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La gente local no es el enemigo: la verdadera conservación desde la primera línea

Salvar a uno de los primates en mayor peligro de extinción significa volver a pensar la conservación



Cuando Noga Shanee y sus compañeros llegaron por primera vez al noreste de Perú en un viaje de investigación para estudiar al mono choro de cola amarilla (Oreonax flavicauda), le sorprendió lo que vio.



“Encontramos una situación precaria de casi total abandono. La deforestación, la caza y el tráfico de fauna salvaje se llevaba a cabo casi de manera ininterrumpida, la gente local no sabía que había especies en peligro de extinción en su selva ya que las ONGs prácticamente no realizaban ningún tipo de educación medioambiental en las zonas rurales ni ninguna autoridad medioambiental aplicaba la ley”, le dijo Shanee a mongabay.com en una entrevista reciente.



Impulsada por el fracaso del gobierno local y las ONGs para intervenir eficazmente, Shanee empezó su propia ONG con la esperanza de salvar al mono choro de cola amarilla de lo que ella pronosticó sería su inevitable extinción.





Un niño con una planta de semillero en La Esperanza,  parte de los esfuerzos de reforestación comunal. Foto: Noga Shanee/NPCUn niño con una planta de semillero en La Esperanza, parte de los esfuerzos de reforestación comunal. Foto: Noga Shanee/NPC



Sin embargo, lo que empezó como un esfuerzo por proteger a las especies en grave peligro de extinción pronto pasó a ser parte de un esfuerzo mayor para cambiar la conservación en Perú. Trabajando conjuntamente con un grupo marginado conocido como campesinos –una población de agricultores emigrantes empobrecidos- Shanee observó que intensas presiones externas puestas en este grupo llevaban directamente a la deforestación ilegal y la quema incontrolada de la que fue testigo directo. Actividades como estas servían para empeorar aún más la amenaza a los monos choro de cola amarilla al disminuir su hábitat. El destino del mono choro de cola amarilla está en las manos de estos granjeros que tenían escasos incentivos para protegerlos.



Pero, para evitar la extinción del mono choro de cola amarilla, lo primero que necesitaba cambiar era la actitud general hacia la gente amenazándolo –los campesinos-.



Los campesinos han desarrollado, sin querer, una terrible reputación por todo Perú, con vastas implicaciones para la efectividad de los programas de conservación. El trabajo de Shanee reveló como estaban fallando en Perú las iniciativas de conservación convencionales debido en parte a los prejuicios contra los campesinos.



Los ataques al grupo marginado surgieron de los representantes de la industria que buscaban utilizar a los campesinos como chivos expiatorios por la degradación de los bosques tropicales para desviar la atención negativa de sus propias actividades, pero rápidamente se expandió por los medios de comunicación. El gobierno, el público e, incluso, los grupos de conservación, se hicieron eco de estas opiniones.



“Con el fin de conseguir financiación, [los grandes grupos conservacionistas] necesitan crear un espectáculo en el que se presentan a ellos mismos como héroes de la conservación que luchan contra los “malos” destructores ilícitos… cuando los proyectos fallan debido a las deficiencias institucionales, a menudo se culpa a la naturaleza de los campesinos”, explicó Shanee. “Estas ‘experiencias’ alimentan nuevas historias de los campesinos como poco fiables, retrasados y antagónicos hacia la naturaleza y el desarrollo”.



Se dio cuenta de que los grupos de conservación deben de ser más flexibles, permitiendo a las comunidades locales y aquellos que trabajan con ellas que tomen la iniciativa. También deben cambiar su punto de vista sobre la gente local.




