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Nuevo proyecto cartográfico revela redes camineras en bosques primarios peruanos



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A logging road transects Peruvian rainforest. Photo by Rhett A. Butler.Un camino maderero atraviesa el bosque tropical peruano (ésta no es una imagen de los caminos que acaban de ser detectados). Foto por Rhett A. Butler.

Los caminos se extienden como zarcillos de múltiples extremos que merman los bosques circundantes al Parque Nacional Cordillera Azul en el Departamento de Loreto en Perú. ¿Qué propósito tienen? ¿Se los está tendiendo legalmente? De ser así, ¿se adecúan a las especificaciones de sus permisos o están excediendo sus límites? Un equipo investigador ha dado un primer paso cardinal en responder estas preguntas determinando la ubicación y extensión de estos caminos con imágenes y datos recogidos por satélites.



Monitoring of the Andean Amazon Project (MAAP, Monitoreo del proyecto andino amazónico) inspecciona la construcción de caminos en Sudamérica de un modo singular – en lugar de seguir la pista de estas redes camineras en tierra, las observan desde el espacio exterior con imágenes satelitales y programas informáticos especializados. MAAP emplea un algoritmo refinado desarrollado en más de tres años, un proceso veloz de revisión de pares y un rastreo diligente para revelar evidencia de deforestación que pone al alcance público – y de funcionarias(os) del Departamento Forestal, de quienes formulan políticas, de la sociedad civil y de los medios de comunicación en Perú. El sistema de MAAP para monitorear deforestación en tiempo real puede detectar la pérdida de cobertura arbórea desde el cielo y antes de que la gente en tierra – como las autoridades gubernamentales – sepa lo que ocurre.



Los caminos secretos de Loreto



A principios de 2013 el equipo de Finer descubrió una sospechosa red de caminos en el Departamento de Loreto, en el norte peruano, y hace poco sacó a la luz pública sus resultados hasta el momento. Por dos años observó crecer la red hasta alcanzar más de 150 kilómetros de longitud y dividirse en una red al norte (77,38 kilómetros) y otra al sur (76,24 kilómetros). Todo el sistema caminero del sur está ubicado en la región amortiguadora protegida del Parque Nacional Cordillera de Azul y es característico de caminos que se abren para la tala. Como los árboles de madera dura que interesan están dispersos por el bosque, los caminos madereros serpentean por el bosque como si no tuviesen rumbo.






La ubicación y extensión de los caminos rastreados por Finer y su equipo. Cortesía de MAAP. Pulse en la imagen para agrandarla.






Global Forest Watch muestra las líneas de pérdida de cobertura arbórea que suelen dejar los caminos que se tienden por una zona amortiguadora protegida del parque. Los datos muestran que el área alguna vez fue un paisaje forestal intacto (PFI) – una región de bosque inalterado tan grande que mantiene su biodiversidad original – pero que desde entonces viene siendo degradada. El área que se muestra perdió en total un 3 por ciento de su cobertura arbórea, de 2001 a 2013, el último año del que se dispone de datos. Pulse en la imagen para agrandarla.



“Suele ser difícil captar tala ilegal porque es selectiva por naturaleza”, dijo Finer en una entrevista para mongabay.com. Mas con esta tecnología, aunque no se puede ver caer árboles, se puede ver tender caminos y se puede monitorear la tala indirectamente. .



Sin embargo, el propósito de la red caminera del norte ya no es tan fácil de detectar. Entre julio y septiembre de 2014, esta red cruzó y se adentró en el proyecto de aceite de palma propuesto por la empresa Desarrollo Agroindustriales, que recibe el apoyo técnico de Palmas Espinas, sucursal del poderoso Grupo Romero de Perú. Las ONG se pronunciaron en contra de los planes del Grupo Romero de deforestar más de 23.000 hectáreas (230 kilómetros cuadrados) de tierra (84,6 por ciento cubierto de bosque primario según un informe de ACCA) para establecer cuatro concesiones de aceite de palma en Loreto. Una de ellas es Tierra Blanca, en la cual se interna el camino, cuya Evaluación de impacto ambiental ya fue aprobada por el gobierno peruano, aun cuando se presume que la deforestación en el terreno aún no ha comenzado.



