Noticias ambientales

Un nuevo fondo ayuda a que distintos grupos puedan comprar tierra rápidamente para proteger la vida salvaje en peligro





A view of the 5,000-acre Bábaco ranch, the purchase of which was supported by the Quick Response Biodiversity Fund to expand the Northern Jaguar Reserve in Sonora, Mexico. Photo by Miguel Gomez.
Vista de 2000 hectáreas del Rancho Bábaco, cuya compra financió el Quick Response Biodiversity Fund para expandir la Reserva Jaguar del Norte en Sonora, México. Foto: Miguel Gomez.



Los beneficios de la adquisición de tierras como una estrategia de conservación son bastante obvios. Si eres propietario de la tierra, decides qué le sucede o, lo que ocurre más a menudo, qué no le sucede.

Pero cuando surge la oportunidad de adquirir una parte esencial de hábitat, los conservacionistas no siempre tienen los fondos a su disposición para mejorar la oferta de las otras partes interesadas. Además, utilizar vías oficiales para separar tierras protegidas puede ser un proceso engorroso.

Entra en juego el Quick Response Biodiversity Fund (QRBF), una iniciativa nueva cuyo objetivo es responder de manera rápida a las oportunidades para comprar tierras en países en desarrollo como una forma de proteger al hábitat crucial para especies en peligro de extinción y amenazadas. La fundación Weeden Foundation con sede en Nueva York lanzó este fondo junto con su organización subvencionada, 1% Por el Planeta, el grupo conservacionista con sede en Vermont que ha construido una red de más de 1200 corporaciones que donan al menos el 1% de sus ventas a causas ambientalistas.

Establecer áreas de conservación protegidas es una estrategia comprobada. El año pasado, un estudio de más de 80 parques y reservas naturales descubrió que no solo se encontraba más vida salvaje que en las tierras adyacentes no protegidas, sino que también proveían hábitat para una mayor diversidad de vida.

“Si compras la tierra, puedes detener el sangrado, la disminución de este hábitat”, afirmó a mongabay.com Don Weeden, director ejecutivo de la Weeden Foundation. “Esto detiene las amenazas y, por ahora, se puede encargar la administración a una ONG”. Esto abre las puertas a gran variedad de opciones a largo plazo, afirmó Weeden, como cederle la tierra al gobierno para que la convierta en un parque nacional o en una reserva.

Lo importante, por supuesto, es estar en condiciones para comprar la tierra cuando esté disponible. Weeden relató que la idea del QRBF surgió al ver que demasiadas propuestas para la adquisición de tierras no prosperaban durante meses, ya que la organización o la fundación interesada en ellas trabajaba según sus propios procesos burocráticos. “Sentimos que a veces se pierden oportunidades como consecuencia”, aseveró Weeden a mongabay.com.

Las adquisiciones de tierras funcionan particularmente bien para proteger especies endémicas, según Weeden. Incluso una parcela pequeña de tierra puede ser significativa para sus probabilidades de sobrevivir, sobre todo porque este enfoque puede crecer de manera gradual, incorporando más tierras a las áreas protegidas ya existentes o creando una nueva reserva parte por parte.

“En el caso de las especies endémicas, y a menudo de las especies de aves, por ejemplo, el hábitat no es un gran fragmento de paisaje”, aseguró Weeden.

An endangered Santa Marta parakeet takes flight. 148 acres of land that supports the bird's largest breeding population was recently purchased with help from the new fund. Photo credit: Andy Bunting.
Un periquito de Santa Marta en peligro de extinción levanta vuelo. Recientemente, con la ayuda del nuevo fondo, se compraron 60 hectáreas de tierra en la que habita la mayor población reproductora. Foto: Andy Bunting.


Señala al periquito de Santa Marta (Pyrrhura viridicata) como ejemplo. El ave vive en un rango relativamente pequeño en una zona de montaña en Colombia llamada la Sierra Nevada de Santa Marta, la cual sufre las consecuencias de la expansión agrícola y otras actividades humanas destructivas.

Recientemente, el QRBF otorgó un subsidio al grupo conservacionista American Bird Conservancy para comprar 60 hectáreas de tierra parcialmente cubierta de bosques en la que habita la mayor población reproductora de periquitos de Santa Marta. La tierra aumentará la extensión de la Reserva Natural de Aves El Dorado, que se extiende más de 800 hectáreas y que fundó ProAves con la ayuda de la ayuda de la American Bird Conservancy.

Durante los últimos cinco años, ProAves ha estado negociando la compra de la nueva parcela de 60 hectáreas. Un cambio reciente en las circunstancias del vendedor hizo que el precio que pedía se redujera, pero había una condición: el trato tenía que estar cerrado para el 15 de abril. Por ello, la American Bird Conservancy recurrió al QRBF.

Como el territorio del periquito es muy pequeño, conservar solo unas cuantas decenas extras de hectáreas tendrá un gran impacto. Decenas de otras especies se beneficiarán también, incluyendo el atrapamoscas de Santa Marta (Myiotheretes pernix) y el arañero de Santa Marta (Myiothlypis basilica), ambas especies endémicas, y las palmeras nativas en las que los periquitos se alimentan y se posan.


“An
Un periquito de Santa Marta en peligro de extinción. Foto: Andy Bunting.

Para poder comprar tierra para proteger especies como el periquito de Santa Marta, 1 % Por el Planeta, con el dinero de sus empresas miembro, proporciona financiación a grupos locales de conservación, mientras que la Weeden Foundation ofrece su experience en la adquisición y conservación de tierras. El otro elemento clave del QRBF es su grupo de asesores, formado por más de cincuenta biólogos conservacionistas que se encuentran entre los mejores del mundo.

