Noticias ambientales

Comer insectos para mitigar la deforestación y el cambio climático

Un nuevo reporte de 200 páginas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pide a la sociedad humana utilizar una fuente de alimento con frecuencia ignorada, rica en proteína y omnipresente: insectos. Mientras muchos en el occidente industrializado podrían hacerle ascos a la idea de comer insectos, en estos momentos, alrededor de 2000 millones de personas en el mundo comen más de 1900 especies de insectos, según la FAO. El incremento en la ingesta de insectos, dicen los autores, puede ser una manera de combatir las crecientes necesidades d alimento, la degradación ambiental y el cambio climático.



“Se acepta ampliamente que para el 2050, el mundo albergará al menos a 9000 millones de personas. Para acomodar esta cantidad, la producción actual de alimentos necesitará casi duplicarse. La tierra es escasa, y expandir las áreas dedicadas a cultivos normalmente no es una opción viable o sustentable. Los océanos presentan exceso de pesca y la escasez de agua provocada por el cambio climático y otras causas relacionadas, podrían tener profundas implicaciones en la producción de alimentos,” se lee en el reporte. “Para satisfacer los retos de alimentación y nutrición de hoy—existen cerca de 1000 millones de habitantes padeciendo hambre crónica en todo el mundo—y mañana, lo que comemos y cómo lo producimos, debe ser re-evaluado.”



La entomofagia, o el comer insectos, puede ser una posible solución. Alimentarse con insectos, cultivar insectos, y convertir los insectos en alimento para ganado, son tres maneras en las que los mayormente-terrestres insectos podrían mitigar tanto la creciente demanda de alimento como el daño ambiental, de acuerdo al reporte. Actualmente la mayoría de insectos se comen directamente en estado natural o cultivados en pequeñas industrias caseras, pero el reporte llama al incremento urgente de investigación para ampliar el cultivo de insectos para alimentación.



Las orugas están en segundo lugar entre los insectos más comidos, con un 18% de consumo. Foto: Rhett A. Butler.
Las orugas están en segundo lugar entre los insectos más comidos, con un 18% de consumo. Foto: Rhett A. Butler.

“Los insectos no son dañinos al comerlos, sino todo lo contrario. Son nutritivos, tienen mucha proteína y son considerados un manjar en muchos países”, dijo en una declaración Eva Muller, Directora de Economía Forestal, División de Política y Productos de la FAO.



Efectivamente, el reporte argumenta que los insectos—ricos en grasas, hierro y zinc, así como en proteínas—podrían convertirse en un sano reemplazo de carnes más tradicionales, tales como la res, el pollo y el pescado. Los beneficios ambientales son inmensos: El cultivo de insectos probablemente produciría muchísimo menos emisiones de gas invernadero que el ganado convencional (por ejemplo solo unos pocos tipos de insectos producen metano). Por ejemplo, las granjas de chanchos producen de 10 a 100 veces más por kilogramo que la producción de lombrices de harina.



Los insectos son tremendamente eficientes: en promedio requieren solo 2 Kg. de alimento para producir 1 Kg. de carne, mientras que las reses necesitan 8 Kg. para producir la misma cantidad.



Posiblemente lo más importante sea que la producción y cultivo de insectos no requeriría deforestación ni tierra adicional, lo cual reduciría la emisión de gases invernadero causados por tala de árboles, preservaría la biodiversidad amenazada y disminuiría los actuales conflictos de tierras.



Pero a pesar de estos beneficios, el reporte admite que sería difícil convencer a la gente, especialmente en occidente, a que ingiera insectos.



“La gente en la mayoría de los países occidentales ven la entomofagia con sentimientos de desagrado. Es seguro decir que la mayoría son reacios siquiera a considerar el comer insectos, inclusive que perciben dicha práctica como asociada con conductas primitivas,” informa el reporte.



El reporte indica que se están ya tomando acciones para documentar el valor nutricional de varios insectos comestibles, investigar los beneficios ambientales, y desarrollar una red internacional con base legal. Adicionalmente, el reporte insta a mayor desarrollo en la ingesta de insectos, especialmente de insectos cultivados.



Insectos comestibles a la venta en un Mercado de Camboya, Foto de Rhett A. Butler. Haga Clic en la imagen para agrandar.
Insectos comestibles a la venta en un Mercado de Camboya, Foto de Rhett A. Butler. Haga Clic en la imagen para agrandar.




“El cultivo de insectos tiene un inmenso potencial global tanto como alimento de animales como para producción de comida. Ya vemos productores creando alimento de insectos para animales e investigación. Y el desarrollo está ocurriendo alrededor del mundo para incorporar insectos en los menús y alimentos procesados,” indicó Afton Halloran, consultor para el Programa de Insectos Comestibles de la FAO.



Muller dice que la mayor barrera contra comer insectos—el factor de desagrado—puede ser vencida con el tiempo.



“Ya hemos visto libros de cocina que ofrecen recetas con insectos comestibles, y existen unos pocos restaurants en importantes ciudades europeas que en la actualidad ofrecen insectos comestibles en sus menús,” dice ella. “No espero que sea algo que ocurra muy rápido, pero si recordamos que hace 20 años atrás nadie en Europa hubiera pensado en comer pescado crudo, y ahora todos adoran el sushi, las cosas pueden cambiar, de tal manera que aún las culturas que no acostumbran a comer insectos pueden, eventualmente, desarrollar un gusto por ellos.”




Gran escarabajo negro en Borneo. Los escarabajos son los insectos más comúnmente consumidos, con un 31% entre los tipos de insectos comestibles. Foto: Rhett A. Butler.
Gran escarabajo negro en Borneo. Los escarabajos son los insectos más comúnmente consumidos, con un 31% entre los tipos de insectos comestibles. Foto: Rhett A. Butler.





REFERENCIAS: Arnold van Huis, Joost Van Itterbeeck, Harmke Klunder, Esther Mertens, Afton Halloran, Giulia Muir, and Paul Vantomme. Insectos Comestibles: Prospectos futuros para alimentos y seguridad alimentaria. Estudio FAO: Montes. 2013.



Rumpold, B.A. & Schlüter, O.K. 2013. Composición nutricional y aspectos de seguridad de los insectos comestibles, Nutrición Molecular e Investigación Alimentaria, 57(3) (DOI 10.1002/mnfr.201200735).



Yen, A.L., Hanboonsong, Y. & van Huis, A. 2013. El rol de los insectos comestibles en la recreación humana y el turismo. R.H. Lemelin, ed. El manejo de insectos en la recreación y el turismo, pp. 169–185. Cambridge, Cambridge University Press.


Salir de la versión móvil