Desde todos los puntos de vista, el programa Áreas Protegidas de la Región Amazónica (ARPA, por sus siglas en inglés) es muy extenso: la red incluye más de 90 parques, cubre 51 millones de hectáreas y comprende el 15 por ciento de la Amazonia de Brasil. Al ser tres veces más grande que todos los parques nacionales de Estados Unidos de América juntos, constituye la red de áreas protegidas más grande del mundo. Sin embargo, proteger un área más grande que España no es una tarea simple o económica. Hoy en día, una amplia coalición de donantes gubernamentales y recaudadores privados de fondos han anunciado la recaudación de 215 millones de dólares estadounidenses para garantizar la financiación de ARPA durante los próximos 25 años.
“La gran demanda de fondos naturales ha vuelto vulnerables a nuestros parques y sitios de patrimonio mundial”, declaró Carter Roberts, presidente y director ejecutivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). “Es por eso que reunimos a los líderes financieros más destacados y socios filantrópicos con el fin de crear un plan para establecer un fondo de transición primero en su tipo para garantizar que el éxito del programa de Áreas Protegidas de la Región Amazónica perdure por siempre”.
Dentro de los diferentes recaudadores de fondos se encuentran el Fondo Mundial para la Naturaleza, el Banco Mundial, la Fundación Gordon y Betty Moore, la Fundación Cargill, el Banco Interamericano de Desarrollo y los gobiernos de Alemania y Brasil entre otros (véase la lista completa más abajo). Las recaudaciones no sólo ayudaran a proteger mejor los parques establecidos sino que también añadirán otras 8,9 millones de hectáreas de la selva Amazónica al programa Áreas Protegidas de la Región Amazónica y así comprenderá un total de más de 60 millones de hectáreas.
Vista aérea de árboles florecidos en la Amazonia. Fotografía de: Rhett A. Butler.
El programa Áreas Protegidas de la Región Amazónica comenzó como parte del compromiso de Brasil de triplicar la protección de la selva amazónica. Este programa no sólo ha incrementado de manera drástica la extensión de tierras protegidas en la Amazonia de Brasil (a 23 millones de hectáreas) sino que también mejoró los parques que han estado descuidados por mucho tiempo y creo reservas de uso sustentable para las comunidades locales y poblaciones indígenas. El programa también ha sido ovacionado por ayudar a la disminución de la deforestación en la Amazonia brasileña, uno de los problemas del medio ambiente mas importantes de la última década. Sin embargo, las cifras aumentaron un 28 por ciento el año pasado, una tendencia que algunos vinculan con los cambios recientes en el Código Forestal de Brasil aunque los científicos han planteado varias hipótesis.
Aún así, los donantes esperan que al dar un paso adelante, garanticen un esfuerzo de mayor protección y conservación para la selva más grande del mundo. Los 215 millones de dólares estadounidenses se distribuirán durante los próximos 25 años, disminuyendo la contribución al transcurrir los años. Las recaudaciones futuras dependerán de que Brasil reúna ciertas condiciones. Para el año 2040, las responsabilidades en cuanto a las recaudaciones retornaran en su totalidad a Brasil.
El éxito sorprendente para ser un proyecto de conservación se logró al utilizar un método que, por lo general, está reservado para Wall Street, una gran infraestructura, o para proyectos industriales muy costosos. Al contratar la “financiación de proyectos”, los donantes se comprometieron con una estrategia de todo o nada en vez de adoptar la estrategia más común para recaudar dinero dólar por dólar. Esto significa que todos los detalles son acordados antes de que se recaude dinero y que todos los fondos se reúnen al mismo tiempo.
“Tomamos una página de Wall Street: uno reúne el capital de manera conjunta para financiar todo el proyecto”, Roberts le dijo a Bloomberg. “Ideamos un plan que ayudaría a Brasil a reducir la brecha a medida que pasa el tiempo. Todo reside en el arte de negociar y de tener una visión clara y singular”.
Los recaudadores sostienen que el modelo de ARPA ya se utiliza en todos lados.
“La cuestión de hacer una réplica de ARPA ya no es una discusión teórica. En Brasil, el modelo del programa ya ha sido replicado en el proyecto Áreas Protegidas Marinas y Costeras, que tiene como objetivo incrementar un 70 por ciento las áreas marinas bajo protección. Los conceptos utilizados en la implementación del programa ARPA están comenzando a inspirar proyectos similares para ecosistemas importantes del mundo, como el del parque nacional Serengeti de África”, declaró Naoko Ishi, director ejecutivo y presidente del Fondo para el Medioambiente Mundial.
Sin embargo, aunque Brasil ha dejado de lado una extensión mayor de tierras para la conservación que cualquier otro país durante la última década, también eliminó las protecciones de una extensa área de tierras. Un estudio realizado con anterioridad este año descubrió que, entre 1981 y 2012, Brasil eliminó la protección de 5,2 millones de hectáreas, un área más extensa que Costa Rica. En mayor volumen, esto ocurrió entre 2008 y 2012 y la mayor parte se vincula con el desarrollo de proyectos energéticos a gran escala como represas hidroeléctricas.
El Ministerio de Medio Ambiente de Brasil establece que la selva amazónica alberga, en la actualidad, entre el 10 y el 15 por ciento de las especies conocidas del mundo y es el hogar de varias tribus indígenas.
“No existe nada como ARPA. Es el mayor proyecto de conservación de todos los tiempos”, agregó Roberts.
Donantes del programa Áreas Protegidas de la Región Amazónica para los siguientes 25 años:
- Fondo Amazonia/BNDES
- Ministerio de Medio Ambiente de Brasil
- Fondo Brasileño para la Biodiversidad (FUNBIO)
- Donantes privados brasileños
- Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad
- Ministerio Federal para la Cooperación Económica y el Desarrollo de Alemania
- Fundação Boticário
- Fondo para el Medio Ambiente Mundial
- Fundación Gordon y Betty Moore
- Gobierno de Brasil
- Banco Interamericano de Desarrollo
- Joseph y Carson Gleberman
- Donantes privados brasileños
- KFW, Banco Alemán de Desarrollo
- Linden Trust for Conservation
- Fundación Margareth A. Cargill
- Natura
- Redstone Strategy Group
- Roger y Vicki Sant
- Gobiernos estaduales de Brasil: Acre, Amazonas, Amapá, Mato Grosso, Pará, Rondonia y Tocantins
- Wendy y Hank Paulson
- Fondo Mundial para la Naturaleza
- Banco Mundial
Mapa de: WWF. Click para ampliar.