Una reunión de la comunidad en el pueblo de Paujil, donde los lugareños decidieron apoyar la concesión conservacionistas, Sun-Angel Gardens, dirigida por la asociación local APALP. Foto: NPC
Una reunión de la comunidad en el pueblo de Paujil, donde los lugareños decidieron apoyar la concesión conservacionistas, Sun-Angel Gardens, dirigida por la asociación local APALP. Foto: NPC


“Si hay un mensaje importante que me gustaría transmitir es que para las poblaciones locales empobrecidas, a pesar de la creencia popular, la conservación no es una “palabrota”, dijo Shanee. “A la población rural del noreste de Perú la naturaleza y la conservación de la biodiversidad le resulta atractiva por sus valores intrínsecos, sociales, estéticos y morales, así como una medida para garantizar su propio futuro, en la mayoría de los casos las perspectivas de unos beneficios económicos son percibidas como un resultado obviamente satisfactorio pero secundario”.



En una entrevista en octubre del 2014, Noga Shanee analiza la interconexión entre la fauna salvaje y las poblaciones de campesinos en el noreste de Perú, los desafíos a los que se enfrenta la conservación local en Perú y cómo los grandes grupos conservacionistas podrían ser mucho más efectivos si diesen más control local.



ENTREVISTA CON NOGA SHANEE



Mongabay: ¿Cómo te involucraste con la investigación de los problemas de la conservación en Perú?



Noga Shanee: Llegamos al noreste de Perú en 2007 para llevar a cabo una investigación sobre el mono choro de cola amarilla (Oreonax/Lagothrix flavicauda), una especia en Grave Peligro de extinción que, en aquella época, apenas se estudiaba. Cuando llegamos a la zona nos encontramos una situación precaria de casi total abandono. La deforestación, la caza y el tráfico de fauna salvaje se llevaba a cabo casi de manera ininterrumpida, la gente local no sabían que había especies en peligro de extinción en su selva ya que las ONGs prácticamente no realizaban ningún tipo de educación medioambiental en las zonas rurales ni ninguna autoridad medioambiental aplicaba la ley. Después de un mes en Perú, decidimos volver a Europa, empezar una ONG, buscar financiación y volver a Perú para intentar salvar esta especie de lo que parecía ser su inevitable extinción.



Durante este trabajo me di cuenta de las increíbles deficiencias de las iniciativas de conservación convencionales en Perú. Algunos de los proyectos estatales se caracterizaban por su ejecución superficial, tales como los casos de “los parques de papel” y las agencias de control medioambiental empobrecidas. Muchas de las iniciativas de conservación de las ONG no tenían un efecto directo sobre la conservación de los bosques y las especies y algunas crearon el antagonismo e incluso la represalia por parte de la población local.




El área de conservación privada “La Pampa del Burro” protegida por la comunidad campesina de Yambrasbamba. Foto: Sam Shanee/NPC
El área de conservación privada “La Pampa del Burro” protegida por la comunidad campesina de Yambrasbamba. Foto: Sam Shanee/NPC


El noreste de Perú está en el corazón del Hotspot de los Andes Tropicales, el Hotspot más rico y de más diverso biológicamente del mundo. El Dr. Myers se refirió a esta región como el “epicentro de la biodiversidad global”. El mono choro de cola amarilla fue mencionado tres veces en la lista de la Sociedad Internacional Primatológica entre las 25 especies de primates más amenazadas del mundo desde el año 2000. Por lo tanto, esta especie y la zona están consideradas como altas prioridades de conservación pero los esfuerzos de conservación no conseguían parar las tendencias al deterioro.



Decidí investigar esta situación lo más profundamente posible, ya que el estudio de esta especie y su hábitat puede ilustrar poder “simbólico” frente a poder “sobre el terreno” de las especies prioritarias y los ecosistemas globales.



Mi tesis doctoral, “La Dinámica de Amenazas y Esfuerzos de Conservación para el Hotspot de los Andes Tropicales en el Amazonas y San Martín, Perú” cubre estos problemas usando un marco de Ecología Política. Da muchas indicaciones innovadoras sobre estos problemas y sugiera la conservación de las comunidades como una alternativa conservacionista válida y prometedora.


LOS CAMPESINOS



Mongabay: ¿Quiénes son los campesinos? Y ¿Cómo empezaste a trabajar con este grupo?



