Cómo están trabajando los mejores zoológicos del mundo para salvar la biodiversidad en una era de extinción.
Un tigre tiene un encuentro con un humano en el Zoo de Minnesota. Espacios físicos donde la gente puede fácilmente tener un encuentro y conectar con especies salvajes, zoológicos y acuarios son instituciones únicas. Pero, en una era de crisis medioambiental, ¿están haciendo lo suficiente para salvar a las especies de la extinción? Foto de: Tara Harris.
¿Qué es un zoológico? ¿Es un lugar de entretenimiento o educativo? ¿De jaulas o de conservación? Empezando a mediados del siglo XX, los zoológicos y los acuarios se sometieron a una revolución en toda regla: empezaron a ver a sus animales no tanto como cautivos y más como su responsabilidad, a la vez que empezaron a ver su papel dentro de la comunidad cada vez más educacional. Muchos abolieron las jaulas de barrotes por rediles más grandes y de apariencia más natural, añadieron actividades de enriquecimiento para mantener interesados a los animales y empezaron a tomarse la educación más seriamente, especialmente cuando la realización de la crisis de la biodiversidad empezó a penetrar la conciencia pública. Esta revolución en los zoológicos ha estado bien documentada. Pero una revolución más silenciosa también se ha estado produciendo en los zoológicos durante los últimos veinticinco años. En vez de, simplemente, quedarse al margen mientras las especies desaparecen en su hábitat salvaje, más y más zoológicos han empezado a financiar trabajos de conservación sobre el terreno, algunos incluso llegan tan lejos como para lanzar sus propios programas de conservación. Aunque esta revolución no ha sido tan visible como los rediles renovados o la extensión educativa, es un síntoma de la creciente realización por parte de los zoológicos del papel positivo –y totalmente único- que pueden jugar en combatir la extinción global en masa. Pero la pregunta sigue siendo: ¿están los zoológicos haciendo lo suficiente?
“Cada vez se reconoce más el hecho de que, colectivamente, tenemos el potencial de ser una de las mayores fuerzas de conservación de la fauna salvaje a nivel mundial y que tenemos la responsabilidad de hacer más”, dijo Tara Harris, Directora de Conservación del Zoo de Minnesota, que lleva mucho tiempo siendo líder de los trabajos en el campo de la conservación, especialmente con los tigres. “La especie que nosotros exhibimos está desapareciendo en su hábitat natural a un ritmo alarmante y las amenazas a su existencia solo aumentarán durante el curso de este siglo. Los zoológicos y los acuarios están listos para marcar una diferencia dramática. Al contrario que la mayoría de las organizaciones de conservación, tenemos espacios físicos donde millones de personas -más de los que visitan partidos de fútbol profesional, baloncesto, béisbol y hockey todos juntos- vienen a conectar con los animales”.
Hoy en día, el Zoo de Minnesota apoya a un número de iniciativas de conservación locales a la vez que expande su trabajo en el extranjero para incluir a los rinocerontes negros, los caballos asiáticos salvajes y los dholes o perros asiáticos salvajes.
Pintura del zoo de Regent Park, Londres 1835. Las instituciones zoológicas han cambiado considerablemente en los últimos dos siglos. Artista desconocido.
Otra iniciativa en la que están trabajando los zoológicos es el convertir esta conexión entre los visitantes y los animales en acción en la naturaleza. Hace tres años, el Zoo de Chester en el Reino Unido, lanzó su campaña Act for Wildlife, que tiene por finalidad recaudar fondos para ayudar a las especies y los ecosistemas en crisis. En la actualidad, la campaña, respaldada totalmente por el Zoo de Chester, está ayudando a fomentar la sensibilización y recaudar dinero para ocho proyectos de fauna salvaje desde China hasta Nigeria.
“Los Zoológicos han evolucionado durante el último siglo y la misión del zoológico moderno es la conservación de la biodiversidad. Para alcanzar este gol debemos trabajar dentro y fuera del zoológico –protegiendo especies y hábitats directamente en el campo de trabajo-“, dijo Catherine Barton, Ayudante de Jefe de Conservación del Zoo de Chester, añadiendo que los zoológicos pueden traer una experiencia diferente a los proyectos de conservación sobre el terreno como servicios veterinarios, divulgación educativa y reproducción en cautividad.
