación Wallacea alerta de la situación a la prensa local.



A través de algunos contactos con influencias he podido establecer una reunión con el Ministro Director de ICF, José Trinidad Suazo. Le escribí una carta detallando la severidad de la situación en Cusuco, y también he recibido cartas de apoyo de el Vice Canciller de la Universidad de Cardiff (donde estudio mi PhD), de la Directora del Grupo de Especialistas en Tapires (del cual soy miembro), y de la oficina hondureña de Panthera (los cuales son grandes contribuidores de la conservación en Honduras). He arreglado una colaboración entre Operación Wallacea, Panthera y una ONG local llamada Expediciones y Servicios Ambientales de Cusuco (ESAC), los cuales acordaron donar fondos para una policía de protección, que yo he propuesto que integre las patrullas civiles y militares.



Volé a Honduras para reunirme con el Ministro, y junto con Alex Tozer de Operación Wallacea y Franklin Castañeda de Panthera, presentamos nuestro caso para la inmediata asignación de recursos para proteger al Parque Nacional Cusuco. Franklin se centró en el importante rol que juega Cusuco como una área clave en el Corredor Biológico Meso-Americano; Alex habló de la riqueza biológica de Cusuco, y la cantidad de dinero que se perdería si Operación Wallacea se ve forzada a abandonar la expedición hondureña; y yo me focalicé en el aumento de la deforestación y la caza, y mis descubrimientos de plantaciones ilegales de café y mariguana.



Nuestra presentación claramente hizo un impacto con el Ministro, el cual autorizó el establecimiento de patrullas militares y civiles, alertó de la situación al Servicio de Persecución Ambiental, y pidió que la oficina local de ICF estuviera a cargo de la logística del proyecto, el cual fue visto como una operación de rescate.




Fotos de reptiles en Cusuco. Cortesía de Niall McCann.




mongabay.com: ¿Qué implica la militarización del Parque?



Niall McCann: el comandante local de la Brigada de Infantería 105 que pertenece a la fuerza militar hondureña ha tomado responsabilidad personal para asegurar una presencia militar habitual dentro del Parque. Inicialmente nosotros pagábamos las patrullas las cuales se efectuaban dos veces al mes, comenzamos a fines de agosto de 2012. Estas patrullas se mostraban en los pueblos que rodean al Parque, de modo que de boca en boca se llegara a los que operan ilegalmente en el Parque, y luego eran guiados en el Parque por los guías locales y visitaban las áreas problemáticas.



Las primeras dos patrullas fueron llevadas a cabo como misiones de relevamiento, para localizar a las áreas más afectadas por la deforestación, y para testear que larga sería la patrulla. La tercera patrulla comenzó a destruir algunas casas ilegales, y pequeñas plantaciones de café. Las patrullas recibieron apoyo de la compañía local hidroeléctrica, cuyo negocio es afectado por los cambios en el nivel de agua causado por la deforestación, y fueron bien recibidos en los pueblos locales.



Yo estaba muy preocupado con que las patrullas recibieran represalias, y en realidad uno de los guías locales recibió una amenaza de muerte por ayudar a los militares y tuvo que alejarse de la región por un tiempo. Por suerte no hubo peleas, y toda actividad de deforestación pareció haber cesado a fines de noviembre de 2012.



En ese momento las patrullas cesaron la actividad dado las elecciones locales, y en año nuevo recibimos reportes de las personas locales que la deforestación había empezado nuevamente. ESAC fue instrumental en la rápida respuesta, y la ICF fue muy proactiva en la re- movilización de los militares y las otras ONG locales. La última patrulla se llevó a cabo el 29 de enero de 2013, y estoy muy deseoso de escuchar las novedades. El 2 de febrero Panthera estará volando sobre el Parque Nacional Cusuco en un Cessna, con el comandante de la Brigada de Infantería 105 para hacer una evaluación aérea de los daños en el Parque, y a mediados de febrero se instalará un campamento semipermanente en las áreas mas afectadas, donde el personal militar pasará varios días en rotación, patrullando diariamente y reportando exactamente qué es lo que descubren. Además de esto, el Servicio de Persecución Ambiental está comenzando con las investigaciones de los individuos que se sabe que financiaron la mayoría de la deforestación.



mongabay.com: ¿Cuál es tu perspectiva para con el Parque Nacional Cusuco? ¿Hay una solución de largo plazo?



Niall McCann: dada la respuesta tan entusiasta a nuestra presión con el gobierno, y la reciente respuesta al reinicio de la deforestación, estoy esperanzado de que haya suficiente voluntad por parte de los locales y los políticos para asegurar que Cusuco sea salvado en el corto plazo, pero está claro que la militarización no es una solución de largo plazo, y estamos buscando inversiones para una política más sustentable en el futuro.



Niall Mccan

El gran desafío es garantizar la seguridad financiera de las personas que viven en la vecindad del Parque. Una idea es comprar tierra adyacente al área y donarla a las personas locales para que desarrollen agricultura. La inversión cubría entrenamiento en prácticas agrícolas sustentables así como también el dinero para la compra de la tierra. Las personas que viven en los poblados que rodean al Parque Nacional estarían motivadas a desarrollar un interés agrícola en las nuevas zonas adquiridas, y serían signatarios de un acuerdo que los obligue a no cazar ni talar dentro del Parque en retorno a la utilización de estas áreas agrícolas. Buscaríamos fondos adicionales para volcarlos directamente a los esfuerzos para salvar al Parque de la deforestación y la caza ilegal, llámese financiar las patrullas militares, la creación de una red de guardianes, el llevar a cabo seminarios de uso sustentable de la tierra y la importancia de mantener la integridad del Parque, etc.



He sugerido que se establezca un Esquema de Consejo para el Parque, donde las personas que han están viviendo dentro del Parque por un tiempo se les pague un estipendio de las entradas al mismo si ellos acuerdan no cazar, o no expandir los intereses agrícolas existentes. No queremos destruir la forma de vida de las personas al sacarlos del Parque, pero la mayoría de las personas que operan en Cusuco lo hacen oportunísimamente y de forma intermitente, y no dependen del Parque para dar de comer a sus familias. Hay algunas excepciones a esto, por lo cual yo he sugerido el Esquema de Consejo para el Parque, para las personas que ya están bien establecidas dentro del mismo.



Es crucial que invirtamos en el desarrollo sustentable del Parque, y la Operación Wallacea está financiando una cantidad de investigación, por ejemplo la posibilidad de aplicar el programa REDD+ para financiar el área. Las prácticas agrícolas sustentables harán una tremenda diferencia en la forma de vida de las personas locales y las presiones al Parque, y en mi opinión esto es donde la mayoría de los recursos para el desarrollo deberían focalizarse.



En el largo plazo, solo un cambio en la equidad social y la reducción de la población hará un cambio sustancial en las áreas protegidas de Honduras, pero en el corto plazo, este tipo de conservación será nuestra mejor esperanza para asegurar el futuro de los Parques de Honduras y las especies que viven en ellos.



Salir de la versión móvil