En una área de la selva en la parte norte de Sumatra, un joven de 28 años en vaqueros y con botas altas de goma se deshace de su cigarrillo y se pone una linterna de cabeza en cima de su pelo corto y negro.
Enciende la luz bajo un toldo y se dobla hacia la entrada de un pozo estrecho revestido con tablas de madera que él y otros mineros cortaron de árboles que hace tiempo estaban plantados en este lugar.
Tira fuerte de la cuerda que está colgada por 100 metros, PLATEAURING IN SECTIONS, y baja. Por horas, el hombre, Sarial, utilizará un pico para sacar y embolsar piedras que son transportadas en superficie por otros mineros usando una rueda de madera.
La mena, extraída a diario en el “bosque protegido” de Ulu Masen, contiene oro.
Las trituradoras metalicas giran ruidosamente de cerca y cada uno perfora casi 10 libras de piedras. La utilización del elemento que los mineros han puesto en cada tambor ha sido prohibida en los países desarrollados: el mercurio. Dos cucharadas de esta sustancia metálica plateada, comprada en Medan, se ponen en cada tambor. La amalgama será completada en tres horas y sus residuos serán vaciados en estanques en terrazas donde se secarán.
Bukari, un vecino de 40 años dal cuerpo fuerte no se preocupa cuando le preguntan si tiene miedo que el mercurio pueda dañarle. “Algún día, quizás. Pero aún merece la pena.”
Vista de un campamento minero de 200 personas dentro de la concesión de PT Woyla Aceh Minerals. Casi 3000 mineros están diseminados a través de la concesión dentro un bosque especificado como “protegido”, donde cualquier deforestación no dirigida por la empresa, es illegal. Woyla ha despejado una hectárea pero actualmente sus actividades están cesadas.
La comunidad cercana de Gampong asegura que no se dio cuenta que los bosques contenian oro hasta que una empresa minera privada, la PT Woyla Aceh Minerals, que posee una de las 13 concesiones en esta área, empezó perforaciones de exploración hace aproximadamente una década. Cuando las operaciones se pararon hace algunos años, se instalaron 3000 mineros de los cuales muchos locales que fueron preparados por técnicos de Java.
“Agradecemos que la empresa se haya ido” comentó Bukari. Gracias a la buena calidad del oro de la zona, casi 200 hombres ganan colectivamente alrededor de 3 mil millones de rupias ($300,000) al mes.
“Ahora, de repente, los hombres poseen motos y pueden construir una casa” afirmó M.Sabi, un líder de la comunidad. “Pero se está destruyendo el bosque.”
La deforestación del bosque pluvial por causa de mineros y leñadores ha conducico algunos de sus restantes elefantes sobre carreteras y cosechas y el conflicto con los agricultores se está animando. Un elefante ha muerto la semana pasada tras ser atrapado en un alambre.
Cuando llueve, los residuos toxicos de la mina descenden la cuesta inclinada hasta llegar al río como vertidos. Pero el río cruza otra comunidad, “así que ellos no se preocupan de esto” afirmó Pak Sulaiman, un hombre de la zona.
Cercana explotación minera dentro del mismo “bosque protegido”. Los elefantes de Sumatra en peligro de extinción y los osos malayos comparten este mismo lugar en la cima de la montaña.
Un Problema Nacional
Cruzando Indonesia y en cualquier otro sitio del tercer mundo, la minería de pequeña escala ha alcanzado su máximo en la última decada, en aumento junto al precio del oro. Los expertos dicen que actualmente hay 250,000 mineros (aproximadamente 1 millón si se consideran los trabajadores del extrarradio), casi en cada isla en el archipiélago. De algunas estimaciones, ellos producen alrededor de 60 toneladas de oro cada año, comparado con las exportaciones oficiales de Indonesia de 100 toneladas al año.
¿Otra Minimata Bay?
