Un estudio publicado el 23 de julio de este año en una edición especial del periódico Philosophical Transactions of The Royal Society B advierte de que la caza insostenible de antílopes y elefantes de bosque, gorilas y otros agentes dispersantes de semillas podría tener impactos de larga duración en la salud y resiliencia de la selva tropical del Congo.
Tras la realización de un estudio de más de 160 documentos e informes sobre las tendencias en las poblaciones de vida salvaje del Congo, un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, la Universidad de Queensland, la Universidad de Stirling y de la Wildlife Conservation Society (WCS) concluye que, a menos que se ponga en marcha un plan de gestión efectivo, es probable que aumente la presión de caza en la región, lo que conllevaría repercusiones ecológicas.
Los autores advierten de que «los profundos cambios ecológicos iniciados por la caza […] pueden incluso exacerbar los efectos del cambio climático que se previeron sobre región».
Al tiempo que los humanos han cazado animales de manera exhaustiva en los bosques tropicales de África, en las recientes décadas la proliferación de carreteras forestales —que permiten el acceso a áreas forestales remotas— y el surgimiento de un amplio mercado urbano de carne de animales salvajes han culminado en una repentina subida de la caza comercial en la región. La explosión de la demanda de marfil está empeorando la situación, dando como resultado la pérdida de una gama de especies de agentes dispersores de semillas, así como de fauna silvestre que juega un papel fundamental en la ecología forestal. Por ejemplo, la pérdida de elefantes en bosques de África Occidental ha provocado un movimiento hacia árboles más pequeños y de crecimiento más rápido que son menos diversos y almacenan menos carbón.
«Las especies de árboles que utilizan animales como agentes dispersores de semillas, particularmente aquellos con grandes semillas que se dispersan a través de mamíferos de gran tamaño, contribuyen a una considerable parte de la capacidad total de almacenamiento de carbón de los bosques tropicales», escriben los autores. «El almacenamiento de carbón podría por lo tanto verse erosionado con el paso del tiempo si la regeneración de los árboles es obstaculizada por los cambios en las agrupaciones animales, incluyendo la extinción de un gran número de especies dispersoras especializadas o el aumento de las especies depredadoras de semillas debido a la liberación ecológica de sus predadores».
Estos bosques pueden ser menos resistentes a los efectos del cambio climático, incluyendo los accidentes por sequía y fuegos.
Explican los autores que «incluso una leve sequía asociada a las altas temperaturas, los cambios en la pluviosidad y el incremento de la incursión humana previstos en esta región puede hacer que los bosques se vuelvan más vulnerables al fuego en un futuro». «La resiliencia forestal ha sido usada para referirse a la resistencia de la vegetación ante el cambio; sin embargo, la función ecológica incluso en un bosque con aparente “resiliencia” puede verse afectada de manera significativa por un aumento relativamente pequeño de la temperatura prevista».
«Ya están ocurriendo graves cambios ecológicos acarreados por la caza bajo el follaje forestal», cuenta el coautor, Dr. Lauren Coad de las universidades de Queensland y Oxford, en una declaración. «La desaparición de la mega fauna de agentes dispersores de semillas tales como elefantes y simios podrían reducir la capacidad de los bosques de almacenar carbón».
Los autores señalan que, aunque la deforestación ha disminuido en la región durante la última década con respecto a la de los noventa, la degradación, la construcción de carreteras y la conversión forestal están a punto de incrementar con el aumento de la inversión en las plantaciones de palma de aceite, fincas de caucho y terrenos de caña de azúcar así como en la expansión potencial de la explotación forestal con fines industriales y de las operaciones mineras.
«Las infraestructuras de explotación forestal y las carreteras industriales dan lugar a un efecto dominó de factores conocidos por intensificar la presión de caza como el crecimiento de la población debido a una mano de obra inmigrante, el incremento de ingresos y demanda de carne de animales salvajes, el incremento de acceso forestal y el incremento de extracción de mercados internacionales de productos especializados como el marfil», explican los investigadores. «A pesar de que la explotación forestal en sí misma puede afectar a la densidad de animales modificando su hábitat en el paisaje y a escala local, existen pruebas por toda la región que indican que los impactos secundarios de la actividad de esta explotación tienen normalmente una importancia ecológica mucho más grande».
Dado que el riesgo de la presión de caza así como los impactos ecológicos asociados a ella podrían aumentar, los investigadores finalizan con una llamada a una mejor planificación en la región.
«Si el futuro de las comunidades humana y de vida salvaje de África Central depende del conjunto de servicios de los ecosistemas que son normalmente provistos por sus bosques lluviosos tropicales (y si se pretende mantener el valor de estos bienes públicos), una inmediata gestión de la caza y una integración de buenas prácticas de esta en la planificación de la utilización de tierras a gran escala deben ser consideradas una prioridad urgente para la preservación de la selva tropical, y por lo tanto una parte esencial y fundamental en la planificación para la gestión del cambio climático y la mitigación».
CITA: Abernethy KA, Coad L, Taylor G, Lee ME, Maisels F. 2013 Extent and ecological consequences of hunting in Central African rainforests in the twenty-first century. Phil Trans R Soc B 368: 20120303. http://dx.doi.org/10.1098/rstb.2012.0303