- El Parque Nacional Calilegua es un punto de biodiversidad muy importante y es hábitat de muchas especies.
- La empresa JHP International Petroleum Engineering tiene planeado perforar en el área del parque que los expertos afirman que es un corredor natural entre dos ecosistemas importantes.
- La propia evaluación de impacto ambiental de la compañía muestra que hay riesgos de derrames, fuegos y deslizamientos de tierra; las comunidades cercanas al emprendimiento señalan que sus tierras han sufrido degradación en perforaciones previas.
Unas semanas atrás, los peatones que forman la usual muchedumbre en la calle Florida, Buenos Aires, se sorprendieron al encontrar un martillo perforador de petróleo en el medio de la calle bulliciosa.
La instalación era un truco con la marca de Greenpeace. Su ubicación era visualmente absurda, pero fue elegida para resaltar lo que el grupo ambientalista dice que es igualmente absurdo: la extracción de petróleo en uno de los parques nacionales más sobresalientes de Argentina, muchas millas al norte.
El Parque Nacional Calilegua, inaugurado en 1979, en la provincia de Jujuy cubre 76.306 hectáreas, muchas de las cuales forman el bosque de Yungas. Se lo considera un punto de biodiversidad muy importante o “hotspot”, y alberga una riqueza de vida salvaje que incluye más de 270 especies de pájaros, como el toco tucán y la mayoría de las especies famosas del país, por ejemplo el jaguar y el cóndor andino.
Sin embargo, Greenpeace, al igual que las comunidades indígenas locales que viven en el borde del parque, los guardas forestales y los políticos locales y nacionales afirman que la biodiversidad está en riesgo dada la decisión de permitir a la empresa china JHP International Petroleum Engineering que perfore y extraiga petróleo hasta el 2037.
“La exploración de petróleo en un parque nacional es absurda, ilegal, y sobre todo, peligrosa” dijo a Mongabay Hernan Giardini, un activista forestal que trabaja para Greenpeace Argentina. “La compañía ha presentado un estudio de impacto ambiental que dice que hay riesgos de contaminación por derrame de petróleo, fuegos y deslizamientos de tierra en más de 20.000 hectáreas, las cuales equivalen al territorio de Buenos Aires”.
Según los opositores al Proyecto, el plan de exploración en el área de Yacimiento, de 5.600 hectáreas, viola la ley de parques nacionales y la legislación sobre hidrocarburos.
La campaña de Greenpeace está a toda marcha. Luego de la publicación de un reporte sobre la potencial exploración de petróleo en junio y tras la actividad en Buenos Aires varias semanas más tarde, más de 100.000 personas han firmado la petición para cancelar el contrato. Otras protestas también se han llevado a cabo. En el 35 aniversario de la creación del parque, se entregó una torta de cumpleaños a la sede del gobierno de la provincia de Jujuy.
Pero la búsqueda y extracción de petróleo en la zona tiene raíces históricas. La empresa del estado, Yacimientos Petrolíferos Fiscales, comenzó los trabajos y estableció pozos petrolíferos en 1969 antes de la designación de parque nacional. Las expectativas locales fueron altas por un tiempo, mientras el petróleo producido benefició a la economía local. Pero los niveles de producción mermaron rápidamente y con la declaración de área protegida una década más tarde, las concesiones de petróleo saltaron de mano en mano hasta llegar a la compañía estatal Jujuy Mining and Energy (JEMSE).
Guillermo Nicolossi es un guarda forestal que ha trabajado por muchos años en Calilegua. Desde 1997, él y sus colegas han documentado como las fuentes de agua locales han sido contaminadas con químicos como cadmio, cloro, y plomo, los cuales se relacionan a la actividad de excavación de petróleo.
Los riesgos y daños ambientales que supone la extracción de petróleo han sido evidentes y la decisión de reabrir varios pozos abandonados previamente en 1992 luego de la privatización de YPF fue algo inesperado, según dijo Nicolossi. La noticia el año pasado de que a JHP se le iba a dar el visto bueno para expandir y abrir nuevos pozos fue una gran sorpresa.
“La Ley de Parques Nacionales prohíbe expresamente las actividades de hidrocarburos en las áreas protegidas”, le dijo Nicolossi a Mongabay. “Sin embargo, la concesión original en Yacimiento y sus subsecuentes transferencias fueron aprobadas por decretos nacionales y provinciales, lo que sugiere que las autoridades fueron indiferentes a la existencia del Parque Nacional Calilegua”.
“Esta es la contradicción legal en la cual la industria petrolera está basada, la cual ignora las regulaciones y adjudica el mismo territorio a usos conflictivos”.