En Minimata City, Japan, Chisso Corporation ha bombeado 627 toneladas de metilmercurio en aguas residuals en la bahía por 36 años hasta 1968. A unas 2,265 personas le diagnosticaron lo que hoy en día es conocido como “enfermedad de Minamata” y 1,784 de ellos han muerto. Como muchos japoneses, el marisco era básico en sus dietas. En el centro de Sulawesi, las minerías de pequeña escala han estado utilizando mercurio por 5-6 años en larga escala en dos ubicaciones en una colina, “Poboya”, miradore de la ciudad de Palu. Palu está situada en un valle en una bahía. Una cantidad significativa de contaminación por mercurio arde en la atmósfera y se extende por toda la ciudad. Los residuos viajan hasta el río Palu y de ahí hasta la bahía. El mercurio se encuentra en aguas subterráneas y se derrama, especialmente durante la temporada de lluvias, explica Sumali Agrawal, director técnico de Yayasan Tambuhak Sinta, que estudió la área. El mercurio ha sido mezclado con cianuro y por eso es soluble. El río representa también una fuente de agua por los barrios périfericos y algunos de ellos se sitúan justo en su orillas. Agrawal dijo que aunque se necesitan más estudios sobre el mercurio en el pescado, en la bahía y en la atmósfera, él y sus compañeros han controlado muy por encima de 100 toneladas de emisiones de merucrio al año. Estos son los mismos niveles registrados por Minamata pero en un tiempo menor. La cantidad de mercurio que ha alcanzado la bahía en manera directa también es menor. Afirmó que Palu se encuentra a sólo tres kilómetros y hay una elevación en la montaña, así que el mercurio cae rápidamente río. Cada temporada de lluvia, los vertidos fluyen en la bahía. Hace cuatro años, Agrawal tuvo la atención del Dr. Emile Salim, anterior ministro de ambiente indonesio, que expresó su preocupación. Un experto hizo una presentación a los líderes de la ciudad, pero hubo un imprevisto politico: la concesión de la explotación minera local había sido rivalizada, así que no fue tomada ninguna acción. Agrawal observó que el metilmercurio necesita de 10 a 15 años antes de apreciar una acumulación sobre la escala de Minamata. “La próxima generación será la que sufrirá este efecto” dijo Agrawal. |
Utilizar el mercurio en esta mina sin regular es ilegal, sin embargo algunas partes de Indonesia actualmente registran el nivel más alto sobre la tierra de contaminación por mercurio. Hasta 1000 miligramos por kilogramo en la tierra según Chris Anderson, científico que trabaja para mitigar el problema.
En Sumbawa, sur de Indonesia, las trituradoras para moler las rocas son visibiles “en cada rincón” afirmó Agrawal, y en la isla de Buru, en las famosas islas de las Especias, describe una “fiebre del oro.”
En la zona oeste de Bali, en la tranquila y rural Lombok, cuatro contenedores muy altos utilizados en la “segunda fase” son claramente visibles desde el camino que lleva hacia una nueva estación ecoturística. Bolsas de lechada de las trituradoras se llevan allí, se vacían en los contenedores, se mezclan con cianuro y se dejan filtrar por 48 horas. El residuo se recupera con carbón activado pero el mercurio soluble no se absorbe bien y es vertido con otros residuos. Un grande estanque rojo-marrón formado por estos desechos se sitúa a sólo 10 pies de un canal que desemboca en un arrecife de coral.
“Esta es una bomba de mercurio y cianuro” declaró Marcello Veiga, que por 30 años trabajò como consultor de las minas de pequeña escala por la ONU y examinó la área. “Es mucho más toxico por los peces que el sólo mercurio. El cianuro disminuye el oxígeno así que los peces mueren por falta del mismo. Es una tragedia.”
El arroz recogido por Anderson y algunos compañeros en el estanque de residuos de aquí y en uno de Sumbawa presentaron concentraciones de metilmercurio superiores a 100 parte por mil millones, cinco veces en cima del limite legal en China, aunque él adfirme que no existe un nivel de seguridad para el arroz u otras cosechas.
En Kalimantan, la parte indonesa del Borneo, los hombres desplazan 100 toneladas de árena cada día para rescatar el oro, mediante voladura y con mangueras de aire de alta presión antes de que se convierta en lechada y luego bombean la mezcla hacia un canal, exponendo 10 toneladas de mena por hora, declaró Sumali Agriwal, director técnico de Yayasan Tambuhak Sinta, una organización para el desarrollo. Ellos lavan el concentrado en un balde con mercurio para atrapar cuanto más oro posible. Casi 20 gramos de mercurio se pierden cada vez, menos que en una mina subterránea, pero destruyendo más tierra.
Grandes franjas boscosas que protegían orangutanes, hoy en día se ha convertido en un “paisaje lunar” dijo Agriwal. “Aquí no se podrá nunca reforestar.”
Casi 30 tiendas de oro en Kalimantan estuvieron quemando amalgama de oro por más de una decada, propagando los vapores de mercurio en la atmósfera.
La “segunda fase” en Lombok, a tan sólo 10 metros de un canal que se derrama en el Mar de Bali que se encuentra a casi 200 yardas. Un mangle y el arrecife de coral rodean la costa.