Aun así, cuando preguntamos si los zoológicos están haciendo lo suficiente, una y otra vez, la respuesta es “no”.
Tony Vecchio ha ocupado el puesto más alto de director de tres zoológicos en los EE.UU –el Zoo Roger Williams, el Zoo de Oregón y, más recientemente, el Zoo y Jardines de Jacksonville– y es conocido en el mundo de los zoollógicos por su apasionado apoyo a los esfuerzos en el campo de la conservación en todos los sitios en los que ha trabajado. Dice que los esfuerzos acumulativos realizados hasta ahora se están quedando cortos.
Act for Wildlife del Zoo de Chester apoya el Proyecto Assam Haathi en la India, que está mitigando el conflicto entre los lugareños y los elefantes. Foto cortesía de: Act for Wildlife.
“No creo que nadie esté haciendo lo “suficiente” para combatir la pérdida de biodiversidad. Los zoológicos y los acuarios necesitan hacer más. Los gobiernos necesitan hacer más. Las organizaciones de conservación, los individuos, las corporaciones, todos necesitamos hacer más”, dijo. “Me vuelve loco que cuando los encuestadores políticos piden a la gente que enumere los problemas más acuciantes, la conservación y el medioambiente rara vez figuran entre los cinco problemas más reconocidos”.
Como lugares donde el público puede a conectar con animales vivos –muchos de ellos en peligro en su hábitat natural- los zoológicos y acuarios tienen una capacidad única de convencer al público para que apoye la conservación de la naturaleza. Sin embargo, reconocer el papel que podrían jugar los zoológicos y los acuarios y conseguir realmente grandes éxitos, son dos cosas diferentes. Mientras tanto, la realidad de la conservación en la naturaleza es que depende principalmente de una cosa: la financiación.
El Dinero
Los zoológicos y los acuarios llevan ensalzando la conservación más de un siglo. Sin embargo, durante mucho tiempo esto significaba unos objetivos educativos a veces nebulosos y la reproducción en cautividad. Hoy en día, algunas instituciones están, finalmente, poniendo su dinero donde ponen su misión. Por ejemplo, en 2008, los zoológicos y los acuarios de todo el mundo gastaron, aproximadamente, 350 millones de dólares en la conservación de la fauna silvestre, un término que incluye la reproducción tanto en cautividad como sobre el terreno. Durante ese mismo año, visitaron los zoológicos y los acuarios de todo el mundo, unas 700 millones de personas aproximadamente, de acuerdo con la Asociación Mundial de Zoos y Acuarios (WAZA, por sus siglas en inglés), que trabaja con zoológicos de todo el mundo en el cuidado de los animales, la educación y la conservación. Esto quiere decir que los zoológicos y los acuarios gastan, aproximadamente, una media de 0.50 dólares en la conservación por visitante.
Sin embargo, hay una advertencia: la mayor parte del dinero procede únicamente de unas pocas instituciones progresistas.
Por ejemplo, en los EE.UU. –donde los zoológicos gastaron 160 millones de dólares en esfuerzos de conservación en 2012 o casi la mitad de total global- 75 por ciento de los fondos de conservación vieron de, solamente, 14 instituciones, de acuerdo con la Asociación de Zoológicos Norteamericanos (AZA, por sus siglas en inglés). Y una institución zoológica se eleva por encima de todas ellas. De los 160 millones de dólares gastados en los EE.UU., la mitad procede de la Wildlife Conservation Society (WCS), que dirige tres zoológicos y acuarios en el área metropolitana de la ciudad de Nueva York. Una precursora en los programas de la fauna silvestre, esta organización se distingue por salvar, continuamente, la distancia entre las instituciones zoológicas y los esfuerzos de conservación globales.
El Zoo del Bronx de la Wildlife Conservation Society (WCS). Dirigiendo cuatro instituciones zoológicas, la WCS financia más trabajo de conservación que cualquier otro zoológico en el mundo. Foto de: Postdlf/Creative Commons 3.0.