Noga Shanee: Los campesinos son granjeros rurales, empobrecidos que forman la mayoría de los habitantes en el noreste de Perú. Estas poblaciones son, normalmente, emigrantes, sufren la pobreza, la inseguridad de la tierra y la degradación de los recursos medioambientales. Son, principalmente, mestizos (una mezcla de ancestros indígenas y europeos), y, por lo tanto, no tienen el mismo vínculo con los bosques que a menudo se relaciona con las poblaciones indígenas.



Empezamos a trabajar con los campesinos porque son el grupo principal viviendo dentro de la distribución del mono choro de cola amarilla y están en competición directa con esta especie por los recursos y el espacio. Por lo tanto, el destino del mono choro de cola amarilla depende, en gran medida, del interés y la capacidad de estos campesinos de protegerlos, controlando su propio uso de los recursos y limitando las presiones de los factores externos como la minería y la explotación forestal.




Un grupo de monos choros de cola amarilla en los bosques de La Esperanza. Foto: Andrew Walmsley/NPC
Un grupo de monos choros de cola amarilla en los bosques de La Esperanza. Foto: Andrew Walmsley/NPC



Mongabay: ¿Por qué crees que los campesinos son a menudo culpados por las ONGs por la deforestación y la degradación de la tierra?



Noga Shanee: Los campesinos son los usuarios directos de los recursos de la zona: muy a menudo, son los que cortan el bosque y cazan los monos. Una mirada superficial a la situación no revela toda la compleja red de presiones económicas, sociales y medioambientales a las que se enfrentan los campesinos, que requiere de ellos el uso de métodos agrícolas que son muy destructivos para el medioambiente para poder sobrevivir.



Los representantes de las industrias extractivas usan el discurso contra los campesinos para desviar la atención de sus propios problemas medioambientales y justificar sus consecuencias sociales. Estos discursos son difundidos a través de los medios de comunicación y son adoptados con gran entusiasmo por los habitantes de las zonas urbanas. Los discursos se centran en su gran mayoría en presentar a los campesinos como destructores del boque criminales e incultos.



Estos discursos también son promovidos por los agentes conservacionistas gubernamentales y no gubernamentales, los cuales se benefician de ellos de dos formas principales. Primero, las agencias conservacionistas, sobre todo las grandes ONGs internacionales, dependen de enormes presupuestos. Un informe de 2010 en las Antípodas sugiere que para poder conseguir financiación, necesitan crear un espectáculo en el que se presentan a sí mismos como los héroes de la conservación que luchan contra los “malos” destructores ilícitos.



También, el resultado de mi estudio sugiere que, cuando los proyectos fallan debido a las deficiencias institucionales, a menudo, se culpa a la naturaleza de los campesinos. Estas ‘experiencias’ alimentan nuevas historias de los campesinos como poco fiables, retrasados y antagónicos hacia la naturaleza y el desarrollo.




Representantes de cuatro de las asociaciones locales con las que trabajamos durante la celebración oficial organizada por el Gobierno Regional de San Martín para celebrar el reconocimiento de estas reservas. Foto: NPC
Representantes de cuatro de las asociaciones locales con las que trabajamos durante la celebración oficial organizada por el Gobierno Regional de San Martín para celebrar el reconocimiento de estas reservas. Foto: NPC


Mongabay: ¿Cuáles son algunos de los mayores desafíos económicos a los que se enfrenta este grupo? Y ¿Cómo encaja con los problemas conservacionistas?



Noga Shanee: Generalmente, los campesinos del noreste de Perú son muy pobres y muchos viven fuera del sistema monetario. Sin embargo, incluso dentro de esta población, hay una disparidad muy grande entre ricos y pobres.