El presidente del comité es Eric Dinerstein, actual Director del programa Biodiversity and Wildlife Solutions de la ONG Resolve, que fue el científico principal del Fondo Mundial para la Naturaleza durante casi 25 años. (Resolve es socio de Mongabay en la reciente iniciativa, WildTech, que explorará el uso de tecnología emergente en conservación) Dinerstein relató a mongabay.com que el QRBF tiene una estrategia dual para la adquisición de tierra.

La primera estrategia es asegurar tierras para las especies más amenazadas del planeta, de las cuales casi todas, según Dinerstein son “especie endémicas con un rango de distribución estrecho” como el periquito de Santa Marta.

La segunda estrategia es proteger especies con un rango de distribución extenso incorporando las tierras que se encuentran entre las áreas no protegidas dentro de su rango completo, especialmente con la compra de corredores de tierra que conecten tierras ya protegidas y otros hábitats intactos.

El primer subsidio otorgado por el QRBF, anunciado durante su evento de lanzamiento en la ciudad de Nueva York en febrero, es un buen ejemplo, afirmó Dinerstein. Envió USD 45 000 para comprar hábitat para la población de jaguares más septentrional del mundo (Panthera onca), en Sonora, México, donde la caza ilegal y otras actividades humanas invaden su territorio.

“Los machos jóvenes se tienen que ir de su área natal, no pueden quedarse donde nacieron”, explicó Dinerstein a mongabay.com, “Para poder existir en áreas no dominadas por el hombre, necesitan estos corredores”.

Las tierras se sumarán a las poco más de 20 200 hectáreas de la Reserva Jaguar del Norte, fundada por la ONG Northern Jaguar Project ,situada en Tucson, y su par con sede en la Ciudad de México, Naturalia. Los grupos utilizan el subsidio del QRBF para comprar el rancho Bábaco de 2000 hectáreas, que conecta la reserva actual con otra área que ha sido históricamente el centro de la base de la población del jaguar.

A map shows the location and extent of the Northern Jaguar Reserve in Sonora, Mexico, along with the recent addition of the Bábaco ranch. Map credit: Northern Jaguar Project / Naturalia.
Un mapa muestra la ubicación y la extensión de la Reserva Jaguar del Norte en Sonora, México, junto con la reciente incorporación del rancho Bábaco. Mapa: Northern Jaguar Project/Naturalia.


Todas las propuestas que se hacen al QRBF deben incluir planes para la administración y el monitoreo actual de las tierras. Este es uno de los criterios principales que utiliza el comité asesor para evaluar si vale la pena o no otorgar un subsidio, según afirmó Dinerstein. Sin embargo, su objetivo principal es, por supuesto, hacer que los fondos estén disponibles para adquisiciones cruciales cuando se presenta una oportunidad.

“El Northern Jaguar Project fue un conejillo de indias para nosotros”, explicó Dinerstein. “Quería ver qué tan rápido funcionaba nuestro sistema. Recibí la propuesta un lunes. Decidí enviarla a 8 de las 55 personas que se inscribieron en nuestro comité asesor, solo para ver qué tan rápido podían responder. Fijé una fecha tope de tres días con preguntas sobre la propuesta, que tenía cerca de cinco páginas. Los ocho informes volvieron el miércoles”. Se le entregó un cheque al Northern Jaguar Project en el evento de lanzamiento en Nueva York.

A six-month-old jaguar cub named Pedro at the Bábaco ranch, which was recently added to a jaguar reserve in Sonora, Mexico. With eleven jaguars documented and an abundant water supply, the property offers important habitat for protection, according to project leaders. Photo credit: Northern Jaguar Project / Naturalia.
Un cachorro de jaguar de seis meses llamado Pedro en el rancho Bábaco, zona que se incorporó recientemente a la reserva de jaguares en Sonora, México. Con once jaguares registrados y un suministro abundante de agua, la propiedad ofrece un hábitat importante para la protección, de acuerdo a los directores del proyecto. Foto: Northern Jaguar Project/Naturalia.


Entre los asesores que dieron luz verde al subsidio estaban dos de los mejores especialistas en biodiversidad de México, dos de los mejores expertos en jaguares del mundo, un experto en carnívoros grandes de Norteamérica, dos personas con amplia experiencia con ONGs de México, y el ex editor de una revista de biología conservacionista, de acuerdo con Dinerstein.

Libélula, the mother of the baby jaguar shown in the preceding picture, at the recently protected Bábaco ranch. Photo credit: Northern Jaguar Project / Naturalia.
Libélula, la madre del jaguar bebé de la foto anterior, en el recientemente convertido en área protegida, rancho Bábaco. Foto: Northern Jaguar Project / Naturalia.


Lo más innovador del QRBF, al menos según la experiencia de Dinerstein, es que el 100 por cien de los fondos se invierten en los terrenos, no en gastos generales de la Weeden Foundation o del 1% Por el Planeta. Este ha sido uno delos aspectos más importantes para las empresas que tienen pensado invertir en conservación, afirmó Dinerstein. También generó entusiasmo entre los miembros del comité asesor, cuyos miembros donan su tiempo.

“Estos expertos están entusiasmados con el Proyecto”, aseguró Dinerstein. “Mucho de su trabajo consiste en revisar documentos. Es mucho más interesante revisar propuestas para comprar tierras y salvar especies en peligro de extinción. Recibimos muy buenos informes”.

La mayoría de los biólogos conservacionistas estarán de acuerdo con Dinerstein en que “el mercado de bienes raíces es lo más simple y lo mejor que se puede hacer para conservar especies en peligro de extinción y eso es lo que hacemos”.

Citas:

Salir de la versión móvil