- Muchas de las especies de anfibios en el mundo se encuentran en peligro.
- Varios conservacionistas temen que el apareo en cautiverio no sea la mejor manera de ayudar a la reproducción de especies en peligro.
- Programas de apareo en cautiverio estan experimentando con un compuesto inyectable llamado Amphiplex, que puede causar a que anfibios se apareen o que suelten sus óvulos o espermas.
Cuando Dale McGinnity corrió hacia el Zoológico de Nashville a las 3 a.m. un día del 2011, fue para presenciar el final de un esfuerzo que le llevó seis años. Una de las salamandras gigantes orientales (Cryptobranchus alleganiensis alleganiensis) por fin estaba poniendo huevos. Estas salamandras gigantes, junto a otra subespecie, la salamandra Ozark (C. a. bishopi), pueden crecer hasta más de 60 centímetros de largo, lo que las hace las especies de salamandras más grandes de Norteamérica. Pero ambas subespecies están desapareciendo aceleradamente, y los científicos habían estado buscando formas de reproducir los animales en cautiverio como una de las maneras de recuperar a las poblaciones salvajes.
Trudeau sabía que los sistemas hormonales que controlan la reproducción son casi idénticos entre los peces y los mamíferos, y se imaginó que deberían ser parecidos en los anfibios también. Así que se inspiró en las reglas de reproducción de los peces, y combinó una hormona que estimula a las células en las glándulas pituitarias con un químico que bloquea el neurotransmisor dopamina, el cual puede interferir con el apareo. Esta combinación había sido usada extensamente en peces, para estimular la reproducción en la acuicultura. Pero aún no había sido probada en los anfibios. Antes de Amphiplex, solo hormonas individuales, bloqueadores sansdopamina, habían sido usados con poco éxito en anfibios cautivos.
Después de unos cuantos “experimentos improvisados”, Trudeau inventó una dosis que pareció funcionar. Junto a varios colegas, publicó un estudio en 2010 demostrando el éxito de Amphiplex en cuatro especies de ranas. Amphiplex es una combinación de las palabras “anfibio” y “amplexus,” una palabra que describe al acto de una rana macho cuando se monta a la espalda de una hembra para fertilizar sus huevos externamente. Desde entonces, ha distribuido la composición, o las instrucciones sobre cómo prepararlo, a científicos conservacionistas a lo largo del Canadá y los Estados Unidos.
Uno de esos científicos es McGinnity en el Zoológio de Nashville. Algunas especies de anfibios se aparean en el cautiverio de acuerdo a McGinnity, quien es también el director de animales ectotérmicos para el zoológico. Por alguna razón, otros animales, como la salamandra, simplemente rehusaban a hacerlo. Así fue como decidió intentarlo con Amphiplex.
Lo que sucedió fue que los óvulos que usó McGinnity en 2011 no dieron bebés salamandras. Sin embargo, a finales de ese año, el Zoológico de St. Louis anunció que había logrado reproducir salamandras Ozark — las cuales se encuentran en peligro — por primera vez.
Las salamandras se aparearon de manera tradicional y sin ninguna intervención hormonal — pero lo hicieron dentro de costosas y complicadas instalaciones que incluían dos ríos artificiales de 12 metros de largo por 2 metros de profundidad que imitaban el hábitat natural de las salamandras, así como en dos cuartos más de hábitat artificial incluyendo otro riachuelo de 10 metros de largo.
La mayoría de las instalaciones de reproducción de anfibios son mucho más simples, y la vida en cautiverio puede causar mucho estrés en las salamandras como para estimular el apareo. También puede que las instituciones no ofrezcan condiciones ambientales específicas y necesarias para el apareo, como cambios de temperatura. Amphiplex supera a todos estos obstáculos.
En el año 2012 McGinnity se emocionó al ver que dos óvulos que se liberaron con la ayuda de Amphiplex dieron crías; así fue como el Zoológico de Nashville Zoo se convirtió en la primera institución en exitosamente reproducir a salamandras orientales en cautiverio.
