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El Bambi en el siglo XXI: los corzos no se adaptan al cambio climático

Antes casi extinto en partes de Europa a fines del siglo XVII, al corzo (Capreolus capreolus) con el tiempo se lo recuperó, y cómo: hoy día, es uno de los ciervos más esparcidos en Europa; quizás más familiar para nosotros como Bambi, un corzo europeo en el libro original. Pero ¿se acabará su suerte en el futuro? Un nuevo estudio publicado en PLoSBiology parece indicar que mientras las poblaciones de los corzos aún aumentan, podrían no adaptarse al cambio climático.



En Champagne, en Francia del Este, las temperaturas más calurosas durante las últimas pocas décadas han dado lugar a primaveras previas. Pero el momento de los nacimientos de los corzos—vinculado estrechamente al arrebato de la vegetación en primavera— ha permanecido sin variaciones, según un equipo de científicos de Francia y el Reino Unido, quién extrajo a través de un conjunto de datos durante 27 años sobre la población y el nacimiento de los mismos en Trois Fontaines.



Durante este periodo, las temperaturas en esta región subían más que el promedio global. En respuesta a estas primaveras primitivas y más cálidas, cuando los viñedos florecían previamente en la región, los corzos parecían incapaces de responder a las señales ambientales.




New fawn roe deer that has been ear tagged by scientists. Photo by: Maryline Pellerin.

Nuevo corzo cervato al que los científicos han etiquetado en la oreja. Foto por: Maryline Pellerin.



“Actualmente hay un gran interés en analizar las reacciones de los organismos ante el cambio climático en curso”, dijo Jean-Michel Gaillard, un biólogo de la Universidad Claude Bernard Lyon 1 de Francia. “En varios casos, se han mostrado especies para adaptarse a alguna extensión. Por lo que, aprovechándonos de una supervisión especialmente detallada de larga duración de la población de corzos, (desarrollada por el Office National de la Chasse et de la Faune Sauvage (ONCFS)), buscábamos cualquier respuesta por parte de ellos (al cambio climático)”.



Entre 1985 y 2011, los investigadores de ONCFS marcaron, etiquetaron en la oreja y pesaron a aproximadamente mil cervatos recién nacidos. Entonces, la supervivencia de estos cervatos marcados se supervisaba cada año durante el invierno. Además de esta información, Gaillard y su equipo, también recopilaron temperaturas diarias locales desde una estación meteorológica cercana por cada año, y la anual significaba las fechas de florecimiento de los viñedos en la región Champagne. Usaban lo segundo como representante de una pronta llegada de la primavera.



Puesto que tanto la depredación como la caza de los corzos están limitadas en la región, los científicos propusieron una hipótesis de que las muertes de los cervatos serían más probables debido a una reducción en la comida de alta calidad.



“Los días muy cálidos en Junio (hipertermia), la lluvia torrencial (hipotermia), y en casos muy raros, la depredación de los gatos salvajes y los zorros rojos, se han presentado como causa de la muerte de los cervatos”, dijo Gaillard. “Sin embargo, por lejos, la causa de mortalidad más común de los mismos recién nacidos es el hambre”. Los científicos calculaban la incompatibilidad del seguimiento tanto de las fechas de florecimiento de los viñedos como de la elección del momento oportuno del nacimiento de los cervatos durante el período de estudio. Sus análisis confirmaban que cada año las temperaturas de primavera se habían elevado un 0.07 grados Celsius y las fechas de florecimiento de los viñedos habían avanzado un 0.6 días. De este modo, el equipo esperaba que las corzas hembras se adaptaran a la disponibilidad primitiva de la vegetación de primavera de alta calidad dando antes al nacimiento.



Pero el corzo no mostró tal respuesta.



A decir verdad, al final del estudio, la incompatibilidad entre las fechas del nacimiento del cervato y los días de florecimiento de los viñedos aumentaron. Esto significaba que los cervatos nacían cada vez más tarde con respecto al momento de la disponibilidad de la comida de alta calidad. Además, los cervatos de los corzos mostraban una mortalidad temprana más alta. Entonces mientras la población de corzos aumentaba con el paso del tiempo, la misma decrecía a un ritmo constante.



A diferencia de los corzos, las ciervas hembras rojas en Escocia adelantaban las fechas de los nacimientos de los cervatos en respuesta al calentamiento climático local.



Daniel H. Nussey, un ecologista revolucionario de la Universidad de Edimburgo, quién encabezaba el estudio sobre el ciervo común, dijo: “Actualmente hay muchas pruebas de que las aves y los mamíferos cambian su frenología a lo largo de Europa como el calor en primavera. Casos como estos (de los corzos), donde no hay respuesta aparente, son francamente preocupantes”.



Male roe deer on the left, female on the right.
Corzo macho a la izquierda, hembra a la derecha. Foto por: Creative Commons 3.0.


“Los autores de este documento han asociado la observación con las pruebas de que hay una consecuencia negativa para la capacidad individual, lo cual es bastante raro yo creo, y realmente sugiere alguna causa de preocupación, especialmente en semejante cosmopolita y por lo general las especies exitosas como el corzo”, agregó. Nussey no formaba parte de este estudio.



Entonces, ¿por qué las corzas hembras han sido incapaces de amoldar las fechas del nacimiento de los cervatos a las temperaturas más cálidas?



Los autores sugieren que esto podría ser debido al ciclo reproductivo peculiar de los corzos. Escriben que las varias etapas de la reproducción, como las fechas de ovulación y concepción, parecen estar controladas por la longitud del día o foto-período en lugar del cambio de temperatura o de la disponibilidad de la comida primordial. El corzo, sin embargo, podría ser capaz de adaptarse al cambio climático de otras maneras.



“El corzo no se resiste (mostraban una mortalidad aumentada del cervato) ni se adapta (momento de nacimiento que permanece el mismo). Sin embargo, se podían mover”, dijo Gaillard. “De hecho, estudiamos a una población en el bosque exclusivamente. Los corzos colonizan las áreas abiertas desde la década de 1980 y tales ambientes podrían permitirle a los mismos escapar del cambio climático”



Actualmente, hay varios millones de corzos en toda Europa, y las especies se clasifican como Least Concern por la Lista Roja IUCN. La resistencia de ellos los ha habilitado a colonizar y a sobrevivir en una amplia variedad de hábitats. Además, la ausencia de los grandes depredadores ha causado que sus números suban vertiginosamente. Por consiguiente, no es extraño que los corzos sean importantes animales de presa. De hecho, si busca “corzo” en YouTube, se presentará ante numerosos videos de ¿cómo cazar? y ¿cómo despellejar? al animal.



Pero mientras el corzo podría regresar satisfactoriamente del umbral de la extinción, ¿el cambio climático demostraría ser la prueba de su adaptación? Tendremos que esperar y observar.



Roe deer in winter in Poland. Photo by: Jeremy Hance.
Corzo en invierno en Polonia. Foto por: Jeremy Hance.


Cita: Plard F, Gaillard J-M, Coulson T, Hewison AJM, Delorme D, et al. (2014) Mismatch Between Birth Date and Vegetation Phenology Slows the Demography of Roe Deer. PLoS Biol 12(4): e1001828. doi:10.1371/journal.pbio.1001828


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