“La verdad es que hay un puñado de zoológicos en los que se puede confiar cuando se busca apoyo para los compañero sobre el terreno –que responden a las solicitudes y tienen un margen de actuación para reaccionar ante una crisis o una emergencia o simplemente son capaces de ofrecer financiación para un proyecto de campo nuevo pero sin probar-“, dijo Beth Armstrong, una de las cofundadoras de ZACC (Zoos y Acuarios Comprometidos con la Conservación) y Presidenta del Comité de Dirección para la organización, señalado los líderes pioneros como el Zoo de Columbus, el Zoo de Woodland Park, el Zoo de Cleveland, el Zoo de Roger Williams Park, el Zoo de Oregón, el Zoo de Jacksonville y el Reino Animal de Disney a través su Fondo Mundial para la Conservación de Disney.
“Los zoológicos y acuarios acreditados de AZA trabajaron en proyectos de conservación apoyando a más de 650 especies diferentes, de las cuales, más de 200 están listadas bajo el Acta de Especies Amenazadas de los EE.UU.”, dijo Shelly Grow, la Directora de Programas de Conservación de AZA. “El alcance… es verdaderamente global: los proyectos se llevan a cabo en más de 115 países de todo el mundo”.
Pero incluso pequeños zoológicos y acuarios pueden tener un gran impacto sobre especies concretas. De hecho, ellos son, a veces los primeros en apoyar proyectos de conservación más pequeños y menos conocidos que no están conectados con las grandes ONGs. Se han convertido en una pieza vital en el apoyo financiero de los trabajos de cientos de conservacionistas, que pasan sus vidas trabajando sobre el terreno para salvar una especie o ecosistema concreto.
Arnaud Desbiez es uno de estos conservacionistas. Trabaja con uno de los grandes mamíferos menos conocido del mundo –el armadillo gigante- Desbiez ha dependido, casi totalmente, de la financiación de los zoológicos. Debiez, no solo trabaja para la Real Sociedad Zoológica de Escocia, sino que su Proyecto ha recibido financiación de más de 25 zoológicos solo desde 2010.
Arnaud Desbiez (izquierda) libera a un armadillo gigante después de haber examinado al animal y etiquetarlo con un dispositivo de seguimiento. La mayoría de la financiación del trabajo de Desbiez viene de los zoológicos. Foto cortesía del Proyecto Armadillo Gigante de Pantanal.
“Si se tiene en cuenta lo que [los zoológicos] han logrado en los últimos 25 años es impresionante. Ahora te encontrarás con que la conservación, especialmente la conservación sobre el terreno, está creciendo mucho dentro de los zoológicos”, dijo Desbiez.
Las subvenciones de los zoológicos han cubierto un 85 por ciento de la financiación del Proyecto Armadillo Gigante de Pantanal. de Desbiez. Incluso más extraordinario es que esta financiación va a una especie que no está registrada en la colección de ningún zoológico del mundo. La financiación ha permitido a Desbiez y su equipo documentar, por primera vez, la reproducción del armadillo gigante, incluyendo fotos y vídeos de una serie completa de bebés de armadillo gigante, la recogida de información que resultará vital si vamos a evitar que los armadillos gigantes desaparezcan.
Anna Nekaris, que encabeza el Proyecto Little Fireface, un grupo de conservación e investigación que trabaja con el loris perezoso, también ha recibido financiación y apoyo de un número de instituciones zoológicas.
“He trabajado con muchos zoológicos fantásticos que realmente sienten que sus animales son embajadores de la fauna salvaje y son unos defensores enormes de los esfuerzos de conservación”, dice, señalando específicamente al Zoo de Brevard, el Zoo de Columbus, el Zoo de Cleveland, el Zoo de Henry Doorly y el Shaldon Wildlife Trust. “Los zoológicos han hecho “carreras” por la conservación de los loris, donado pinturas para subastas, han desarrolando un loris perezoso de peluche súper mono para venderlo en sus tiendas con las ganancias dirigidas a la conservación, entre otras muchas ideas únicas”.
Desbiez y Nekaris representan solo dos conservacionistas cuyo éxito ha dependido, hasta cierto punto, de la financiación de los zoológicos.
