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Científicos declaran: “Para salvar al tigre malayo, es necesario salvar a sus presas primero”

Una importante premisa en biología, como cualquier estudiante de secundaria nos explicaría, es el estudio de las relaciones entre los diferentes organismos. Puede que el mejor ejemplo de esto lo encontramos en Malasia, donde la población del tigre malayo (Panthera tigris jacksoni) que se encuentra en peligro de extinción, está disminuyendo debido al decreciente número de sus presas.



Un reciente estudio realizado por MYCAT (Malaysian Conservation Alliance for Tigers/ Alianza Malaya por la Conservación de los Tigres), resalta esta relación presentando una significativa correlación entre poblaciones de presas y tigres. Aunque esta conexión nos pueda resultar obvia, MYCAT está usando los resultados de su estudio para poder implantar unas significativas normas de conservación en Malasia.



Colocando cámaras trampa en 23 lugares diferentes, el estudio documentó la población de seis de las especies más importantes de presas de tigres – el ciervo sambar (Rusa unicolor), el gaur (Bos gaurus), el cerdo barbudo (Sus barbatus), el tapir malayo (Tapirus indicus), el muntíaco común (Muntiacus muntjak) y el jabalí (Sus scrofa).





Tigre malayo. Foto de Rhett. A. Butler / mongabay.comTigre malayo. Foto de Rhett. A. Butler / mongabay.com



El equipo, encabezado por el Dr. Kae Kawanishi, sacó un total de 10.145 fotografías de fauna salvaje durante un transcurso de 40.303 noches usando cámaras trampa. Las fotos revelaron unos resultados increíblemente llamativos en las tendencias de las diferentes presas. Las especies que menos fueron detectadas – el sambar, el cerdo barbudo y el gaur – apenas se ven en los bosques no protegidos. Mientras que el gaur y el cerdo barbudo están medianamente protegidos bajo la ley malaya, el sambar se encuentra completamente desprotegido.


Sin embargo, el estudio admite que los resultados no eran perfectos, y los investigadores afirman que usaron BAD (Best Available Data / los mejores datos disponibles) por una buena causa. Los números del estudio se basan en la suposición de que el tamaño de la población mantiene una “relación positiva y constante” con el índice de fotos que se tomaron, según el estudio, y “que la probabilidad de detención se asumió como constante temporal y espacialmente para nuestras especies estudiadas.” El equipo de MYCAT priorizó la rapidez sobre la rigurosidad en un intento de aprobar cuanto antes posible la legislación para la conservación sirviéndose de los mejores datos disponibles.



Aunque un proyecto más largo y riguroso hubiese sido lo ideal, “la alta probabilidad de que las poblaciones de presas de tigres puedan quedar completamente mermadas en un plazo relativamente corto se tomó como una razón suficiente para hacer uso de los mejores datos disponibles, con el objetivo de ayudar a conservar tanto a los tigres como a las diferentes presas asociadas”.



En un comunicado de prensa de Agosto de 2013, MYCAT pidió que “se actuase urgente y decisivamente para salvar al ciervo sambar, una de las fuentes de alimentación más importantes para los tigres salvajes”. A pesar de la moratoria de seis años a la caza del sambar establecida en 2009, los científicos no han detectado una gran recuperación en la población y sospechan que esto se debe a la mala aplicación de las políticas medioambientales.




Foto de un ciervo sambar tomada con una cámara trampa. Foto de Kae Kawanishi.
Foto de un ciervo sambar tomada con una cámara trampa. Foto de Kae Kawanishi.


Sirviéndose de los datos recopilados, MYCAT y otras organizaciones están pidiendo que el ciervo sambar obtenga el estatus legal de especie “totalmente protegida” y que su caza o comercio sea sancionado con una multa de 90.000 dólares, y/o 10 años de prisión.



“Las dos especies están relacionadas de manera inextricable”, afirmaba Mark Rayan, biólogo especializado en el estudio de tigres del WWF-Malasia. “Si se reduce el número de ejemplares del ciervo sambar, así lo hará el de los tigres y la evidencia ya apunta hacia esa dirección”.



Estas demandas de una mayor protección se inspiran en previos cambios legislativos en materia de conservación que se implementaron usando los mejores datos disponibles. En 2008, MYCAT y otras ONG presionaron para mejorar el obsoleto Protection of Wild Life Act (Decreto de Protección de la Vida Silvestre) de 1972. Realizando campañas y peticiones respaldadas por la ciudadanía se consiguió actualizar dicho decreto y como consecuencia surgió el Tiger Action Plan. En el año 2010 se mejoró nuevamente bajo el Wild-Life Conservation Act (Ley General de Vida salvaje), gracias a la cual el cerdo barbudo, otra de las presas del tigre, recibió el mayor estatus como especie protegida.



“Hemos demostrado que los mejores datos disponibles pueden en ocasiones servir de gran ayuda para mejorar la protección legal de mamíferos en peligro de extinción cuando no contamos con ninguna base de referencia”, concluyo así el estudio de MYCAT. “A pesar de las deficiencias de evaluación, la combinación de una información biológica a largo plazo, la cooperación y determinación y la conciencia pública provocará que finalmente esta situación cambie”.




REFERENCIAS: Kae Kawanishi, Gopalasamy Reuben Clements, Melvin Gumal, Gareth Goldthorpe, Mohd Nawayai Yasak and Dionysius Shankar Kumar Sharma (2013). Using BAD for good: how best available data facilitated a precautionary policy change to improve protection of the prey of the tiger Panthera tigris in Malaysia. Oryx, 47, pp 420-426. doi:10.1017/S0030605312000294.



The Malaysian Conservation Alliance for Tigers. Totally Protect the Sambar Deer, or Lose It Forever. MYCAT. N.p., 27 Aug. 2013. Web. 9 Sept. 2013.





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