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Unos cerdos poco convencionales: hasta que punto son invasivos los jabalíes ayudando a preservar la biodiversidad en el pantanal

Generalmente, las especies invasoras y exóticas son una seria amenaza para la naturaleza salvaje: destruyen especies locales, introducen parásitos y enfermedades, además de perturbar los regímenes ecológicos locales. Sin embargo, un caso único en el Pantanal brasileño ha hecho cambiar las tornas; allí, se ha introducido un mamífero que en realidad ha ayudado a conservar la fauna nativa.



El impacto causado por los jabalíes (Sus scrofa) se trata de una importante amenaza para la biodiversidad en muchos de los ecosistemas de todo el mundo. Su comportamiento destructivo al hozar la tierra y su apetito voraz son a menudo severamente dañinos para las poblaciones de plantas y los animales de menor tamaño, sin olvidar que también actúan como un depósito receptor de zoonosis. En el Pantanal sin embargo, los jabalíes que se han introducido han provocado un impacto positivo en las comunidades de vida silvestre y en la cultura local.



La región del Pantanal en Sudamérica, la cual se extiende más allá de Brasil hasta alcanzar Bolivia y Paraguay, se trata de uno de los mayores humedales de agua dulce del planeta y posee una biodiversidad única en cuanto a flora y fauna salvaje – pero este no ha sido siempre el caso.



Anteriormente, la caza furtiva para la comercialización presentaba una seria amenaza para la biodiversidad en el Pantanal. Una legislación prohibitiva cambió esa situación en 1967, prohibiendo la caza con fines comerciales y de ocio, así como también extinguió el mercado de las pieles.



Un jabalí en el Pantanal. Esta foto es cortesía de Arnaud Desbiez.
Un jabalí en el Pantanal. Esta foto es cortesía de Arnaud Desbiez.


La introducción de jabalíes en la zona (hace alrededor de unos 200 años) alivió de manera significante la presión ejercida por la caza sobre las especies nativas, dando a las poblaciones la oportunidad de recuperarse con el establecimiento de la legislación. Los habitantes del Pantanal prefieren cazar jabalíes en vez de la fauna nativa debido a su abundancia, el fácil acceso a estos y a la substanciosa cantidad de carne y aceite que proporcionan. La caza de jabalíes se ha convertido en una parte importante de la cultura del Pantanal.



Además de ser una fuente fiable de proteína, los jabalíes proporcionan aceite y grasas que se utilizan para cocinar y curar la carne. Este valioso recurso es importante en lugares donde los recursos son limitados y por lo tanto la conservación de la comida es vital.



Un hombre extrayendo la grasa de cerdo. Esta foto es cortesía de Arnaud Desbiez.
Un hombre extrayendo la grasa de cerdo. Esta foto es cortesía de Arnaud Desbiez.

Arnaud Desbiez, el coordinador regional de conservación e investigación en la Real Sociedad Zoológica de Escocia, lleva tiempo estudiando los jabalíes del Pantanal. Junto a su compañera, Alexine Keuroghlian de la Wildlife Conservation Society-Brasil (en español Sociedad para la conservación de la fauna en Brasil), Desbiez entrevistó a cazadores de la región para conocer sus prácticas de caza y encontró que el 93% de los participantes prefieren cazar jabalíes en lugar de la fauna autóctona, como por ejemplo pecarís barbiblancos y de collar, que son otros miembros de la familia de los suidos.



Los cazadores locales controlan también la población de jabalíes
a su favor, capturando jabalíes macho para castrarlos y después liberarlos con el propósito de que crezcan, engorden y se conviertan en unos objetivos óptimos de caza cuando sean adultos.



“Los jabalíes son cazados a caballo seguidos por un equipo de perros… eso significa que los ejemplares jóvenes son separados normalmente de sus madres y morirán de hambre, o bien, durante la cacería”, explicaba a mongabay.com.



Esta mortalidad inducida por los humanos acompañada de los efectos naturales de las estaciones ayuda a mantener estable la población de jabalíes.



A pesar de que los modelos de población muestran que los jabalíes pueden resistir la gran presión ejercida por las cacerías, el reducido número de jabalíes jóvenes y pequeños que sobreviven mantiene la población a unos niveles sostenibles.



