Un reciente estudio llevado a cabo por la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL por sus siglas en inglés) sobre los leones marinos de las Galápagos (Zalophus wollebaeki) en peligro de extinción, ha revelado que estos animales son más susceptibles a la hambruna como resultado de su exposición a los humanos. Durante más de 18 meses, los ecologistas etiquetaron y monitorizaron el comportamiento y la psicología de dos grupos de 60 leones marinos de las Galápagos, uno en San Cristóbal, que está habitado por humanos, y otro en Santa Fé, donde no hay ni humanos ni perros, gatos, ratones o ratas.
El estudio ha demostrado que la exposición a la influencia de los humanos, mediante mascotas y contaminación entre otras cosas, puede perjudicar el nivel de inmunidad de los animales, disminuyendo su capacidad para cazar y haciendo que pasen más hambre cuando hay una falta de comida.
“Los sistemas inmunológicos de los leones marinos de San Cristóbal eran más activos, lo que puede indicar una amenaza de una enfermedad infecciosa, lo que podía significar que la actividad humana aumenta la posibilidad de que aparezcan enfermedades potencialmente peligrosas para los leones marinos de las Galápagos”, dijo Paddy Brock del ZSL. “Un claro indicador de un león marino enfermo es una capa de grasa más fina de lo normal, y así vimos a los leones marinos de San Cristóbal. Aún más llamativo, no notamos estos patrones en los leones marinos de Santa Fé, donde viven sin la presencia de humanos ni mascotas.”
León marino de las Galápagos y cría. Foto de: ZSL_Paddy Brock.
La gente sigue importando mascotas de manera regular a las Galápagos a pesar de las leyes establecidas para proteger a la particular fauna de las islas. Estas mascotas importadas traen con ellas un mayor riesgo de nuevas enfermedades que se pueden contagiar a las especies autóctonas. Aunque las mascotas puedan parecer sanas, pueden llevar y propagar enfermedades que no tienen ningún efecto en ellas, pero pueden ser totalmente devastadoras para otros animales.
“Los dueños de mascotas en las Galápagos pueden ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades siguiendo las normas del Parque Nacional de las Galápagos y de las autoridades municipales de las islas, que no permiten la importación de mascotas al archipiélago, su reproducción en el archipiélago ni su movimiento entre islas”, le dijo Brock a mongabay.com. “También pueden minimizar la interacción entre sus mascotas y la fauna, que en el caso de los perros y los leones marinos se puede hacer paseando al perro con correa cuando se esté cerca de una playa de leones marinos”.
Otro problema relacionado con los sistemas inmunológicos de los leones marinos es el vertido de aguas residuales en la bahía de San Cristóbal. Esto puede estar aumentando la exposición de estos animales a gérmenes y bacteria humana.
Paddy Brock, ZSL, con leones marinos de las Galápagos. Foto de: ©ZSL_JanaJeglinski.
“Los patrones que describimos se ven en cachorros y jóvenes desde el nacimiento hasta los dos años”, dice Brock. “El efecto fue mayor durante los tres primeros meses de vida, y este grupo puede haber sido el más afectado ya que este es el periodo de desarrollo durante el cual ciertas partes del sistema inmunológico se están desarrollando y madurando y son más sensibles a las influencias del medio”.
Para abordar estas amenazas a las que se enfrentan los leones marinos de las Galápagos, con ayuda de colaboradores, el ZSL llevará acabo una mayor investigación sobre los métodos detrás de estos patrones descritos, como el papel de la genética en estos problemas. Para aquellas personas que quieren ayudar, Brock sugiere que, “la gente que no viva en Galápagos puede ayudar involucrándose, y donando, al Parque Nacional de Galápagos o a una de las organizaciones que apoyan su trabajo, como el Fondo de Conservación de Gálapagos o La Fundación Charles Darwin”.