En octubre 2012, un decreto provincial anunció que el sitio había sido transferido a JHP para su control. A esto le siguió en 2013, un memorándum de entendimiento con JEMSE lo cual permitió a la empresa china el derecho a explotar petróleo en el área por un período de 24 años hasta el 2037.
Al final del año pasado se presentaron los resultados de un estudio de impacto ambiental con la idea de encaminar las operaciones. La inversión total en el proyecto de JHP se espera que alcance los 69 millones de dólares.
Al final del 2014, la administración de Parques Nacionales envió una carta a las autoridades responsables del estado de Jujuy afirmando que la propuesta de la compañía era “inapropiada” ya que contradice a la legislación.
“Las responsabilidades ambientales no se han solucionado”, dijo Hernan Giardini. “La compañía continua con operaciones y planes para continuar con los planes de expansión”.
En junio de 2014, inclusive antes de los resultados del estudio de impacto ambiental, el entonces líder del gabinete argentino Jorge Capitanich, dijo en un comunicado a la Cámara de Diputados que había un riesgo severo de contaminación en Calilegua debido a los pozos petrolíferos no sellados apropiadamente. El también indicó que había riesgo de incendios y derrames de petróleo.
Las áreas aledañas al parque son el territorio de varias comunidades indígenas, incluyendo los Guaraní, Kolla, y Ocloyas. Ellos reclaman que la exploración y perforación de petróleo en los límites del parque ha tenido efectos significativos en sus hogares y su territorio.
El año pasado la Asamblea General de la Nación Guaraní envío cartas a los gobernadores de Jujuy y a la Administración de Parques Nacionales en las cuales recalcaban que cualquier perforación en el parque requiere de FPIC (Consentimiento Libre, Previo, e Informado) de cualquier comunidad que piense que se verá afectada.
Ellos dicen que la expansión de la exploración de petróleo va a dañar el ambiente y la vida salvaje de forma significativa al acelerar la deforestación y la degradación y la contaminación de las fuentes de agua. Aún no han recibido respuesta de las autoridades.
Ni la empresa ni las autoridades de Jujuy han respondido a las críticas. Tampoco han respondido a las preguntas de los medios de comunicación, como los periódicos argentinos, ni han reaccionado a las quejas de Greenpeace, dijo la organización.
Mongabay.com trató de contactar a ambas partes pero no recibió respuesta.
El sitio Yacimiento está situado al noroeste en el Parque Nacional Calilegua y los expertos dicen que el área es irremplazable, ya que es un corredor natural entre dos ecosistemas uno de selva montañosa de Yungas y el otro de selva chaqueña.
Aunque Argentina no tiene tanto bosque como sus otros vecinos en la cuenca amazónica, el país aún tiene 39 millones de hectáreas de bosques, siendo Yungas y Chaco los más susceptibles a la deforestación.
La inversión JHP en Calilegua es un ejemplo más del flujo de capital chino en Argentina, el cual fluye hacia proyectos de exploración de petróleo y construcción de infraestructura como represas, vías férreas y plantas de energía nuclear.
La controversia sobre los riesgos ambientales de proyectos de ese tipo se puede ver en otros lugares de América del Sur y algunos piensan que el estatus de área protegida se está deteriorando.
En Bolivia, Evo Morales ha sido criticado por haber abierto las selvas a la agricultura. Su homólogo en Ecuador, Rafael Correa, ha cambiado de parecer varias veces sobre la exploración de petróleo en las regiones amazónicas ecuatorianas. China ha invertido 11 mil millones de dólares en bancos estatales y suma un 57 por ciento de las inversiones extranjeras en el país.
Las inversiones chinas han incrementado la preocupación por el estado del ambiente. Miembros de las comunidades indígenas en las regiones remotas de Cóndor Mirador cerca de la frontera de Ecuador con Perú han empezado este mes una “marcha por la dignidad” en protesta por los efectos de las operaciones mineras chinas en el área. Llegarán a la capital, Quito, el 13 de agosto.
En Argentina, Hernan Giardini y otros ambientalistas temen que la inhabilidad del gobierno de alejarse de los recursos petroleros traiga serias consecuencias. No solo en el norte del país se está desarrollando una oposición a la exploración de petróleo. En el extremo sur, los lugareños de Patagonia se han movilizado para asegurar que el área protegida Auca Mahuida permanezca libre de exploración petrolera.
“Estamos observando consternados como Argentina, en vez de consolidar el gran potencial eólico y de otras energías renovables, continua con su sed por petróleo”, dijo Giardini. “La exploración petrolera en un parque nacional viola tres leyes, marca un precedente peligroso y es el peor ejemplo de una política de expansión petrolera que la sociedad tiene que hacer todo lo posible por detener”.