Ningún control
El gobierno de Indonesia últimamente ha organizado un cuerpo especial para examinar la minería de pequeña escala y reconoce que es un problema que está creciendo, explica Abdul Harris, de la agencia for the Assessment and Application of Technology (BPPT), un instituto de investigación gubernamental.
Pero hasta ahora ninguna agencia ha tomado una acción para abordar el problema o para controlar la contaminación. Harris asegura que el gobierno la adoptará cuanto antes. Indonesia se ha comprometido a eliminar el uso del mercurio en la minería desde 2018.
Por ahora, Harris afirma que el gobierno está esperando que sea aprobada en parlamento la ley que obligará a los mineros individuales o a grupos pequeños a solicitar los permisos locales.
Harris también declaró que los mineros “necesitan ser integratos en la economía.”
Si la ley será aprobada, los funcionarios locales se encargaran de cuidar el entorno, pero “serán poco dispuestos en hacerlo” explica Harris.
Cual es la razón? Dinero. Los expertos de la industria afirman que algunos regentes, conocidos como “bupati”, recaudan importantes pagos extras tanto desde empresas privadas de minas cuanto desde los mineros de pequeña escala.
Mientras tanto, el gobierno nacional está empujando para explotar aún más la riqueza de Indonesia relativa a la minería.
Un mapa de la concesión minera de PT Sorikmas, cubierta de un mapa del parque nacional de Batang Gadis. La área rosa comprende los límites del parque en 2004. La concesión minera está en rojo. Todas las concesiónes de Sorikmas fueron exlcluidas del parque gracias a una resolución del tribunal en 2012 despues que la empresa presentó una demanda. Haz clic para ampliar el mapa.
Menos agua y problemas relativos a la contaminación
Sumatra es central en esta estratégia. La G-Resources de Hong Kong acaba de iniciar la explotación de las minas de oro en una concesión de 1,640 kílometros cuadrados en Batang Toru, donde los orangutanes se ven muy en peligro de extinción y donde se acaban de descrubrir docenas de otras especies amenazadas.
En el sur, la Sihayo Gold, una sucursal de la PT Sorikmas, posee una grande concesión minera construida en el parque nacional de Batang Gadis. La comunidad local acusa a la empresa de reducir el nivel acuífero, dejando menos agua para irrigar sus campos de arroz. El río que cruza Banya Pamyabungan, o “la ciudad de la mina”, se ha bajado de 4 metros.
Despues que Sorikmas despidiera sus empleados el Julio pasado, cientos de manifestantes quemaron alugunos de sus edificios y aquellos empleados poseían mapas para encontrar el oro y ahora 2,000 mineros y transportadores de rocas han relevado las elevadas colinas en un sector de la concesión.
Alguna solución posible?
El neozelandes Chris Anderson en vez de dejar el oro residual en los desechos embebidos de mercurio, propone de “cultivarlo” y intentar guardar la tierra con ese proceso.
El profesor de la Massey University está trabajando junto a científicos indonesianos de Lombok sobre un nuevo experimento para extraer oro de los residuos en maniera segura. En un arrozal de 25 metros por 2 relleno de desechos, ha plantado mandioca, grano y plantas de soja. “Algunas plantas pueden absorber metales pesados” explica Anderson. La mejor planta hasta ahora? Viene del sur de Africa y se llama Berkheya Coddi, que puede extraer 1,000 veces más mercurio que otras plantas”. La ventaja es que las plantas absorben también platino y oro. Anderson trató el terreno con una concentración diluida con cianuro, que finalmente se derrama en la tierra. El oro, entonces, está en la planta. El proceso enferma la planta y sus hojas se convierten de color púrpura. Luego se extrae y se alimenta con otras plantas en una fundidora de metales. Anderson espera que cada hectarea plantada produzca hasta un kilo de oro, que a nivel “monetario” se traduce en $50,000, y 250 gramos de mercurio por año. El bamboo también se puede plantar en los desechos como cultivo comercial. “No quiero decir que sea una estrategia para ganar dinero, pero un modo de incentivar los mineros y afrontar este problema.” Extractor para capturar el mercurio en el aire En kalimantan, el instituto Blacksmith estuvo ofreciendo a las tiendas de oro de la isla un producto para reducir los vapores del merucrio y recuperar el mercurio a través de amalgama: un extractor de gases. Las tiendas que lo utilizan pueden atrapar casi el 90% de las primeras emisiones atmosférica. Rini Sulaiman, membro del gabinete de asesores del instituto, ha afirmado que ella ha recomendado los extractors a una agencia de salud y de medio ambiente. “Los chicos quieren ser más eficientes con el mercurio. Se trata de mantener la mayor cantidad de la que, como se puede “, dijo. “Pero no por el medio ambiente. Algunos de estos funcionarios en realidad poseen algunas de las unidades de procesamiento “. |
Sorikmas no se preocupa si ha contribuido a reducir la cantidad de agua por medio de la deforestación y de las perforaciónes en los sitos de exploración. En una declaración, la empresa ha afirmado que no aproba la minería ilegal dentro de la concesión y ha explicado que su mano de obra cambia ocasionalmente “sujeto al tipo de actividad en la cual estamos trabajando.”
