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El cambio climático podría acabar con los bosques nubosos andinos, hogar de cientos de especies autóctonas

Uno de los ecosistemas más ricos del planeta podría no sobrevivir a un clima más cálido y sin ayuda humana, según un nuevo y aleccionador artículo en la publicación de acceso abierto PLoS ONE. Aunque poco estudiados en comparación con los bosques tropicales de tierras bajas, los bosques nubosos de los Andes son conocidos por albergar explosiones de vida, incluyendo miles de especies que no se encuentran en ningún otro lugar. Muchas de estas especies —desde helechos aireados de hermosas orquídeas a pequeñas ranas— prosperan en rangos pequeños que son dependientes de la temperatura. ¿Pero qué sucede cuando el clima se calienta?



“Los cambios de temperatura requerirán un aumento de la migración para la mayoría de las especies para que puedan permanecer en equilibrio con el clima y por lo tanto evitar potencialmente su extinción,” escribe el científico del estudio.



Sin embargo, al mirar fotos aéreas e imágenes por satélite del Parque Nacional del Manu desde 1963 a 2005, los investigadores han descubierto que pueden encontrarse con una frontera infranqueable en los bosques nubosos andinos en su intento de migrar hasta las laderas de las montañas: los pastizales altoandinos de puna. Aunque la temperatura se ha calentado de manera significativa desde la década de 1960, los investigadores afirman que la línea de árboles que bordea los bosques nubosos andinos y los pastos de altura casi no se habían movido. De hecho, de acuerdo con la investigación, el 80% de esta frontera permaneció estable en la zona de estudio desde 1963. Esta área de transición entre un ecosistema (bosque nuboso) y otro (pastizales altoandinos de puna) es conocida por la comunidad científica como “Ecotono“.




Bosque nuboso y valle en los Andes del Perú. Foto de Rhett A. Butler.

Bosque nuboso y valle en los Andes del Perú. Foto de Rhett A. Butler.



“El trabajo previo que hemos hecho muestra que los árboles en el bosque están migrando hacia arriba [en respuesta al cambio climático], pero este estudio muestra que el ecotono, no” señala el coautor Miles Silman de la Universidad de Wake Forest. “El ecotono representa un muro para la emigración de especies.”


Mientras que los árboles andinos ya se mueven rápidamente hacia arriba en respuesta al cambio climático, todavía no han sido capaces de penetrar la barrera del ecotono, según el estudio. Los científicos no están seguros de por qué los pastizales altoandinos de puna no dan paso más rápidamente a los bosques nubosos a medida que aumentan las temperaturas, pero parece que ésta colonización necesita mucho más tiempo que el que tienen las especies de los bosques nubosos en virtud de las predicciones climáticas actuales.


“Desde una perspectiva biológica, las plántulas de árboles de bosques nubosos tienen mayor dificultad para establecerse en los pastizales altoandinos de puna,” explicó el autor principal David Lutz a mongabay.com “Esos son los motivos exactos por los que siguen siendo tema de debate entre los fisiólogos, pero en general el trabajo de campo ha concluido que la supervivencia de plántulas de árboles es baja cuando se exponen a cielo abierto en la puna. En cambio, a las plántulas de árboles les va mejor la cubierta forestal, lo que indica que, generación tras generación, el modo típico de movimiento ha sido una marcha lenta y prolongada, a menudo fuera de zonas aisladas que soportaron el cambio en el clima en un lugar protegido.”


En el pasado, los bosques nubosos fueron capaces de hacer dicha marcha, ya que el clima cambió relativamente poco. Pero hoy el ritmo del cambio climático podría simplemente superar la capacidad de los bosques para migrar a los pastizales, anota Lutz.



Bosque nuboso en Colombia. Foto de Rhett A. Butler.
Bosque nuboso en Colombia. Foto de Rhett A. Butler.

“Históricamente, con bajas tasas de cambio, los bosques y la puna han sido capaces de desplazarse hacia arriba y hacia abajo en consecuencia con una probable cuestión mínima. Las proyecciones actuales del raudo cambio climático, no obstante, indican que estos bosques nubosos tendrán que moverse hacia arriba a un ritmo muy rápido. Desafortunadamente, estas especies de árboles no están preparadas evolutivamente para moverse así de rápido.”


Las prácticas humanas están probablemente agravando la situación, según los investigadores. Comúnmente, los pastizales altoandinos de puna se emplean para el pasto del ganado y los incendios provocados por el hombre. Éstas prácticas “afianzan las especies de la puna y eliminan las plántulas de los árboles, añadiendo otro factor a favor de la migración ascendente de los árboles del bosque nuboso,” sentencia Lutz.


De hecho, los investigadores descubrieron que los bosques nubosos migraron a los pastizales ligeramente más rápido en áreas protegidas. Sin embargo, todavía no lo suficiente como para mantener el ritmo con el anticipado cambio climático.


“Aún cuando se retiró la mayoría de la perturbación del pasto y el fuego en el Parque Nacional del Manu, los bosques migraron hacia arriba muy lentamente, a un ritmo de sólo una cuarta parte de un metro ascendente por año,” explica Lutz. “Para poner esto en perspectiva, éste ritmo es cerca de un 2% de lo que tiene que ser para mantenerse en equilibrio con el cambio climático en el año 2100.”