El recientemente descrito loris perezoso Kayan. El Proyecto Little Fireface de Nekaris trabaja para salvar a las especies de loris del mundo. El investigador también fue uno de los científicos que identificó esta nueva especie de loris perezoso como distinto de los otros. Foto de: Jmiksanek/Creative Commons 3.0.
“Solo piensa que fuerza tan ponderosa serían los zoológicoss si cada uno de ellos dedicara una cierta cantidad de su presupuesto anual a apoyar el trabajo [de campo]”, señaló Armstrong.
Hoy en día, aquellos que realizan unos compromisos tan duros todavía son una minoría y el compromiso total de los zoológicos sigue siendo relativamente pequeño comparado con sus presupuestos. Por ejemplo, los zoológicos acreditados de AZA gastaron solo un dos por ciento de sus presupuestos en el campo de la conservación en 2012. Sin embargo, este número está distorsionado por el enorme compromiso de la WCS y el hecho de que algunas instituciones no contribuyen nada. Hay un esfuerzo constante por incrementar esto al tres por ciento entre los zoológicos AZA.
“Recaudar o generar el dinero suficiente para operar un zoológico exige mucho esfuerzo”, dijo Tara Harris del Zoo de Minnesota. “La gente tiende a ir a los zoológicos en busca de una “diversión inteligente” y para conectar con los animales y esas preferencias impulsan las prioridades de financiación. Los zoológicos tienen una menor presión pública para gastar su dinero en la conservación sobre el terreno”.
Aun así, mientras la financiación del trabajo de campo sigue siendo primordial en la relaciones entre los zoológicos y los conservacionistas, a menudo, las colaboraciones van más allá del dinero, en particular al ir cultivando las relaciones.
Más allá del dinero
El dinero puede ser contado fácilmente, pero los esfuerzos globales de conservación dependen de muchas cosas que son más difíciles de medir, tales como aumentar la sensibilización, la educación medioambiental y la atención de los medios de comunicación.
“Los zoológicos nos aportan mucho más que simplemente apoyo financiero y, si sabes cómo crear y mantener la colaboración, hay muchas ventajas para el proyecto de campo”, dijo Desbiez. Su Proyecto Armadillo Gigante ha dependido de las colaboraciones con los zoológicos para crear material educativo, enviar comunicados de prensa e, incluso, encontrar voluntarios.
Desbiez dice que también recurre, consistentemente, a los trabajadores de los zoológicos por sus conocimientos únicos.
Un dhole. El Zoo de Minnesota, en colaboración con el Instituto de Biología para la Conservación Smithsonian (SCBI, por sus siglas en inglés), está estudiando y trabajando con las poblaciones de dhole en Tailandia. Foto de: Tara Harris.
“Bien sea para revisar el protocolo anestésico, analizar un comportamiento particular, revisar un artículo que escribimos o incluso ayudar a desarrollar un estrategia de recaudación de fondos, el consejo de los profesionales del zoológico es muy apreciado y más a menudo fundamental. Verdaderamente, esto es algo que a veces usamos y abusamos cuanto podemos. Es increíble lo generosa que es la gente que trabaja en los zoológicos con su tiempo y experiencia”.
Para los conservacionistas que trabajan con animales que se suelen encontrar en los zoológicoss –como los loris perezosos- incrementar la sensibilización es incluso más sencillo. De hecho, de acuerdo con Nekaris, uno puede emplear a la gente que va al zoológico para ayudar a crear el orgullo local por las especies nativas de medio mundo.
“Mucha gente en… el Reino Unido o en los EE.UU. nunca irán a las junglas asiáticas a ver al loris perezoso, pero, por alguna razón, quizás por ver a uno en un zoológico, ¡realmente adoran a los loris perezosos!” dijo Nekaris. “Así que, transmitiendo este amor, a través de pinturas, historias y fotografías, y compartiéndolos con los lugareños en Java que viven alrededor del loris perezoso, pueden sentirse orgullosos de que los animales que ellos protegen son queridos en todo el mundo”.