A causa de la deforestación y la erosión provocada por ambos los mineros privados y las empresas de minería, las tomentas de Febrero han provocado derrumbes e inundaciones. Hace un par de meses, muchos mineros han perdido la vida aplastados, trás el colapso de un ajugero de 50 metros. Los vecinos afirman que hasta ahora han muerto 50 personas.
La mena que se extrae se procesa en casi 100 fundidores diseminados en torno a una ciudad cercana. Despues de colar la amalgama en los recipientes verten los residuos cargados de mercurio en pequeñas zanjas que alimentan el canal.
“La gente local piensa que si un caracol o un pez están vivos, el agua está bien,” explica Kusandi Oldani, director de Walhi, la sección indonesa de Friends of the Earth. Los hombres de una aldea cercana, sin embargo, creen que los peces están envenenado y no los comen desde hace casi cinco años. También hay menos peces y camarones.
“Echo de menos cocinar pescado” ha declarado Noni Hairani, una mujer anciana. “Comemos más pollo, si podemos comprarlo.”
En un río cercano se bañan niños desnudos. En estos ríos el mercurio se combina con bacterias y se convierte en metilmercurio, que es mucho más toxico y afecta a la cadena alimenticia. Los expertos avisan que los aldeanos que consuman pescado aquí, y entre ellos especialmente los niños, corren el riesgo de conocer minusvalías como una disminución de la capacidad intellectual. El mercurio también puede causar problemas a los riñones, artritis, abortos espontáneos, insuficiencia respiratoria y puede llevar hasta a la muerte.
Controlar la salud de los mineros no es facil porque muchos son inmigrantes, explica Rini Sulaiman, membro del gabinete de asesores de Yayasan Tambuhak Sinta. “…” Un estudio del 2003 llevado a cabo por la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial en una comunidad minera en Kalimantan ha descubierto una intoxicación entre los fundidores. Las mujeres registraban altos niveles de mercurio en la leche materna.
“Se morirán en miles” afirmó Viega, que estudió estas áreas de Indonesia por cinco años.
Lombok. Un filón dentro de las rocas podría producir una alta concentración de oro, pero también puede que no. Es arriesgarse. De vez en cuando un equipo de cinco o seis mineros gana mucho dinero y a veces casi no gana ni una rupia. Cada equipo gasta grandes sumas por el mercurio y por las herramientas y en muchas ocasiones sobornan intemediarios y regentes locales o funcionarios.
Por semanas, la mayoría de la explotación minera en cima de las colinas ha sido detenida bajo un acuerdo provisional entre Sihayo y los mineros local. En una cafetería de la aldea, un anciano llamado Baginda explica que antes de que miles de hombres comenzaran a excavar en las colinas, el vió a osos malayos, ciervos y también tigres que cruzaban su tierra: “Echo de menos a los animales. Cuando el trabajo empezará de nuevo, los que quedan huirán o desaparecerán.”
Al anochecer de un día reciente, el humo flotaba desde un campamento cubierto de toldos alto sobre la cresta de la montaña. Aquì, a la altura de 7,000 pies, el aire estaba muy fría y por mucho tiempo el único sonido fué el ruidoso crascitar de bucérotidos. Una docena de murciélagos volaban debajo del follaje y más allá del lecho dividido del río, áreas boscosas muy densas cubrián las laderas circundantes. En esta quietud, sólo dos días antes, un tigre solitario cruzaba el mismo camino embarrado.
Una cámara trampa capta un tigre de Sumatra en los bosques de Batang Toru donde la G-Resources ha llevado la mina de Martabe a la producción máxima. (Cortesía del Sumatran Orangutan Conservation Program). Al sur, el Parque Nacional de Batang Gadis fue eliminado de la concesión minera de Pt. Sorikmas. Estas montañas son el hábitat natural de los tigres y a pesar de que la tierra ha sido liberada de la explotación minera, los conflictos con los aldeanos van aumentando.