El equipo de MAAP extendió su análisis, colocando una zona de amortiguación de un kilómetro de ancho a ambos lados de las redes camineras para señalar los posibles desmontes facilitados por los caminos. Esto reveló que un área potencial de bosque primario de más de 40.000 hectáreas (40 kilómetros cuadrados) es ahora asequible desde estas nuevas redes camineras. Varios estudios por el mundo claramente predijeron que las redes camineras son sitios primarios de deforestación debido a la presencia humana y a que incrementan el valor de la tierra.



El monitoreo de la deforestación en tiempo real



En los últimos tres años, Amazon Conservation Association [Asociación para la conservación amazónica] y su contraparte peruana ACCA-Conservación Amazónica perfeccionaron un sistema para monitorear la deforestación en Perú casi en tiempo real.



Según Matt Finer – quien junto a Sidney Novoa encabeza el análisis y los informes de MAAP – uno de los dos satélites Landsat pasa velozmente, cada ocho días más o menos, sobre 30 áreas de interés monitoreados por MAAP. Con algo de suerte, la imagen no está cubierta por nubes y la pueden comparar con la última imagen clara que tienen del área; usan el software CLASlite de monitoreo de bosques para evaluar si las imágenes muestran cambios en la cobertura forestal.




El desmonte para tender caminos no suele limitarse al camino mismo sino que da lugar a tributarios de deforestación que irradian de la arteria principal. Aquí, la deforestación en mosaico circunda la Carretera Transoceánica que une Brasil con puertos peruanos. Foto por Rhett A. Butler.



El equipo determina áreas de interés con herramientas satelitales para encontrar regiones de cobertura arbórea cambiante. Luego, MAAP adquiere imágenes LANDSAT del período que le interesa y mide cada tipo de cobertura forestal visible. Un trozo de bosque se considera bosque primario si la imagen LANDSAT más antigua (típicamente de los años 80) revela cobertura densa de bóveda cerrada y tiene una firma espectral similar a áreas que se sabe no han sido perturbadas.



La Institución Carnegie for Science desarrolló CLASlite y la pone gratuitamente a disposición de cualquier institución que quiera usarla sin ánimo de lucro. Fue acertadamente usada por el Ministerio del Ambiente en Perú (MINAM) para monitorear la pérdida de bosques en el país. El Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR), a cargo de regular el uso de los recursos forestales en Perú, también informó recientemente de los efectos de la minería aurífera sobre la deforestación en los Departamentos de Loreto, Ucayali y Madre de Dios.



Alertas de deforestación



MAAP se cuida de no especular sobre la legitimidad de cualquier deforestación observada en sus análisis. “Queremos brindar la información técnica y no pasarnos cinco meses tratando de determinar si es o no es legal. Si nos limitamos a publicarla a la brevedad posible, las entidades peritas serán las que la evalúen”.



Sin embargo, esto no significa que no habrá cambios en políticas. Después de que las entidades suscriptoras de MAAP fueron notificadas de las nuevas redes camineras en Loreto, el Ministerio del Ambiente y funcionarias(os) de entidades forestales relacionadas en Perú expresaron a Finer su interés en hacerle seguimiento al descubrimiento de la red caminera.



En el mes desde que se lanzó, MAAP informó de evidencia de la expansión de la minería aurífera en La Pampa, Departamento de Madre de Dios, y de la deforestación a gran escala para plantaciones de cacao y palma oleaginosa cerca de los pueblos de Tamshiyacu y Nueva Requena, respectivamente, en el Departamento de Ucayali. Al examinar la deforestación en las concesiones de palma oleaginosa, MAAP puede rastrear cuánto bosque primario fue despejado en cada caso.



“Esperamos que el compartir dicha información con estos actores contribuya a cambios en políticas y prácticas que minimicen la futura deforestación y promuevan la conservación en la región andino-amazónica”, afirma el Equipo de MAAP en su informe.







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