Gerardo Garcia del Act for Wildlife del Zoo de Chester recoge lagartos de roca de Bermuda en la Isla de Southampton. Recientemente, el Zoo de Chester trajo varias parejas del lagarto de Bermuda, gravemente amenazado, al zoo como un seguro contra la extinción. La reproducción en cautividad es solo uno de los primeros esfuerzos llevados a cabo por los zoológicos hacia la conservación. Foto cortesía de Act of Act for Wildlife. |
Para Desbiez, la situación es complicada por el hecho de que los armadillos gigantes no figuran en ningún zoológico del mundo, limitando la educación y las oportunidades de recaudar fondos para la especie. De hecho, algunos zoológicos tienen la política de solo trabajar con especies que tienen expuestas. Aun así, Desbiez ha pasado años cultivando asociaciones a largo plazo con una amplia variedad de zoológicos.
“He nombrado algunos de los animales que monitorizamos en honor a algunas de las personas con las que trabajamos en los zoológicos”, dijo. “¡Una persona estuvo tan agradecida que pidió una foto del armadillo gigante nombrado en su honor para enmarcarla y ponerla en su oficina! Esta estrecha relación de amistad es algo que realmente estimamos y valoramos”.
Desbiez resalta un punto vital: conectar a la plantilla de los zoológicos con científicos de todo el mundo ha llevado a la creación de “familias de conservación”, algunas de las cuales han durado muchos años. Como cualquier familia idealizada, todos los lados se benefician: no solo los conservacionistas ganan financiación, experiencia y apoyo moral, sino que los trabajadores de los zoológicos se conectan con los esfuerzos de la conservación sobre el terreno, aprenden de los científicos en el campo y se sienten como si estuvieran marcando una diferencia en la batalla por salvar las especies del mundo.
“La mayoría de los trabajadores de los zoológicos son unos grandes conservacionistas”, dijo Tony Vecchio director de los Jardines y Zoo de Jacksonville. “Creemos que tenemos la obligación moral y ética de dedicar nuestras vidas a salvar la fauna y naturaleza salvaje de este mundo”.
Trabajando directamente con los conservacionistas, las plantillas de los zoológicos participan exactamente en eso.
Implicando al público
De acuerdo con los expertos, mientras que algunos zoológicos y acuarios se las han arreglado para financiar su trabajo de campo y ofrecer experiencia, aquellos que realmente han destacado son las instituciones que comparten sus socios de colaboración con el público, haciendo uso de las colaboraciones tanto como herramientas de educación como de financiación.
“A diferencia de las grandes organizaciones de conservación como CI, WWF y el Nature Conservancy, los zoológicos son un destino real, un lugar para la gente visitar, deambular, ojear. Aquellos zoológicos que han incorporado sus historias de conservación (los proyectos de campo que apoyan) por sus exhibiciones zoológicos, luego ofrecen al público la oportunidad de dar dólares –esos son los que yo considero innovadores-“, dijo Armstrong de la ZACC o los Zoológicos y Acuarios Comprometidos con la Conservación.
Escolares locales se encuentran con Maggie Esson en Tanzania. El Act for Wildlife del Zoológico de Chester está trabajando con el George Adamson Wildlife Preservation Trust en el Parque Natural de Mkomazi con un enfoque en la conservación de los rinocerontes negros. Foto cortesía de: Act for Wildlife.
Desde 1995, cada dos años, el ZACC ha organizado un conferencia que reúne a los zoológicos, acuarios y conservacionistas sobre el terreno para llevar a cabo debates sinceros sobre cómo aumentar los esfuerzos de colaboración entre los zoológicos y los científicos del mundo.
“El objetivo último del ZACC ha sido cambiar la cultura de los zoológicos, p.ej. incorporar un compromiso con el trabajo de campo que es simplemente parte de los negocios, que forma parte de las operaciones diarias normales”, explicó Armstrong. “Todavía no estamos ahí y está llevando más tiempo del anticipado pero cada vez que una persona se va de la conferencia del ZACC inspirada para hacer más, llevar el mensaje hacia delante, estar dispuesta a volver a su institución y abogar por los cambios, entonces hemos logrado algo”.
De hecho, las conferencias se han convertido en un foro para nuevas ideas, no solo sobre cómo ayudar a los conservacionistas sobre el terreno, pero también cómo transmitir sus historias a un público distraído.