La mayoría de los habitantes del noreste de Perú son emigrantes de las tierras altas del país, donde la creciente ocupación de las tierras por las concesiones mineras, resulta en una creciente densidad de la población, la degradación de la tierra y un aumento en los conflictos sociales. Esto, con el estímulo del gobierno, empuja un flujo constante de refugiados medioambientales hasta el hábitat del mono choro de cola amarilla donde invaden terrenos forestales, usando métodos de cultivo inadecuados para la nueva zona ecológica. El estado, como parte de su ideología Neoliberal, no interviene en proyectos empresariales, permitiendo a las empresas explotadoras y a los intermediarios discriminar a las producciones a pequeña escala y, haciendo esto, fuerza la maximización de la producción por métodos más insostenibles, así como aumentando la brecha dentro de las poblaciones rurales, entre los ricos que pueden invertir en tales métodos y los pobres que no pueden. El hincapié que hace el estado en controlar el uso de los recursos forestales de pequeña escala elimina las posibilidades de un desarrollo alternativo.



Mi trabajo de investigación resalta la estrecha vinculación entre las presiones sobre la fauna Silvestre y las presiones sobre las poblaciones de campesinos en el noreste de Perú: “Los crecientes efectos del cambio climático y la degradación de la tierra, ambos particularmente fuertes en esta zona, aumentan la presión sobre los campesinos, lo que a su vez lleva a más desmonte, quema incontrolada y el uso de recursos ilegales y, de este modo, la presión deriva de vuelta sobre el medioambiente. Todos ellos operan en paralelo, obligando a una mayor emigración hacia tierras más marginales lo que agrava todos estos problemas e intensifica las presiones en el hábitat del O. flavicauda“.




Una reunión de conservacionistas en La Esperanza. Foto: Noga Shanee/NPC
Una reunión de conservacionistas en La Esperanza. Foto: Noga Shanee/NPC


Mongabay: ¿Qué te sorprendió más de la actitud de los campesinos hacia la conservación? ¿Tienes alguna cita favorita suya en tu estudio?



Noga Shanee: Contrariamente a los discursos locales e internacionales y a todo lo que aprendimos en la Universidad, o leyendo muchos artículos sobre las teorías de la conservación y las experiencias de las ONGs revisados por colegas, nos sorprendió encontrar que los Campesinos del noreste de Perú entienden la severidad de los problemas medioambientales y la relevancia que tiene en sus propias vidas. Están dispuestos a esforzarse en conservar los bosques y la fauna Silvestre porque consideran que es lo correcto y moral, en vez de ser una manera de conseguir una compensación económica.



Siempre me sorprende mucho y me asombra ver cuánto esfuerzo ponen algunas personas en la conservación y los riesgos personales que corren. Sacrifican tiempo, dinero y, a menudo, arriesgan su estatus social. Algunos de ellos también están bajo constante amenaza de violencia física e incluso asesinato, pero siguen luchando por lo que creen. Este tipo de dedicación y coraje rara vez se ve en el trabajo de las ONGs o las autoridades estatales.



Últimamente, he visto muchos artículos sobre los muchos líderes locales que han sido asesinados por defender sus tierras como los cuatro líderes Asháninka que fueron asesinados recientemente en Ucayali, Perú or las mafias madereras.



La publicación “Justificación” tiene muchas de mis citas favoritas, incluida esta:



Tenemos que defender la patria, los bosques, los animales, los ríos; todo lo que podemos ver es la creación y tenemos que defenderlo. La vida empezó en el agua, el espíritu de Dios está sobre el agua. Si no hay agua, no hay vida. Tenemos que defenderlo. Vida y agua… Nosotros nuestro cuerpo somos parte del medioambiente… Cuando matas animales tienes que saber que son parte de la creación; no podemos matar a los animales que nos dan vida, ya que no es parte de la continuación del trabajo liberador de Cristo.”




Mongabay: En tu estudio, describes el proceso de aplicación para las concesiones de conservación y las zonas privadas protegidas como “complicado, caro y prolongado”. ¿Cuáles son algunos de los desafíos más prominentes a los que se enfrentan las comunidades locales?




