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Los expertos cuestionan la declaración de la Casa Blanca que afirma que los nuevos tratados de libre comercio tienen fuertes protecciones ambientales


President Obama makes a statement about the trade agreement being negotiated between the U.S. and Europe known as the Transatlantic Trade and Investment Partnership in front of Lough Erne, Northern Ireland, in 2013. Photo credit: the White House.El presidente Obama hace un planteamiento acerca del tratado de comercio que está siendo negociado entre EE.UU. y Europa, conocido como la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión, frente a Lough Erne, Irlanda del Norte, en 2013. Foto cortesía de la Casa Blanca.

Un informe divulgado por la administración de Obama el mes pasado afirma que los nuevos acuerdos comerciales internacionales que ahora están siendo negociados tienen protecciones ambientales más fuertes que los tratados de comercio anteriores, pero muchos expertos no están convencidos de eso.

En la entrada de un blogsobre el informe publicado por el portal de la Casa Blanca, el embajador Michael Froman, Representante de Comercio de los EE.UU., expone el caso de la administración para los tratados de comercio como una “herramienta vital” para combatir las amenazas a los ecosistemas y la vida silvestre en todo el mundo.

Hay dos tratados de libre comercio principales que están siendo negociados actualmente entre los EE.UU. y varios socios comerciales: el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) entre los EE.UU. y 11 países en Norte y Sudamérica y la región de Asia – Pacífico, y la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) entre los EE.UU. y la Unión Europea.

tablaque Froman utiliza para ilustrar su planteamiento en el blog, se trata de compromisos para el control de la contaminación marina, y las sustancias que agotan la capa de ozono, más la estipulación que las sanciones comerciales aplicarán a todas las provisiones del tratado en el caso de una transgresión causada por un país miembro. Hay también un número de medidas conservadoras, incluyendo compromisos en el manejo de la pesca, áreas protegidas, y el combate del comercio ilegal de flora y fauna silvestre, y un requisito para que todas las partes implementen plenamente la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres, conocida como CITES. La tabla también plantea que bajo el TPP, “las partes no deberán dispensar o derogar las leyes ambientales para reforzar el comercio/inversión”.

¿Cómo garantizará exactamente el TPP todos esos compromisos? ¿Y el TTIP tiene provisiones similares? Si no es así, ¿cuán diferentes son, y por qué? La Casa Blanca no respondió a las solicitudes de mayores detalles

Según Martin Wagner, abogado de la gestión del programa internacional del grupo de legislación ambiental Earthjustice, lo más importante de mencionar acerca de cualquier afirmación relacionada con lo que vayan o no a hacer el TPP o el TTIP es que no hay forma de evaluar su veracidad. Sólo la redacción exacta de los acuerdos determinará finalmente cuán fuertes son verdaderamente las protecciones ambientales, dijo Wagner a mongabay.com.

Pero la administración de Obama no ha hecho disponible al público el texto de la negociación del TPP ni del TTIP, así que no hay información sobre cómo aparece la redacción exacta en los tratados finales, según Wagner, quien ha estado trabajando por 20 años en el punto intersectorial de los tratados internacionales y el medio ambiente.

Peor aún, al presionar a la Autoridad de Promoción de Tratados, también llamada la “autoridad de vía rápida”, la administración está diciendo esencialmente que no planea permitir que el público vea nada de la redacción exacta de las provisiones del TPP o el TTIP hasta que sea muy tarde para cambiarlas, dijo Wagner. Bajo la autoridad de vía rápida, se permitiría a la administración negociar estos acuerdos vinculantes en relación al comercio internacional, una función explícitamente dada al Congreso en la Constitución. El Congreso tomaría entonces una simple votación a favor o en contra del tratado final negociado por la administración de Obama, y no se le permitiría enmendar ninguna de las provisiones de los tratados, ni tampoco ponerlas en debate. (Un grupo bipartito de legisladores introdujeron recientemente una resolución que requeriría que todos los acuerdos para los tratados fueran hechos disponibles al público 60 días antes de una votación del Congreso por la vía rápida, según los reportes de noticias.)

Además, hay muy pocas razones para esperar que las protecciones ambientales de los acuerdos finales sean aplicadas, sin importar cuán fuertes puedan ser, dijo Wagner a mongabay.com. “Incluso tomando la palabra de la Casa Blanca de que estas protecciones están en el acuerdo, dependen todavía de las partes para el tratado que las ejecuta”, dijo. “Hemos visto muy pocos ejemplos de gobiernos que usen un tratado de comercio para ejecutar la protección ambiental. No se trata de eso. Las prioridades en los tratados de comercio son las prioridades comerciales. Así que no nos lleva a confiar mucho en que estas provisiones ambientales vayan a tener mucha importancia”.