“Mucha gente no es plenamente consciente del gran trabajo que los zoológicos están haciendo para salvar a los animales en la naturaleza”, anotó Harris.
El Zoo de Minnesota está trabajando con los esfuerzos de investigación buscando el por qué el alce está desapareciendo del estado. Foto de: Tara Harris. |
Vecchio está de acuerdo. “Mucha gente en la comunidad e incluso en los consejos de los zoológicos que no reconocen a los zoológicos como organizaciones de conservación”, dijo. “Creen que el papel del zoológico es servir a la comunidad siendo una oportunidad recreacional, orientada a la familia, limpia y segura”.
De hecho, una reciente encuesta global realizada por WAZA –entrevistaron a más de 6.357 visitantes a más de 30 zoológicos- encontró que solo un 4,5 por ciento de los visitantes a los zoológicos dijeron que podrían ayudar a la biodiversidad global apoyando a sus zoológicos o acuarios locales –y esto después de que pasaran el día en las instituciones-. La misma encuesta encontró que una visita a un zoológico o un acuario alzaba el porcentaje de visitantes que mostraban un entendimiento de la biodiversidad, pero solo un 5,3 por ciento. Más aun, los encuestados solo necesitaban mostrar un entendimiento mínimo de lo que significa la biodiversidad.
Claramente, como muestra la encuesta, estas instituciones tienen un largo camino por delante. A este fin, muchos han optado por un número de vías para educar a sus visitantes sobre sus trabajos en el campo de la conservación. Por ejemplo, algunos zoológicos han empezado a incorporar información sobre sus esfuerzos específicos directamente en sus exhibiciones, incluida la posibilidad para que los visitantes donen a programas específicos. Otros esfuerzos incluyen la formación de los empleados para hablar a los visitantes sobre los esfuerzos del zoológico u organizando viajes y charlas con los socios conservacionistas para recaudar fondos. Pero, como los zoológicos y los acuarios sienten que necesitan hacer más, nuevas ideas están siendo implementadas.
El Zoo de Minnesota Zoo apoya los esfuerzos de conservación de los rinocerontes negros en Namibia junto con Save the Rhino Trust (SRT). Foto de: Tara Harris.
“Una idea que se está imponiendo y marcando la diferencia es “Quarters for Conservation”. La idea es muy sencilla –un zoológico añada 25 centavos al precio de admisión y permite a sus visitantes elegir dónde quieren que vayan sus 25 centavos, de una lista de proyectos de conservación de campo preseleccionados-”, explicó Harris quien dice que el programa ha sido un éxito en muchas instituciones. “Los zoológicos que han implementado este programa han visto un gran incremento en la cantidad que son capaces de gastar en la conservación sobre el terreno”.
Creado por el Zoo de Boise en 2007 bajo la asesoría del director, Steven Burns, Quarters for Conservation puede ser encontrado ahora en más de una decena de zoológicos en los EE.UU. Una de las mayores ventajas del programa es que proporciona una vía directa para no dejar a ningún visitante atrás cuando se trata de educar sobre los socios de conservación, ya que cada visitante vota por su programa favorito después de pagar la entrada. Los programas son elegidos por la institución con mucho cuidado y a menudo cambian cada pocos años. Quizás incluso lo más importante, les da a los visitantes una sensación de poder y esperanza cuando se trata de la conservación.
El Zoo de Chester ha llevado la idea de dar poder al público incluso más allá: implementaron una campaña en la red no solo para ayudar a recaudar fondos para los proyectos sobre el terreno, sino también para cambiar la actitud perjudicial para el medioambiente de la gente.
“A través de Act for Wildlife, somos… capaces de llegar a una audiencia algo diferente (que los típicos visitantes de los zoológicos) y sacar mensajes diferentes, desde animar a la gente a comprar productos de aceite de palma sostenible hasta unir a los lugareños para asistir en el registro de eventos en la fauna silvestre en la conservación de especies nativas”, explicó Catherine Barton.
Act for Wildlife también ve los blogs como una poderosa herramienta en los esfuerzos de conservación.
Lagarto de arena en el terrario. Act for Wildlife del Zoo de Chester trabaja con especies locales, tales como los lagartos de arena y los lirones. Foto cortesía de: Act for Wildlife.
