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La contaminación por microplásticos es una posible amenaza para la Gran Barrera de Coral

  • • La Gran Barrera de Coral en la costa del noreste de Australia está actualmente bajo amenaza a causa de una capa flotante de partículas de microplástico.
  • • Los restos de plástico flotan y se extienden fácilmente por el mar, fragmentándose de forma gradual en partículas cada vez más pequeñas que llegan a ser tan diminutas que los organismos del océano, como las gaviotas, los mejillones y el coral, acaban ingiriéndolas.
  • • Los microplásticos han penetrado en la base de la cadena alimentaria a través del plancton, que es una fuente de alimento importante para el coral y muchas otras especies en los océanos mundiales.
Dipsastrea coral, the genus used in the plastics experiments. Coral tentacles expanded for feeding. Photo credit: Markus Mende.
Coral Dipsastrea, el género que se ha usado en los experimentos. Los tentáculos del coral se expanden para obtener alimento. Fotografía de: Markus Mende.

La Gran Barrera de Coral en la costa noreste de Australia, considerada como el organismo vivo más grande de la tierra, está actualmente bajo amenaza a causa de una capa flotante de partículas de microplástico, según indica un nuevo estudio de la Universidad James Cook en Queensland, Australia.

“La contaminación por microplásticos es una amenaza para los ecosistemas marinos difícil de gestionar porque unas partículas tan pequeñas se hacen invisibles y pueden pasar desapercibidas ante la sociedad en general”, afirma la Dra. Mia Hoogenboom, científica principal del estudio y Profesora en la Escuela de Biología Marina y Tropical de la Universidad James Cook.

Los microplásticos son exactamente lo que indica su nombre: “fragmentos de plástico de menos de cinco milímetros de diámetro”. Entran en el océano desde gran variedad de fuentes, a veces sorprendentes, como pedazos de pintura de los cascos de los barcos, cuerdas, boyas, residuos de plantas de tratamiento del agua y otros orígenes en tierra. Los plásticos de este e inferior tamaño son especialmente peligrosos por su capacidad de absorber agentes contaminantes problemáticos como metales pesados y contaminantes orgánicos resistentes. “Ni los plásticos ni esos contaminantes se degradan fácilmente en el medioambiente o durante la digestión de los organismos, lo cual les permite bioacumularse en la cadena alimentaria”, afirma el estudio.

Los restos de plástico flotan y se extienden fácilmente por los mares, fragmentándose de forma gradual en partículas cada vez más pequeñas que llegan a ser tan diminutas que los organismos del océano, como las gaviotas, los mejillones y el coral, acaban ingiriéndolas. “Las pruebas experimentales de alimentación han revelado que el coral confunde los microplásticos con sus presas”, escribe la Dra. Hoogenboom.

Dipsastrea coral, the circled areas indicate digestive filaments that can be extended outside of the coral tissue. Photo credit: Markus Mende.
Coral Dipsastrea, las zonas marcadas con un círculo indican los filamentos digestivos que se extienden fuera del tejido del coral: Fotografía de Markus Mende.

En su estudio para determinar si los microplásticos están presentes en la Gran Barrera de Coral (GBC) y si los corales los consumen, la Dra. Hoogenboom y otros tres científicos realizaron pruebas con agua de distintos puntos del arrecife. “Encontramos cantidades bajas de microplástico en las aguas alrededor de las islas Orfeo y Pelorus en la parte central de la GBC”, indica la Dra. Hoogenboom. “En un estudio previo realizado por [Julia] Reisser se encontraron microplásticos en varios emplazamientos de la zona norte de la GBC. Esto nos sugiere que la contaminación por microplásticos no es uniforme en todo el arrecife, sino que tiene distintos grados de intensidad en diferentes zonas según la fuente de la contaminación”.

La Dra. Hoogenboom reconoce que hará falta “un esfuerzo intensivo para tomar muestras y descubrir cuánto plástico está presente en la Gran Barrera de Coral”. El tamaño reducido de los microplásticos dificultó al equipo realizar una evaluación completa de la cantidad existente.

“Aunque los microplásticos solo se mostraron en concentraciones relativamente bajas en la GBC, es probable que nuestros cálculos subestimen las concentraciones reales de plástico porque puede que no hayamos detectado las partículas de menos [de tres milímetros de] diámetro y solo hicimos pruebas con el subconjunto de partículas microscópicas del plancton capturado que sospechábamos que eran plástico tras un cálculo visual”, documenta el estudio.

