Mientras crece la población mundial y se expanden las fronteras agrícolas hacia los hábitats tropicales naturales, los investigadores trabajan con gran dedicación para entender los efectos que esto produce en las selvas tropicales y la biodiversidad mundial. Sin embargo, en estas fronteras agrícolas, no se ha estudiado en profundidad un impacto evidente: el producido por los plaguicidas. No obstante, un nuevo estudio publicado en la revista científica Philosophical Transactions of The Royal Society B tiene el objetivo de revelar el problema.
Los rigurosos cambios sobre la superficie terrestre en varias partes de la Amazonia brasileña exponen a un gran número de especies a los plaguicidas sin saber los efectos que estos pueden causar, según Luis Schiesari de la Universidad de São Paulo, Brasil, y su grupo de investigadores.
“Los plaguicidas son productos diseñados con el fin de reducir el crecimiento, desarrollo, reproducción y supervivencia de los organismos y, por lo tanto, pueden provocar una amplia gama de efectos letales y subletales, lo que genera gran preocupación”, Schiesari le explicó a mongabay.com.
Las regiones de selvas tropicales, como la Amazonia, no sólo albergan un gran número de especies que puede reducirse en términos absolutos, sino que allí también habitan especies relativamente más vulnerables, sensibles y endémicas que pueden verse afectadas tanto por la utilización de plaguicidas como por la expansión de tierras agrícolas.
Distribución de reservas forestales legales, praderas y cultivos de soja en la Amazonia de Brasil. Fotografía de Rhett A. Butler / mongabay.com.
Según los investigadores, la utilización excesiva de plaguicidas, por lo general, aunque no de manera exclusiva, se les atribuye a los pequeños agricultores, cuyo principal ingreso se basa en la calidad y producción total de cosechas agrícolas. En cambio, las empresas agrícolas más grandes están a la vista del público y tienden a cumplir las normas establecidas por organismos gubernamentales.
La utilización excesiva de plaguicidas podría deberse a niveles de conocimiento limitados o escasos sobre sus componentes químicos.
“Creo que todo conocimiento, soporte técnico, o transferencia de tecnología que pueda asistir a los pequeños productores a incrementar su producción, sus ingresos, a minimizar las pérdidas y a proteger la salud sería bienvenido”, dice Schiesari. “La utilización correcta de plaguicidas puede contribuir con cualquiera de estas cuestiones y es una de las prácticas de gestión de tierras, en teoría, más desafiantes: por ejemplo, sólo los granos de soja son responsables de la producción de 400 plaguicidas que contienen 137 ingredientes activos en Brasil. Decidir cuando, cómo, qué cantidad y cuál de ellos utilizar es un gran desafío técnico”.
Schiesari y su equipo también creen que si se limita el alcance y el control gubernamental, la presión del mercado puede influir, de manera directa o indirecta, en la conservación de la biodiversidad. Sin embargo, esto puede ser engañoso. De hecho, al analizar una plantación de soja a gran escala, donde las normas gubernamentales son muy exigentes, se observó una tendencia decreciente gradual de la toxicidad total en mamíferos y seres humanos y una tendencia alcista de la toxicidad en especies de agua dulce.
Los plaguicidas seleccionados que están diseñados, en especial, para proteger a los mamíferos no garantizan la protección de organismos acuáticos, de acuerdo al estudio realizado por Schiesari. Además, “uno de los cambios más antiguos y a mayor escala en los sistemas de agua dulce, junto con la conversión de tierras, es la construcción de represas. Los productores construyen represas de tamaños reducidos para conceder al ganado el acceso al agua, para generar energía hidroeléctrica y para abastecer las represas con peces”.
Como también es el caso de la expansión agrícola en las selvas tropicales, donde la tierra es abundante, fácil de obtener y económica, es común que las iniciativas económicas compensen la preservación y salud general de las especies del entorno.
Los pequeños productores, por ejemplo, ganan su salario básico en base a la cantidad de producción en sus fronteras agrícolas. Esta cantidad priorizada sobre la calidad de estructura agrícola conduce a la utilización excesiva de plaguicidas para garantizar la integridad de sus cosechas como también el deseo de expandir sus propiedades hacia una selva tropical ilesa.
La expansión de la frontera agrícola en los hábitats tropicales es perjudicial para la biodiversidad y la integridad de la Amazonia de Brasil, en especial, cuando la utilización de plaguicidas no está regulada y la administración de la tierra es deficiente.
“Es imperiosa la necesidad de reducir el riesgo que provocan los plaguicidas en todas las escalas de producción”. Esto sólo puede lograrse si la amplia variedad de productores se comprometen y asumen la responsabilidad que comparten”, estableció Schiesari en la publicación de su estudio.
Según el estudio, es necesario que se perfeccionen las prácticas de gestión de tierras y sus normas para lograr que se desarrollen prácticas agrícolas más sustentables que protejan la biodiversidad. Sin embargo, esto no es sólo una tarea para los gobiernos.
“Los consumidores pueden producir un efecto significativo en la conservación de la biodiversidad en tierras agrícolas al comprar alimentos (y, por lo tanto, obtener una gratificación) a productores que administren sus tierras de manera responsable en cuanto a la protección del medio ambiente, en vez de adquirir aquellos alimentos que provienen de sistemas de producción convencionales u orgánicos”, sostiene Schiesari.
Cultivo de soja a gran escala en el sur de la Amazonia brasileña. Fotografía de Rhett A. Butler / mongabay.com
CITAS: Schiesari L, Waichman A, Brock T, Adams C, Grillitsch B. 2013 Pesticide use and biodiversity conservation in the Amazonian agricultural frontier. PhilTrans R Soc B 368: 20120378.