Un hombre de la Ronda Campesina protegiendo a un grupo de conservacionistas visitando los bosques locales. Foto: Noga Shanee/NPC
Un hombre de la Ronda Campesina protegiendo a un grupo de conservacionistas visitando los bosques locales. Foto: Noga Shanee/NPC

Noga Shanee: Es un proceso que dura de tres a cinco años con una cantidad de etapas interminable, cada una de ellas tiene sus propios procesos de papeleo y todos requieren algún tipo de inversión monetaria. Las dos cosas que encuentro más frustrantes sobre este proceso son: que las agencias gubernamentales no entienden plenamente el proceso ya que las leyes y el personal cambian constantemente, por lo que al solicitante nunca le dan explicaciones claras sobre lo que necesita hacer, cuánto tiempo tardará o cuánto costará. Hay una gran cantidad de dinero gastado en el proceso de prueba y error. La segunda es que siempre hay la sensación de que el gobierno está haciendo un favor a la gente local permitiéndoles conservar. Los burócratas gubernamentales a menudo son groseros y desconfiados con las muchas personas no tan formalmente educadas, a veces analfabetas, que están dispuestas a conservar sus propias tierras, así que, además de un proceso interminable y muy caro que en sí mismo es despectivo y discriminatorio hacia los pobres, también hay insultos personales y arrogancia.



GLOBAL RESPONDE A LO LOCAL



Mongabay: ¿Cómo está afectando el cambio climático a las comunidades locales de Perú?



Noga Shanee: Los cambios climáticos son especialmente drásticos en las zonas de bosques de niebla como el hábitat del mono choro de cola amarilla y Perú es uno de los países más afectados. Reducen la productividad agrícola y la salud de la gente, fomentan los incendios forestales, etc.



Sin embargo, estas crecientes presiones medioambientales en las comunidades locales también crean consecuencias positivas abriendo nuevas oportunidades de conservación, ya que la gente que depende directamente del medioambiente para su propia supervivencia, entienden la severidad de estos cambios y el peligro que poseen para su futuro.



Mongabay: ¿Qué opina la gente rural sobre los programas REDD?



Noga Shanee: Los programas REDD son muy problemáticos a nivel local. Hay muchas actividades fraudulentas usando el nombre REDD por todo el país que dañan la tierra indígena y los derechos humanos. Incluso sin los fraudes, encuentro a REDD ideológicamente muy problemática, ya que está basada en la suposición moral de que los países desarrollados pueden seguir haciendo lo que quieran mientras paguen a los países pobres menos desarrollados para que sean “buenos”.



Es la esencia de las teorías de Conservación Neoliberales como lo describí en mi tesis: “El mundo se presenta como un pastel infinito donde todos pueden compartir los beneficios de la cosecha sostenible de los recursos naturales, por lo tanto todo el mundo, incluida la naturaleza, gana. Los problemas se convierten en oportunidades para un mayor beneficio y crecimiento económico”.



Según Jim Igoe y Dan Brockington, el discurso ideológico Neoliberal ofrece un espectro de promesas positivas que incluye la ayuda a países con escasa liquidez para proteger su biodiversidad. También prometen incrementar la participación, la inclusión, el desarrollo, el fortalecimiento de las poblaciones rurales, la erradicación de la pobreza, la potenciación de las industrias respetuosas con el medioambiente y la educación de la gente para amar y cuidar la naturaleza. Todos estos podrían conseguirse a través de la disminución de los controles estatales restrictivos y el aumento de las iniciativas de Mercado y la propiedad privada”.



La idea de pagos por servicios medioambientales por los programas REDD parecen totalmente lógicos, muchas instituciones y gente local los conocen y los encuentran atractivos, pero es casi imposible, para las poblaciones rurales, participar porque es un proceso muy complicado y caro que solo pueden solicitar después de asegurar su derecho a la tierra, como comunidades indígenas reconocidas o a través de programas de conservación tales como las concesiones de conservación (que, como dije, es un largo y caro proceso). Esto les hace completamente dependientes de la ONGs y otras instituciones que usan esta dependencia para imponer sus propias agendas y sus metodologías de conservación.