Lo que resulta más preocupante para los jabalíes son las inundaciones estacionales y remarca que “las inundaciones afectan considerablemente la disponibilidad de sus recursos”.



Actualmente, parece ser que la caza de jabalíes, una especie exótica, se trata de una situación en la cual todos salen ganando, tanto residentes como la fauna nativa del Pantanal. Por supuesto, esto se debe a causa de que la población de jabalíes continúa estando regulada por la caza. En el caso de que se abandonara la captura de jabalíes, el aumento de la población de estos animales podría alterar la dinámica de las comunidades de naturaleza autóctona. Sin embargo, por suerte para los pecarís nativos, la competencia entre jabalíes no es suficiente para poner en peligro las poblaciones. En otro estudio, Desbiez y sus compañeros demostraron que el nicho ecológico de los jabalíes no se sobrepone de manera significante al de los pecarís autóctonos ya que estos no compiten directamente por los mismos recursos.



Los efectos perjudiciales de las especies invasoras han estado sumamente bien documentados juntamente con los efectos más graves que representan para los ecosistemas y especies de todo el mundo: el sapo de caña invasor en Australia, el estornino europeo en Norteamérica, la serpiente arbórea marrón en Guam, la ardilla gris de las Carolinas en Europa y la abeja africanizada en Sudamérica. Pero no todas las historias de invasión resultan tan optimistas.



Cocinera del Pantanal preparando platos que contienen jabalí. Esta foto es cortesía de Arnaud Desbiez.
Cocinera del Pantanal preparando platos que contienen jabalí. Esta foto es cortesía de Arnaud Desbiez

Estas historias anómalas de invasiones que resultan prósperas como esta son cada vez un hecho más común. Los científicos reconocen los efectos beneficiosos de algunas especies exóticas. En Pensilvania, por ejemplo, las poblaciones de pájaros cantores han aumentado debido a los recursos adicionales de alimento que provienen de árboles frutales y plantas enredaderas que han sido introducidos. En Puerto Rico, la tierra degradada ha sido colonizada por especies exóticas de árboles que han facilitado el proceso de sucesión, permitiendo que la tierra se recupere de forma más rápida y proporcionando un hábitat para la naturaleza salvaje en el mismo proceso.



Esta situación requiere una nueva perceptiva en lo que refiere al control de las especies invasoras. Tradicionalmente, la
respuesta ante la detección de especies
invasoras desconocidas, cuando estas son detectadas a tiempo, es la erradicación. Esta respuesta se basa en la premisa de que las especies exóticas, como seres desconocidos en el área que colonizan, no pertenecer al lugar y por lo tanto, perturbarán la ecología local del ecosistema. A pesar de que esta ha sido a menudo la estrategia más prudente, el creciente índice de invasión de las especies
invasoras y la probabilidad de que este continúe aumentando debido a la actividad humana, indican que se debería plantear un nuevo enfoque de la situación.



Los científicos reconocen que no todas las especies exóticas son dañinas y que puede que hasta sean beneficiosas en algunas circunstancias. A partir de esta afirmación ha surgido un nuevo paradigma: la conciliación biológica. Un artículo reciente en el periódico Evolutionary Applications escrito por el Dr. Scott Carroll del Instituto de Evolución Contemporánea anima a los biólogos conservacionistas y a los gestores de recursos naturales a considerar los beneficios ecológicos de las especies exóticas antes de contemplar la erradicación.



En el caso de los jabalíes en el Pantanal, los efectos beneficiosos en los ecosistemas, la subsistencia y la cultura puede que tengan mayor peso que la estrategia ortodoxa de erradicación de las especies invasoras.





Citas bibliográficas: Carroll, S. P. 2011. Conciliation biology: the eco-evolutionary management of permanently invaded biotic systems. Evolutionary Applications 4(2):184-199.



Arnaud Leonard Jean Desbiez, Alexine Keuroghlian, Ubiratan Piovezan and Richard Ernest Bodmer. Invasive species and bushmeat hunting contributing to wildlife conservation: the case of feral pigs in a Neotropical wetland. Oryx. Volume 45. Issue 01. January 2011, pp 78-83.



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