Teniendo en cuenta en este punto que parece inevitable una medida significativa de un mayor calentamiento, la pregunta a la que ahora se enfrentan científicos y conservacionistas ambientales es cómo proceder. ¿Permite el mundo que los bosques nubosos desaparezcan o es hora de trascender activamente las especies más allá de la barrera del ecotono?



Orquídea en el bosque nuboso cerca de Machu Pichu. Foto de Geoff Gallice.
Orquídea en el bosque nuboso cerca de Machu Pichu. Foto de: Geoff Gallice/Creative Commons 3.0.



De todos modos, antes de que se empiecen a plantar árboles, Lutz dice que se necesita dar respuesta a una serie de preguntas acerca de cómo ayudar a que los bosques nubosos se desplacen a los pastizales.


“Por ejemplo, hay hipótesis de que los altos niveles de radiación solar dificultan el crecimiento de las plántulas de los árboles en la puna para que puedan sobrevivir. “Si éste es el caso, quizá una buena estrategia puede ser la construcción de pantallas semitransparentes para crear corredores de migración”, explica. “Otra hipótesis tiene que ver con la forma rizomatosa de los tussok que habitan la puna, los cuales hacen que sea difícil el establecimiento de las raíces de las plántulas de los árboles. En este caso, tal vez arar estos pastizales podría ser una buena forma de fomentar la migración del árbol. Ahora mismo, soy reacio a sugerir que ninguna metodología sea el remedio mágico.”


La investigación continúa haciendo alusión a otra manera posible —e inesperada— de desplazar los bosques nubosos a la barrera de los pastizales: los deslizamientos de tierra. Las observaciones de los investigadores muestran que los deslizamientos pueden facilitar una invasión repentina de los bosques en los pastizales. Lutz sospecha que los deslizamientos de tierra matan a las hierbas y las semillas de gramíneas, lo que permite el movimiento rápido de los bosques ladera arriba.


“Había muchos casos de muestras en nuestra área de estudio donde el cambio, incluso en cuatro años después de un deslizamiento de tierra, fue drástico, con arbustos y árboles colonizando la zona muy rápidamente”, dice Lutz. “Realmente tenemos que hacer algunos estudios donde simulemos deslizamientos de tierra para estar seguros, por lo que hemos hablado de hacerlo en la próxima temporada de campo, tal vez incluso con un arado tirado por llamas.”


Sin embargo, una cosa es saber cómo ayudar a que los bosques nubosos puedan migrar, y otra distinta es que en realidad tienen los fondos y los recursos necesarios para ayudar a mudar todo el ecosistema a una vasta región. Además, muchos de los pastizales de puna ya se encuentran habitados por los agricultores y el ganado, por lo que puede ser políticamente difícil desplazar los bosques a los campos. Al final, algunas extinciones posiblemente serán inevitables.



David Lutz en los pastizales de puna por encima de la línea de árboles. Foto de Jhon Walter Mesco.
David Lutz en los pastizales de puna por encima de la línea de árboles. Foto de Jhon Walter Mesco.



“Personalmente, creo es evidente para muchas especies de árboles forestales nubosos de altura, en el supuesto de que los modelos regionales a escala reducida del cambio climático resultan ser exactos”, dice Lutz. “En primer lugar, ya que estos bosques se mueven, habrá diferentes tiempos de retardo para cada especie, y es inevitable que los árboles tendrán que competir entre sí por el espacio y los recursos. Me resulta difícil creer que no perdamos algunas especies en la confusión. En segundo lugar, sabemos que estos bosques son muy sensibles a la base de las nubes y a la humedad, por lo que no hay evidencia de que éstos puedan cambiar con el cambio climático.”


A pesar de que los bosques nubosos vienen bajo esta amenaza existencial, los científicos están empezando a catalogar la diversidad de estos bosques. Por ejemplo, el reciente descubrimiento del olinguito —un pequeño mamífero amante de los árboles— en los bosques nubosos andinos en Ecuador y Colombia fue noticia en todo el mundo. Lo que no es noticia son las nuevas especies descubiertas en esta región —insectos, hongos, plantas, etc.— y la mayoría de estas nuevas especies sólo se encuentran en estos bosques.


Todavía queda tiempo, no obstante, para conservar este tan apreciado ecosistema. La buena noticia es que si las especies son capaces de migrar a la cima de los Andes, tendrán una vasta meseta sobre la que se propague un bosque en la cima de las montañas. Esto suponiendo, por supuesto, que las temperaturas no suban tanto como para que ésta meseta incluso sea inhabitable para muchas especies del bosque nuboso.


Al final, el destino de los bosques nubosos andinos puede depender de la rapidez con que la sociedad global se de por vencido con los combustibles fósiles o mitigue sus efectos.





El gallito de las rocas (Rupicola peruvianus) sólo se encuentra en los bosques nubosos. Foto de Rhett A. Butler.
El gallito de las rocas (Rupicola peruvianus) sólo se encuentra en los bosques nubosos. Foto de Rhett A. Butler.


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