A la central eólica Te Apiti en Nueva Zelanda se le concedieron créditos de compensación por emisión de carbono cuando fue construida en 2003-2004. Los proyectos de energía eólica se mantuvieron populares entre los mercados de carbono voluntarios en 2014. Foto por: Jondaar_1.
Cerca de mil millones de créditos de compensaciones por emisión de carbono se compraron voluntariamente durante la última década, de lo que se lucraron los proyectos de conservación y energía limpia con casi 40 000 mil millones de euros, según un informe reciente por el grupo conservacionista Forest Trends, con sede en Washington D.C.
Los mercados de carbono voluntarios proporcionan a corporaciones, gobiernos y cualquiera que busque contrarrestar sus emisiones de gas con efecto invernadero la oportunidad de comprar créditos de compensación. Un crédito de compensación por emisión de carbono representa una tonelada métrica de emisiones de dióxido de carbono, o el equivalente en otro gas con efecto invernadero, siendo utilizado como salvaguarda del medio ambiente mediante acciones como preservar bosques tropicales en peligro, incrementar la eficiencia energética o instalando sistemas de energía no contaminante.
Por el contrario, los denominados “mercados de cumplimiento”, como el Sistema de Comercio de Emisiones de la Unión Europea, los créditos de carbono se compran para llevar a cabo reducciones en las emisiones de un gobierno.
En 2014, se compró voluntariamente el equivalente a 87 millones de toneladas métricas de CO2 en compensaciones por emisión de carbono, hasta un 14 por ciento respecto al año anterior, declara el informe.
Según Keley Hamrick de Forest Trends, autora principal del informe titulado Ahead of the Curve: State of the Voluntary Carbon Markets 2015, los casi 40 000 millones de euros gastados en créditos de carbono voluntarios en los últimos 10 años han tenido un impacto mucho mayor que una cantidad relativamente pequeña de dinero pudiera haber producido.
“>“Muchas de las leyes y procesos ahora corrientes en los mercados de cumplimiento emergentes en todo el mundo (valorados en cerca de 27 mil millones de euros solo en 2014, según el Banco Mundial) se crearon y refinaron en mercados voluntarios”, contaba Hamrick a mongabay.com por email.
En otras palabras, los gobiernos con intención de crear sus propios mercados de carbono regulados están actuando así con mucho menor riesgo gracias a que los mercados voluntarios ya han testeado los proyectos y metodologías de compensación, según reflejan averiguaciones de Hamrick y su equipo. En el informe redactaron que los mercados voluntarios suministran un “terreno de prueba fértil para el concepto de ‘pagos por rendimiento’, ya que los compradores privados normalmente solo pagan si las reducciones de emisiones quedan verificadas según un estándar predeterminado”.
Cuando aparecieron por primera vez las compensaciones por emisión de carbono, contaba Hamrick a mongabay.com, había mucha crítica sobre la veracidad de la reducción de las emisiones, especialmente sobre cómo podría garantizarse que las emisiones habían sido creadas o el bosque en cuestión había sido destruido, sin una inversión extra. Esta situación llevó a la verificación por terceras partes de estándares que ahora sirven de guía para casi todo el desarrollo de proyectos de carbono, contaba Hamrick.
El informe destaca, por ejemplo, que muchas de las metodologías de proyecto e infraestructuras de mercado que informan sobre el esquema del precio del carbono establecidas por el programa de comercio de derechos de emisión de California se probaron por vez primera en mercados voluntarios.
Las metodologías para el desarrollo de proyectos que eviten la deforestación, distribuyan fuegos de cocina limpia en países en vías de desarrollo y cultiven arroz con una menor emisión de carbono fueron todas “probadas y perfeccionadas por actores voluntarios”, según explica el informe.
Como gran muestra del gran impacto de los relativamente pequeños mercados voluntarios de carbono, Hamrick explicaba que el trabajo fundado por la compra voluntaria de créditos de carbono ha tenido efectos con un alcance muy extenso: como actividades de conservación que reducen la deforestación para así permitir desde proyectos individuales hasta programas regionales y nacionales.
Existen otro tipo de proyectos que pueden tener un gran impacto incluso si se realizan a una escala mucho menor. “Este trabajo ha permitido también pequeños proyectos sobre el terreno como cambiar a fuegos de cocina más limpios, para utilizar la subvención del carbono de manera que estos proyectos sean económicamente viables”, añadía Hamrick.
Gloria González, de Forest Trend, que participó en el informe, contaba a mongabay.com por email que en los últimos años los compradores han pasado a interesarse más por proyectos con beneficios adicionales más allá de la ralentización del cambio climático. Son los denominados co-beneficios, tales como mejorar la salud y fortalecer la figura de la mujer en países en vías de desarrollo.
Volumen registrado de compensaciones por emisión de carbono en 2014 por categoría y tipo de proyecto, en el equivalente a toneladas métricas de CO2. Fuente: Forest Trends. State of the Voluntary Carbon Markets 2015. Clic para ampliar.
El informe monitoriza 20 tipos diferentes de proyectos, incluyendo uso de tierras y del bosque, energía renovable, eficiencia, proyectos y dispositivos para el hogar como fuegos de cocina y sistemas de filtrado de agua.
“Tres de los siete primeros proyectos monitorizados durante la última década estaban relacionados con el ámbito forestal (evitar deforestación, plantación de árboles y gestión forestal), ya que estos proyectos son muy valorados por sus beneficios sociales y de salud y otros aspectos ambientales”, decía González. “Otro tipo de proyecto, la distribución de fuegos de cocina limpia, registró el sexto mayor volumen de todos ellos, a pesar de que empezamos a monitorizarlo como categoría independiente en 2012”.
Las compensaciones de proyectos de uso de tierras y bosques representarán más de la mitad de todas las transacciones voluntarias en 2014, lideradas por proyectos de deforestación que salvaguardaron el equivalente a la emisión de 25 millones de toneladas métricas de CO2. Los proyectos de energía renovable fueron muy populares también el pasado año —las compensaciones eólicas registraron 13,7 millones de toneladas métricas de CO2.
Los créditos de carbono pueden ser parte de la solución pero no la panacea. Puede que se hayan pasado por alto mil millones de toneladas métricas de emisiones de CO2 mediante la compra de créditos de compensación durante la última década, pero está previsto que el mundo emita aproximadamente 40 veces esa cantidad (40 000 millones de toneladas métricas) solo en 2014.
Fuentes:
- Forest Trends’ Ecosystem Marketplace. Ahead of the curve: State of the Voluntary Carbon Markets 2015. (2015).