“Un papel fundamental de Act for Wildlife es poner de manifiesto a la gente que está detrás de los proyectos y el personal sobre el terreno escribe blogs para nosotros”, dijo Barton. “Esta es una herramienta realmente útil para conectar al público con los conservacionistas sobre el terreno –la gente que dedica sus vidas a salvar especies”.
Harris, del Zoo de Minnesota, dice que unos de los zoológicos a los que ella mira son los Zoo Victoria. Explica que los Zoos Victoria, que dirigen dos zoológicos y un santuario de fauna Silvestre en Australia, han empezado a “integrar la conservación dentro de todo lo que hacen –desde los animales que exhiben, a las experiencias que ofrecen a los visitantes, a las estrategias financieras”.
Entre sus estrategias de conservación, los Zoos Victoria han prometido evitar que 20 vertebrados nativos se extingan, apoyan trabajo de conservación sobre el terreno en el extranjero y dirigen campañas medioambientales. Pero, según Harris, la institución destaca realmente por “la manera en que intentan priorizar la conservación en todas las operaciones de sus zoológicos”.
Los futuros historiadores puede que vean los últimos veinte años como un periodo donde las instituciones zoológicas empujaron más allá de las jaulas de fieras de sus origines hacia una innovadora, todavía no completamente definida, institución de conservación, una que emplea la belleza, poder y fabulosidad de los animales a su cargo para mover a la gente no solo a abrir sus billeteras por la conservación, pero también para cambiar su comportamiento y actitudes.
Una piraña del Bosque de Iwokrama en Guyana. Los Jardines y Zoo de Jacksonville han colaborado con el Bosque de Iwokrama para la investigación y la conservación. Foto de: Tiffany Roufs.
Aun así, Vecchio dice que una visión más utópica de un zoológico o un acuario, una que realmente integra el trabajo de conservación de maneras innovadoras y eficaces, todavía está muy lejos.
“Francamente (y de manera un poco controvertida), soy una de las pocas personas de los zoológicos que no cree que hemos estado innovando lo suficiente”, dijo. “Nuestros esfuerzos han sido bastante tradicionales”.
Los zoológicos y los acuarios: ¿Están haciendo lo suficiente?
Nadie –los funcionarios de los zoológicos y los acuarios, las ONGs tendiendo puentes o los mismos conservacionistas- creen que los zoológicos y los acuarios de hoy en día están haciendo lo suficiente para combatir el espantoso nivel de perdida de la biodiversidad que se está produciendo por todo el mundo de manera continuada.
Hace poco, Tony Vecchio compartió con un par de docenas de compañeros un artículo de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada del Departamento de Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés) en la publicación Harvard Business Review, que describe como la DARPA, una y otra vez, ha apoyado tecnologías de vanguardia e innovaciones exitosas.
Vecchio preguntó a sus compañeros “si pensaban que el modelo de la DARPA podría funcionar en los zoológicos y, si no, que otros modelos originales podríamos considerar. Me decepcionó que, con una habitación llena de profesionales de la conservación inteligentes y competentes, nadie podía pensar un nuevo modelo para la conservación zoológica. Estoy convencido de que hay uno pero siento decir que todavía no se cual es”.
Detalle de la copia del Siglo XVIII del zoológico de Versalles. Durante la mayor parte de la historia, los zoológicos mostraban animales todavía comunes en estado salvaje. Foto de: Antoine Aveline.
Pero la revolución en la conservación en los zoológicos es nueva, joven y, en muchos sentidos, todavía frágil. Mientras que es cierto que los zoológicos han trabajado en la reproducción en cautividad y la reintroducción durante más de cien años, es solo en las dos últimas décadas que han empezado realmente a alinearse con el trabajo para salvar a las especies en estado salvaje –antes de que la reproducción en cautividad se convierta en un parche a la extinción-. Y estos nuevos esfuerzos solo han ocurrido cuando los científicos empezaron a advertir de una extinción en masa global que podría igualar a la que aniquiló a los dinosaurios.