Wagner señaló que mientras no conozcamos la redacción exacta de cualquiera de los dos tratados, las provisiones de inversión de éstos establecerán probablemente los procesos de resolución denominados “inversionistas y estados”. Éstos casi garantizarán que en cualquier situación donde haya un conflicto entre intereses corporativos y preocupaciones ambientales de un gobierno nacional, el comercio triunfará sobre el medio ambiente.

“Entre las secciones más peligrosas pero menos conocidas de los ‘tratados’ comerciales de hoy en día están los nuevos derechos y privilegios extraordinarios concedidos a corporaciones e inversionistas extranjeros que dan prioridad formalmente a los derechos corporativos sobre el derecho de los gobiernos a ejercer control, y del derecho soberano de las naciones para gobernar sobre sus propios asuntos”, se lee en el sitio web de la comisión social Public Citizen states, con base en Washington D.C. “Estos términos dan poder a las corporaciones extranjeras individuales para dar un rodeo a las cortes nacionales y desafiar directamente cualquier política o acción de un gobierno soberano ante los tribunales del Banco Mundial y la O.N.U.”

Para Bill Snape, quien tiene más de dos décadas de experiencia en legislación comercial internacional, y es consejero jurídico principal en el grupo de defensa ambiental llamado Centro para la Diversidad Biológica en Washington D.C., las provisiones de resolución ‘inversionistas y estado’ son la principal razón por la cual los acuerdos de libre comercio como el TPP y el TTIP no pueden ser usados como medios efectivos para la protección del ambiente.

“El problema más grande que tienen estos tratados de comercio es que siguen la idea de que las corporaciones pueden demandar a los gobiernos locales, estatales y nacionales para detener las leyes ambientales como las prohibiciones de fracking”, dijo Snape a mongabay.com. “Eso debería interesar a la izquierda y a la derecha. Eso debería interesar a todos los ciudadanos. Estos no son realmente tratados de comercio, son tratados para que las corporaciones ejerzan control”.

Snape predijo que la exportación de gas natural está en el lugar donde realmente esto pondrá a funcionar. Los mecanismos por los cuales los tratados de comercio promueven el gas natural son muchos, según Snape. Por una parte, dijo que las provisiones de inversión permitirían que cualquier corporación entable un juicio en caso que hayan realizado inversiones en un lugar que después adopte una prohibición o una moratoria para el fracking, como ocurrió en Maryland apenas la semana pasada.

Más aún, una vez que un país extranjero se convierte en un socio comercial de los EE.UU., dijo Snape, se le permite importar cantidades ilimitadas de gas natural de los EE.UU: “Desde un punto de vista climático, desde el punto de vista de los consumidores, eso sería un desastre”, dijo Snape. “Estos tratados de comercio permiten exportaciones ilimitadas de gas natural. Más fracking, más metano, más problemas de residuos sólidos. Para estos tratados de comercio, mientras más combustibles fósiles quememos y mientras más comercio realicemos con ellos alrededor del mundo, será mejor.

Otro interés específico es sobre cuánto podría impactar el TTIP en la regulación de referencia de la Unión Europea sobre la producción y el uso de químicos, conocida como REACH (que significa “Registro, Evaluación, Autorización y Restricción de Químicos”). Lisette van Vliet, asesora principal sobre químicos y prevención de enfermedades crónicas para el grupo de defensa Alianza para la Salud y el Ambiente, con base en Bélgica, dijo a mongabay.com que el REACH tiene muchas partes en desarrollo que son para ser introducidas con el tiempo, y la capacidad de la ley para proteger la sanidad ambiental yace en su cuidadosa y plena implementación.

Pero ella dijo que el TTIP tiene un enorme potencial para socavar la efectividad de la ley por una provisión sobre la “cooperación legislativa” que está siendo negociada entre la industria y los legisladores. “En la cooperación legislativa en particular, las oportunidades para una presión e influencia excesivas de las corporaciones forman una legión”, dijo van Vliet. “El REACH ya prevé la consulta pública para todas las partes interesadas en muchos de sus procesos, así que son innecesarias las ocasiones adicionales que permitan el ingreso externo de la industria u otros actores”.

Finalmente, el aumento del comercio y la inversión no es un fin que vale la pena en sí mismo, dice van Vliet. “Si no hacemos que el comercio ni la inversión (ni la cooperación legislativa) sirvan a nuestras necesidades para mejorar enormemente la salud pública o para alcanzar la sostenibilidad ambiental, no estamos cumpliendo nuestras obligaciones internacionales, nuestros compromisos con la Unión Europea, o nuestras obligaciones morales para con las generaciones actuales y futuras”.

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