Mostré en mis artículos que, generalmente, los campesinos no conservan la naturaleza para obtener beneficios económicos y que los programas REDD pueden incluso alienar a muchos grupos campesinos de la conservación. Con eso no sugiero que los campesinos no soliciten o necesiten ayuda para el avance económico. La situación económica de la mayoría de la población es grave y se está deteriorando rápidamente.



Creo que los campesinos merecen un apoyo sincere tanto en el desarrollo económico como en la conservación de su medioambiente; sin embargo, uno no debería de constituir una condición para el otro. Es más, las “buenas” prácticas medioambientales no se pueden usar como un pretexto para que los países desarrollados sigan siendo tan destructivos.



Mongabay: Recientemente, las Naciones Unidas y muchas organizaciones internacionales parecen estar reconociendo que las comunidades locales son vitales para la conservación forestal. ¿Crees que este mensaje ha llegado a los líderes de Perú?




Puesta en libertad de un perezoso, rescatado por autoridades de la fauna Silvestre, en Hocicon, una zona de conservación dirigida por Ronda, donde será protegido de los cazadores por las comunidades locales. Foto: Ana Peralta/NPC.
Puesta en libertad de un perezoso, rescatado por autoridades de la fauna Silvestre, en Hocicon, una zona de conservación dirigida por Ronda, donde será protegido de los cazadores por las comunidades locales. Foto: Ana Peralta/NPC.

Noga Shanee: La idea de que la gente local son unos socios vitales en la conservación no es nueva, hay diferentes ideologías a la integración de las comunidades locales en la conservación. Normalmente vienen juntas pero, generalmente, podemos dividirlas entre “Programas Integrados de Conservación y Desarrollo (ICDP, por sus siglas en inglés)” y metodologías de Conservación Basada en la Comunidad (CBD, por sus siglas en inglés). Nuestro trabajo está basado en el segundo.



Los ICDPs afirman que los esfuerzos para conservar la naturaleza deberían ser equilibrados con aquellos por las necesidades de desarrollo de las poblaciones locales. Se volvieron populares durante los años 80 y fueron adoptadas por muchas de las grandes ONGs de conservación internacionales que empezaron a promover proyectos orientados a la gente, integrando conservación y desarrollo, en alianza con organizaciones locales. Muchas de las BINGOs (Big ONGs, ONGs grandes, como Conservación Internacional, WWF, The Nature Conservancy, etc.) y los proyectos REDD usan estas metodologías.



Sin embargo, los proyectos ICDP fueron fuertemente criticados por considerar a la gente local como un problema que necesitaba ser abordado en vez de como socios genuinos en la conservación, usando enfoques de Arriba-Abajo. Siendo esto un despilfarro económico y, por lo tanto, insostenible, dependen de iniciativas económicas y, así, vulnerando los valores éticos y sociales de la naturaleza y la conservación. Y, en realidad, son criticados por no conseguir implementar la conservación o el desarrollo.



Muchos ecologistas políticos se han dado cuenta de que la incorporación de aspectos relativos al desarrollo a sus proyectos de conservación inyecta estos proyectos con una gran cantidad de fondos adicionales que estas BINGOs necesitan para proveer sus crecientes burocracias conservacionistas (sofisticadas oficinas, coches, salarios de directivos extremadamente altos, etc.). Estos proyectos producen su producen su propia literatura, que elude la realidad de la gran brecha entre la planificación a alto nivel y el gasto y la aplicación de la ley. Este es exactamente el tipo de literatura que describe la naturaleza al borde de la extinción y, como ya expliqué antes, describe a la gente local como ilegales que solo están interesados en incentivos monetarios. Así que, básicamente, lo que están diciendo es: “estamos fallando, darnos más dinero”.