Tras llevar a cabo las colectas de plancton para detectar la presencia de microplásticos, el equipo desarrolló pruebas de alimentación en el laboratorio. El coral rocoso Dipsatrea, especie común que se encuentra en la Gran Barrera de Coral, estuvo expuesto a concentraciones de microplástico durante un periodo de 48 horas para determinar si se ingería alguna porción. El equipo diseccionó el coral expuesto y descubrió que el 20 por ciento se estaba comiendo el plástico y que “el microplástico ingerido estaba envuelto en el tejido mesentérico dentro de la cavidad intestinal del coral”. El tejido mesentérico es el tejido glandular que se encuentra en los pólipos del coral.

Coral reef. Photo taken by Dr. Mia Hoogenboom.
Arrecife de coral. Fotografía de la Dra. Mia Hoogenboom.

Se pudieron observar más pruebas de que los corales estaban ingiriendo microplásticos a través del aumento en los niveles de secreción de mucosidad. Los corales producen mucosas para protegerse como respuesta al estrés y para atrapar la comida. En el estudio de Hoogenboom, el equipo descubrió que cuando había presencia de microplásticos, se producía mucha más mucosidad. “Observamos filamentos de mucosa en los corales que habían estado expuestos al plástico y también realizamos observaciones similares en un estudio de seguimiento”, afirmó.

El efecto de las micropartículas de plástico en el coral no pudo determinarse, pero las pruebas sugieren que podría dificultar la digestión de alimentos. “Hay algunos mecanismos por los que la ingesta de plástico podría afectar a la salud del coral: bloqueo de la digestión normal, impedimento para desarrollar actividades de alimentación normales, excreción de mucosas y efectos toxicológicos. Estamos realizando experimentos de seguimiento para comprobarlo,” declara la Dra. Hoogenboom.

Otra causa de preocupación para los investigadores es el descubrimiento de que el plástico se encontraba envuelto en partes profundas del tejido mesentérico de los pólipos del coral. “Esta observación aumenta las posibilidades de que la ingesta de plástico impida al coral digerir fuentes de alimento naturales, ya que los tejidos mesentéricos son los tejidos principales responsables de la digestión”, cuentan los investigadores.

La obstrucción de la digestión del coral a causa de los microplásticos es una gran preocupación para los expertos marinos, pero no es la única. “Al ocupar el mismo tamaño que los granos de arena y los organismos planctónicos, los microplásticos están presentes para una amplia gama de invertebrados cerca de la base de la cadena alimentaria”, escriben los investigadores. “La ingesta de microplásticos por parte de anfípodos, copépodos y zooplancton es un posible problema para la salud de los arrecifes de coral, ya que estos organismos planctónicos son las presas del coral”.

Coral reef. Photo taken by Dr. Mia Hoogenboom.
Arrecife de coral. Fotografía de la Dra. Mia Hoogenboom.

El estudio indica que los microplásticos han penetrado en la base de la cadena alimentaria a través del plancton, fuente de alimento principal para el coral y muchas otras especies de los océanos mundiales. “El plancton puede ingerir microplásticos y aumentar la posibilidad de que los corales estén expuestos al plástico tras alimentarse de plancton contaminado”, afirma la Dra. Hoogenboom.

“Además de bloquear el tracto digestivo y evitar una alimentación normal, la ingesta de microplásticos puede dañar las células y tejidos de organismos como los mejillones, el pescado y los crustáceos”, señala el estudio en referencia a otros estudios sobre los microplásticos.

“En mi opinión, la contaminación por microplásticos es una amenaza a la salud de la GBC porque la contaminación por plástico no puede hacer más que aumentar con el tiempo y porque todos los organismos de la red alimentaria podrían estar en riesgo”, afirma la Dra. Hoogenboom.

El estudio insta a que se siga con las investigaciones para evaluar la extensión de los microplásticos en la Gran Barrera de Coral y en otras aguas, y para determinar los efectos de la ingesta de microplásticos en las especies marinas. Los investigadores concluyen que: “Los corales son la especie base y crean gran parte de la complejidad estructural de los arrecifes que, a su vez, proporcionan el hábitat de miles de especies… Estos descubrimientos destacan la importancia de la necesidad de que haya más investigación sobre si la contaminación por microplástico influye en la fisiología, el crecimiento y la supervivencia de los organismos marinos, y sobre cómo lo hace”.

Coral reef. Photo taken by Dr. Mia Hoogenboom.
Arrecife de coral. Fotografía de la Dra. Mia Hoogenboom.

Citas:

Hall, N. M., Berry, K. L. E., Rintoul, L., & Hoogenboom, M. O. (2015). Microplastic ingestion by scleractinian corals. Marine Biology, 162(3), 725-732.

Reisser, J., Shaw, J., Wilcox, C., Hardesty, B. D., Proietti, M., Thums, M., & Pattiaratchi, C. (2013). Marine plastic pollution in waters around Australia: characteristics, concentrations, and pathways. PLOS One DOI: 10.1371/journal.pone.0080466

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