Campo de soya en la Amazonía brasilera. Este año Brasil volvió a tener la mayor cantidad de asesinatos de defensoras(es) de tierras y el medio ambiente. Foto por: Rhett A. Butler.
El asesinato, el homicidio y la ejecución extrajudicial de activistas por el medio ambiente aumentaron en 20 por ciento el año pasado, según un sombrío informe de Global Witness [Testigo Global]. La organización documentó 116 homicidios en 2014 en 17 países encabezados por Brasil, que vio matar a 29 defensoras(es) de tierras y del medio ambiente. Aun así, el informe infravalora en sumo el problema pues hay poca o ninguna información de una gran parte de África, China, el Medio Oriente y Asia Central.
“Por todo el mundo y a plena luz del día se da muerte a tiros a la gente que defiende el medio ambiente, o se la secuestra, amenaza o enjuicia como terrorista por ponerse en el camino del así llamado ‘desarrollo”, dijo Billy Kyte, un activista de Global Witness. “Los verdaderos autores de estos crímenes—un poderoso nexo de intereses corporativos y estatales—se están quedando sin castigo. Urgen acciones para proteger a la ciudadanía y hacer que los perpetradores comparezcan ante la justicia”.
La mayoría de las muertes del año pasado—116 de ellas—estuvo ligada a disputas sobre tierras, pero la minería estuvo vinculada a 25 muertes y las represas hidroeléctricas y la agroindustria, a 14 cada una. Además, la gente indígena sigue siendo el principal blanco.
“En 2014, 47 indígenas fueron liquidados defendiendo sus recursos naturales, 40 por ciento del total de las muertes de defensoras(es) de tierras y el medio ambiente”, se lee en el nuevo informe de Global Witness titulado How Many More? [¿Cuántos más?]. El informe de este año reafirma un documento decisivo del año pasado que indagó los asesinatos de activistas medioambientales—los 908—durante una docena de años.
Los asesinatos de activistas medioambientales por sector. Imagen cortesía de Global Witness.
“A quien ampara el medio ambiente se le tilda de ‘antidesarrollista’ porque, al defender sus recursos naturales, usualmente se estrella contra las nociones de desarrollo que propagan los gobiernos en connivencia con empresas poderosas”, es como Kyte explica el notorio incremento de activistas asesinados en los últimos cinco años.
Kyte agregó que “se estigmatiza y criminaliza a [las(los) activistas] para silenciar su oposición”.
Aunque en 2014 Brasil tuvo la mayor cantidad de asesinatos de activistas por el medio ambiente, el lugar más peligroso fue, de hecho, Honduras, según Global Witness. Durante los últimos cinco años (2010-2014), Honduras perdió a 101 activistas, lo cual le da el mayor índice de asesinatos de activistas medioambientales per cápita.
“La gente en Honduras que defiende sus derechos a la tierra y al medio ambiente se torna en objetivo sistemático y pone su vida en gran riesgo”, dijo Kyte y añadió que “es principalmente de los conflictos sobre proyectos extractivos y de tierras y represas que surge la violencia contra esta gente. Muchos ataques van contra el liderazgo indígena que defiende sus tierras y recursos naturales, con frecuencia en el contexto del desarrollo de mega proyectos sin consentimiento previo e informado”.
El informe agrega que Honduras ya tiene uno de los mayores índices de homicidios del mundo y uno de los mayores índices de pobreza del hemisferio occidental.
El anciano Frédéric Moloma Tuka fue muerto a golpes en protestas contra operaciones de tala en la República Democrática del Congo. Foto por: © Greenpeace DRC.
“La policía es inefectiva y responsable de serias violaciones a los derechos humanos, como ejecuciones ilegales; y al poder judicial, por su parte, lo comprometen las interferencias políticas”, según el informe. “En términos ecológicos, Honduras está plagada de tala ilegal y tiene uno de los mayores índices de deforestación del mundo”.
Para empezar a lidiar con el problema global, Kyte dijo que se debía empezar por lograr que los gobiernos “reconozcan que éste es un problema”.
“Un buen comienzo sería una resolución del Consejo de Derechos Humanos de NN.UU. que aborde el gran riesgo que corren quienes defienden tierras y el medio ambiente”, agregó, “pero, al final, son los propios gobiernos los que tienen que asumir la responsabilidad y garantizar investigaciones imparciales y exhaustivas de los asesinatos de estas(os) activistas, y tienen que hacer que los perpetradores rindan cuentas. Muchos asesinatos selectivos de activistas son presentados como homicidios ‘comunes’ y están pasando desapercibidos”.
Siguen siendo raros los arrestos y las condenas relativas a homicidios por razón del activismo por tierras y el medio ambiente. Quizás muchos de los asesinatos de activistas medioambientales estén quedando inadvertidos. Por ejemplo, Global Witness sólo pudo informar de homicidios en dos países africanos—Uganda y Sudáfrica—pese a que es probable que el año pasado haya habido más asesinatos de activistas en el continente. El Asia Central, el Medio Oriente y China son otras tres áreas en las que no hay información.
“Son relativamente pocos los casos conocidos de homicidios en países de África y el Asia Meridional aun cuando los informes indican que el ambiente es peligroso en estas regiones para quienes defienden los derechos humanos”, dijo Kyte. “Tal vez esto se deba a la poca presencia de organizaciones de la sociedad civil y otros grupos locales monitoreando la situación de las(los) activistas por tierras y el medio ambiente”.
Los asesinatos de activistas medioambientales por país. Los que están en rojo corresponden a indígenas. Imagen cortesía de Global Witness.