Los proyectos CBC son proyectos de bajo presupuesto que motivan y estimulan a la gente local a asumir el control y la responsabilidad de sus recursos naturales. Normalmente empiezan en la escala geográfica más pequeña pero pueden expandirse drásticamente a través de lo que Horwich y Lyon (2007) describen como el efecto contagio, lo que significa que el mismo tipo de iniciativas se reproducen en comunidades vecinas, un fenómeno que vemos diariamente en el noreste de Perú. El CBS se centra en la conservación y en conectar a las comunidades a través de los valores sociales en vez de a través de los incentivos económicos, lo que lleva a la protección de la naturaleza. Iniciativas como las alternativas económicas pueden ser integradas en los proyectos en etapas ulteriores como componentes adicionales. Estos proyectos son muy comunes en las zonas rurales y predominantemente exitosos, pero las grandes agencias de conservación rara vez las reconocen o apoyan debido a su pequeña escala y su aislamiento geográfico (Horwich and Lyon 2007) y, probablemente, también porque estas pequeñas historias de éxito alteran la realidad que las BINGOs quieren producir de ellos mismos como los héroes luchando contra la mala gente local ilegal.



Seymour (1994) sugiere que el éxito de las CBC depende de la capacidad intrínseca y las tradiciones de la comunidad específica para organizar el uso de sus recursos en vez del proyecto externo, y así, proyectos que tienen éxito son “descubiertos” en vez de diseñados como tales. En eso, estoy totalmente de acuerdo con Seymour. La gente local ha estado conservando sus bosques durante miles de años sin el reconocimiento o la ayuda de instituciones externas como las Naciones Unidas. Lo principal que podían hacer las Naciones Unidas para ayudar a la conservación llevada a cabo por la gente local es convencer a las ONGs que, aunque las ICDP son mucho más glamurosas y fáciles de dirigir para las grandes ONGs, las CBSs son mucho más sinceras y logran conseguir cambios reales para la conservación. La gente local no necesita que nadie les diga como conservar, necesita que los gobiernos dejen de molestarlos y que las ONGs dejen de ignorar sus esfuerzos y que estén hay apoyándoles y ayudándoles a alcanzar sus goles.



Mongabay: Recientemente, Perú firmó un acuerdo con Noruega y Alemania para abordar la deforestación sin control por todo el país. ¿Cómo crees que esto impactará en los campesinos?



Noga Shanee: No creo que vaya a tener un impacto real a nivel locaI; hay miles de proyectos inmensos que arrojan millones y millones de dólares por todo el mundo para la conservación. Desafortunadamente, la corrupción y la ineficiencia intencionada dentro del estado y las instituciones privadas de conservación significa que los recursos humanos y económicos son reducidos dramáticamente cuando las iniciativas están más cerca de implementarse sobre el terreno. En general, más y más dinero se destina a la conservación a nivel mundial y, al mismo tiempo, la situación medioambiental solo se deteriora. Necesitamos preguntarnos: ¿Por qué?



Normalmente lo que sucede en el noreste de Perú cuando un gran montón de dinero del gobierno es dedicado a la conservación es que las agencias gubernamentales empiezan un largo proceso de planificación de proyectos. Después de aproximadamente un año, empiezan un proceso de socialización de estos proyectos con la gente local, lo que significa muchas reuniones grandes y caras donde hablan sobre las grandes cantidades de dinero que van a gastar en la conservación y la mejora económica de las vidas de la gente local. Entonces hay un largo periodo de tranquilidad y aquí es donde mucho del dinero parece desvanecerse en el aire y unas pocas iniciativas muy pequeñas, tales como unos pocos viveros (que muy a menudo producen el exótico eucalipto y el pino en vez de las especies autóctonas) aparecen en unos pocos lugares, hasta que son abandonadas para siempre.



Estos grandes proyectos solo consiguen decepcionar a los campesinos y violar su confianza en las agencias de conservación y los proyectos.



AVANZANDO HACIA ADELANTE



Mongabay: ¿Cuáles son algunos ejemplos de los planes de conservación más prometedores que has visto salir de las organizaciones comunales locales?



Noga Shanee: Los principales logros son las iniciativas de contingencia de la conservación, de solo unos pocos proyectos en el noreste de Perú por el año 2005, ahora hay cientos de iniciativas locales, algunas intentando registrar reservas formales, algunas son áreas de conservación dirigidas for la ronda (ARCAs), y algunas son de esfuerzos de conservación a nivel paisajista informales.