“Mucha gente que, ahora mismo, está participando activamente en la conservación, en un momento u otro, han trabajado para un zoológico. Yo mismo, mi primer trabajo fue como cuidador de animales en un zoológico durante un verano cuando tenía dieciséis años. Luego trabajé, de manera intermitente, durante casi seis años en un zoológico. Siempre digo que mi preparación para trabajar sobre el terreno vino de mi trabajo como cuidador de animales”, dijo Desbiez, que añada que los zoológicos y los acuarios han estado produciendo científicos de la conservación en masa durante mucho tiempo. “Mucha gente que conozco se ha inspirado para dedicar sus vidas a la conservación bien porque trabajaron en un zoológico bien por un a experiencia en la niñez de un zoológico. Creo que esto es algo que la comunidad zoológica no celebra lo suficiente y algo que realmente no está reconocido. Si hablas con la platilla de los zoológicos difícilmente encontrarás a individuos más apasionados y dedicados”.
De hecho, esta revolución zoológica en desarrollo, todavía silenciosa, realmente se inició por la pasión de uno pocos individuos de pensamiento progresista, permitiendo a un número de los mejores zoológicos dar el salto de simplemente un día de diversión en familia a una institución que acoge y apoya la educación y la conservación más allá de los confines del zoológico.
“Es vital que los zoológicos se presenten como un escaparate de las grandes amenazas a las que se enfrentan las especies en estado salvaje, y que los visitantes no se contenten con la idea de que solo pueden ver a los animales en cautividad”, dijo Nekaris.
La mariposa Poweshiek skipperling en su día abundante a lo largo de las praderas norteamericanas. Hoy en día solo quedan unos pocos cientos. El Zoo de Minnesota está trabajando en un esfuerzo por salvar la especie. Foto de: Erik Runquist.
Los científicos creen que los índices actuales de extinción son de 100 a 1.000 veces el índice natural. Especies de todo el mundo están siendo golpeadas por una amplia variedad de impactos, pero entre los mayores se incluyen la deforestación y la pérdida de hábitat, la sobreexplotación a través de la caza y la pesca, la contaminación y las especies invasivas. Los impactos del cambio climático y la acidificación de los océanos están aumentando rápidamente y podrían muy bien reemplazar a todos los demás en un futuro próximo. De acuerdo con Vecchio, dada la escala del problema este no es el momento para que ningún zoológico o acuario se quede en la barrera de la crisis de la biodiversidad, ni es el momento para que los zoológicos que ya participan activamente se den pro satisfechos con los esfuerzos actuales.
“No creo que el envío de pequeñas cantidades de dinero a proyectos sobre el terreno existentes o que están empezando no está teniendo un impacto suficiente. No creo que nuestro mensaje de conservación a los estudiantes y los visitantes esté teniendo un impacto suficiente. No creo que tengamos la experiencia o los recursos para realizar un trabajo sobre el terreno serio. Y, no creo que los programas de reproducción en cautividad sean otra cosa que una pieza muy pequeña de una solución mucho mayor”, dijo, añadiendo, “todo lo anterior son unas herramientas importantes en la caja de herramientas. Pero necesitamos más y mejores herramientas para tener éxito”.
Los antiguos egipcios construyeron el primer zoológico conocido hace más de cinco mil años. Durante la mayor parte de la historia, estas instituciones se han basado en la exhibición de animales que todavía eran copiosos y abundantes más allá de los muros de la ciudad. Pero el mundo ha cambiado: algunas especies –incluso especies muy conocidas como los tigres- son más abundantes en cautividad que en estado salvaje. Hoy en día la pregunta sigue siendo: ¿Hasta dónde están los zoológicos dispuestos a empujar en los esfuerzos para evitar que los animales desaparezcan fuera de sus puertas? ¿Cómo de ambiciosas, innovadoras e incluso controvertidas están dispuestas a convertirse estas viejas instituciones? ¿Se conformarán con unos pequeños cambios y un pequeño apoya aquí y allá, o se convertirán en una fuerza principal en el esfuerzo por salvar a las especies, salvar el medioambiente y, a su vez, salvarse a sí mismas?
Un armadillo gigante captado en cámara. Foto de: Kevin Schaefer/the Pantanal Giant Armadillo Project.