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Se confirma carretera secreta para la explotación petrolera en Yasuní, Ecuador

Block 31, Petro Amazonas building "Ecological Trail" into the Yasuni Park South of the Tiputini to most likely "pave the way" to tap the ITT

  • Dentro de Yasuní se encuentran aproximadamente un 20 por ciento de los depósitos petroleros de Ecuador.
  • La licencia para el Bloque 31 en el Parque Nacional Yasuní fué aprobada con la condición de que Petroamazonas utilice helicópteros -- y no construya un camino -- para hacer el trabajo dentro de la selva.
  • Petroamazonas ha violado estudios de impacto ambiental al construir una carretera de acceso para maquinaria pesada; ha construído al menos un puente permanente, y ha talado más áreas de bosque de lo que estaba permitido.
La carretera secreta que lleva al Bloque 31 de Yasuní. Foto © Ivan Kashinsky.

El gobierno de Ecuador ha negado una y otra vez que se esté construyendo una carretera a través del Parque Nacional Yasuní, donde existe una controversial concesión petrolera. Dentro de Yasuní se encuentran aproximadamente un 20 por ciento de los depósitos petroleros de Ecuador, lo que equivale a casi mitad de las exportaciones del país.

“Sin duda, le aseguro que no existe ese camino”, le dijo la Secretaria de Hidrocarburos Yvonne Fabara a una periodista de reported.ly, cuando ella preguntó sobre las operaciones de Petroamazonas, la compañía estatal a cargo de la exploración petrolera dentro de una de las reservas ecológicas mas diversas y frágiles del planeta. El más reciente reportaje en video no sólo confirma lo que un estudio basado en imágenes satelitales mostró hace más de un año, sino que también demuestra los impactos que está dejando la carretera en el piso de la selva.

La historia de cómo y porqué se está permitiendo la exploración petrolera — y una carretera que pasa por el medio de la selva — en el Parque Nacional Yasuní es larga y complicada.

Todo empezó en 2007, cuando el gobierno de Ecuador, bajo el Presidente recién-electo Rafael Correa, anunció que no habría extracción petrolera en la zona o bloque llamado Ishpingo-Tambococha-Tiputinin (o ITT). La condición que dió, es que la comunidad internacional tendría que compensar al Ecuador con 3,6 mil millones de dólares, aproximadamente la mitad de las ganancias que recibiría el país si se permitiera la explotación petrolera en la zona.

La idea recorrió todo el mundo como un modelo revolucionario de la conservación; una manera de mitigar el cambio climático mientras se mantenía al equivalente de 846 millones de barriles de petróleo bajo tierra. La iniciativa Yasuní ITT también prometía invertir en la preservación de especies y el resguardo de grupos indígenas locales que preferían mantenerse aislados.

Pero en agosto del 2013, el gobierno desmanteló la iniciativa.

 

Mapa de los bloques petroleros dentro del Parque Nacional Yasuní. Cortesía de Finer, Pappalardo, Ferrarese, De Marchi (2014).

 

“El mundo nos ha fallado”, dijo Correa en una rueda de prensa, explicando que no hubo suficiente inversión global hacia la iniciativa — el país había recibido menos de un 10 por ciento del monto total.

Una coalición de activistas, ciudadanos, y ambientalistas respondieron a la noticia, recogiendo 850.000 firmas para exigir un referéndum nacional sobre la posible extracción petrolera en ITT. Pero después de un año de mucha controversia e incertidumbre , el Consejo Nacional Electoral ecuatoriano se negó a aceptar las firmas, diciendo que un 60 por ciento de ellas habían sido falsas o repetidas. Dos semanas después, el gobierno aprobó la licencia de perforación de Petroamazonas.

Pero la licencia para el Bloque 31 en el Parque Nacional Yasuní fue aprobada con la condición de que Petroamazonas utilizara helicópteros — y no construyera un camino — para hacer el trabajo dentro de la selva.

A pesar de mucha evidencia de lo contrario, el Ministerio del Ambiente, la Secretaría de Hidrocarburos, y Petroamazonas han negado la existencia de la carretera dentro de Yasuní. Petroamazonas ha violado estudios de impacto ambiental al construir una carretera de acceso — en vez de un “sendero ecológico” — para maquinaria pesada; ha construido al menos un puente permanente, y ha talado más áreas de bosque de lo que estaba permitido. Guardias armados y miembros del ejército prohíben la entrada a la zona o la documentación de las actividades petroleras en Yasuní.

“El Ministerio del Ambiente [de Ecuador] debe demandar a Petroamazonas una explicación”, le dijo el año pasado a mongabay.com Matt Finer, de la Asociación para la Conservación del Amazonas (Amazon Conservation Association), “sobre cómo [y] porqué ellos han violado tan descaradamente los términos de la licencia y del estudio de impacto ambiental”.

De acuerdo a Finer, la carretera de Petroamazonas se encuentra a menos de cinco kilómetros de la Estación de Biodiversidad Tiputini, uno de los centros de investigación más importantes de toda la Amazonía. El ruido de las operaciones industriales de Petroamazonas ya parece estar afectando la investigación científica en la zona.

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