Sabemos que estos esfuerzos están funcionando: en 2008 empezamos el primer censo a largo plazo de la población de monos choro de cola amarilla en grave peligro de extinción en nuestro campo de actuación principal en la comunidad de La Esperanza. Gracias a este estudio fuimos capaces de calcular la densidad de la especie en el bosque (Publicado en la Revista Internacional de Primatología). Este mes de junio acabamos nuestro segundo censo de la especie para poder determinar con exactitud cómo ha cambiado el tamaño de la población desde que empezamos nuestros primeros esfuerzos de conservación en la zona. Los resultados preliminares muestran un aumento del tamaño medio de los grupos y de las densidades individuales de un 30 por ciento desde nuestro primer estudio. El mayor incremento se ha producido en las crías y los monos jóvenes, lo que significa que el aumento se debe a la reproducción natural y a la falta de caza más que a la migración de monos de otras áreas. Los monos capuchinos son un 50 por ciento más comunes ahora que en 2008. Pronto se publicarán los resultados completes. Para examinar las razones para estos aumentos también evaluamos los índices de deforestación en La Esperanza y las áreas de alrededor durante los últimos 5, 10 y 20 años para ver qué afecto ha tenido nuestro trabajo en el bosque en su conjunto. Los resultados todavía no están completos pero la información preliminar sugiere una caída en el índice de desmonte de los bosques nuevos. Con el tiempo, iremos haciendo esto por todas las zonas para evaluar los efectos, a corto y largo plazo, de las acciones de conservación llevadas a cabo por las comunidades locales.



Mongabay: ¿Cuáles son algunas de las recomendaciones para que las ONGs y los grupos locales puedan trabajar juntos de manera más efectiva?



Noga Shanee: Las ONGs deberían ser mucho más atentas con las necesidades locales. He oído a menudo a educadores medioambientales rurales y a movimientos base quejarse de que no les llega el apoyo necesario para transmitir las agendas de conservación o controlar internamente el uso de recursos. Normalmente, peticiones elementales, de bajo coste, eran planteadas. Están incluían información ecológica o legal actualizada, equipos sencillos, la impresión de carteles que ellos diseñaban, etc. Los enfoques atentos de puertas abiertas, pueden permitir a las ONGs tener un impacto efectivo con una inversión mínima.



También, las ONGs deben de tener un papel mucho más activo en la lucha contra la corrupción y las deficiencias institucionales, así como en la aplicación de la ley en los países en los que trabajan. Esto no es algo que hagan mucho ya que tienen miedo a las consecuencias, pero es lo principal que pueden hacer para realmente ayudar a la gente local a alcanzar sus goles conservacionistas.



Si hay un mensaje importante que quisiera transmitir, es que para las poblaciones locales pobres, a pesar de la sabiduría popular, la conservación no es una “palabra sucia”. La gente rural del noreste de Perú encuentra la conservación de la naturaleza y la biodiversidad atractiva para sus valores intrínsecos, sociales, estéticos y morales, así como una medida para asegurar su propio futuro, en la mayoría de los casos las perspectivas de unos beneficios económicos son percibidos como una consecuencia evidentemente bienvenida, pero secundaria.



Mongabay: ¿Cómo sería la mejor manera de cambiar la actitud hacia los campesinos?



Noga Shanee: Una gran difusión de los proyectos de conservación local exitosos sería muy útil para la conservación global y para los campesinos que inician los proyectos de conservación. Es importante mostrar a los donantes que el discurso normal de las grandes ONGs, pintando una imagen de una realidad de “fatalidad y pesimismo”, está dirigida a atraer mayores donaciones para ellos mismos, mientras que proyectos locales pequeños, exitosos tienen muy poca financiación y a menudo no logran mantenerse a sí mismos. Una mayor difusión traería una mayor financiación para estos proyectos y les permitiría alcanzar mayores logros. Esta es la única manera de hacer la conservación más profunda, sincera y significante y de cambiar la realidad global de la destrucción de la naturaleza.





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