Después de tal éxito, McGinnity decidió usar Amphiplex en otra especie con la que él y sus colegas habían tenido dificultades: el sapo crestado puertorriqueño (Peltophryne lemur) que se encuentra en serio peligro de extinción. Como sucedió con las salamandras, el personal del Zoológico de Nashville había buscado reproducir los sapos por muchos años y con poca suerte.
Dos días después de inyectar a sapos crestados hembras con Amphiplex, el experimento trajo buenos resultados. “El momento sorpresivo fue cuando entramos… y vimos miles de huevos en el cuarto de reproducción”, dijo McGinnity. Desde el 2012, el y sus colegas han enviado más de 10.000 renacuajos de sapos crestados de vuelta a Puerto Rico para que sean devueltos a su hábitat.
Otras instituciones han logrado reproducir sapos crestados a través de múltiples inyecciones de hormonas individuales. Pero Diane Barber, la directora de animales ectotérmicos en el Zoológico de Fort Worth Zoo, quien coordina un programa de conservación en el cual colaboran varias instituciones, prefiere Amphiplex a otras inyecciones, ya que solamente requiere una dosis. “Le causa menos estrés a los animales, y significa que tenemos mayor chance de tener éxito”, dijo Barber a Mongabay.
En el Acuario de Vancouver, Amphiplex ha ayudado a otra especie, la rana leopardo del norte (Lithobates pipiens). Dennis Thoney, el director de las operaciones de animales del acuario, fue la primera persona en recibir Amphiplex de parte de Trudeau cuando su estudio se publicó en el 2010. Un colega le contó a Trudeau sobre el trabajo de Thoney, para reproducir las ranas para ayudar a estimular a poblaciones locales salvajes. Luego de una breve llamada telefónica, Thoney quiso colaborar. Solo queda una población natural de ranas leopardos del norte en Columbia Británica, pero Thoney y sus colegas han establecido una segunda población con ranas del lugar original, la cual suplementan ahora con ranas reproducidas en cautiverio. La segunda población representa una “población garantía”, de acuerdo a Thoney, por si acaso algo le pasara a la población natural. Amphiplex “maximiza nuestros chances de obtener una mayor cantidad de jóvenes para la reintroducción”, le dijo a Mongabay. Eso también les permite dejar tranquilo el lugar de apareo natural.
La reproducción de anfibios en cautiverio ofrece la oportunidad de reintroducir animales en sus hábitats naturales, así como de preservar la diversidad genética de especies en vías de extinción. Pero mantener estas poblaciones en cautiverio resulta costoso, de acuerdo a McGinnity, sobre todo para especies grandes como salamandras, las cuales requieren recintos grandes.
En el Zoológico de Nashville también se usa Amphiplex para recolectar espermas de salamandras y congelarlos para el futuro. Es más, recientemente y por primera vez, se fertilizó un solo óvulo de salamandra con espermas que habían sido preservados criogénicamente. McGinnity dice que esto demuestra que se puede mantener la diversidad genética a través de espermas recogidos y congelados. Aún no se pueden congelar los óvulos, pero McGinnity cree que en la próxima década, “ya lo podremos hacer”.
Trudeau espera que Amphiplex siga siendo útil para otras especies en peligro. Desafortunadamente, esta poción no es una solución mágica para los anfibios del mundo entero. Así sea por causa de la contaminación, por pérdida de hábitats, o de hongos quítridos, aún queda mucho por hacer para reducir las causas que afectan a las poblaciones salvajes, de acuerdo a Stephen Spear, un científico que trabaja con salamandras en la Sociedad Orianne Society, una organización sin fines de lucro en el estado de Georgia.
Si tratas de reintroducir salamandras en un río que está contaminado o lleno de escorrentía de erosión, “puedes echar todas las salamandras que quieras ahí, pero no les irá muy bien que digamos”, le dijo Spear a Mongabay.
La reproducción en cautiverio es definitivamente una buena herramienta para la conservación de salamandras, pero primero, dijo, “tienes que poner orden en tu casa”.